Por el: Dr. Adil Rasheed
El 2 de agosto, 2016 el Ministro de Estado para Asuntos Internos de India Hansraj Ahir buscó asegurar al Lok Sabha, la cámara baja del parlamento de India, que la organización terrorista internacional el EIIS ha atraído «muy pocos» jóvenes del país.[1] Esta declaración causó que muchos se preguntaran si el gobierno vive totalmente la amenaza planteada por el EIIS.
Ministro de Estado para Asuntos Internos de India Hansraj Ahir dirigiéndose al Lok Sabha (Imagen: indiatvnews.com)
Los «muy pocos» sospechosos del EIIS
En respuesta a una pregunta, el ministro admitió que el número de estos «muy pocos» sospechosos del EIIS era de 54 y esto incluía sólo a aquellos jóvenes engañados contra quienes la Agencia de Investigación Nacional del país, así como también la policía en Maharashtra, Karnataka, Madhya Pradesh, Telangana y Tamil Nadu, han presentado casos. El entonces ministro introdujo hábilmente un apéndice al mencionar otros nueve casos de «personas [que] han sido reportadas como desaparecidas desde algunas partes de Kerala, que se sospecha se han unido a grupos terroristas tales como el EIIS, pero sus vínculos [a estas organizaciones] no han sido establecidos todavía». Según algunos observadores, la respuesta del ministro parece visiblemente haber pasado por alto la posibilidad del reclutamiento por el EIIS en la conflictiva región de Jammu y Cachemira y en varios otros estados propensos a disturbios al norte de India.[2]
Pero incluso los «muy pocos» casos divulgados por el gobierno apuntan a un aumento constante en el número de individuos sospechosos de haber sido atrapados dentro de la trampa radical del EIIS, en comparación con el número de casos mucho más reducidos que habían sido registrados por los organismos gubernamentales hasta finales del año pasado.[3]
La ofensiva doctrinal del EIIS
La tendencia es particularmente desconcertante ante las actividades terroristas relacionadas con el EIIS en el vecino Pakistán y Bangladesh y lo más importante en el contexto de la deliberada campaña ideológica que los salafistas han librado en la blogosfera urdu y bengalí contra las adherentes Hanafi Deobandi y Barelvi del Islam sunita en el subcontinente. Este debate doctrinal interno-sunita ha sido puesto en marcha para que las ideas globalistas salafistas-yihadistas encuentren mayor resonancia entre los no musulmanes salafistas en el subcontinente.
Por lo tanto, la blogosfera en el subcontinente es un hervidero en estos días con literatura en contra de la doctrina «muqallid» (conformismo jurisprudencial) de los más moderados musulmanes deobandis y barelvi en la región, un fenómeno hasta ahora desconocido. Cabe señalar que el EIIS sigue la onda islamista de «ghair muqallid», que rechaza la adhesión a las cuatro escuelas de jurisprudencia ortodoxas sunitas – Hanafi, Shafi’i, Maliki y Hanbali- a pesar de sus inclinaciones Hanbali[4]
Esta disonancia doctrinal se ha convertido en una guerra territorial, con el EIIS tratando de desbancar a los talibanes Deobandi de su posición de influencia en la región de AfPak destetando a sus fracturados grupos. Como consecuencia de este tira y afloja, los talibanes afganos le enviaron un mensaje directo al líder del EIIS Abu Bakr Al-Baghdadi el año pasado, advirtiéndole de que sus combatientes deberían abstenerse de invadir las operaciones insurgentes de los talibanes.[5] En agosto de ese año, los talibanes denunciaron un video que muestra a los combatientes del EIIS haciendo estallar con explosivos a prisioneros afganos vendados, describiéndolos como «horribles».[6]
De hecho, el choque entre los ideólogos salafistas de Al-Qaeda/EIIS y los yihadistas deobandi en el subcontinente no es un fenómeno reciente. Sus señales eran evidentes incluso durante la guerra afgano-árabe contra los soviéticos en la década de los 80. Según el más prolífico escritor de Al-Qaeda Abu Musab Al-Suri, a finales de la década de los 70 el movimiento yihadista sunita fue «una mezcla de ideología organizacional Qutbist, el credo salafista y el grito wahabí».[7] En su libro Llamadas Global a la Resistencia Islámica, Al-Suri observa con consternación que, en la década de los 90, la creciente influencia de los ideólogos salafistas de línea dura dentro del pliego yihadista criaron un «fanatismo partidista» y esto dio lugar al «derramamiento de sangre, conspiraciones y luchas internas». Este describe a los yihadistas árabes afganos como burlones de las creencias doctrinales «muqallid» de los talibanes y desdeñosos a la afirmación del Mullah Omar de haber establecido un «emirato islámico» en Afganistán. Según Al-Suri, muchos de los yihadistas árabes consideraron a los talibanes como algo más que un «refugio seguro» del cual podían actuar libremente y no creyó al así llamado «emirato» talibanes como un punto de partida adecuado para el lanzamiento de su acariciado sueño a un futuro califato islámico. Este afirma (pp. 844-845): «Una de las cosas más sorprendentes… es una declaración hecha por uno de esos extremistas salafistas-yihadistas. Este me dijo en una de nuestras conversaciones que el yihad debe estar bajo la bandera salafista, su liderazgo, programa y resoluciones religiosas también deben ser salafistas… Si aceptamos que los no salafistas participan con nosotros en el yihad, nosotros sólo lo hacemos porque los necesitamos. Sin embargo, no deberían tener ningún papel de liderazgo en lo absoluto. Deberíamos guiarlos como una manada de vacas para que lleven a cabo su deber dentro del yihad».[8]
A pesar de que altos líderes de Al-Qaeda (Bin Laden y Al Zawahiri ahora) siempre han tratado de restarle importancia a las diferencias doctrinales dentro de la organización, la aparición del EIIS ha traído disonancia interna al frente como nunca antes.[9] Con la muerte del líder talibán afgano Mullah Omar, el EIIS ha ganado más terreno e influencia en la región, lo que plantea un nuevo conjunto de desafíos para los países en el subcontinente.
Reciente aumento de ataques del EIIS en el subcontinente
Tal como era de esperarse, la creciente influencia de la marca salafista del Islam ha desencadenado la aceleración de las actividades terroristas en el subcontinente. El EIIS se dice que ya ha desarrollado estrechos vínculos con el grupo salafista Lashkar-e-Toiba (LET) en Pakistán y con los muyahidines Jamaatul en Bangladesh. A finales de julio, 2016 el gobierno de Afganistán acusó al ex jefe de LeT Hafiz Muhammad Saeed de dirigir ataques del EIIS en Afganistán. A comienzos del mes, hombres armados del EIIS entraron en un restaurante de lujo en la capital de Bangladesh, Dhaka y retuvieron a decenas de personas como rehenes durante horas, eventualmente asesinando a 20 de ellos. De hecho, ese país ha sido sacudido por una gran ola de violencia islamista con una serie de asesinatos selectivos a secularistas, ateos y extranjeros desde el 2013.[10] Luego, el 8 de julio, 2016, dos policías y una mujer murieron en un ataque terrorista en una reunión del Eid en el país con el propósito de orar.[11]
Manifestación ante la ola terrorista en Bangladesh (Imagen: News24online.com 18 de julio, 2016)
En la edición No. 13 de su revista en inglés en la red Dabiq, dada a conocer en enero, 2016 el jefe del EIIS en Bangladesh Jeque Abu Ibrahim Al-Hanif, afirmó que el grupo está actualmente entrenando a combatientes en Bangladesh y Pakistán con el fin de lanzar ataques simultáneos desde la fronteras occidental y oriental de India, para crear caos en este país. El vocero también dijo que Cachemira pronto sería invadida por el EIIS. Grupos yihadistas hindúes tales como los Muyahidines Hindúes (MH) también poseen vínculos con el grupo, donde muchos de sus miembros se han unido a las filas del EIIS en Siria e Irak y algunos planean su regreso a India, a fin de alistar a más reclutas. De hecho, el grupo ut-Ansar Tawhid fi Bilad al-Hind (AuT), se formó en el 2013 por miembros del MH, el EIIS y una facción del Talibán, juraron lealtad al EIIS en septiembre de ese año.[12]
La amenaza que vislumbra el EIIS
Con las cifras de presuntos miembros del EIIS en India y del subcontinente en aumento, tal como se refleja incluso por los datos preliminares dados a conocer por las autoridades, el terrible fantasma de esta monstruosidad insidiosa que rápidamente se nos escapa del control es un peligro claro y presente para toda la región. Primero, los reclutas terroristas entrenados que regresan de los territorios en poder del EIIS plantean la amenaza cercana de perpetrar importantes operaciones terroristas, así como también el peligro a mediano y a largo plazo de establecer células durmientes clandestinas para las sostenidas campañas terroristas. Mientras tanto, también existe el espectro amenazante del terrorismo casero, en la que los portales yihadistas proveen inspiración y entrenamiento a individuos no afiliados o a pequeños grupos para que lleven a cabo ataques estilo lobo solitario. El EIIS ha desarrollado una red de medios de comunicación sociales compleja (tal como se expone en el Mehdi Biswas también conocido como el caso testigo Shami en el 2014) y ha publicado guías y manuales para inventar explosivos destructivos con material de uso doméstico (tal como se ejemplifica en los atentados de Boston del 2013) y para utilizar medios fácilmente disponibles, tales como vehículos y armas letales (como se manifiesta en el ataque terrorista de Niza de este año).
Además, existen muchas organizaciones religiosas y seminarios en la región que continúan siendo adoctrinados por ideólogos extremistas salafistas wahabíes y de recibir fondos de donantes extremistas en el Medio Oriente. También existen millones de expatriados del Sudeste Asiático en los estados del Golfo, quienes pueden traer de vuelta a sus países de origen las ideologías radicales y extremistas que actualmente son difundidas en aquella parte del mundo.
Combatiendo el yihadismo y su agenda
En vista de lo anterior, es importante que los gobiernos del Sudeste Asiático tomen consejos serios al hecho de que los yihadistas están ganando cada vez más terreno en sus respectivos países e ideando medidas más eficaces para combatir la creciente amenaza.
En la formulación de una política de lucha contra el terrorismo, es necesario tener en cuenta la colusión y competencia entre las diversas organizaciones yihadistas Deobandi y salafistas en el subcontinente hindú, así como también la creciente subversión salafista-yihadista por elementos extranjeros del moderado sufí Islam practicado por los musulmanes hasta entonces apacibles del valle de Cachemira.
El Darul Uloom del Deoband en India (el cuartel general de la escuela Deobandi) debería instársele a que exhorte a todas las organizaciones yihadistas renegadas Deobandi en Pakistán a que renuncien a la práctica del terrorismo, condenado por todas las escuelas de jurisprudencia islámica. De hecho, Darul Uloom Deoband debería reavivar la postura de uno de sus más grandes estudiosos y líderes espirituales, Maulana Husain Ahmad Madani, quien en su célebre libro Al-Shahab Al-Shaqab denunció la doctrina wahabí como «falsas creencias» (aqaid-i-batil), particularmente por su uso de la violencia y takfir (la práctica de acusar a otros musulmanes de herejía). Esta escuela islámica y sus organizaciones afiliadas también deben asegurarse de que no reciben ningún tipo de apoyo financiero o ideológico de sus mezquitas y seminarios de países o clientes privados que defienden sus creencias salafistas-wahabí.
Cabe señalar aquí que el Hanafi Darul Ulum del Deoband en India ha trabajado desde sus inicios hacia una mayor paz y amistad comunal. Votó a favor de una India unida, para el momento de la partición y contra la creación de Pakistán y en el 2009 emitió un fatua histórico llamando a India Dar Al-Aman (una tierra de paz donde el yihad está prohibido).[13]
*El Dr. Adil Rasheed es un distinguido compañero investigador en la Institución Servicio Unido de India y autor del libro El EIIS: Carrera hacia Armageddon.
[1]Indiatimes.com, 2 de agosto, 2016
[2] Indiatimes.com, 2 de agosto, 2016; Hindustantines.com, 4 de agosto, 2016
[3] OneIndia.com, 9 de diciembre, 2015
[4] Hardnewsmedia.com, 7 de agosto, 2015
[5] Economictimes.indiatimes.com, 16 de junio, 2015
[6] English.alarabiya.net, 12 de agosto, 2016
[7] Ctc.usma.edu, 15 de diciembre, 2007.
[8] Texto completo de la Llamada a la Resistencia Islámica Global, archive.org
[9] Hudson.org, 16 de febrero, 2016
[10] Thehindu.com, 11 de junio, 2016
[11] Ndtv.com, 8 de julio, 2016
[12] Rsis.edu.sg, julio, 2016.
[13] Thenational.ae, 6 de marzo, 2009.