En vísperas a las elecciones presidenciales estadounidenses, varios editoriales en la prensa árabe discutieron si el mundo árabe preferiría a Hilary Clinton o Donald Trump como presidente y cuál de ellos serviría mejor a los asuntos árabes y preservaría las buenas relaciones con los países árabes. La mayoría de ellos concluyó que ya que ambos candidatos son hostiles hacia los árabes y musulmanes y porque en Estados Unidos el presidente formula políticas junto a otras instituciones gubernamentales, no hará mucha diferencia. Algunos argumentaron que la política estadounidense sobre algunos temas vitales para el mundo árabe permanecerá sin cambio alguno, sin importar quién sea electo. En un artículo, en el diario saudita en Londres Al-Hayat, el editor en jefe del diario Ghassan Charbel, señaló que aunque algunos árabes anhelan por una renovada influencia estadounidense en la región, probablemente no va a suceder.

Lo siguiente son extractos de algunos de los editoriales: 

Imagen: Globalcitizen.org

Diario en la red Raialyoum.com: La mayoría de los árabes prefieren a Trump

El diario en la red Raialyoum.com, fundado y editado por el antiguo periodista ‘Abd Al-Bari ‘Atwan, declaró en su editorial del 2 de noviembre, 2016 que la impresión inicial parece ser que la mayoría de los árabes prefieren una victoria de Trump en las elecciones estadounidenses, con la esperanza de que este llevará a los Estados Unidos a su destrucción y desintegración. El editorial también lamentó que el mundo árabe esté en mal estado y carezca de cualquier influencia en las elecciones estadounidenses, una situación que ha convertido a los árabes y musulmanes en un saco de boxeo para ambos candidatos. El editorial declaró:

«Aunque no se han realizado encuestas de opinión pública en el mundo árabe respecto a las elecciones presidenciales estadounidenses, las respuestas de los árabes a la contienda dan la impresión inicial de que gran parte de ellos prefiere una victoria de Trump. Sin embargo, esto no es debido a su amor a [Trump] u odio a su oponente, Hilary Clinton, más bien es porque no tienen simpatía por los Estados Unidos y les gustaría ver a Obama reemplazado por un presidente que los llevará al colapso y a la desintegración, por su creencia de que los [Estados Unidos] está detrás de las sangrientas guerras y el caos en la región.

«El candidato republicano Donald Trump, quien es representado como racista populista, ha basado la agenda de campaña en hostilidad hacia los musulmanes y en la construcción de un muro en la frontera mexicana para detener el flujo de inmigrantes. [También] amenaza con deportar a ocho millones de inmigrantes ilegales [de estados Unidos] si son elegidos…

«Parece que Miss Clinton es aún más hostil hacia los árabes y musulmanes que Trump y muchos creen que continuará la política adoptada por el Presidente Obama durante sus dos periodos…

«Como resultado, el tema que prevalece en las principales capitales árabes no es cuál [candidato] es mejor o peor para los árabes, sino quién es el menos perjudicial». Aquí yace el problema principal que expone la fragilidad de la situación de los árabes y su completa falta de influencia en las elecciones en los Estados Unidos o en cualquier otro lugar, lo que se refleja claramente en las posturas de los candidatos respecto a nuestra región y en el hecho de que sus posturas son similares, caracterizadas principalmente por acciones de hostilidad, extorsión y desprecio [por el mundo árabe].

«La antecámara judía respalda firmemente a Clinton, ejerce todo su peso financiero y político y utiliza sus medios de comunicación para apoyarla partiendo de la creencia de que apoya sus intereses, es decir, la superioridad militar y política de Israel y los resultados y beneficios ]de tales conductas por la antecámara judía] se conocen por adelantado. Es triste que los árabes, quienes más sufren por la política estadounidense, están totalmente fuera de la ecuación y se han convertido en el ‘saco de boxeo’ en el que los candidatos presidenciales dirigen toda la fuerza de sus golpes agresivos».[1]

Diarios sauditas Al-Riad y Al-Sharq: Al mundo árabe no le importa quién será elegido; El presidente estadounidense no toma decisiones por sí mismo

 

La prensa oficial saudita afirmó en numerosas ocasiones que el presidente de Estados Unidos no puede tomar decisiones políticas unilaterales, de que el Congreso estadounidense y otros organismos gubernamentales están también involucrados en estas y que por lo tanto no hará ninguna diferencia para el mundo árabe si Trump o Clinton ganan la presidencia. En un editorial, el diario saudita Al-Riad declaró: «Nosotros en los países árabes e islámicos estamos muy interesados en las ramificaciones del resultado de las elecciones, porque los Estados Unidos están involucrados en todos los temas en la región árabe, la cual es mucho más volátil que otras áreas del mundo. Las encuestas de opinión muestran que la mayoría de los árabes cree que Hilary Clinton está mejor preparada para manejar los asuntos árabes urgentes, porque fue recientemente secretaria de estado y porque está familiarizada con la situación en la región y con su política, economía y geografía. Trump, por otro lado, no tiene apoyo árabe o musulmán, sobre todo después de expresar sus posturas sobre estos, las cuales son muy racistas.

«Clinton es probable tenga más empatía hacia nuestros problemas que Trump, pero esto no significa necesariamente que esté de nuestro lado ya más. Esto es porque la política exterior estadounidense no tiene base en las iniciativas personales de un presidente, sino en complejas consideraciones a largo plazo que son implementadas en etapas sin desviarse de lo expuesto [al principio]. Por lo tanto el presidente estadunidense tiene poco margen para maniobrar y no puede tomar decisiones por su propia cuenta.

«Nosotros tenemos esperanza que el 45° presidente [de los Estados Unidos] sabrá cómo manejar nuestros problemas árabes – que son propensos a ser un problema mayor en su escritorio en la Casa Blanca».[2]

Similarmente, el diario saudita Al-Sharq señaló en su editorial: «La presidencia [de los Estados Unidos] no es más que una posición que complementa a [otras instituciones del país] responsables de la administración general estadounidense. El alcance de la [autoridad] del presidente en los temas extranjeros y domésticos es muy limitado y este no puede aprobar ninguna ley o resolución sin el consentimiento del Senado y los miembros del Congreso…

«Por lo tanto, quien desee ser el próximo presidente [en realidad] le interesa menos al mundo árabe que el cómo continuará la política exterior [de los Estados Unidos] y [el mundo árabe también desea que esta política] tome decisiones firmes sobre la situación [en la región] que durante esta era democrática, representada por Obama, fue errática. Por el contrario, durante la [reciente] era republicana, representada por George [W.] Bush, hubo la mayoría de las guerras. Sólo quedan unas horas más hasta que se enfoque el mapa de [cual partido] controlará a los Estados Unidos durante la próxima era. Luego el panorama se verá más claro si el [control] va hacia los demócratas o los republicanos, a Hilary Clinton o a Donald John Trump».[3]

Editor de diario qatarí: En lo que respecta a presionar los temas árabes, no predecimos ninguna diferencia sustancial si Clinton o Trump son electos

En el diario en Londres Al-Arabi Al-Jadid, cercano al régimen de Qatar, un editorial del editor del diario Houssam Kanafani, Argumentó que las aprensiones de que una victoria de Trump traerá un cambio de largo alcance hacia la política exterior de Estados Unidos es exagerada, porque ningún presidente estadounidense puede hacer eso: «Existe una diversidad de comentarios y muchas advertencias sobre lo que sucederá si este candidato o aquel se convierte en presidente de los Estados Unidos. El comentario se refiere principalmente a lo que sucederá en caso de una [victoria] sorpresa de Donald Trump – asumiendo que una presidencia de Clinton sería una continuación directa de los dos periodos del Presidente Obama y que cualquier cambio en las actitudes de los Estados Unidos hacia los países en la región y en su política exterior en general, sería una mera formalidad. Pero bajo un mandato de Trump las cosas serán sin duda diferentes, o eso dice el comentario, especialmente [ya que este] no vacila en hacer proclamas racistas. Más aun, su escasa experiencia política, especialmente en el ámbito de política exterior, está impulsando las apuestas sobre lo que pudiera hacer, ya que es él quien ha amenazado con guerras, conflictos y políticas que no son cónsonas a las políticas estadounidenses en general.

«Pero es cierto que las cosas no sucederán así, ya que independientemente de quien resida en la Casa Blanca, la política estadounidense no está sujeta a cambios sobre los caprichos de tal o cual persona. Cambiar la [política estadounidense] solo puede hacerse de acuerdo con una estrategia planeada durante mucho tiempo y es la presidencia el ente que la implementa – puede modificarla, pero no sacarla exponencialmente por completo. Es concebible de que si Donald Trump entra en la Casa Blanca podrá implementar todas las consignas que este ha expresado durante su campaña electoral…? Las cosas son indudablemente mucho más complejas que eso, incluso si el presidente posee autoridad absoluta como parte del sistema presidencial estadounidense – porque [esta autoridad] está conectada al estatus de superpotencia de los Estados Unidos que influye en la arena global. Una de las tareas del presidente es preservar este estatus y mientras este pudiera ser capaz de hacer correcciones de curso [a la política estadounidense], no puede lastimar su esencia, basada en alianzas y estrategias que guían la mayoría de las administraciones estadounidenses.

«Sin embargo, esto no significa que la llegada de Trump a la Casa Blanca sea la misma que la de Clinton. Es cierto que la locura del candidato republicano afectará la conducta presidencial estadounidense, especialmente a nivel nacional y particularmente en lo que respecta a la economía. Esto se debe a que el trasfondo del candidato es el de un empresario que ve la política a través del prisma de beneficios, y esto configurará los cambios que Trump puede implementar, especialmente en las políticas de servicios sociales, petróleo y otras cosas que podrían afectar las relaciones económicas con los aliados de [Estados Unidos], pero no las propias alianzas. Lo mismo ocurre con Clinton, que seguirá los pasos de Obama sobre estos temas.

«Respecto a los países árabes, especialmente aquellos que hoy arden como Irak, Siria y Yemen, nadie espera un cambio sustancial en la política estadounidense, ya sea que [gane] Trump o Clinton – porque el presidente no determina las tendencias regionales, o si Estados Unidos se enfrentará directamente a Rusia o Irán en esta etapa, decisiones que se toman a puerta cerrada y en los centros de toma de decisiones que formulan la política estadounidense, que hasta ahora no ha mostrado ninguna intención de cambiar [las tendencias regionales]. Basados en esto y al menos respecto a temas que nos conciernen a nosotros [los árabes], no habrá ninguna diferencia importante entre Trump y Clinton».[4]

Diario saudita en Londres: Los árabes anhelan un renovado papel estadounidense en el Medio Oriente

Un artículo de opinión en el diario saudí en Londres Al-Hayat, por el editor en jefe Ghassan Charbel, señaló que si bien algunos árabes anhelan un papel renovado de Estados Unidos en el Medio Oriente debido a la creciente presencia de Irán y de Rusia en la región, esto no sucedería: «Es difícil asumir que después de las elecciones presidenciales estadounidenses veremos un papel restaurado de Estados Unidos en el Medio Oriente, es decir, como policía o como elemento que disuade o amenace o garantice [la estabilidad regional]… La ausencia de un policía estadounidense se reflejó fuertemente en la derrota de los equilibrios históricos en el Medio Oriente, los viejos sueños de imperio han reavivado, sobre todo por parte de los países que se encontraban en un letargo profundo durante mucho tiempo, creyendo que la historia estaba limitando su expansión… Este contexto enmarca la agresión iraní en Irak, Siria, el Líbano y Yemen, así como también las recientes declaraciones del Presidente Erdogan sobre Alepo, Mosul y Tal Afar. Las fronteras internacionales han perdido su solidez, ejércitos se han combinado con milicias recién establecidas y el discurso sobre países ha sido puesto en segundo plano en al discurso sobre entidades.

«Hubo una época en que, los países del Medio Oriente se quejaron secretamente de estar hartos del embajador estadounidense, a quien (percibían) dictaba sus deseos e interfería en asuntos que las capitales no consideraban su incumbencia. Pero después del colapso de la Unión Soviética, la propia Rusia comenzó a actuar todo el tiempo como el embajador de Estados Unidos… Hoy, los países del Medio Oriente sienten la ausencia del papel que Estados Unidos solía tener – sin importar que se quejaban sobre esto para ese momento. Los Estados Unidos se han retirado sin precedentes del [Medio Oriente], Rusia recibe legitimidad para colocar sus bases militares en territorio sirio y ataca a los opositores antes de atacar a los terroristas. Los buques de guerra [rusos] se concentran, signos de [llegada] de la ira y el Emperador [Putin] se baña en sangre y en aguas calientes [del Mediterráneo]…

«No existen indicios de que la policía estadounidense esté regresando al Medio Oriente, si ella gana, Hilary Clinton pudiera retrasar un poco la retirada, pero si gana Trump, habrán más problemas globales que un problema en el Medio Oriente. Los Estados Unidos son los Estados Unidos, incluso si su halo y su codicia en dirigir el mundo estén de capa caída…

«Hoy, los árabes sienten que Estados Unidos está lejos y que la región será abandonada, hasta nuevo aviso, a las batallas regionales, las guerras entre los elementos de la sociedad y las guerras civiles que desbordan nuestras fronteras nacionales. Algunos [árabes] apuestan que la codicia [de Putin] le recordará a la Casa blanca de que Estados Unidos se ha retirado demasiado lejos en [influir] el destino del Medio Oriente».[5]

[1] Raialyoum.com, 2 de noviembre, 2016.

[2] Al-Riad (Arabia Saudita), 6 de noviembre, 2016.

[3] Al-Sharq (Arabia Saudita), 7 de noviembre, 2016.

[4] Al-Arabi Al-Jadid, (Londres) 7 de noviembre, 2016.

[5] Al-Hayat (Londres), 7 de noviembre, 2016.