En un artículo el 2 de abril del 2008, Omran Salman, jefe de redacción del portal liberal árabe Aafaq, escribió que la administración americana ha perdido interés en el empujón a la democracia en el Medio Oriente y se está escondiendo detrás de la excusa de que los regímenes árabes están «en transición».
Lo siguiente son extractos: [1]
Las llamadas de «George Bush para esparcir la democracia… privaron del sueño a la clase política en Washington»
«Tal como es bien conocido, la mayoría de los regimenes árabes son antidemocráticos, por lo menos en los estándares americanos. Por consiguiente, el rey, príncipe o presidente permanece en el cargo mientras Dios lo legue – y [luego] quizás pase su título a su hijo luego de este…
«Algunos de los regímenes árabes están aliados con Washington, y algunos son [incluso] aliados cercanos, mientras otros despliegan posturas variantes que van de la apatía a la hostilidad.
«Ya que la democracia no era un elemento firme y definido de las relaciones de los Estados Unidos con los regímenes árabes en el pasado, las llamadas del Presidente George Bush para esparcir la democracia, y su conversación de anteriores errores americanos, privó de su sueño a la clase política en Washington – particularmente a los círculos del Departamento de Estado, ya que, a fuerza de su papel, eran los más amistosos y más cercanos a los gobiernos árabes».
La nueva palabra mágica: ‘transición’
«Cómo podrían los Estados Unidos proteger sus intereses en la región, y al mismo tiempo trabajar para transformar a sus aliados regímenes árabes y alentarlos a que se traguen la píldora amarga de la democracia?»
«[Los Estados Unidos también se hicieron] una pregunta práctica: Hasta qué punto podemos nosotros presionar a este o aquel régimen para comprometernos al cambio democrático, y al mismo tiempo pedirle a este régimen cooperar en asuntos que van del contra-terrorismo a estabilizar Irak?’…»
«Pero la confusión en los círculos oficiales no duró por mucho tiempo. La administración americana decidió retirarse a posiciones seguras en las últimas filas del teatro.
«Sin embargo, la administración no pudo realizarlo sin hacer ciertos ajustes lingüísticos y diplomáticos, queriendo convencer a cualquiera que necesite ser convencido de que la política anterior había sido poco realista, y que era necesario adoptar una nueva.
«Es el Departamento de Estado norteamericano al que normalmente se le confía con [la tarea de] desarrollar interpretaciones y escoger las condiciones apropiadas para describir la forma y naturaleza de tratar con varios estados y gobiernos. Al parecer, algunos oficiales ahí aplicaron sus mentes [al problema] y propusieron un nuevo término que se ha [desde entonces] convertido en algo como una contraseña… Esta palabra es ‘transición'».
«El problema es que el término «transición» no tiene nada que ver con la transición de los regímenes árabes del mandato arbitrario a la democracia»
«La explicación del [Departamento de Estado] fue algo así: ‘Sí, algunos de nuestros aliados en la región árabe no son democráticos, pero en contraste con los regímenes hostiles, están en una fase de ‘transición’ hacia la democracia. Esto nos exige que los animemos a avanzar en este camino, en lugar de ejercer presión sobre ellos!’
«Y debido a que están en una ‘fase de transición’, ellos saben mejor que cualquier otro cuales son sus circunstancias y necesidades, y si deben adoptar esta medida o aquella… Los regímenes árabes saben mejor cuales son los intereses de sus sociedades, y cual es al beneficio o detrimento de su pueblo. [Ellos saben mejor] si es suficiente en este momento tener elecciones para las municipalidades, o para los concilios asesores, o para las asambleas que son elegidas y nombradas a medias!…
«Pero el problema es que este uso del término ‘transición’ no tiene nada que ver con la transición de los regímenes árabes del mandato arbitrario a la democracia. Esto [meramente] quiso justificar la [decisión] americana de ceder de su compromiso para promover la democracia en la región.
«Ya que éste es el objetivo de la administración americana, esta ‘fase de transición’ es de duración no especificada – podría durar unos años, o una década, o un siglo – cualquier cosa que [pase] que sea conveniente.
«[La demanda de que estos regímenes están en ‘transición’] es un mayor resonador contra cualquier crítica [que pudiera nivelar] en Washington sobre su laxidad en poner presión en los regímenes represivos. La respuesta está ahora a la mano: ‘Están en una fase de transición’.
«Además, estos mismos regímenes lo usarán para rechazar la crítica doméstica. Aquí, también, la respuesta será: ‘Deben esperar, ya que estamos en una etapa de transición. El mayor poder democrático en el mundo, América, ha reconocido esto’!…»
[1] www.aafaq.org, 2 de abril, 2008.