En un articulo el 1 de febrero, 2011 en el diario kuwaití Arab Times, titulado «No De Esta Manera», Ahmad Al-Jarallah, editor en jefe del diario y también del diario kuwaití Al-Siyassa, discutió los acontecimientos en Egipto.

Lo siguiente es su artículo, traducido de su inglés original. [1]

«Los entusiastas seguidores de los eventos han descubierto las ‘manos’ de algunos grupos… en las manifestaciones… este es el mayor nivel de… engaño contra la buena voluntad de los jóvenes»

«Pedirle a los egipcios que organicen manifestaciones pacíficas para combatir la corrupción y a los funcionarios corruptos, así como también exigir un cambio en el gobierno, es una demanda constitucional, que suele ocurrir en todas partes del mundo. Ciudadanos en naciones democráticas tienen derecho a la libertad de expresión. En países con una democracia avanzada, este derecho suele ser ejercido de manera pacífica y tranquila, sin violar la Constitución. Este fue el mismo patrón seguido por el movimiento de jóvenes al inicio de las manifestaciones, pero todo ha sido sacado fuera de contexto y, sorprendentemente, rodó como una bola de nieve sin precedentes en violar la ley y el orden».

«Entusiastas seguidores de los eventos han descubierto las ‘manos’ de algunos grupos con objetivos y planes sospechosos en las manifestaciones, que actualmente están utilizando robar el fruto de las acciones de protesta o de ajustar cuentas con el gobierno. Estos grupos han expresado abiertamente su deseo de asegurar la caída del gobierno y su disposición a hacerse cargo a partir de ahí, tal como se refleja en sus declaraciones en los canales por satélite. Este es el nivel más alto de trivialidad y engaño contra la buena voluntad de los jóvenes».

«Egipto es diferente de Túnez y Sudán… ¿Cómo fue que se convirtieron los ciudadanos [egipcios], quienes apoyaron las manifestaciones pacíficas… en víctimas de robos y saqueos?»

«Estos grupos se han olvidado de que el Presidente egipcio Hosni Mubarak no es Zine El Abidine Ben Ali, mientras que Egipto es diferente de Túnez y Sudán bajo el marco del régimen de Jaafar al-Numeiri. Tampoco lograron darse cuenta de que el presidente egipcio ha permitido a la gente expresar sus sentimientos, en la medida en que han comenzado a escribir consignas de protesta en coches blindados. Sólo después de este incidente fue que Mubarak llegó a dirigirse a la nación, lo que habría sido imposible si Egipto no disfrutara de democracia y libertad.

«¿Cómo es que los ciudadanos, que apoyaron las manifestaciones pacíficas de los jóvenes, se convirtieron en víctimas del robo y saqueo por parte de aquellos que se aprovecharon de la situación para llevar a cabo corruptelas en la periferia de la revolución? Quien ha seguido de cerca las reacciones en los últimos días, reconocerá fácilmente a los que están detrás del saqueo y el robo, incluyendo a aquellos que han estado avivando las brasas del caos».

«Irán y Hezbolá… en realidad, apoyan las actividades insubordinadas con el fin de ajustar cuentas con Egipto y asegurar la liberación de sus presos

«La cuestión no requiere una investigación exhaustiva para darse cuenta de que Irán y Hezbolá, que han estado llevando a cabo actividades atroces en el Líbano y Gaza, apoyan en realidad las actividades rebeldes para ajustar cuentas con Egipto y asegurarse la liberación de sus presos. Aquellos que pretenden rescatar a egipcios en los canales por satélite han proporcionado cobertura para el saqueo y la liberación de delincuentes en prisión».

«Es bueno ver que los jóvenes egipcios se dieron cuenta rápidamente de que son víctimas de los grupos que tienen como objetivo la destrucción de la economía, especialmente cuando notaron el cómo los delincuentes se aprovechaban de las manifestaciones pacíficas en contra de Mubarak para destruir la propiedad pública y privada.

«Una vez más, Mubarak es diferente de Zine Al-Abiden Ben Ali. Él ha reiterado su determinación de proteger a Egipto contra la oscuridad, por lo que sólo se retirará una vez que la situación se calme. Él no es uno de esos líderes que abordan jets privados y huyen del país a comienzos del caos. Este prefiere enfrentar el problema y buscar una solución adecuada.

«[Mubarak] nunca trató de robarse los ingresos del país o explotar la riqueza nacional para fines personales»

«En este punto, es pertinente admitir que yo fui uno de los que estuvieron al frente de los que comercializaron la economía egipcia. Observé que Mubarak, en sus conversaciones con los inversores y las empresas extranjeras que deseaban invertir en Egipto, siempre subrayó la necesidad de proteger los derechos de los egipcios pobres. Nunca ha tratado de robarse los ingresos del país o aprovecharse de la riqueza nacional para fines personales.

«Es claro que las prácticas corruptas acompañan las actividades económicas y no económicas. Esta situación ocurre en todas partes del mundo, así que la gente lleva estos casos a los tribunales internacionales en lugar de salir a las calles a saquear, robar y liberar a los presos de las cárceles. Estos por lo general consideran los aspectos positivos de las manifestaciones. Los empresarios que han creado empresas e industrias en las zonas con numerosos trabajadores egipcios han tenido éxito en sus actividades.

«No deberíamos descartar también los logros y objetivos actualizados bajo el marco del régimen de Mubarak. La gente debería entender la naturaleza de Egipto sin prejuicios. A pesar de la reducida capacidad del país, se ha logrado mucho, considerando su alta tasa de crecimiento en la población que, por su forma, es una de las más altas del mundo. En tales circunstancias, la aplicación de las reformas requiere de un milagro, pero este no puede suceder a través de protestas en las calles».

Temo «que este caos es parte de un complot externo para fomentar la destrucción a gran escala en desestabilizar la seguridad de Egipto»

«Sí, los egipcios deberían entender que las cosas no se hacen de esta manera, particularmente desde que el país desempeña un papel importante en el mundo árabe. Temo la posibilidad de que este caos sea parte de un plan externo para fomentar la destrucción a gran escala en desestabilizar la seguridad egipcia y empujar el país hacia lo desconocido. No quiero ver a los israelíes tomando el Sinaí de nuevo, lo que puede llevar a Egipto de vuelta a la situación de 1967 y entonces será demasiado tarde para lamentarse”.


[1] Arab Times (Kuwait), 1 de febrero, 2011.