En un artículo el 3 de enero, 2010 titulado «Realmente Triste», el redactor jefe de Al-Sharq Al-Awsat Tariq Al-Homayed se quejó de que los medios de comunicación árabes y públicos hacen un escándalo en torno a cuestiones tales como la prohibición de minaretes en Suiza o el debate sobre el Nigab en Francia, pero permanecen en silencio frente a la gran escala de atentados suicidas en Afganistán, Pakistán e Irak, en el que decenas de civiles inocentes son brutalmente asesinados por terroristas musulmanes.
Enfatizó que la solución yace en educar a la juventud contra el extremismo, y en clarificar que la fe musulmana prohíbe categóricamente los atentados suicidas.
A continuación se presentan extractos del artículo:
«El asesinato y el aterrorizar a personas inocentes por atacantes suicidas… apenas nos hace mover una pestaña»
«La noticias de atentados suicidas, asesinatos y destrucción en Pakistán y Afganistán, así como también en Irak, se han convertido en trivialidades, y no le damos mucho que pensar. Es como si este [asunto] no nos concierne. [En cambio], vemos a nuestros medios de comunicación [preocupados] con batallas menores, tales como [el tema] de los alminares de Suiza y [varias] otras cuestiones, mientras que el asesinato y el aterrorizar a personas por atacantes suicidas en estas regiones apenas nos hace mover una pestaña, desgraciadamente.
«Los últimos atentados suicidas, que tuvieron lugar en un partido de voleibol en un pueblo de Pakistán y causaron 88 víctimas mortales, fue un acto depravado que refleja claramente la brutalidad y el extremismo de sus autores. Nosotros decimos una y otra vez que no nos podemos quedar [de lado] y simplemente observar estos acontecimientos, creyendo que estas llamas que hacen [estragos] [nunca amenazarán verdaderamente] al [mundo] árabe y musulmán. Es Al-Qaeda y otras [organizaciones] de este tipo los que están detrás de estas operaciones – así que esto es algo que nos preocupa gravemente.
«El infructuoso [ataque] terrorista a cargo de un joven nigeriano sobre la aerolínea estadounidense Delta [Airlines] demostró que las células terroristas están interconectadas. Este nigeriano estudió en Londres y se convirtió en un extremista allí, [pero] se formó en Yemen y salió de Ámsterdam para cometer un crimen en los Estados Unidos. Anteayer, nos enteramos que los extremistas en Somalia han anunciado que enviaran combatientes a Yemen con el fin de ayudar a Al-Qaeda [allí]. Y eso no es todo. El cerebro detrás de los [intentos de] asesinato al Viceministro del Interior saudita, príncipe Mohammed Bin Naif provenía de Yemen, y aunque se trate de un saudita, [entró en el país] desde más allá de las fronteras [sauditas]. También hemos sabido que los que secuestraron a los ciudadanos británicos en Irak los trasladaron [después] a Irán. Lo que algunas personas no entienden es que los terroristas comprenden la importancia de las actividades internacionales, del vincular los intereses y [toman] la iniciativa mucho mejor que las [fuerzas] que luchan contra ellos, [los cuales están atrapados en] un modo convencional de pensamiento».
Lo que se necesita «es tomar una postura firme en contra de los ataques suicidas, en primer lugar inculcando firmemente la ley del Sharia [contra ellos]»
«Lo que se necesita aquí no es la intervención con dinero o de hombres. Todo lo que se necesita, [y se necesita] con urgencia, es tomar una postura firme contra los atentados suicidas, en primer lugar inculcando con firmeza la ley del Sharia [contra ellos], lo cual no es una [tarea] tan difícil… Yo me doy cuenta de que los fatwas que prohíben los [atentados suicidas] [ya] se han expedido, pero lamentablemente no se imparten con suficiente fuerza. De hecho, [éstos] fatwas son a veces menospreciados sometiéndolos a interpretaciones políticas o siguiéndoles con la palabra ‘pero’. Por otra parte, no se les da amplia cobertura a fin de llevarlos a la atención de los amplios sectores [en la sociedad]. Lo que se necesita es inculcar estos fatwas y explicárselos a la los jóvenes en el mundo árabe y musulmán, especialmente en las comunidades destruidas por la ignorancia y la pobreza.
«Vemos que los medios de comunicación montan campañas sobre [varios] temas que en realidad pueden ser dignos de [atención], pero no tanto como el asesinato y el aterrorizar a personas inocentes. La gente de hecho se le distrae con asuntos tales como los alminares en Suiza, el niqab en Francia y otros [asuntos] que preocupan a los medios de comunicación árabes e islámicos y se convierten en el [foco] de la opinión pública, con [varias] declaraciones y condenas [movilizando] a la opinión pública. Pero cuando 88 personas inocentes son asesinadas en un país musulmán como Pakistán, y también en Irak – y en manos de aquellos que dicen ser musulmanes, [no menos] – nos encontramos con un silencio total. Esto confunde y entristece al observador, y tenemos que hacernos una pregunta simple: ¿Qué clase de sistema de valores estamos empleando? ¿Y cómo podemos [acusar a] otros de emplear un doble lenguaje cuando sufrimos del misma [problema]?»