En un artículo reciente, Ghassan Charbel, editor en jefe del diario saudita en Londres Al-Hayat, discutió las repercusiones de la crisis siria y el aumento del extremismo religioso en el Medio Oriente sobre la comunidad maronita en el Líbano. El artículo fue publicado una semana antes de que el Presidente libanés Michel Suleiman terminara su mandato de seis años y el Líbano entrara en un vacío presidencial debido a la incapacidad de la comunidad maronita de acordar un sucesor.[1] Charbel argumentó que el actual estancamiento en la selección de un presidente podría resultar fatal para la comunidad maronita. Al mencionar la crisis que enfrentan las minorías cristianas en todo el Medio Oriente, este hizo un llamado a los candidatos presidenciales maronitas Michel Aoun y a Samir Geagea a alcanzar un acuerdo sobre un tercer candidato aceptable para ambas partes, o dividir las posiciones entre ellos, con uno que sirva como presidente y otro como líder de la comunidad maronita del Líbano.
A continuación se presentan extractos traducidos del artículo:[2]
Ghassan Charbel
«Los maronitas [libaneses] echaron un vistazo a la región y reflexionaron sobre el [futuro] de sus hijos. Los cristianos en Irak han desaparecido, y los cristianos en Siria están en camino [a desaparecer]. Un número récord de iglesias han sido quemadas en Egipto. La «primavera árabe» ha apresurado la llegada del otoño de las minorías. Hojeando a través de un diario, los maronitas sienten temor: las banderas de Al Qaeda vuelan en Yemen, [la provincia iraquí de] Al-Anbar, Siria, Libia y Somalia, y de ISIS[3] están al tiro de una piedra de distancia. Cada vez que [el diario] menciona el mensaje [de Al Qaeda y del EIIS] a los cristianos que viven bajo su dominio y el tema del jizya [es decir, un impuesto del sharia que el EIIS ha impuesto a los no musulmanes que viven bajo su gobierno],[4] una mirada de preocupación cruza el rostro del maronita…
«El fracaso del arabismo moderno es una tragedia… La convivencia regional ha fracasado. Guerras antiguas han sido renovadas luego de cientos de años. Afiliaciones sectarias han derribado las fronteras internacionales artificiales. Las unidades militares están en movimiento y los combatientes están migrando [a frentes musulmanes desde diversas partes del mundo].
«Las últimas décadas han sido difíciles para los maronitas [en el Líbano]. Lucharon, mataron y murieron. Confrontaron las armas palestinas y algunos de ellos se dirigieron a la «Satánica» [Israel] a fin de obtener ayuda. Su imagen se vio empañada y su aislamiento creció. Cuando Siria vino a su rescate, exigió un alto precio a cambio de garantizar su seguridad. Cuando se enfrentaron a este, [Siria] lo trató con dureza, imponiendo sobre ellos líderes y designándoles presidentes…
«Un fuerte Siria fuerte es un problema [para los maronitas] – [pero] una Siria desmembrada es un desastre. Los maronitas los avistaron con preocupación: Siria amenaza con convertirse en un Vietnam sunita-chiita. [Combatientes] del Hezbolá están regresando allí en ataúdes; los desplazados sirios en el Líbano constituyen casi un tercio de la población del país. Esta es una terrible tragedia humana que también plantea preocupaciones de seguridad y demográficas y presagia un desastre económico. Los maronitas vieron al Líbano con preocupación… Sus guerras con otros les debilitaron, y sus guerras internas destruyeron lo que quedaba de sus poderosas figuras. Están emigrando, y su presencia en el mapa del país y en la toma de decisiones es cada vez menor…
«Los maronitas se sienten como huérfanos. Los chiitas poseen un partido de acero [Hezbolá], que ha reunido a su comunidad y ha aprovechado firmemente su destino a una potencia regional en ascenso [Irán]. Los sunitas [también] tienen un fuerte liderazgo. Aunque sin armas, poseen un ‘arsenal’ de relaciones con los países del mundo, [particularmente] con los países árabes que conservan el estatus de [los sunitas libaneses]. Los maronitas son huérfanos. Occidente ya no es cristiano y los rezos del Vaticano no bastan. Esta es la última semana del período del Presidente Michel Suleiman. Las [próximas] elecciones presidenciales son una copa de veneno tanto para los maronitas y la república [libanesa]. La restricción de los poderes del presidente no ha disminuido el apetito de los políticos maronitas por [el poder]. ‘Soy yo o nadie, o yo o dejen que el país arda,'[dicen ellos]…
«La maldición del palacio [presidencial] ha debilitado a los maronitas. Bachir Gemayel[5] ha creado un precedente peligroso cuando [decidió que], a fin de convertirse en el líder de la comunidad cristiana tuvo que hacerse cargo de la casa presidencial. Michel Aoun y Samir Geagea fracasaron cuando fueron seducidos por las reglas del juego de Bachir [y siguieron su ejemplo] – y como resultado los maronitas van en camino al desastre.
«El Líbano no puede soportar más aventuras. Un vacío [presidencial] dañará el país y será fatal para los maronitas. El tiempo se agota y su liderazgo debe tener en cuenta el veredicto de la historia. Los maronitas no tienen más sangre que derramar en las guerras entre sus líderes. El fracaso de la convivencia y el colapso de las fronteras han hecho que el Líbano carezca de sentido y han puesto a los maronitas en el camino al desastre…
«Hago un llamado a Aoun y a Geagea para que limiten el daño y consideren a una tercera persona a la que ambos apoyan, sobre la base de un plan realista para mantener el sueño de un estado [libanés] con vida, en medio del esfuerzo por revivir la asociación política [entre las comunidades religiosas]… Insto a ambos [a Aoun y Geagea] a apiadarse de los maronitas y considerar la historia de [los líderes iraquíes kurdos, el Presidente iraquí] Jalal Talabani y [el Presidente del Kurdistán] Massoud Barzani, quien se parece bastante a su propia saga. Es decir, que uno de los dos [Aoun y Geagea] se conviertan en presidente y entregue el liderazgo de la región de [cristiana] al otro.
«El mundo está cambiando, pero los maronitas no. Esa es su historia, y esa es su tragedia. Escribo sobre ellos por lealtad a la vieja ilusión de que son vitales para el Líbano y para los árabes…»
[1] De acuerdo al sistema confesional practicado en el Líbano, se requiere que el presidente sea maronita.
[2] Al-Hayat (Londres), 19 de mayo, 2014.
[3] La organización jihadista Estado Islámico de Irak y Siria, encabezada por Abu Bakr Al-Baghdadi, que se ha separado de Al-Qaeda y la está desafiando.
[4] Véase MEMRI Despacho Especial No. 5664, «El Estado Islámico de Irak y Siria (EIIS) obliga al impuesto (jizya) a los cristianos de Al-Raqqa/Siria», 28 de febrero, 2014.
[5] El líder maronita quien dirigió la milicia cristiana durante la guerra civil libanesa. Fue elegido presidente el 23 de agosto, 1982 y fue asesinado el 14 de septiembre, 1982.