En respuesta a los ataques terroristas en París por el EIIS el 13 de noviembre, 2015 Ghassan Charbel, editor del diario saudita en Londres Al-Hayat, escribió que estos ataques son más graves y más horribles que todos los ataques terroristas que el mundo ha experimentado previamente, incluyendo el 11 de Septiembre, debido a la facilidad intolerante en que ocurrieron y que pudieran ocurrir de nuevo y también porque pudiera dar lugar a un terrible enfrentamiento entre árabes y musulmanes y el resto del mundo.

Charbel critica fuertemente a los países del mundo y en particular las superpotencias, que según él permitió que el EIIS se estableciera a sí mismo y ganara fuerza en Siria e Irak. El EIIS dice, le ha declarado la guerra al mundo entero, una guerra que amenaza su seguridad, estabilidad, economía y progreso humano en general y por lo tanto el mundo debe despertar antes de que sea demasiado tarde y declarare una guerra mundial contra el terrorismo. Este afirma, además que los árabes y los musulmanes deben ser socios en esta guerra, que los amenaza nada menos que los nazis una vez amenazaron Europa y el mundo. En este contexto, este les insta a eliminar a todos los divulgadores del extremismo y el odio en las escuelas y mezquitas, en la televisión y portales y conducir una autocrítica profunda y una amplia lucha ideológica en contra del extremismo.

A continuación se presentan extractos traducidos del artículo:[1]

Ghassan Charbel (imagen: al-Arabiya.net)

«La redada en París fue peor que las del [11 de Septiembre] en Nueva York y Washington. Asesinar gente luego de mirarles a sus aterrorizados ojos es mucho peor que estrellar un avión contra un edificio. La masacre de París fue mucho más horrenda que el 11 de Septiembre en Estados Unidos. Este involucró brutales ejecuciones en el terreno que pudieran repetirse en cualquier capital, sin necesidad de aviones o pilotos. Todo lo que se necesita es una manada de lobos ignorantes que hayan bebido del rio del odio absoluto.

«La incursión de París fue la peor, [por las siguientes razones:] Aprovechó las heridas ya infligidas por las incursiones anteriores, vertiendo sobre estas un montón de sal y azufre; profundiza el plan de segregar a los musulmanes y a los árabes del resto del mundo, empuja a las comunidades árabes y musulmanas hacia un terrible enfrentamiento en los países que los acogen, construyó otro nivel en el plan de comenzar guerras religiosas y guerras inter-civilización que niegan [al otro] y que anuncian olas de odio hacia los refugiados que han huido de las guerras crueles y sociedades. [Este ataque] es una amenaza mortal a las relaciones entre los países, pueblos, religiones e individuos. Es un plan al suicidio global. El [líder] del EIIS Abu Bakr Al-Baghdadi es más peligroso que [el fallecido líder de Al-Qaeda] Osama bin Laden. El EIIS es más peligroso que Al-Qaeda. El mundo perpetró un crimen terrible cuando le permitió a esta máquina negra de asesinar [EIIS] el arraigarse en grandes partes de Irak y Siria, cuando [el Presidente de los Estados Unidos] Barack Obama optó por la política de abstenerse [de tomar acciones] y cuando [el Presidente ruso] Vladimir Putin esperó por oportunidades de caza en el lago de sangre sirio. Lo que es verdad para ellos también lo es para muchos otros [líderes]».

«El mundo ha cometido un grave crimen. Le permitió al ‘estado de Al Baghdadi’ sentirse seguro y protegido al momento en que se declaró a sí mismo. Le permitió apoderarse de yacimientos petroleros, regular la recaudación de impuestos y el uso de los bancos y ejércitos de los cuales tomó control. Le permitió construirse a sí mismos fortalezas y reclutar a extremistas capaces de colocar tecnología al servicio del programa de odio y destrucción del [EIIS]. Le permitió al [EIIS] cortejar a oficiales extremistas de ejércitos cercanos y lejanos y le dio el tiempo para crear centros de planificación y salas de guerra y crear nuevas generaciones de [atacantes] suicidas.

«No digas que tu país se encuentra lejos [de estos eventos]. No se engañen a sí mismos de que su capital está bien protegida. Esta es una guerra diferente a todo lo que hemos experimentado anteriormente o hayamos leído. Esta es una guerra mundial [declarada por el EIIS] con el fin de entrar en conflicto con el mundo entero: con cualquiera que no adopte sus inflexibles y cerrados patrones de pensamiento y con cualquiera que no beba de la misma fuente. Su objetivo es llevar a los países hacia la Edad de Piedra y transformar a [los miembros de] la diáspora musulmana y a las minorías musulmanas en bombas [vivientes]. [Esta guerra] es un plan integral para eliminar el derecho a diferir en [opinión o creencia], así como también cualquier posibilidad de convivencia y progreso. Esta guerra es una noche oscura sin estrellas que está tratando de apagar las luces de la libertad y la dignidad.

«En una guerra de este tipo uno tiene que escoger bandos. No evadan y no expriman sus manos. Existe una necesidad urgente de comprender los orígenes de este dinosaurio depredador. Pero tengan cuidado de no justificar el asesinato con la excusa de que los musulmanes en Europa están marginados y frustrados y sufren de pobreza y opresión aquí o allá. La opresión no justifica el esparcir la oscuridad. Nada permite esta masacre ambulante.

«El tema no le concierne [sólo] a Siria, Irak y la región donde se producen las decapitaciones. El mundo entero está amenazado. Esto no es una exageración. La seguridad, estabilidad, el turismo, la economía, la convivencia y las perspectivas del mundo para el progreso están todas amenazadas. El lidiar con [esta amenaza] seguramente debe trascender el conflicto entre el régimen sirio y sus opositores y entre el [PM] iraquí Haider Al-‘Abadi y su amargo enemigo el [ex PM iraquí] Nuri Al-Maliki. La [decisión del EIIS] de lanzar una guerra mundial debe cumplirse con una decisión del mismo tipo [de nuestra parte].

«El mundo debe unirse ahora, antes de que sea demasiado tarde. La ONU debe salvaguardar la seguridad y la estabilidad del mundo. El Consejo de Seguridad debe resolver lanzar una guerra mundial en contra del terrorismo. Las superpotencias deben ser responsables de llevar a cabo esta decisión. Esta guerra requiere de una flota de barcos y aviones, así como también de apoyo financiero y de los medios de comunicación. El mundo árabe no tiene más remedio que ayudar en salvarse a sí mismo, [participando] en una guerra que cerrara todas las fortalezas que le proveen a los extremistas su capacidad para fortificarse a sí mismos, proliferar y llevar a cabo ataques. Junto a esta guerra no nos queda más remedio que cerrar las plataformas de odio hacia el otro e [involucrarse en] una confrontación ideológica integral. No hay más remedio que llevar a cabo una autocrítica a fondo que requiera recapturar las universidades, las escuelas, las mezquitas, las pantallas de televisión y los portales del control de los que difunden takfir y niegan al otro…

«Esta es la hora de grandes decisiones. El mundo debería lanzar esta guerra ahora y no después. El Consejo de Seguridad debería formular una postura internacional firme y aprovechar todas las capacidades de las naciones para defender el progreso humano. La amenaza que actualmente enfrenta el mundo árabe y musulmán no es menos grande que la amenaza de que el nazismo [una vez posó] para Europa y el mundo. El mundo está en una encrucijada. La decisión de salvaguardar el progreso humano requiere de la condición de un [estadista de] altura poco común. Mucho más se requiere de la habilidad de [Sergei] Lavrov y la ingenuidad de Kerry. Lo que es necesario es una guerra mundial contra la oscuridad, junto a una buena voluntad internacional para terminar las disputas sobre la base del diálogo, justicia y la sociedad. Un retraso en el lanzamiento de la guerra sólo infligirá nuevas ‘redadas’ sobre el mundo».


[1] Al-Hayat (Londres) 15 de noviembre, 2015.