Salah Diab, empresario egipcio y propietario del diario Al-Masri Al-Yawm, quien utiliza el seudónimo de Newton en el diario, publicó una serie de cuatro artículos en los que expresó su deseo por un liderazgo visionario que liberara a los árabes del lamentable estado en el que han caído durante décadas debido a su rigidez intelectual y afirmó que el ex-presidente egipcio Anwar Sadat, quien inició la Guerra contra Israel en octubre de 1973 y luego firmó un tratado de paz con este, dio el ejemplo de tal liderazgo. Este afirmó que cualquiera puede ser visionario, tal como lo demuestra el ejemplo del investigador noruego que inició los Acuerdos de Oslo.
Newton instó a los árabes a pensar de una manera igual a como lo hizo Sadat aprovechando la indignación internacional por la declaración de Trump sobre Jerusalén y respondiendo a esta con una «ofensiva de paz integral» lo que rápidamente lograría resultados, en lugar de someterse a la ideología radical que considera como un crimen la normalización de relaciones con Israel. Tal paz, una vez obtenida, eliminaría el pretexto de Irán de intervenir en los países árabes y les permitiría a los árabes poner fin a su estado de alerta justificado en respuesta a esta intervención, escribió. Este concluyó que, luego de que el problema palestino encuentre una solución justa, la región podrá participar de su desarrollo y avanzar por sí mismo en el mundo tecnológico moderno de hoy día.
Salah Diab, alias Newton (imagen: Arabinternationallawfirm.com)
A continuación se pueden ver extractos traducidos de la serie de artículos de Newton.
Debemos reavivar los Acuerdos de Camp David antes de que algún estado árabe establezca relaciones con Israel solo como defensa contra Irán
En el primer artículo de la serie, el 12 de diciembre, Newton escribió: «Sadat sorprendió dos veces: la primera sorpresa fue el ataque militar en [octubre] de 1973 y la segunda, en noviembre de 1977 fue diplomática, cuando decidió ir a Israel y pronunciar un discurso en el Knesset. La sorpresa de ir a Israel fue producto de su visión. La visión es creatividad, originalidad y una forma de inspiración. Es un talento que conduce al descubrimiento de algo nuevo. Una persona que trabaja de 15-20 horas al día por lo general no es interesante, mientras esté totalmente desprovisto de visión, ya que la visión puede, en un solo flash, hacer superfluas decenas de horas de trabajo y de reuniones interminables.
«Los Acuerdos de Oslo nacieron gracias a la visión de un sociólogo cuya esposa trabajó en el cuerpo diplomático noruego. Los dos visitaban Egipto, Gaza, Tel Aviv y Jerusalén y fueron testigos de la primera intifada. Al estudiar de cerca la situación, descubrieron a un joven palestino arrojando una piedra y le enfrentaron, un joven israelí disparando una bala de goma. Ambos compartían los mismos rasgos faciales y el mismo miedo. Aquí la imaginación del esposo comenzó a funcionar y se preguntó a sí mismo: ‘¿Por qué no acercar a los dos bandos’?, teniendo especial cuenta de que Noruega tiene fama de ser un país neutral, a diferencia de los Estados Unidos, con su reputación de parcialidad [pro-israelí]. Este decidió llevar a cabo su plan a través de los canales diplomáticos de la manera más secreta y organizar reuniones entre representantes de los bandos palestinos e israelíes. Ambas partes eran muy estrictas a la hora de preservar su confidencialidad, porque, si se hubiese sabido que Arafat estaba negociando con los judíos, su mandato habría terminado y si se hubiese sabido que Yizhak Rabin negociaba con la OLP, siendo esta una organización considerada terrorista por los israelíes, hubiese puesto fin a cualquier posibilidad que su partido tuvo de ganar las próximas elecciones.
«Peres fue el canciller y Rabin el primer ministro y reñían entre sí, compitiendo por el liderazgo del Partido Laborista. Peres comenzó las conversaciones de Oslo sin que Rabin lo supiera [y lo mantuvo a la sombra] hasta que los resultados de la aventura se aclararon. Noruega [también] comenzó a mediar entre las dos partes sin el conocimiento de su canciller; el único que tenía conocimiento era el vicecanciller. Ambas partes, junto a los mediadores, tomaron medidas estrictas para mantener a los Estados Unidos al margen de lo que estaba ocurriendo. Las reuniones tuvieron lugar en pequeños pueblos alrededor de la capital Oslo y finalmente llegaron a un acuerdo que fue anunciado en el jardín de rosas de la Casa Blanca bajo el patrocinio del ex-presidente Clinton. Luego, la normalización de relaciones se convirtió en algo aceptable y ya no era vergonzoso. El acuerdo tuvo como resultado de que a Arafat, Peres y Rabin se les otorgó el Premio Nobel de la Paz, [aunque] más tarde [el acuerdo de paz] confrontó dificultades. Los Acuerdos de Oslo formaron una secuela natural a los Acuerdos de Camp David y le permitieron a Palestina recuperar el asiento que había dejado vacío en las conversaciones del [Hotel] Mena House en El Cairo. Luego de la visita de Sadat a Israel el 14 de diciembre, 1977 se inauguró una conferencia de paz en el Hotel Mena House en El Cairo con representantes de Israel, Egipto, Estados Unidos y un observador de la ONU, [pero la OLP se negó a participar].
«Lo que se necesita actualmente es un visionario que pueda revivir los Acuerdos de Camp David, antes de que algún estado árabe se enrede en el apresurado establecimiento de relaciones con Israel solo para utilizar su ayuda en contra de Irán».[1]
Ningún escenario de paz es imposible, pero el realizarlo requiere combatir la situación en el terreno
En el segundo artículo de la serie, del 13 de diciembre, Newton respondió a un artículo publicado en su diario tres días antes, por Ezzedine Choukri Fishere, un ex diplomático y profesor de ciencias políticas. Fishere imaginó un escenario utópico en el que los líderes árabes reaccionaban ante el anuncio de Trump sobre Jerusalén «dándole un portazo a Trump pero no a los Estados Unidos». Estos llaman de vuelta a sus embajadores de Washington, expulsan a los embajadores estadounidenses de sus países y amenazan con cerrar las embajadas estadounidenses totalmente si los Estados Unidos transfieren su embajada en Israel a Jerusalén; al mismo tiempo, mantienen relaciones económicas y militares con los Estados Unidos y renuevan el llamado a Israel para que negocie su retirada a las fronteras de 1967 a cambio de paz y la normalización de relaciones. Mientras tanto, la Cumbre de Riad se encarga de aprobar tres decisiones sorprendentes: establecer un foro para la reconciliación árabe-iraní-turca, que formule entendimientos para poner fin a la violencia en las áreas controvertidas de la región (Siria, Irak, Yemen, Libia, Hamas y Qatar); formar una delegación compuesta por Egipto, Marruecos, Jordania y Qatar que anunciara su disposición de venir a Israel para presentar la percepción árabe sobre la paz, que incluye convertir ambas partes de Jerusalén en capitales: Palestina e Israel; y establecer una organización de seguridad y paz en el Medio Oriente que proponga medidas de seguridad para poner fin a la violencia, generar confianza y reforzar la cooperación entre los países de la región ante los diversos desafíos de seguridad, incluyendo la guerra contra el terrorismo. Esta organización incluiría a Irán y Turquía (e Israel también sería invitado a unirse a ello inmediatamente después de la firma del acuerdo de paz). Como resultado, la situación de seguridad en el Medio Oriente encuentra la calma y la atmósfera mejora. Esto hace que Rusia y China, seguido por la Unión Europea, busquen una cooperación económica y estratégica con el Medio Oriente y una vez que los Estados Unidos observa que su posición en la región se ha erosionado, remienda sus caminos para defender sus intereses. Feshere concluyó su artículo con las palabras «y luego desperté de mi sueño».[2]
En su artículo de respuesta, Newton afirmó que este sueño no era tan descabellado, pero que se necesitaba de acciones para realizarlo. Este escribió: «En mi opinión, este artículo, que terminó cuando el autor despertó de su sueño, no describe un sueño imposible sino más bien un escenario que debería realizarse. Así es como deberían ser las cosas. Fue un escenario bien estructurado [reflejando] una imaginación fértil. ¿Es posible que, [un día], nos vayamos a dormir y al despertar descubrimos que en realidad este está ocurriendo? ¿Queremos que nuestros nietos, al menos, logren esto? Hablando en general, para combatir la situación en el terreno, no es suficiente soñar y disfrutar de los placeres de la imaginación».[3]
Hicimos una paz sin normalización de relaciones; estrecharle la mano a un israelí todavía es considerado un crimen
En el siguiente artículo, publicado el 14 de diciembre, Newton continuó: «La visión se aprovecha de cada evento y lo transforma en una oportunidad. El evento [que puede ser aprovechado actualmente] es la decisión arrogante de Trump [sobre el tema de Jerusalén], al que todos los países del mundo se oponen. Esta [oposición] avergonzó a los Estados Unidos, al igual que avergonzó a Israel y profundizó su aislamiento. La visión decreta que los árabes deberían llevar a cabo una ofensiva de paz integral. Esto no es imposible, tal como lo demostró Oslo, siendo este el resultado de la visión de una persona común. La iniciativa de paz de Sadat fue producto de una visión [también]. Pero… el visionario no tiene que ser un presidente o poseer un alto cargo, porque el visionario de Oslo era simplemente el miembro de un centro de investigación, sin embargo, este propuso una iniciativa de paz mucho más notable e importante. ¿Por qué no deberíamos nosotros pensar de manera similar a Sadat, trascendiendo las expectativas habituales, el pensamiento tradicional, los grupos de interés, [todos] aquellos que se benefician y se enriquecen por la continuación de esta tragedia y la respuesta árabe [común], que hemos estado intentando desde 1978 hasta el día de hoy.
«Estoy hablando de lograr una paz permanente, de una buena vez. [Recordemos que] después de los palestinos, el primero y último pueblo que sufre por la situación actual son los pueblos árabes. [Pero] los gobernantes árabes no parecen verse afectados por tales medidas, al contrario, la causa palestina se ha convertido en una excusa para la tiranía que algunos de ellos ejercen, así como también un pretexto para la intervención iraní en Siria, Irak, Yemen, Gaza y el Líbano. Se requiere de una solución integral muy singular. El problema no se limita a los campos de refugiados, sino que tiene que ver con la atmósfera predominante en todos los países árabes y no en los estados que confrontan [a Israel]. Es cierto que realizamos un [acuerdo] de paz, pero sin normalización de relaciones. Estrecharle la mano a un israelí todavía es considerado un crimen [aquí]. La anhelada paz no se obtendrá sino por una visión que trascienda todos los axiomas tradicionales.
«Cuando Trump anunció su decisión de transferir la Embajada estadounidense a Jerusalén y ver a Jerusalén como la capital de Israel, dijo que esta medida impulsara el proceso de paz. Mentiroso, el mentiroso arde en llamas. Hablémosle de su mentira; aprovechemos su falsa afirmación mientras todavía esté a la defensiva y frente a la ira internacional. Aprovechemos el barullo en el que se metió a sí mismo y comencemos a adoptar medidas serias y vigorosas a través de una visión rica y creativa para actualizar el proceso de paz: una paz integral de una buena vez.
«Si esto realmente sucede, todas las excusas para una intervención iraní en los estados árabes se extinguirán, junto a la motivación para la legítima vigilancia árabe en oponerse a estas intervenciones. Luego de que se haga justicia con [los palestinos], la región se interesará en el desarrollo correcto, para de esta manera avanzar hacia el mañana, que se mueve mucho más rápido que todas nuestras ideas».[4]
Le hemos dejado la plaza a los extremistas para quienes la normalización de relaciones es un crimen
En el último artículo de la serie, del 24 de diciembre, Newton escribió: «Los detalles de Camp David y de la visita de Sadat a Israel son ricos en elementos dramáticos que pudieran haberse aprovechado para resolver el problema de la normalización de relaciones, las cuales se congelaron y por ende se detuvieron. Nosotros pudiéramos haber comenzado, por ejemplo, con la idea que Sadat esbozó espontáneamente en el parlamento [egipcio]… [Hasta ese momento], lo último que alguien se hubiese imaginado fue que este mismo iría al Knesset. [Esto fue acompañado por otros contactos que tuvieron lugar antes y después del anuncio de Sadat: la mediación del entonces gobernante de Rumanía [Nicolae] Ceausescu, la reunión y conversación entre Sadat y Golda Meir, sus conversaciones con los líderes israelíes y la formación de relaciones genuinas con ellos, como seres humanos y no solo como sanguijuelas, los detalles que reflejaban las esperanzas y aspiraciones de cada parte, el drama de su disputa con la parte israelí en Camp David y su amenaza de marcharse y el papel desempeñado por [el presidente estadounidense Jimmy Carter] y su intervención. Todas estas medidas ayudaron a acercar la paz a los corazones y mentes del pueblo y si esto se hubiese hecho cuando los problemas empeoraron, entonces se hubiese llegado a un acuerdo sobre la solución de dos estados y Jerusalén se hubiese convertido en la capital de ambos [estados].
«[Los elementos adicionales en este contexto fueron]: el abandono a Sadat por parte de los árabes, la negativa de Hafez Al-Assad a participar en las negociaciones para devolver el Golán luego que Sadat le pidiera que lo hiciera, el rotundo discurso de Sadat en el Knesset; sus palabras respecto a una solución integral que comenzaría con [el establecimiento de] un estado de Palestina, el abandono palestino a Sadat y su negativa [a unirse] a las negociaciones y la explícita y contundente [insistencia] de Sadat en hablar con el ministro de defensa israelí sobre el tema ‘árabe-israelí’, en lugar del tema ‘egipcio-israelí’, ya que este no tuvo como visión restaurar solo el Sinaí, sino que deseaba restaurar todas las tierras árabes ocupadas…
«Todas las medidas de Sadat para obtener la paz estaban repletas de drama que no pudo aprovechar. Todos estos temas requieren de una acción masiva y dramática capaz de transmitir el mensaje y objetivos de Camp David a todos los ciudadanos egipcios comunes. Aunque existe un acuerdo de paz entre nosotros [e Israel], e [Israel] tiene un embajador residente aquí, hasta el día de hoy nosotros consideramos que cualquier contacto con este país es sospechoso y dudoso. Incluso los contactos a nivel de estado y sus instituciones son secretos y no se puede hablar de estos, como si fuesen una conspiración o un crimen».[5]
[1] Al-Masri Al-Yawm (Egipto), 12 de diciembre, 2017.
[2] Al-Masri Al-Yawm (Egipto), 10 de diciembre, 2017.
[3] Al-Masri Al-Yawm (Egipto), 13 de diciembre, 2017.
[4] Al-Masri Al-Yawm (Egipto), 14 de diciembre, 2017.
[5] Al-Masri Al-Yawm (Egipto), 24 de diciembre, 2017.