En un artículo escrito el 1 de enero, 2019 en el medio de comunicación vocero del régimen iraní Kayhan, Sadollah Zarei, miembro del comité editorial de Kayhan, pidió crear una «liga de resistencia» para reemplazar a la Liga Árabe, diciendo que este último ya no posee ninguna influencia y que sus miembros árabes actúan contra su propia ideología fundadora. Tras los llamados de varios estados árabes para restablecer a Siria como miembro de la Liga Árabe, Zarei declaró que reunirse con la liga no es del interés de Siria y pidió a Turquía, Siria, Qatar, Pakistán, Omán, Afganistán, Malasia e Indonesia congregarse en una especie de «liga de resistencia» basada en una ideología islámica que unirá a estos países y ofrezca una alternativa a la Liga Árabe, liderada por el rival de Irán de este caso, Arabia Saudita.

Esta propuesta es un elemento adicional en la empresa de exportar la revolución islámica de Irán con el propósito de reforzar la influencia y hegemonía iraní a lo largo y ancho del Medio Oriente.

Lo siguiente son los puntos principales del artículo:

«Un aroma de intriga, más que una admisión de derrota, deriva en acciones de los gobiernos árabes que dependen de los Estados Unidos y de su invitación a Siria en normalizar las relaciones políticas con ellos y retornar a la estructura de los estados [árabes].

«Esta intriga tiene como destino proveer justificación política para cambiar el carácter de Siria tras llegar a un punto muerto en su campaña militar contra este. Pero, ¿cómo hacerlo? Arabia Saudita invitó a Siria a retornar a la Liga Árabe[1] y ser un estado árabe común. La pregunta es si esto es una necesidad de los sauditas o una necesidad de los sirios.

«¿Se encuentra la Liga Árabe enfrentando ahora una crisis de identidad y una crisis existencial que requiere traer de vuelta a Siria con el propósito de sobrevivir? ¿O es Siria la que enfrenta una crisis política y existencial y debe retornar a la Liga Árabe a fin de ser ese el que sobreviva?

«Las respuestas a estas preguntas son simples. La Liga Árabe desapareció hace ya más de dos décadas y no posee una influencia verdadera. Su filosofía posee dos elementos fundamentales: uno es resistir al régimen sionista y actualizar el ideal de la liberación de Palestina y el otro es ampliar la cooperación inter-árabe y reducir las tensiones internas entre [los árabes]. [Pero] durante mucho tiempo, la mayoría de los miembros de la Liga Árabe, particularmente los principales países en ello, no solo han abandonado la lucha contra el régimen sionista, sino incluso mantienen relaciones políticas y de seguridad con este. Al mismo tiempo, los árabes en Yemen, Arabia Saudita, Bahréin, Libia, Siria, Irak, etc., están combatiendo entre ellos con armamento y bombas y su situación de seguridad es incluso peor…

«¿De qué sirve un regreso de Siria a la Liga, algo que algunos medios de comunicación han descrito como un hermoso sueño? ¿No son los responsables de la primera guerra en Siria los mismos miembros que dirigen la Liga [Árabe]? Ante las circunstancias actuales, no es que la Liga Árabe puede respaldar al [Presidente sirio] Bashar Al-Assad; es Bashar quien puede acreditar a la Liga Árabe si decide regresar a ella, pero no es a beneficio de Bashar Al-Assad el responder afirmativamente ante la invitación extendida por Arabia Saudita y [los otros]…

«Siria no debe regresar a la Liga Árabe, cuyos miembros [intentaron] derrotarla un día, [incitándolo] a que se vaya. Tal [medida] socavaría el futuro de la seguridad en Siria… No pocos estados islámicos y árabes están hartos hoy con la política estadounidense dictatorial y de las declaraciones anti-islamistas del régimen saudita y buscan un eje seguro para que puedan superar los problemas y el aprovechar oportunidades.

«Irán, Turquía, Siria, Irak, Pakistán, Afganistán, Omán, Qatar, Argelia, Malasia, Indonesia y así sucesivamente pueden crear hoy una nueva organización y pueden convertirla en la principal organización islámica y hacer posible para otros estados islámicos a que se unan gradualmente a ello…

«La ‘resistencia’ puede ser terreno común para estos países – la resistencia ante las amenazas políticas y de seguridad y al mismo tiempo hacer un mejor uso de las diversas oportunidades en el mundo islámico y entre las naciones árabes. En esta era, el mundo se está despellejando luego de 74 años y se le ve entrar a una nueva era. Estamos en nuevas circunstancias, donde Occidente está listo para hundirse y la estrella del Este a punto de levantarse. Pero no podemos aceptar las condiciones futuras con un organismo [como la Liga] que operó cuando el régimen [global] era de característica bipolar y durante la Guerra Fría…

«Por lo tanto debemos, de acuerdo a ello, prepararnos nosotros mismos para pensar profundamente sin confrontar los hechos de una manera emocional – para que podamos influir en futuros desarrollos internacionales y preparar a nuestra región para que ocupe un papel activo en el desarrollo de Asia».


[1] Arabia Saudita de hecho no ha emitido tal invitación.