El Consejo Superior de
la Paz fue creado en octubre, 2010 (Imagen cortesía: tolonews.com)

Un artículo reciente en un diario líder afgano examinó el estatus de las conversaciones de las así llamadas conversaciones del gobierno de Afganistán con los talibanes y otros grupos militantes y las perspectivas de paz en Afganistán. El artículo es importante en vista de los propios esfuerzos del gobierno afgano para llegar a la paz con los talibanes, sobre todo la creación del Consejo Superior de la Paz (CSP) bajo el ex presidente Burhanuddin Rabbani para hablar directamente con los grupos militantes.

Moh’d Mehdi Rezaie, el autor del artículo titulado «Reconciliación con el Talibán y Perspectivas», señaló que en la actualidad los talibanes están ahora en una mejor situación que en el pasado y de hecho pueden no depender ya del apoyo a los santuarios extranjeros en Pakistán. El artículo fue publicado en el diario afgano Outlook, un diario en inglés. Cabe señalar que el Emirato Islámico de Afganistán (el gobierno sombra de los talibanes) ha negado que estén dedicados a la búsqueda de las conversaciones de paz.

Argumentando que el mejor camino para la estabilización de Afganistán es fortalecer el gobierno y reducir la corrupción en el país, Rezaie señaló: «El componente más importante de cualquier plan viable para estabilizar al país debe fortalecer el estado del gobierno de Afganistán y ampliar su extensión a todo el país. Para esto, es inevitable concluir de que debemos mejorar la gestión – y no sólo el gobierno – en el país, reducir la corrupción y hacer del gobierno un representante legítimo de nuestras diversidades nacionales y aspiraciones».

Lo siguiente son extractos del artículo: [1]

«Es seguro asumir que el liderazgo talibán continuará la batalla ya que… creen que están ganando»

«Los grupos myriad que son denominados bajo el nombre de la insurgencia, incluyendo a los talibanes y al Quetta Shura, hasta ahora no han mostrado ninguna voluntad verdadera de negociar seriamente. Hablar y negociar con los talibanes y la insurgencia se está haciendo cada vez más una utopía que fue un producto de la imaginación de algunas capitales occidentales desesperadas y un gobierno afgano que continua ajeno a las realidades sobre el terreno. La insurgencia, con el invierno tras de este, establece el resurgir de nuevo con renovada fuerza y tenacidad, tal como ha sido el caso, año tras año.

«Hubo un matiz más repentina y un grito que se eleva en las capitales occidentales y en los medios de comunicación acerca de la necesidad de abrir caminos de diálogo, conversaciones y reconciliación con los talibanes como el principal grupo insurgente. Los políticos británicos y estadounidenses y los comandantes militares que dirigen la guerra aquí en Afganistán expresaron sus dudas sobre las perspectivas de una victoria militar sobre los talibanes y comenzaron a hablar de negociaciones y reconciliación. La reunión posterior del Consejo Supremo para la Paz, establecido por el Presidente Karzai, levantó las esperanzas de frenar la insurgencia talibán y de traer la paz al país de la noche a la mañana. Pero las realidades son muy diferentes.

«La insurgencia afgana, a lo largo de la historia, ha sido resistente y capaz de soportar por mucho [tiempo], convirtiendo los conflictos en prolongadas guerras de desgaste en la que los ejércitos que ofenden se han agotado a si mismos y finalmente se retiran. Los talibanes serán, sin duda, resistentes y estarán ahí durante buen trecho. Es seguro asumir que el liderazgo talibán continuará la batalla ya que no ven beneficio tangible en abandonarla ya que creen la están ganando».

«Los talibanes, hoy, están más decididos que durante la última década»

«La declaración de la cumbre de la OTAN en Portugal en noviembre pasado afirmando que la OTAN pondrá fin a su misión de combate en Afganistán en el 2014 y se ocupará luego de las funciones de apoyo ha llegado como una inyección de moral para los dirigentes talibanes, así como para sus rangos y bases. Están seguros de considerar este anuncio como una aprobación de su creencia de que la hora no está tan lejos cuando la OTAN y sus fuerzas aliadas saldrán de Afganistán. Esto a pesar del hecho de que los Estados Unidos ya han dejado clara su intención de permanecer en Afganistán militarmente, aunque en números mucho más reducidos, por un período indefinido de tiempo más allá del 2014.

«La construcción de mega-bases militares en todo el país a costa de cientos de millones de dólares con el fin de estacionar tropas militares estadounidenses es sólo uno de los muchos indicios de que los Estados Unidos permanecerá en Afganistán más allá del 2014. Las fuerzas militares de otros países miembros de la OTAN también permanecerán en Afganistán más allá del 2014, a pesar de que es probable poner fin a las misiones de combate y en su lugar asumir las funciones de apoyo, tal como se anunció en la Cumbre de Lisboa.

«La tentación errada en las capitales occidentales y Kabul de pensar que es posible persuadir a los talibanes a que abandonen la lucha y abandonen la guerra ofreciéndoles concesiones y privilegios es fuerte. El Presidente Karzai, en sus discursos públicos, muchas veces ha incluso llegado al extremo de hacer peticiones emocionales a los dirigentes talibanes a que abandonen la violencia. Pero el hecho sigue siendo amargo de que los talibanes, en la actualidad, están más decididos que durante la última década en seguir adelante con su insurgencia. El fuerte reciente incremento de los ataques suicidas y el asesinato de civiles – los ataques en el centro comercial de Kabul Kunduz y el banco Jalalabad en Kabul – indican que los militantes están decididos a continuar con la guerra».

«Los talibanes hoy, a diferencia de hace unos años, ya no son tan dependientes de santuarios y de soporte técnico… del otro lado de nuestras fronteras tal como lo fueron hace algunos años»

«Lo que se está observando en los últimos años es la creciente y autóctona afganización de la insurgencia talibán en el país. En la actualidad, los talibanes, a diferencia de hace algunos años, ya no son tan dependientes de los santuarios y del apoyo que se les proporciona a través de nuestras fronteras como lo fue hace algunos años. Hoy día, la insurgencia de los talibanes está cada vez más afganizada e indigenizada. En muchas de nuestras zonas rurales swath, es nuestra propia población afgana que crecientemente está proporcionando los cuadros para el reclutamiento y el apoyo de la insurgencia. Esto ha hecho mucho más difícil la tarea de derrotar a la insurgencia por medios militares.

«Esta es una de las razones principales del por qué la estrategia de Occidente de construir un apoyo popular para el gobierno y cortejar a los militantes talibanes está fracasando. A medida que el actual estado de cosas se interponga en el país, persuadir a los talibanes a sentarse a la mesa de negociaciones es nada más que una ilusión. Alimentar la idea de que cientos de militantes dudosos por motivos que alegan de que son insurgentes y llamarlo un logro en el camino de llevar la paz al país no hace más que engañarnos a nosotros mismos.

«La negociación y la reconciliación con los talibanes puede ser posible sólo cuando las raíces de las causas de los problemas son reconocidas. Esto, además de una fuerte voluntad política por parte de todos los países y actores, consiste en establecer los mecanismos adecuados en su lugar y trabajar las modalidades de las negociaciones en estrecha colaboración y consulta con aquellos países que son actores directos en el conflicto de Afganistán.

«El componente más importante de cualquier plan viable para estabilizar el país debería fortalecer el estado del gobierno de Afganistán y ampliar su alcance en todo el país. Para este fin, es una conclusión inevitable de que debamos mejorar la gestión – y no sólo el gobierno – en el país, reducir la corrupción y hacer que el gobierno sea un representante legítimo de nuestras diversidades y aspiraciones nacionales.

«En cualquier plan concebible, el apoyo internacional al gobierno de Afganistán, a las fuerzas de seguridad y la gente debería continuar por muchos años si la comunidad internacional y Afganistán quieren lograr estos objetivos. El capacitar a las fuerzas de seguridad afganas debe continuar y ser acelerado junto a los recursos asignados para ese aumento. Estas son las únicas alternativas para un destino sombrío que podría estarle esperando al país, si la comunidad internacional y el gobierno afgano fracasan en este proyecto».


[1] Diario Outlook Afganistan (Afganistán), 21 de marzo, 2011. El texto del artículo ha sido ligeramente editado para mayor claridad.