El 30 de noviembre, 2016 el diario ruso Moskovsky Komsomolets publicó una entrevista sobre las relaciones Estados Unidos-Rusia con uno de los intelectuales más influyentes y altamente citados, el profesor Valery Solovei. De acuerdo con Solovei, quien preside el departamento de relaciones públicas en el Instituto Estatal de Relaciones Internacionales (Universidad), la nueva administración Trump responderá desde una postura de fuerza y los rusos nunca ganaran en tal competencia. Este también agregó que la nueva administración estadounidense puede hacer trizas la economía rusa dentro del lapso de 2-3 años.
A continuación se presentan extractos de la entrevista de Solovei con Mk.ru:[1]
Valery Solovei (Fuente: znak.com)
«Debe decirse que actualmente la institución estadounidense comparte un amplio consenso anti-ruso que es de carácter no parcializado
«[El presidente ruso] Vladimir Putin habló hoy sobre su reciente conversación telefónica con el presidente electo de Estados Unidos Donald Trump y expresó sus esperanzas de una corrección en las relaciones ruso-estadounidenses. Cuan justificadas son por ejemplo [las esperanzas de Putin]. Está Trump realmente de de ‘nuestra parte’? La euforia de la elite gobernante rusa por la victoria de Trump fue mayor que la del cuartel general de Trump – dice Valery Solovei – Por ejemplo, sé que en algunas oficinas del gobierno, cuando se anunciaron los resultados de las elecciones estadounidense, estos abrieron champán y fumaron cigarros.
«Pero ahora, naturalmente, la euforia ha disminuido. Primero, entre personas que entienden algo sobre política exterior y de cómo se construye el mecanismo gubernamental estadounidense. Trump no es tan impredecible tal como se le representa a menudo. Para gobernar con éxito este debe gobernar de acuerdo a su propio partido. Ahora ya que se ha desarrollado una situación única en los Estados Unidos: los republicanos controlan ambas cámaras del Congreso y también están a cargo de la mayoría de los estados. Por lo que Trump debe respetar el equilibrio de fuerzas, intereses y puntos de vista desarrollados en la institución partidista que [a su vez] forma parte de una institución estadounidense común. Y las primeras nominaciones de Trump dan fe a un enfoque realista y muy equilibrado.
«Digno de mencionar de que estas decisiones personales se han ganado el estímulo no sólo de los republicanos sino también de los demócratas. Debemos decir que en la actualidad la institución estadounidense comparte un amplio consenso contra Rusia que no posee carácter partidista. Todos señalan a Rusia como una antigua gran potencia en un estado en declive largo e irreversible, pero que intenta, en un ataque de desesperación, revisar el resultado de la Guerra Fría. Yo enfatizo: esta opinión es compartida por toda la institución estadounidense.
«Sin embargo, los estadounidenses tienen varios intereses muy obvios para cooperar con Rusia, Trump entiende perfectamente que su capacidad para resolver el rompecabezas sirio será un indicador importante de su éxito en su política exterior. Y este no se fija a si mismo dentro del objetivo – no públicamente, al menos – por el derrocamiento de Assad. Trump afirma que la lucha contra el terrorismo es la máxima prioridad. Por lo tanto, existe cierta base no sólo para la coordinación, sino incluso para algunas acciones conjuntas.
«Por supuesto, los líderes rusos en secreto esperan cambiar a Siria por Ucrania. Esto significa llegar a un acuerdo con los estadounidenses sobre Siria negociando un acuerdo que incluya a Ucrania en la zona de interés rusa. Y yo puedo decir que el oficialismo en Kiev le teme mucho a esto – hasta el punto de llegar a acalambrarse.
‘Si no llegamos a un acuerdo con los Estados Unidos, nos encontraremos en una situación muy desagradable’
«No está muy claro todavía lo que ocurrirá en esta dirección, pero regresaré al comienzo de mi discurso: existe una institución republicana, existe una institución estadounidense que le concede importancia en contener los débiles esfuerzos revisionistas de Rusia. Incluso si Trump decide concluir tal acuerdo con Moscú, la institución, muy probablemente, no permitirá su implementación.
«En cuanto a Crimea, este problema en cualquier caso está marginado, hoy tenemos este tema muy claro. Estados Unidos, al igual que la UE, nunca reconocerá a Crimea como parte de la Federación Rusa. Pero de hecho la situación seguirá siendo la misma.
Existen varios otros temas problemáticos en las relaciones ruso-norteamericanas que poco probable se resuelvan con el advenimiento de la administración Trump. Por ejemplo, [existe] la «Lista Magnitsky» [de funcionarios rusos sancionados] o el caso del derribado avión «boeing» de Malasia Air Lines. Muy pronto la comisión internacional que investiga esta catástrofe publicará la lista de los culpables. En Moscú temen que la lista sea muy desagradable para nosotros.
«Al momento en que este aparece, los daños causados por las familias y los familiares de los caídos seguirán de inmediato y probablemente pondrán en peligro las propiedades de la Federación Rusa en el exterior. Rusia, muy probablemente, preferirá el acuerdo conjunto con Estados Unidos – de sentarse en la mesa de [negociaciones] y resolver todos los problemas. Pero estoy seguro de que los estadounidenses no se van a convencer de ello.
«Poniendo este tema de lado, existe otro problema conceptual muy serio, el cual pocos actualmente lo consideran: el tema en cuestión es que durante los dos últimos años Rusia le ha demostrado al mundo entero que coloca el poderío en la vanguardia. Refiriéndose: ustedes norteamericanos y europeos, hablar de valores, pero todo esto es hipocresía y mentiras. Ustedes no poseen valores: nosotros aplicamos presión – ustedes se han retirado, sin decidir hacer nada.
«Pero Trump no es Obama. Dentro del ámbito de la política exterior, el gobierno de Obama fue la administración estadounidense más débil de la posguerra. Trump no puede permitirse tal debilidad. Por lo que la situación nos abre nuevas posibilidades. La administración estadounidense reaccionará desde una postura de fuerza y nunca podremos ganarles en esta competencia, la Unión Soviética la perdió y Rusia es mucho más débil que la Unión Soviética. Nuestro potencial [estadounidense frente a Rusia] es groseramente desproporcionado, no posee ilusiones sobre ello.
«Esto significa que todo depende de nuestra disposición a evaluar la situación de manera realista y comprometernos. Si no llegamos a un acuerdo con los Estados Unidos tendremos que lidiar con una situación muy desagradable. Existen muchas herramientas en su arsenal que [les] permiten llevarnos hacia una esquina. Las acciones económicas y financieras a tomar serán suficientes: dentro de 2-3 años, la economía de Rusia estará totalmente desgarrada».
[1] Mk.ru, 30 de noviembre, 2016. La entrevista fue realizada por el periodista ruso Andrei Kamakin.