El 28 de marzo del 2011, el blogger egipcio Nabil Maikel fue arrestado por «insultar al ejército» y «dañar la seguridad pública» en su blog en inglés (www.maikelnabil.com) y en su página de Facebook (facebook.com/MaikelNabilSanad).
De acuerdo a un informe del 6 de abril, 2011 en el diario egipcio Al-Ahram, este fue llevado a juicio y el 10 de abril sería emitido un veredicto al respecto. Activistas de los derechos humanos y grupos han exigido al ejército que libere a Nabil, Human Rights Watch llamó al arresto un «precedente peligroso en un momento en que Egipto está tratando de distanciarse de los abusos de la era de Mubarak».
Nabil ha negado administrar o contribuir a las publicaciones en cuestión. [1] Uno de los publicados en el blog es una descripción extensa de la revolución egipcia, con una visión particularmente crítica de la conducta militar egipcia antes, durante y después de la revolución. Este acusa a los militares de brutalidad e incluso de asesinar a manifestantes y de seguir las tácticas dictatoriales del ex presidente Hosni Mubarak, incluso después de su derrocamiento. El publicado afirma que los militares sólo se abstuvieron de una violencia a gran escala durante la revolución, porque se dieron cuenta de que no podían contener a los manifestantes por la fuerza. En consecuencia, este dijo, el ejército ha adoptado una política de represión, al mismo tiempo que permitía a la policía y a los «matones» pro-Mubarak de actuar violentamente contra los manifestantes. El artículo también acusa a los militares de estimular e incluso participar en la violencia sectaria.
Lo siguiente son extractos del mensaje, en su original en inglés, editado para su claridad. [2]
«¿Está el ejército egipcio con la revolución?»
El publicado abre con la pregunta: «¿Está el ejército egipcio de lado de la revolución?» Este procede a responder a esta pregunta en sentido negativo, llamando la conducta del ejército «engañosa» y acusándolo de aprovecharse de la revolución para sus propios intereses. El autor afirma que, desde su recuento de la revolución, será evidente que los militares nunca se han alineado con el pueblo egipcio en lo absoluto.
Este escribe: «El 11 de febrero del 2011, después de que el discurso de renuncia del presidente que fue pronunciado por Omar Suleiman (vicepresidente de la república y ex jefe de la inteligencia egipcia), muchos poderes egipcios se apresuraron a declarar la victoria y el final de la revolución… Lamento tener que decir lo siguiente,… pero el pueblo tiene derecho a saber la verdad… Algunos de [los que declararon la victoria] querían aprovecharse de la presencia del Consejo Supremo de las Fuerzas Armadas para [alcanzar] algunos cargos políticos, haciendo tratos con el Consejo Supremo…
«De hecho, la revolución hasta el momento ha logrado librarse del dictador, pero no de la dictadura. Un amplio sector de [la] elite política egipcia y los rebeldes comparten esta misma visión conmigo… Ya que yo participe en la revolución desde el primer día, he sido testigo de la mayoría de los eventos.
«En el siguiente estudio, presentare todas las [pruebas] y documentos que prueban que el ejército no está del lado del pueblo, ni siquiera una vez durante esta revolución y que la conducta del ejército fue engañosa en todo momento y [sólo tuvo como fin] la protección de sus propios intereses…»
Primera fase de la revolución: Antes del sábado, 29 de enero, 2011
El publicado consta de tres secciones, que corresponden a tres etapas de la revolución: antes del 29 de enero del 2011, cuando el ejército egipcio aumentó su presencia en la Plaza Al-Tahrir y declaró el toque de queda, del 29 de enero al 11 de febrero, cuando la renuncia del entonces presidente Hosni Mubarak fue anunciada y desde febrero hasta hoy día.
El autor afirma que en la primera etapa, los militares utilizaron más fuerza contra los manifestantes de lo que ha sido ampliamente admitido o reconocido: «La revolución egipcia comenzó [el] 25 de enero, 2011 y cientos de miles de egipcios salieron a las calles durante los cuatro primeros días de la revolución. Las fuerzas policiales los enfrentaron con brutalidad y asesinaron a más de 500 manifestantes e hirieron a más de 6.000, además de [los] 1.000 desaparecidos (que resultaron luego [estar] tras las rejas en el Ministerio del Interior)…» El publicado continúa diciendo que en los primeros días de la revolución, el ejército envió «jeeps… con el fin de proporcionar municiones a la policía para que [éste pudiera] comenzar a disparar de nuevo» sobre los manifestantes, después de que se quedaran sin estas.
Segunda fase: Del 29 de enero al discurso de renuncia de Mubarak el 11de febrero
El publicado declara que, en la segunda etapa, los militares «comenzaron a cambiar [su] tono con los manifestantes», al darse cuenta de que no tendrían éxito en suprimirlos por la fuerza. Estos adoptaron entonces el enfoque de «gestionar los conflictos a través de mecanismos indirectos, tales como… colocar [barricadas] a los revolucionarios y prevenir que los manifestaciones salgan de la Plaza Al-Tahrir,… la continua amenaza de usar la fuerza,… [y] la neutralidad pasiva». El blog explica que la «neutralidad pasiva» significaba permitirle a «grandes grupos de matones» inundar las calles en apoyo a Hosni Mubarak. Los militares, este dice, se hicieron la vista gorda mientras estos matones atacaron a los manifestantes, «lo que resultó en la muerte de 10 mártires y [más] de 1.500 manifestantes heridos. El ejército estuvo pasivo [y] dejó que los matones y francotiradores atacaran a los revolucionarios. A los matones también se les [permitió] subir los edificios con vistas a la Plaza Al-Tahrir, [para] lanzar cócteles molotov contra los manifestantes…»
El publicado acusa además que los militares irrumpieron en las oficinas de Amnistía Internacional y del Centro de Leyes Hisham Mubarak para los Derechos Humanos, se apoderaron de documentos, arrestaron a algunos de sus dirigentes y entregaron a otros «a los matones para ser golpeados!» El blog estima que la policía militar arrestó a más de 10.000 manifestantes en este período de dos semanas y han dicho que «trataron de invadir la Plaza Al-Tahrir más de una vez… para sacar a los manifestantes de esta».
Tercera Etapa: Tras el discurso de renuncia de Mubarak
El publicado dice que en la etapa de la revolución tras la renuncia de Hosni Mubarak, el ejército se aprovechó de los medios de comunicación de Egipto en un intento por reprimir la revolución y eludir las demandas de los manifestantes: «Después del discurso de [renuncia] [dado por Omar Suleiman], el ejército adoptó un estilo mediático de converger un mensaje de que estos se [habían] unido a la revolución, pero al mismo tiempo hacían todo lo posible para asegurar [la] represión de la revolución, o por lo menos garantizar que [no] tendría ningún privilegio adicional». El mensaje añade que tras la expulsión de Mubarak, el ejercito prohibió las cámaras en la Plaza Al-Tahrir, le dio a los editores de diarios «órdenes claras de detener cualquier discusión de la riqueza de Mubarak» y «se aprovecharon de sus propios hombres que trabajan en los diarios nacionales e independientes [para escribir artículos] puliendo y abrillantado la historia de los miembros del Consejo [Supremo]…»
El publicado dice que desde el derrocamiento de Mubarak, el ejército ha seguido «deteniendo y torturando a activistas que participaron en la revolución» y lo critica por «mantener instituciones represivas», por no anular la ley de emergencia y el toque de queda y por apoyar al gobierno de Ahmed Shafiq y a otras figuras «que son [sólo] una extensión del régimen anterior». Este ofrece los ejemplos de «Mahmoud Wagdy, ex director del Servicio de Prisiones, quien tiene una larga historia en la tortura de los detenidos» y «Mahmoud Latif, Ministro de Hidrocarburos en el nuevo gobierno, quien es miembro de la corrupta Empresa de Exportación de Gas…»
El publicado dice que la demanda del ejército de que apoya la revolución es totalmente falsa, citando como evidencia el caso del Mayor Ahmed ‘Ali Shouman, un oficial en el ejército egipcio que abiertamente se puso de lado del pueblo egipcio en su revolución y fue como resultado investigado:
«… El Mayor Ahmed Ali Shouman fue investigado porque se había sumado a la revolución! Ahmed Shouman es un oficial del ejército egipcio que decidió unirse el 10 de febrero a los manifestantes. Este entregó su arma y apareció en Al-Jazeera [TV] atacando verbalmente a Mubarak y a Tantawi, acusando a éste ultimo de ser parte del régimen corrupto… El Mayor Shouman fue [llevado] para ser investigado, pero los manifestantes no se quedaron en silencio y comenzaron muchas campañas para apoyarlo. [En última instancia], las fuerzas armadas se vieron obligadas a [deponer] la investigación… Si el ejército cree en la legitimidad de la revolución, ¿por qué fue entonces [investigado] el Mayor Shouman en primer lugar? «
En una vena similar, el publicado acusa a los militares de mantener el mismo sistema gubernamental que había estado actuando bajo el antiguo régimen y de defender «la antigua constitución» en lugar de redactar una nueva, eludiendo así la demanda de la revolución para un cambio verdadero: «… A pesar de que la revolución [llamó a abandonar] la constitución de 1971, las fuerzas armadas rechazaron la propuesta e insistieron en [sólo] modificar [esta] constitución, que apoya la tiranía sobre el pueblo. Si el ejército reconoce la revolución, ¿por qué atenerse a la antigua constitución, que fue eliminada por la revolución?… El comité luego [elaboró] ajustes marginales, pero no reconoció la demanda [de un] sistema parlamentario y por lo tanto [dejó], la mayor parte [del poder] en las manos [del] presidente de la república, [pavimentando] el camino… a un nuevo tirano… ¿Por qué [se] ha negado el comité a transferir el sistema democrático de Egipto [al parlamento] y [en cambio] sigue comprometido con el sistema presidencial?…»
El publicado también acusa a los militares de alentar disturbios entre los musulmanes y cristianos de Egipto mediante la designación de islamistas a cargos oficiales y atacando directamente a las iglesias y mezquitas: «… La primera acción que [los militares tomaron de esa lucha sectaria alentadora] fue el [nombramiento] de Tarek Elbeshri a jefe de la comisión de modificación de la [constitución]… La elección de Tarek Elbeshri, quien es conocido por su pertenencia a la corriente islamista y la elección de Sobhi Saleh, [miembro] de la Sociedad de la Hermandad Musulmana – todo esto [constituye] antagonismo hacia los cristianos, sin una justificación lógica…
«La segunda acción, [la cual es] la más clara, fue… el asalto a un gran grupo de monasterios – el más famoso de ellos es San Bishoy en Wadi El-Natrun – [el] 23 de febrero, 2011… Unidades [militares] [también] demolieron [la] Mezquita Fath en Alejandría, [en] la madrugada del viernes, 25 de febrero…»
Para ver el resto del despacho en inglés por favor haga clic en el siguiente enlace:
http://www.memri.org/report/en/0/0/0/0/0/0/5193.htm
[1] Al-Ahram (Egipto), 6 de abril, 2011.
[2] http://www.maikelnabil.com/2011/03/army-and-people-wasnt-ever-one-hand.html.