El Fracaso de Saddam
En medio de tanta fanfarria y aflicción política, el 8 de Abril del 2002, Saddam Hussein anunció la suspensión, por un mes, de las exportaciones petroleras como apoyo solidario al pueblo palestino. Después de la reacción inmediata de los mercados, los cuales incrementaron el precio del petróleo de ese día, sobrevino la sensatez y la realidad, y el precio del petróleo bajó 19% al término de la primera semana después del anuncio. Podrá haber dos razones por las cuales los Mercados retomaron rápidamente la compostura: la primera, el compromiso de los países exportadores de petróleo, particularmente de Arabia Saudita, estableciendo que el flujo de petróleo no iba a ser afectado debido a consideraciones políticas; y la segunda, el hecho de que la decisión de Irak coincide irónicamente con la noticia de los países miembros de la OPEP, los cuales anunciaron que habían excedido su cuota de petróleo de Marzo por más de 1.3 millones de barriles diarios[1], lo que equivale aproximadamente a las exportaciones petroleras de Irak. La decisión de Irak ha sido exclusiva de este país, ya que ningún otro país ha adoptado dicha política. En vista a esta realidad, el Ministro Petrolero de Irak, ‘Amer Muhammad Rashid, no tuvo otra alternativa más que rogarle a los países productores que «al menos no incrementaran su producción.»[1] Con sentimientos de aislamiento, Saddam Hussein pronunció otro discurso el 22 de Abril a los «Hermanos, reyes, presidentes y funcionarios árabes», rogándoles que redujeran la producción petrolera en un 50% y que «priven a los Estados Unidos y a la Entidad Sionista del restante 50%…» [2]
¿Es Factible el Embargo Petrolero?
Con base en la lectura del mapa económico y político del Medio Oriente y siguiendo los reportajes de los analistas de periódicos árabes, los países influyentes, aquellos productores de petróleo, no consideran dicho embargo.
En un análisis noticiero del diario egipcio Al-Ahram, el analista ‘Adel Ibrahim afirma que un embargo petrolero que tenga como consecuencia el alza de precios si daña a la economía de los Estados Unidos, no obstante, dicha acción también dañaría a los productores de petróleo.
Según Ibrahim, un número de países productores árabes han afirmado que un embargo petrolero no está en su lista de pendientes. Kuwait, por ejemplo, estableció que el petróleo utilizado como arma es «un cuchillo de doble filo, el cual podría dañar más a los países árabes que a Estados Unidos.» Además, Sheikh Jaber Al-Mubarak Al-Sabah el comandante del Primer Ministro de Kuwait y Ministro de Defensa, dijo que no sería posible ayudar a los palestinos si no hay ingresos petroleros. Afirmó que «el petróleo es una verdadera fuente de ingreso para este pueblo y no se puede utilizar como medida de presión».
Indonesia, el país islámico más grande del mundo, fue más allá al excluir categóricamente el embargo.
El analista ‘Adel Ibrahim se cuestiona si los países árabes pueden repetir la «sorpresa» o el «choque» de 1973, cuando se introdujo un embargo petrolero para coincidir con la Guerra de ese año. La respuesta a esta cuestión es que la repetición de dicha acción no sería factible, ya que con una creciente competencia de países como Rusia, Noruega, Angola, México, los países de la cuenca del Mar Caspio, la OPEP ha perdido una ventaja considerable sobre el abastecimiento petrolero. Cita la creación de la Agencia Internacional de Energía [una organización basada en París], la cual busca reducir la dependencia global sobre el petróleo árabe a través de reservas estratégicas, avances tecnológicos y reducción de costos.
Estados Unidos, país al cual fue principalmente dirigido el embargo de 1973, desde entonces ha diversificado sus fuentes de abastecimiento. Por ejemplo, el pasado febrero, el consumo total de petróleo de los Estados Unidos ascendió a 17 millones b/d, 50% del cual fue importado de Venezuela, México y Canadá. Arabia Saudita ocupa el cuarto lugar en la lista de abastecedores de petróleo a Estados Unidos.
En resumen, nadie en los Estados Unidos está preocupado por una falta petrolera como resultado de los problemas del Medio Oriente. Los países miembros de la OPEP han aclarado que no utilizarán el petróleo como arma política. [4]
Similarmente, una encuesta con funcionarios egipcios y expertos en el tema del petróleo se publicó en el diario de Kuwait Al-Qabas, dicha encuesta ha concluido la ineficiencia de un embargo petrolero. Un experto económico, el Dr. ‘Hamdi Abd Al-‘Azim, estableció que el uso del arma petrolera por parte de los países árabes los convertiría en el «perdedor principal, ya que entrarían en un conflicto económico con los Estados Unidos, el cual podría convertirse en una guerra política». Continuó recordando a los lectores del diario que muchos países árabes reciben ayuda de los Estados Unidos, «tal como apoyo financiero», y un embargo acabaría con toda esta clase de ayuda. [5].
El Príncipe Sa’ud Al-Faisal, Ministro de Relaciones Exteriores de Arabia Saudita, el país exportador más grande del mundo, reiteró que los países árabes dependen de sus exportaciones petroleras para sustentar su crecimiento económico. Afirmó que «el petróleo no es un arma como un revólver o un tanque, sino un recurso que beneficia la economía nacional.» Continuó diciendo que «Estamos en guerra con el enemigo, y lo primero que este enemigo va a hacer es destruir los campos petroleros.» [6]
El Editor del diario inglés Saudita, Al-Sharq Al-Awsat, Abd Al-Rahman Al-Rashed, retoma
la cuestión de la posibilidad de utilizar el petróleo como arma. Establece que la mente, y no el petróleo es lo que enriquece a un país. Singapur es un buen ejemplo, es pobre en recursos naturales, sin embargo ha desarrollado una economía grandiosa, más grande que cualquiera de los países árabes. A pesar de que el petróleo se encuentra en la mayoría de los países árabes, «algunos de sus gobernantes han mantenido a sus residentes en una pobreza total. Para Allah, el recurso de la mente es mayor al recurso del petróleo…» Al-Rashed concluye afirmando lo siguiente: «En tiempos modernos, las naciones del mundo árabe están divididas según el grado de locura de sus gobernantes: existen grandes naciones árabes que fueron influidas por los gritos, y existen unas más pequeñas, con un mínimo sentido de razón, las cuales trataron de limitar el daño.» [7] Un Embargo Petrolero en Contra de Estados Unidos . Ganancias Políticas Siguiendo por el mismo camino, otros analistas consideran que la exigencia iraquí de utilizar el petróleo como una arma política es «más un intento de obtener puntos políticos a favor en la confrontación con sus vecinos conservadores que una propuesta seria» Mantienen la postura que los árabes han aprendido de la experiencia de 1973 cuando el embargo petrolero resultó contraproducente. Argumentan que el embargo «impulsó a los países occidentales a destinar más gasto a la exploración, en búsqueda de fuentes alternas de energía y a la construcción de instalaciones de almacenamiento.» [8].
Unos días antes, la Conferencia que se llevó a cabo en Kuala Lumpur rechazó el intento iraquí de incluir el tema del petróleo en su programa [9]. (Algunos consideran que la decisión iraquí de suspender las exportaciones petroleras por un mes fue con la intención de llevar a cabo trabajos de mantenimiento a sus instalaciones petroleras.) [10]
Conclusión
Haciendo a un lado brotes de violencia inesperados en las calles de algunos países productores de petróleo para incitar a sus gobernantes a cambiar su opinión sobre el embargo, no existe una indicación viable de un embargo petrolero.
Esta conclusión está apoyada por fundamentos del Mercado, por políticas de la OPEP, por el surgimiento de grandes productores de petróleo fuera del mundo árabe y por las declaraciones y políticas de muchos países productores, las cuales establecen que se debe utilizar el petróleo como un instrumento de desarrollo y no como un arma en contra de los consumidores.
*Dr. Nimrod Raphaeli es un Analista del Programa de Estudios Económicos del Medio Oriente de MEMRI