Introducción

El 23 de marzo del 2013, mientras la lucha entre sunitas y chiítas en el Líbano llegaba a su tope, el primer ministro libanés Najib Mikati anunció su renuncia y disolvió al dominado gobierno del Hezbolá formado en junio, 2011 bajo los auspicios de esta organización. Dos semanas más tarde, el 6 de abril del 2013, el presidente libanés Michel Suleiman le asignó la tarea de formar un nuevo gobierno a Tammam Salam, un parlamentario de la facción Al-Mustaqbal, quien dirige las Fuerzas 14 de Marzo. Este nuevo gobierno, aún no establecido, servirá hasta que se celebren elecciones en junio. El nombramiento de Tammam Salam tuvo el apoyo abrumador de 124 de los 128 miembros del parlamento, incluidos los parlamentarios de las fuerzas 8 de Marzo encabezadas por Hezbolá (los cuatro diputados restantes se abstuvieron).

Este sorprendente consenso se logró en gran parte gracias a la mediación de Arabia Saudita, que ha renovado su participación en el Líbano. Actuando con la aprobación de Irán y tal vez también por Siria, este país tomó medidas para calmar la situación en el Líbano mientras permanece abierta a todas las partes, incluidas las Fuerzas 8 de Marzo. Su intervención fue aparentemente motivada por el deseo conjunto iraní-saudita de evitar que el Líbano se deslice hacia una guerra entre sunitas y chiítas creando así un nuevo punto de acceso a los conflictos en la región, además de Siria.

La intervención de Arabia Saudita arroja luz sobre la lucha entre este y Qatar por la influencia sobre el sector sunita del Líbano y por la hegemonía en el mundo árabe en general. También refleja el temor de Arabia Saudita de que las tensiones sectarias en el Líbano podrían exacerbar las tensiones entre sunitas y chiítas en el reino en sí y en otros estados del Golfo, especialmente Bahrein.

Este informe analiza las acciones que precedieron a los acontecimientos políticos en el Líbano, centrándose en el regreso de Arabia Saudita a la palestra libanesa y las razones que la motivaron, así como la parte correspondiente a Irán en estas acciones.


Nuevo primer ministro del Líbano, Tammam Salam (imagen: dailystar.com.lb)

Renovada participación saudita en el Líbano, caracterizada por la apertura hacia todas las partes

El nombramiento de Salam fue precedido por una amplia actividad saudita- llevado a cabo en el Líbano y en la propia Arabia Saudita – así como también los esfuerzos de mediación del líder druso libanés Walid Jumblatt, quien finalmente produjo un acuerdo entre las partes rivales (las Fuerzas 14 de Marzo, lideradas por la facción Al-Mustaqbal, y las Fuerzas 8 de Marzo, lideradas por Hezbolá). La participación saudita fue lograda a través de visitas de las delegaciones libanesas y figuras en el reino,[1] incluyendo al propio Tammam Salam, que visitó Riyadh el día antes de su cita y se habría reunido con el jefe de la inteligencia saudita príncipe Bandar bin Sultan.[2] Además, el embajador saudita en el Líbano ‘Ali ‘Awad ‘Asiri, se reunió con el Presidente libanés Suleiman y el Presidente del Parlamento Nabih Beri.[3] Tras el nombramiento de Salam, el Rey saudita ‘Abdalá bin ‘Abd Al-‘Aziz le envió un cable congratulándolo, en el que señaló, entre otras cosas, la voluntad del reino «de apoyar cualquier medida que contribuya a la estabilidad y el crecimiento del Líbano».[4] El diario libanés Al-Akhbar, asociado a las Fuerzas 8 de marzo, afirmó que el nombramiento de Salam había sido una decisión de Arabia Saudita.[5] El embajador saudita en el Líbano negó esto, pero confirmó que Arabia Saudita había asistido a las partes libanesas a que llegaran a un acuerdo sobre la identidad del nuevo primer ministro.[6]

Algunos afirman que Arabia Saudita, incluso ayudo en la renuncia de Mikati. El columnista del diario Al-Akhbar Ghassan Sa’ud citó fuentes cercanas al líder cristiano Michel ‘Aoun, presidente del Movimiento Patriótico Libre, diciendo: «[‘Aoun] cree que la dimisión de Mikati fue el resultado de un acuerdo entre [Nabih] Beri, [Michel] Suleiman, [Najib] Mikati y [Walid] Jumblatt, hecho con conocimiento de Hezbolá bajo ordenes de los saudíes».[7] Otro informe en este diario afirmó que Mikati había estado dispuesto a renunciar a condición de que Arabia Saudita apoye su reelección.[8]

Las actividades sauditas indican claramente el regreso de este país al ruedo libanés luego de una larga ausencia.[9] Sin embargo, sorprendentemente y a diferencia del pasado, la participación saudita se caracteriza ahora por la apertura a todos los bandos en el Líbano, incluida Hezbolá. Esto se refleja, por ejemplo, en el hecho de que el 11 de abril del 2013, una semana después del nombramiento de Salam, el embajador saudita en el Líbano ‘Ali ‘Asiri concedió una entrevista al canal de televisión del Hezbolá, Al-Manar – una jugada que fue vista como inusual teniendo en cuenta la brecha en las relaciones entre las partes en los últimos años. En la entrevista, ‘Asiri, dijo: «El reino está alineado con todos los bandos políticos [en el Líbano], y su política es la de formar lazos con todos ellos, sin excepción».[10]

La apertura de Arabia Saudita hacia Hezbolá también se reflejó en una postura sorprendente tomada por ‘Asiri respecto a las armas del Hezbolá – un tema que ha sido y sigue siendo la manzana de la discordia entre las Fuerzas 14 de Marzo y las Fuerzas 8 de Marzo en los últimos años, caracterizando este último las armas como ilegítimas y llamando a desarmar al Hezbolá. En una entrevista con el diario libanés Al-Safir, el embajador saudita se abstuvo de expresar su postura sobre este tema, diciendo que es «un asunto interno libanés».[11] Sin embargo, otra expresión a la nueva postura saudita hacia Hezbolá fue una serie de encuentros de ‘Asiri con funcionarios de las Fuerzas 8 de Marzo y con figuras cercanas a esta corriente política, entre ellos: ministros del partido de ‘Aoun, el General Jefe de Seguridad ‘Abbas Ibrahim, conocido como simpatizante de Hezbolá, el predecesor de Ibrahim Jamil Al-Sayyed, arrestado en el pasado por su presunta implicación en el asesinato del ex-primer ministro libanés Rafiq Al-Hariri,[12] y un ministro del partido de Amal, quien se reunió con Al-‘Asiri como representante de Beri y de Hezbolá.[13]

El diario Al-Safir citó fuentes diplomáticas árabes, diciendo que «Arabia Saudita no está en conflicto con Hezbolá o Irán, que está detrás de [esta organización]», y que «Arabia Saudita ha decidido renovar sus contactos con Hezbolá y [también] ha aconsejado a los dos ex primeros ministros libaneses [de la facción Al-Mustaqbal], Saad Al-Hariri y Fuad Al-Siniora, a que actúen hacia el renovar los contactos con Hezbolá como un paso preliminar hacia una reconciliación entre los dos partes».[14] Al-Safir agregó que «se espera pronto tendrán lugar contactos directos [entre Arabia Saudita] y Hezbolá».[15] El Embajador ‘Asiri le dijo a este diario en una entrevista que ha estado en contacto con Hezbolá durante mucho tiempo, y que no existe ninguna brecha en las relaciones entre los dos bandos».[16]

Cabe mencionar que la brecha en las relaciones, que duró cerca de dos años, contó con numerosos motivos, entre ellos el asesinato de Rafiq Al-Hariri, el tema de las armas del Hezbolá, y la participación militar de esta organización en Siria. Por lo tanto, el actual acercamiento y la declaración saudita de que las armas del Hezbolá son un asunto interno libanés y constituyen un significativo acercamiento cara a cara en la posición de este país y un aspecto interesante de su renovada participación en el Líbano.


Embajador saudita en el Líbano ‘Ali ‘Awad ‘Asiri (imagen: dailystar.com.lb)

Consentimiento iraní a la participación saudita en el Líbano

El apoyo a Tammam Salam por el Hezbolá,[17] quien, como se mencionó, fue nombrado con la directa participación de Arabia Saudita, y la voluntad de esta organización en responder las propuestas de Arabia Saudita (aunque indirectamente, por el momento), plantean la posibilidad de que Irán pudiese haber estado involucrado en estas acciones y tal vez incluso llegado a acuerdos respecto al Líbano y a Arabia Saudita. Posible evidencia de esto es una visita realizada por el embajador de Irán en el Líbano Ghazanfar Roknabadi, a Salam el 7 de abril del 2013, el día después de su nombramiento como primer ministro. Durante la reunión, el embajador le dio a Salam una carta del Líder Supremo Ali Jamenei, deseándole suerte. Luego de la visita, Roknabadi dijo que su país «apoyaba al Líbano, su estabilidad y su seguridad, y a todos los libaneses».[18] El diario Al-Akhbar citó círculos iraníes diciendo que su país no se opone a la participación saudita en el Líbano.[19] Por otra parte, el Embajador de Rusia en el Líbano Alexander Zasypkin, le dijo a Al-Safir de que existe consenso internacional, que incluía a Arabia Saudita y a Irán, de que el gobierno de Mikati tuvo que ser sustituido.[20] El diario libanés Al-Diyar informó el 11 de abril, 2013 que una reunión secreta había tenido lugar entre los embajadores de Arabia Saudita e Irán en el Líbano, a la que asistieron el subsecretario general del Hezbolá Na’im Qassem, que había llevado a la decisión de ambas partes de facilitar el proceso al establecimiento del nuevo gobierno.[21]

Para ver el despacho en su totalidad en inglés por favor haga clic en el siguiente enlace:
http://www.memri.org/report/en/0/0/0/0/0/0/7174.htm

*E. B. Picali es compañero de investigación en MEMRI.


[1] Por ejemplo, una delegación en representación de Jumblatt visitó el reino a principios de abril (Al-Mustaqbal, Líbano, 2 de Abril del 2013), y, el 2 de abril del 2013, se informó que dos delegaciones de Al-Mustaqbal, una de ellos encabezado por Fuad al-Siniora, había visitado Riyadh. Al-Quds Al-Arabi (Londres), 2 de Abril, 2013.

[2] Al-Akhbar (Líbano), 5 de Abril, 2013.

[3] Al-Quds Al-Arabi (Londres), 4 de abril, 2013.

[4] Al-Mustaqbal (Líbano), 7 de Abril, 2013.

[5] Al-Akhbar (Líbano), 5 de Abril, 2013.

[6] Al-Watan (Arabia Saudita), 20 de abril, 2013. Declaraciones similares fueron hechas por el ex-jefe de inteligencia saudita, Príncipe Turki Al-Faisal, en una conferencia en la Universidad de Harvard en Boston. Al-Riyadh (Arabia Saudita), 29 de abril, 2013.

[7] Al-Akhbar (Líbano), 4 de abril, 2013.
[8] Al-Akhbar (Líbano), 8 de abril, 2013. El diario también afirmó que el líder de las Fuerzas 14 de Marzo Sa’d Al-Hariri se había opuesto firmemente a la renovación del nombramiento de Mikati.

[9] En enero del 2011, el Ministro de Exteriores saudita Príncipe Sa’ud Al-Faisal anunció que el rey saudita había «retirado su participación en» todos los acuerdos de Arabia Saudita y Siria respecto el Líbano. Al-Riyadh (Arabia Saudita), 19 de enero, 2011.

[10] Al-Mustaqbal (Líbano), 12 de abril, 2013.
[11] Al-Safir (Líbano), 18 de abril, 2013.

[12] Al-Akhbar (Líbano), 12 de abril, 2013.

[13] Al-Mustaqbal (Líbano), 17 de abril, 2013.

[14] Al-Safir (Líbano), 13 de abril, 2013.

[15] Al-Safir (Líbano), 17 de abril, 2013.

[16] Al-Safir (Líbano), 18 de abril, 2013.
[17] Luego de su nombramiento, Salam dijo que un mensajero personal enviado por Nasrallah le había felicitado y deseándole éxito. Al-Akhbar (Líbano), 9 de Abril, 2013.

[18] Al-Mustaqbal (Líbano), 8 de abril, 2013.

[19] Al-Akhbar (Líbano), 18 de abril, 2013.

[20] Al-Safir (Líbano), 19 de abril, 2013.

[21] Al-Diyar (Líbano), 11 de abril, 2013.

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