Las columnas del reconocido escritor paquistaní de tendencia islamista Orya Maqbool Jan en los diarios urdu son ampliamente leídas; este también aparece frecuentemente en los canales de televisión paquistaníes para hablar de temas relacionados con Pakistán, Islam y el mundo islámico.

Jalaluddin Muhammad Akbar, también conocido como Akbar el Grande, fue un gobernante mogol que gobernó India del 1556-1605. Este es ampliamente alabado por alimentar debates abiertos en su corte entre los seguidores de todas las religiones, alentando la libertad de expresión.

A continuación se pueden ver los extractos traducidos de un artículo en urdu por Orya Maqbool Jan, titulado «El Comienzo del Secularismo y el Materialismo entre los Musulmanes del Sudeste Asiático», acusando a Akbar de introducir el laicismo y el materialismo al subcontinente hindú.

«El logro del secularismo es no considerar a todas las religiones como una amenaza a sus ideas tanto como considerar al Islam [una amenaza]»

«[Alá] afirma que Él guía [es decir, le muestra el camino correcto a] muchos y arroja a muchos otros a un océano sin fondo de ignorancia… y sólo desorienta a los que no obedecen (Capítulo Al-Baqrah, versículo 26 [del Corán])».

«En el subcontinente Pakistán-India, los musulmanes gobernaron durante varios siglos. Alá les dio ayuda y la victoria y sostuvo su hegemonía en toda la región. El Sultanato Mogol fue el período de la cumbre del pináculo de los musulmanes: capital, riqueza, educación, recursos; lo tenían todo. Del Sultanato Mogol, el período más fuerte y estable es considerado como el largo reinado de Jalaluddin Akbar [1556-1605]. Llegando al poder a los 13 años de edad, Akbar era un simple, creyente musulmán. Oraba en grupo [en la mezquita], hacía sonar el Azan[llamada a los rezos], lideraba los grupos de rezos y barría el piso de la mezquita. Se sorprendía por el conocimiento de [la alta autoridad judicial superior] Sadrus Sudoor Abdul Ghani y a menudo visitaba su casa para escuchar los hadith [tradiciones del Profeta Mahoma]. Matriculó a su hijo el Príncipe Saleem bajo su tutoría, para que pudiera estudiar el Chahl Hadith [un libro de hadiths] escrito por Abdul Rahman Jami.

«Este [Akbar] estuvo tan influenciado por Sultanul Hind Khwaja [Moinuddin] Chishti Ajmeri que viajó varias veces a pie [como señal de respeto] desde Fatehpur Sikri y Agra a Ajmer [donde el místico sufí Moinuddin Ajmeri Chishti, quien vivió desde 1141 a 1236 CE, está enterrado]… Este estableció su sede de gobierno en Fatehpur Sikri y allí en una habitación aislada este pasaría la mayor parte de su tiempo rezando y reflexionando… Es aquí donde erigió un nuevo edificio, llamado ‘hogar de rezos’, y luego de cada rezo de los viernes se sentaba allí y [escuchaba mientras] los grandes estudiosos de la época debatirían libremente los temas religiosos. Los límites de esta discusión serían muy amplios. Las religiones y credos del mundo serían discutidos aquí.

«En aquellos días, un movimiento al renacimiento del conocimiento se puso en marcha en Europa, que inyectó una nueva vida en la búsqueda del conocimiento y progreso entre los habitantes ahí. Luego de beneficiarse de los conocimientos heredados de los musulmanes de España, los europeos trajeron un cambio para sí mismos, que les llevó lejos de la religión. Y luego se convencieron a sí mismos de que todo progreso en el mundo se basada en la ley de causa/efecto y que fueron los propios seres humanos que crearon la moción de causa/efecto. [En lo que a ellos respecta,] no hubo necesidad de ningún poder superior incorpóreo. Estas ideas se popularizaron en los debates en la corte de Akbar. Abul Fazl y Faizi, populares [en los debates en la corte de Akbar] por su manera libre de pensar, se acercaron más a él [Akbar]. Todas estas discusiones se encuentran en el cuaderno de viaje del 1613 escrito por Sir Thomas Roe [el diplomático inglés quien fue embajador en la corte mogol].

«Como resultado de estas discusiones, una idea fue establecida en el corazón de Akbar de que la verdad no le pertenece a ninguna religión, sino más bien, buenos puntos son encontrados en todas las religiones, por lo tanto, al Islam no puede dársele más importancia que a otras religiones. Poco después que esta concepción fue establecida en el corazón del emperador, expertos hindúes y sacerdotes cristianos lanzaron una discusión libre sobre el Islam y los principios islámicos. Extrañamente, el comienzo de todo esto se hizo en nombre de la libertad de expresión y sin ninguna investigación imparcial. El emperador y sus asesores ponen a prueba todas las religiones a sus conocimientos y lógica y rechazaran de inmediato cualquier cosa que fuese incomprensible a sus lógicas.

«Entre las ideas que fueron rechazadas basadas en la prueba de razón estaban las creencias tales como las del Día del Juicio Final, auditoría [de los hechos en el Día del Juicio Final], Wahi [revelación], Profecías [de Mahoma y sus predecesores] y, la más grande de todas, el Mandato de Alá. Este era el ambiente que sentó las bases del laicismo y el materialismo entre los musulmanes del subcontinente Pakistán-India. Los logros del secularismo son que no considera a todas las religiones como una amenaza a sus ideas tanto como considera al Islam [una amenaza], ya que todas los demás son simplemente religiones, mientras que el Islam enseña la lección de un sistema completo de vida, cultura, política y economía. No es fácil atacar su sistema de vida, mientras no haya una mejor alternativa disponible…»

«En la corte de Akbar, la opinión de que la comunidad del Islam nació entre los beduinos ignorantes [de Arabia Saudita] era común»

«Historiador y académico islámico ha representado la corte [de Akbar] como tal: ‘En la corte de Akbar, la opinión de que la comunidad del Islam nació entre los beduinos ignorantes [de Arabia Saudita] era común; no es digna de una comunidad civilizada y culta. [Las ideas del Islam sobre] profecía, revelación, auditoría [de los hechos poco después de la muerte o en el Día del Juicio Final], infierno y cielo – todo fue tomado como burla; el Corán siendo las palabras de Alá fue puesto en duda; el proceso de Wahi[revelación] se consideró fuera de toda lógica; la recompensa y el castigo después de la muerte se convirtió en algo en que dudar. Aunque se creía en la transmigración [del alma], Meraj[la creencia de que el Profeta Mahoma ascendió a los cielos para reunirse con Alá y regresó] fue declarada inconsistente públicamente; se suscitaron preguntas sobre la personalidad del profeta; Ghazwat[guerras en las que el Profeta participó] fueron abiertamente cuestionadas. Los estudiosos islámicos materialistas dejaron de escribir naat[canciones en alabanza al Profeta] en las copias de sus libros. Nadie se atrevía a ofrecen rezos en el palacio’.

«Estas fueron las circunstancias bajo las cuales Akbar ordenó que no se construirían nuevas mezquitas y las viejas no serían reparadas – debido a que en sus últimos días no existían mezquitas en Lahore y estas fueron convertidas en establos. Estas circunstancias y preguntas pueden ser vistas aún hoy en las discusiones de cualquier foro materialista. Busquen un ensayo escrito por un intelectual laico, visiten cualquier portal; si encuentran críticas a cualquier religión, sólo serán contra el Islam. Este fue el contexto secular de Akbar en el que Deen-e-Ilahi nació [es decir, una religión de dios para todo lo establecido por Akbar incorporando buenos puntos de todas las religiones]… Pero Alá crea alguna causa u otra para guiar a los seguidores. Para confrontar esto [es decir, la tormentosa invasión de Akbar] [a las ideas del Islam], Alá engendró la gran figura [del sufí y estudioso islámico Jeque Ahmad Sirhindi, conocido popularmente como] Mujaddid Alf Saani [‘Re-avivador del Segundo Milenio’].

«En todo el subcontinente, hubo grandes sufíes y estudiosos islámicos, pero todos ellos callaban como forma de pragmatismo [no oponiéndose así a las políticas de Akbar]. Estos también observaron las causas como el epítome del progreso. Sólo dos se supo quedaban en pie contra la ignorancia: una, el Jeque Abdul Qadir Geelani, hermano del Makhdoom Musa Martyr; y dos, el Jeque Hussain Ajmeri, el fiduciario del [santuario en] Ajmer. Ambos tenían como destino la dureza de las prisiones. El mujaddid Alf Sani [quien se alzó contra las políticas religiosas multiculturales de Akbar] fue declarado por los académicos islámicos, los sabios y los intelectuales de la época de estar privado de realismo, desconocer los desarrollos en el mundo, opuesto al pragmatismo y ser cerrado a la razón y a la consciencia. Fue ridiculizado, mofado por no estar en sintonía con las exigencias de la época.

«Sin embargo, la historia atestigua que Alá ayudó a Mujaddid Alf Sani y [por sus esfuerzos,] Akbar Deen-i-Ilahi – a pesar de todos los recursos en el mundo – murió con su muerte. Existe otra característica de los seguidores de Alá que puede verse en la figura de Mujaddid Alf Sani: Alá dice: «El desprecio que ustedes se ganan en el camino hacia Alá es una bendición de Alá’. Por eso le dan gracias a Alá por ser ridiculizados y mofados y pisotean sus caminos constantemente porque creen que es Alá quien guía y otorga el éxito…»

Fuente: Roznama Express (Pakistán) 4 de mayo, 2015.