Un artículo publicado en el diario comercial conservador Vzglyad, titulado «El mundo árabe trae la victoria al mundo ruso», elogió la decisión del 7 de mayo de 2023 de la Liga Árabe de levantar la suspensión de la membresía de Siria en dicho organismo. Según la publicación, este resultado fue una completa reivindicación de la política de Rusia de respaldar a Bashar Al-Assad cuando estaba contra las cuerdas y casi completamente aislado. La decisión de la Liga Árabe representó un golpe para los estadounidenses y sirvió como un recordatorio de que el mundo árabe ya no es indiferente y afirmará su soberanía en defensa de sus intereses. Además, el artículo predice que la decisión de la Liga ayudará a poner fin a la guerra civil siria, aliviará la carga militar de Rusia y posiblemente generará beneficios económicos para Rusia, siempre que participe en la reconstrucción de Siria después de la guerra.
A continuación, el texto del comentario:[1]
El presidente sirio Bashar Al-Assad se reúne con delegaciones parlamentarias de varios estados árabes.(Fuente: Anna-news.info)
La guerra civil en Siria se ha prolongado durante casi 12 años, y durante los 12 años completos el lema ‘Assad debe irse’ resonó en todas las capitales árabes. Los líderes de los estados de Medio Oriente (sobre todo del principal, Arabia Saudita) declararon que el presidente sirio es responsable de numerosos crímenes de guerra y es inhumano y le impusieron sanciones, suspendiendo en noviembre de 2011 la pertenencia de Siria a varias instituciones internacionales, incluida la principal, la Liga de los Estados Árabes (una especie de ONU árabe [en adelante – LAS, por sus siglas en inglés]).
Sin embargo, ese eslogan ahora está cambiando a ‘Assad debe regresar’, al menos dentro de la Liga. El 7 de mayo, en una reunión de emergencia de los ministros de Relaciones Exteriores de los estados miembros de la Liga en El Cairo, se acordó ‘reanudar la participación de delegaciones del Gobierno de la República Árabe Siria en reuniones del Consejo de la Liga de los Estados Árabes.’
Y el 19 de mayo, en la próxima cumbre de la Liga que se realizará en Arabia Saudita, Assad regresará. ‘Cuando el país anfitrión, en este caso Arabia Saudita, envíe una invitación, él puede venir si así lo desea’, dijo. Secretario General de LAS, Ahmed Aboul Gheit.
Bienvenido nuevamente
Está claro que la transición de ‘salir’ a ‘regresar’ no sucedió de la noche a la mañana. Las partes tardaron varios años en llegar a este punto.
‘Los Emiratos Árabes Unidos ya reabrieron su embajada en Damasco hace cinco años. El año pasado, Assad realizó su primera visita oficial a Emiratos desde el comienzo de la guerra. Luego, Bahréin y Omán siguieron el ejemplo emiratí. Después vino Túnez. Finalmente, Irán y Arabia Saudí están limando sus relaciones, lo que ha calmado definitivamente la situación en la región, en un contexto de debilitamiento de la influencia estadounidense y de la catástrofe que acaba de caer sobre Siria. El terremoto y la simpatía por el sufrido pueblo sirio también han jugado un papel’, explicó el politólogo de Oriente Medio, Abbas Juma.
Pero solo ‘un papel’. De hecho, el proceso de normalización, detrás del cual los intereses de Arabia Saudita son los más importantes, tenía principalmente razones pragmáticas. ‘Los árabes se dieron cuenta de que, si continuaban boicoteando a Siria, ello solo conduciría a un aumento en la influencia de países de la región como Irán y Turquía sobre Damasco. Por eso ahora, en vísperas de la cumbre de la LAS, se ha aprobado la decisión de devolver a Siria como miembro de pleno derecho de la organización’, argumentó la politóloga internacional y experta de la RIAC, Elena Suponina.
El príncipe heredero Mohammed bin Salman (el líder de facto de Arabia Saudita y aspirante a líder de todo el Medio Oriente) no quería observar cómo una Siria aislada, ubicada en el corazón de la región, estaba cayendo más y más bajo la influencia de Teherán y Ankara, estos dos últimos rivales de Riad en la lucha por el liderazgo.
Seguridad y diplomacia
Estas disputas inter-árabes de Medio Oriente parecen bastante alejadas de los [intereses] de Rusia, y especialmente ahora, cuando la mayor parte de la atención rusa se limita a la Operación Militar Especial que lleva a cabo en Ucrania y la confrontación ruso-occidental. Sin embargo, los acontecimientos en Siria en realidad están ayudando a Moscú a ganar tanto el primero como el segundo conflicto.
Elena Suponina (Fuente: Sheynin.ru)
Primero, se fortalece la seguridad de Rusia [todos los énfasis están en el original]. El proceso de restauración de las relaciones entre Damasco y otros estados árabes es otro paso (junto con la normalización sirio-turca) hacia el fin de la guerra civil en Siria. Allí, recordemos, la fuerza aérea rusa todavía está desplegada.
Varios expertos han predicho que Occidente, incapaz de atacar a las tropas rusas en los territorios rusos (incluyendo el Donbás y la costa del Mar Negro), podría crear un conflicto militar fuera de estos territorios, por ejemplo: en Transnistria (donde están desplegadas las fuerzas de paz rusas), o en la mismísima Siria, donde los soldados rusos se encontrarían con la ´carga’ de los enfrentamientos iraní-estadounidenses.
Esto podría obligar al Estado Mayor General y al Ministerio de Defensa a desviar recursos del frente ucraniano hacia otros y, en consecuencia, debilitar el asalto dentro del ámbito de la Operación Militar Especial.
Segundo, las capacidades diplomáticas de nuestro país se están fortaleciendo. No es simplemente una cuestión de que todos reconozcan que Rusia está reivindicada por haber apoyado a Assad desde el principio y, en consecuencia, tomar el lado correcto. Los líderes árabes se han convencido de que los planes para un cambio de régimen en Siria no pueden seguir adelante. Los estadounidenses y sus aliados, que desarrollaron esos planes, se equivocaron en sus cálculos, argumentó Yelena Suponina. El punto es también que Rusia está reforzando su estrategia multivector específica.
Durante todos estos años, Moscú se adhirió en su diplomacia al lema: ‘cooperamos con aquellos que están dispuestos a cooperar con nosotros y no cooperamos con algunos de nuestros socios contra otros’. Gracias a esta línea, Rusia ha podido construir asociaciones simultáneamente con una serie de países del Medio Oriente que están en conflicto entre sí, es decir, con Turquía, Arabia Saudita e Irán. Además, logró construir asociaciones tan bien que cada uno de estos estados está ayudando a Moscú de una forma u otra en el marco de la SVO.
Sin embargo, el tema sirio siempre ha sido un punto débil de esta estrategia.
Los opositores de Rusia jugaron con el hecho de que, al ayudar a Assad, Rusia está ayudando a Irán en su confrontación con Arabia Saudita y en parte con Turquía. Ahora, con la normalización de las relaciones entre Arabia Saudita y Siria y el comienzo de la normalización de las relaciones entre Turquía y Siria, esta débil mancha está desapareciendo.
Tercero, hay nuevas oportunidades económicas para Moscú. Después de la normalización de las relaciones entre Damasco y otros países árabes, después de que termine la guerra civil siria, surgirá la cuestión de la reconstrucción de Siria. Los socios árabes pueden proporcionar dinero, pero ¿quién participará en la restauración, quién reconstruirá la industria y la infraestructura? Es cierto, los iraníes y los chinos estarán allí, pero las empresas rusas, a las que ahora se les niega el acceso a los contratos internacionales debido a las sanciones, son capaces de llevarse su parte del pastel.
Cuarto, los acontecimientos en torno a Siria supusieron un duro golpe para Estados Unidos, que criticó la decisión de LAS. ‘No creemos que Siria sea ahora digna de volver a LAS’, anunció el Departamento de Estado.
Los medios estadounidenses admiten que la decisión árabe ‘constituye una prueba de que la influencia de Estados Unidos en Oriente Medio se está debilitando’. Los estadounidenses están muy descontentos con lo que ha sucedido. Un gran grupo de 40 diplomáticos retirados y especialistas en Oriente Medio actualmente activos enviaron una carta a la Administración Biden en la que critican sus políticas y advierten que Estados Unidos está perdiendo Siria”, afirmó Elena Suponina.
Ni siquiera es que las tropas estadounidenses que ocupan partes del territorio sirio estén siendo aisladas. El punto es que los árabes han demostrado una vez más algo que mostraron durante mucho tiempo, la soberanía. Esta es la misma soberanía que le permite a la misma Arabia Saudita resistir la presión estadounidense y (de acuerdo con sus propios intereses, por supuesto) ayudar a Moscú en el mercado petrolero.
‘Los árabes ahora actúan de manera cada vez más independiente, a pesar de la presión estadounidense’, argumentó Elena Suponina. Y cuanto más de esta soberanía haya, más útil será [para Rusia].
En quinto lugar, y quizás lo más importante, la situación en Siria también constituye un precedente para la situación en torno a Ucrania. Hace añicos el mito de que las sanciones, la presión y los intentos de aislamiento occidentales pueden ser permanentes.
‘Assad nunca se fue, como muchos esperaban y pedían. Bueno, si ese es el caso, entonces tenemos que negociar. Los árabes respetan la fuerza’, argumentó Abbas Juma. Y así es aproximadamente cómo los europeos e incluso los estadounidenses razonarán después de darse cuenta de que Rusia no perderá [la guerra] en Ucrania.
Abbas Juma (Fuente: Riafan.ru)
La mayoría de las élites europeas y estadounidenses también respetan la fuerza y (al menos los estadounidenses) despliegan una cantidad considerable de pragmatismo al pasar de una política de ‘debe irse’ a ‘se debe negociar’, esta vez no en Siria, sino en Ucrania. Y seguramente sucederá antes de que transcurran 12 años.
[1] Vz.ru, 8 de mayo de 2023.