En un artículo el 31 de agosto, 2015 en Alarabiya.net, titulado «Restaurando la Influencia Rusa en el Medio Oriente», Raghida Dergham, antigua corresponsal diplomática para el diario árabe en Londres Al-Hayat, discutió las relaciones en desarrollo entre Rusia y los países árabes. Ella escribió que los árabes desean fortalecer sus lazos con Moscú, a pesar de los obstáculos creados por las relaciones ruso-iraníes, además de llenar el vacío dejado por el declive en las relaciones árabes-estadounidenses. Señaló sin embargo, que el compromiso con Rusia no significa que los árabes descartaran su asociación estratégica con los Estados Unidos; más bien, deberían mantener sus relaciones con ambos socios, mientras le presentan a ambos sus posturas firmes y demandas.

Dergham señaló que los árabes han entendido que ni Rusia ni los Estados Unidos probablemente no renunciaran a sus lazos con Teherán. Sin embargo, los árabes y Rusia no obstante, tienen algunas metas en común, tales como la lucha contra los planes de la Hermandad Musulmana de tomar el poder, tanto en la región árabe y en algunos países vecinos a Rusia. Otro objetivo común es la lucha contra el EIIS. Sobre la base de intereses y objetivos compartidos, ella argumentó, puede ser posible conseguir la ayuda de Rusia a fin de abordar algunos de los temas candentes en la región, incluyendo el fortalecimiento de Egipto y la contención del caos en Libia. Por otra parte, Rusia ahora parece más abierta a la búsqueda de nuevos enfoques a la solución de la crisis en Siria. Incluso más importante, Rusia puede ser persuadida a utilizar su influencia sobre Siria e Irán a fin de ayudar a resolver otras crisis altamente preocupantes que no deben ser descuidados – es decir los disturbios en el Líbano.

El artículo fue publicado por primera vez el 21 de agosto, 2015 en Al-Hayat, en árabe.

Raghida Dergham. Fuente: Twitter.com/raghidadergham

Lo siguiente es su artículo, en su inglés original:[1]

«Rusia y los líderes árabes de alto nivel que visitan Moscú desean… superar las barreras erigidas por las relaciones ruso-iraníes… [y] llenar el vacío dejado atrás por las políticas del Presidente estadounidense Barack Obama»

«Entre las cosas que tanto Rusia como los altos líderes árabes que visitan Moscú desean es desarrollar las relaciones árabe-rusas para superar las barreras erigidas por las relaciones ruso-iraníes y las dudas y la desconfianza que estas han causado y de segundo, llenar el vacío dejado por las políticas del Presidente de los Estados Unidos Barack Obama sobre el Golfo Árabe y Egipto, que han hecho tensas las relaciones entre Estados Unidos y los árabes.

«Sin embargo, esto no significa que las naciones del Golfo, Egipto y Jordania han decidido descartar a los Estados Unidos y estén a punto de reemplazarlo por Rusia como su socio en el campo de la seguridad. La visita del Rey saudita Salman bin Abdul Aziz la próxima semana a Washington reafirmará los lazos entre Estados Unidos y el Golfo [a pesar de] la emergente sociedad entre Estados Unidos-Irán, puesta en marcha por el acuerdo en materia nuclear con Teherán – aunque las grietas en estos vínculos son difíciles de ocultar. No obstante, la visita del Rey saudita debe llevar consigo demandas firmes y presionar a Washington, que se ha acostumbrado muy bien a ver que su encanto convence a los árabes a dar marcha atrás y adaptarse o ceder a sus demandas».

«Lo que los líderes árabes necesitan hacer es ir a Washington y Moscú con demandas claras y posturas firmes»

«El tango entre los líderes árabes y rusos no será suficiente en hacer que Washington sienta que algo se está tramando en sus relaciones de larga data con el mundo árabe. Washington probablemente no cree que los árabes posean una alternativa viable y con pleno derecho sobre Rusia. Este no será suficiente para expresar su aceptación artificial a la sociedad estadounidense-iraní que le confiere protagonismo regional sobre Teherán.

«No, lo que los líderes árabes necesitan hacer es ir a Washington y Moscú con demandas claras y posturas firmes sobre temas importantes tales como Yemen, que impacta directamente la seguridad saudita y nacional del Golfo y los temas más pequeños como el deslizamiento del Líbano hacia el caos por la instigación de Irán – a fin de vengar a Yemen – y con la ausencia saudita fuera de las preocupaciones por Yemen.

«[Si esto no] se resuelve, la crisis del Líbano engendrará fuerzas extremistas sectarias en ambas pronunciaciones sunitas y chiitas y las reexportara a los países del Golfo.

«Ni el compromiso de Rusia ni el aislamiento a los Estados Unidos cambiara el curso de los eventos en la región árabe a menos que los líderes árabes tomen decisiones audaces y reparen los errores del pasado como parte de un nuevo plan de cuidado.

«El pragmatismo mostrado ahora por los líderes árabes es un buen paso para contrarrestar la realpolitik de Irán con Moscú, Washington y otras capitales importantes. Las visitas árabes claves esta semana y las visitas a seguir hacia Moscú son un signo de un nuevo enfoque necesario. El punto de partida es entender lo que Moscú desea [obtener] participando del Golfo, mientras mantiene su alianza con Irán.

Los árabes han reconocido que probablemente ni Rusia ni Estados Unidos le darán la espalda a Irán

«En parte, el presidente Putin y su ministro de Relaciones Exteriores Sergei Lavrov, quieren restaurar el prestigio de Rusia en el mundo árabe. Las relaciones con los árabes fueron muy cálidas en la era soviética, incluyendo los lazos con Egipto. En la actualidad, las relaciones de Rusia con el mundo árabe pasaron de tibias a antagónicas a causa de la postura de Rusia en Siria y debido a las dudas que rodean los objetivos de Rusia tras su alianza con Irán.

«En el pasado, Moscú fue una de las dos superpotencias del mundo más estrechamente involucradas en la crisis y soluciones de la región. Washington posteriormente monopolizara el patrocinio del proceso de paz árabe-israelí, reduciendo el papel de Moscú en ser simplemente una parte del Cuarteto internacional junto a la UE y la ONU hoy.

«Con Putin, Rusia se esfuerza por restaurar la influencia rusa en el Medio Oriente a través de nuevos temas y no solo en el tema árabe-israelí. Moscú eligió a Teherán para ser su puerta de entrada al Golfo, mientras que Estados Unidos decidió poner fin a sus relaciones tradicionales con el Golfo a través del portón iraní.

«En otras palabras, la relación ruso-iraní seguirá siendo una constante, sin importar lo que sucede con las relaciones ruso-árabes. Los líderes árabes deben haber reconocido esto mientras se dirigían a Moscú a fin de establecer nuevas relaciones. De hecho, intentos anteriores de convencer a Rusia a través de diversos incentivos para romper con Teherán ahora se han detenido.

«Los líderes árabes que fueron recientemente a Moscú parecen haber hecho varias conclusiones importantes. Primero, la relación entre Estados Unidos y Rusia es más profunda contrariamente a la sugerida por las diferencias sobre Ucrania y las presuntas diferencias sobre Siria. Segundo, Washington y Moscú ambos se benefician pasando una nueva página con Teherán y tienen mucho que ganar por sus industrias de defensa, políticas, económicas y petroleras del acuerdo en materia nuclear.

En tercer lugar, no existe rivalidad rusa-estadounidense sobre el resolver la crisis regional y a Washington no le importa que Moscú dirija los esfuerzos en Siria o que llegue a entendimientos con Teherán por su papel en Irak y el Líbano. Cuarto, derrotar al EIIS se ha convertido en el principal denominador común entre Rusia y los Estados Unidos».

«El otro ítem en la lista de prioridades de Rusia es combatir contra el terrorismo islámico representado por grupos tales como el EIIS, [Jabhat] Al-Nusra y Al-Qaeda»

«La presencia árabe esta semana en Moscú fue prominente y distintiva. La capital rusa recibió simultáneamente al Rey de Jordania Abdullah II, al Presidente egipcio Abdel Fattah Al-Sisi y al Príncipe Heredero de la Corona de Abu Dhabi Mohammed bin Zayed Al Nahyan. Se espera que el Rey saudita Salman visite Rusia en dos meses y el emir de Qatar Tamim Bin Hamad Al Thani estará en Moscú el mes próximo.

«Egipto fue tal vez el tema más importante en las conversaciones en Moscú, especialmente desde que los Emiratos Árabes Unidos junto a Arabia Saudita están decididos a apoyar a Egipto a recuperarse económicamente y restaure su prestigio regional y militar, incluyendo la financiación de acuerdos de armas rusas con Egipto. Moscú por lo tanto se beneficia del tema egipcio en una serie de niveles, políticos, financieros y militarmente, con ambos Egipto y los países del Golfo.

«Egipto encabeza la lucha contra los planes de la Hermandad Musulmana para tomar el poder en la región árabe, lo cual es coherente con las políticas anti-islamistas de Rusia – aunque Rusia no se vio afectado por la teocracia de Teherán y está prácticamente aliada a Hezbolá junto al régimen en Siria. Esencialmente, Moscú teme permitir a la Hermandad Musulmana subir al poder en las repúblicas musulmanas con fronteras a Rusia, que luego le dará a la Turquía de Recep Tayyip Erdogan, quien apoya a la Hermandad Musulmana, comodines estratégicos.

«El otro elemento en la lista de prioridades de Rusia es combatir contra el terrorismo islámico representado por grupos tales como el EIIS, [Jabhat] Al-Nusra y Al-Qaeda.

«Sin embargo, existen a menudo múltiples agendas conflictivas bajo este título, en lo que es una ambigüedad notable que envuelve las posturas de Moscú, Washington, Londres, Ankara y las capitales árabes. En Libia, por ejemplo, el patio trasero de ambos Egipto y Europa más allá de este, la decisión internacional de permitir que el caos y el extremismo continúen sin mostrar una preocupación considerable o tomar medidas para frenar la situación es asombroso.

«Con el modelo libio de indiferencia internacional en mente, los acontecimientos en el Líbano son problemáticos y existe una preocupación legítima respecto a las consecuencias y repercusiones a la falta de acción regional e internacional».

«Ni Washington ni Riad les preocupa mucho la situación en el Líbano»

«Está claro, por ejemplo, que ni Washington ni a Riad les preocupa mucho la situación en el Líbano. Lo contrario es cierto, con la retirada de los Estados Unidos y de Arabia Saudita del Líbano, a pesar del riesgo de que su colapso pudiera llevarse a los países del Golfo. Otros países del Golfo están conscientes del peligro de desentenderse del Líbano y sus diplomáticos están tomando medidas para interceptar el vacío allí que dejara el campo abierto a la agenda de la línea dura y a los halcones de Irán.

«Pero esto no cambia nada respecto a la responsabilidad de los países tradicionalmente activos en el Líbano. Es importante para las conversaciones de alto nivel entre Estados Unidos y Arabia Saudita en Washington la próxima semana el exigirle a Irán demostrar su buena fe en el Líbano e impulsar tanto Estados Unidos y Arabia Saudita a que dirijan este país hacia la construcción de instituciones y reformen la clase política dominante.

«La corrupción se ha convertido en una desgracia para la mayoría de esta clase y la consigna ‘Tu Apestas’ [en el Líbano] ha expuesto los escándalos más allá de la crisis de la basura. Sería un grave error para las potencias regionales e internacionales ignorar al Líbano. El Líbano está en una crisis crítica que requiere que los Estados Unidos y Rusia influyan la política iraní en el Líbano y requiere de esfuerzos árabes serios y el seguimiento de los desarrollos no sólo en Siria sino los del Líbano».

«Moscú está abierto a superar las tensiones y el distanciamiento con el Golfo sobre el tema de Siria»

«El tema de Siria domina las prioridades de Riad, el Cairo, Ammán, Doha y Abu Dhabi. Por esta razón, los líderes de estas capitales han llevado el tema sirio a Moscú y Washington, en busca de maneras de alcanzar acuerdos. Moscú está abierto a superar las tensiones y el distanciamiento con el Golfo por Siria a través de acuerdos comerciales y de armas además de empresas mixtas en energía nuclear y otros sectores.

«Moscú está moviéndose en esta dirección no sólo a causa de sus prioridades geopolíticas y oportunidades económicas y militares. Otra razón es lo mencionado por el reportero de Al-Hayat en Moscú Raed Jabr, quien citó a analistas políticos diciendo que Rusia está tratando de tener un importante papel en resolver las crisis regionales, especialmente [la de] Siria. ‘Otra razón es ‘reordenar las agendas de Rusia en la región y la apertura de nuevos horizontes para adelantarse a una posible pérdida en Siria, así como también responder a las nuevas realidades tras el acuerdo nuclear con Teherán.

«El realismo político ha hecho de por sí su camino a muchas capitales, basados en cuentas de pérdidas y beneficios. Lo que importa es que la indiferencia no continúe destruyendo a más países árabes, después de Siria, Libia, Yemen e Irak. Sólo de esta manera puede la buena fe demostrarse en esta nueva realpolitik«.


[1] El texto ha sido ligeramente editado basado en la versión árabe del artículo.