A continuación se presentan extractos de un sermón de los viernes en Rades, Túnez, dado por el Jeque Ahmad Al-Suhail y que fue presentado en el canal de televisión Hannibal el 30 de noviembre, 2012:

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Jeque Ahmad Al-Suhayli: «Desde los días de los profetas, los judíos han sido obstinados. Se rebelaron contra los decretos y las leyes de Alá. Siempre que Alá les ordenaba que hicieran algo, hicieron exactamente lo contrario…

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«Los judíos continuaron con sus desviaciones y transgresiones. Esos malditos judíos sionistas incluso tuvieron la osadía de asesinar a los profetas de Alá. Alá dijo: «Ellos fueron objeto de ataques con humillación y miseria, y atrajeron sobre sí la ira de Alá, porque rechazaron Sus señales, asesinaron a los profetas sin una causa justa, y se rebelaron y transgredieron». En los días de David el profeta de Alá, un grupo de judíos fueron transformados en monos, porque violaron las leyes de Alá.

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«El Corán expone la psique malvada de los judíos.

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«Cuando violaron los tratados y acuerdos que el Profeta Mahoma hizo con ellos en Al-Madina, este los sacó y expulsó de Al-Madina. En tiempos modernos, esta banda maldita se reunió una vez más en Palestina, mediante el engaño y la decepción. Luego vino la Declaración Balfour. Fue Balfour, el Secretario de Relaciones Exteriores británico para ese entonces, en 1917, quien reunió a los judíos en Palestina y Jerusalén. Luego llamó a las potencias extranjeras para que ayudaran a [los judíos], proporcionándoles con dinero y armas.

«La Declaración Balfour fue una tragedia y una catástrofe para los palestinos en particular, y para la nación árabe e islámica en general. Este le prometió una tierra que no poseía a nadie que lo mereciese – porque no es la tierra de los judíos – en allanar el camino al movimiento sionista racista y gobernar Palestina y Jerusalén. De hecho, eso es lo que pasó.

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«Vean a los sionistas. Después de que un autobús en Tel Aviv fue volado por un buscador de martirio, se apresuraron a pedir una tregua, cuando los pueblos árabes e islámicos mostraron su voluntad, y fueron uno solo, defendiendo el honor violado de la nación islámica.

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«Hermanos, la Primavera Árabe de la que los medios de comunicación hablan no será realmente un pasadizo a menos que apoyemos a nuestros hermanos en Gaza, y estemos unidos con ellos, con el fin de expulsar a esos judíos de Palestina y liberar Jerusalén.

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«Oh Alá, al igual que destruiste al pueblo de ‘Aad y Thamud, destruye a esta banda de judíos. Golpéalos con una fuerza determinante que los destruya.

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«Oh Alá, tú sabes todo lo que esos judíos malditos han hecho – la corrupción que han esparcido sobre la tierra, la forma como desvían a la gente de su camino, y su humillación a tus siervos. Golpéalos contundentemente, y no dejes a uno solo de ellos. Oh Señor, desintégralos y dispérsalos a través de toda la tierra, tal como lo hiciste con sus seguidores, ya que se han acogido a las santidades del Islam. «Pronto los injustos sabrán que vicisitud les ocurrirá». «Oh Señor, no dejes a ninguno de ellos en la Tierra, pues si lo haces, guiaran a tus siervos por el mal camino, y no engendrarán sino pecadores e infieles». Alá, haz estéril los vientres de sus mujeres, y sécale los torsos a sus hombres. Golpéalos con tu odio e ira, Oh Tú, quien reparte un duro castigo y tormento».