Lo siguiente son extractos de un sermón dado por el clérigo egipcio Muhammad Hussein Yaaqub, el cual fue presentado en Al-Nas TV (Egipto) el 29 de diciembre, 2009.
Para ver este segmento de video en MEMRI TV, visite http://www.memritv.org/clip/en/0/0/0/0/0/0/2335.htm.
«La nación del Islam fue creada para permanecer hasta el final de los tiempos, fuerte y dominante»
Muhammad Hussein Yaaqub: «La nación del Islam está aquí para quedarse. Debemos hacer crecer esta idea en nuestros corazones. Nuestro país no fue creado para cumplir una función y luego desaparecer, como las naciones que tenemos ante nosotros, que fueron creadas para existir por un tiempo, sólo para ser aniquiladas. No, no. La nación del Islam fue creada para permanecer hasta el final de los tiempos, fuerte y dominante.
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«Nuestra nación no morirá jamás. Esta no va a ser aniquilada. Hemos visto a nuestra nación sometida a peores acontecimientos a los que somos testigos hoy día. Nos duele [la] desintegración, la pérdida y la erradicación de Irak, pero Irak ha sufrido crisis que la han hecho pintar el caudal del río Eufrates de rojo con sangre, y una vez su flujo en tinta negra, debido de los libros de la Biblioteca de Bagdad que fueron arrojados a este.
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«Hemos sido testigos de la limpieza racial en Bosnia y en Kosovo. A pesar de ello, la raza musulmana ha sido limpiada de la sucia sangre del politeísmo y los politeístas.
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«Los judíos son nuestros enemigos. Alá los aniquilara en nuestras manos. Esto es algo que sabemos con certeza. Lo sabemos con certeza – no porque yo lo diga, sino porque Alá lo dijo: ‘Ustedes encontrarán que la gente más fuerte en hostilidad a los creyentes son los judíos y los politeístas’.
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«Para la nación islámica, la mezquita Al-Aqsa es como una bandera en el campo de batalla. He leído las obras de muchos predicadores y estudiosos, que dijeron que si quisieran discernir el estado de la nación en un momento dado, deberían mirar hacia Al-Aqsa. El estado de Al-Aqsa refleja el estado de la nación. Siempre que la nación esté fuerte y su bandera esté en lo más alto, Al-Aqsa estuvo en manos de los musulmanes. Pero cuando la nación pasó por un período de debilidad y colapso, Al-Aqsa estuvo en manos de los no-musulmánes.
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«Hoy, la nación – los jóvenes, sus ancianos, sus hombres, sus mujeres y sus hijos – están dispuestos a ser martirizados a las puertas de Al-Aqsa… La nación en su totalidad».