En un reciente sermón presentado en televisión, el clérigo egipcio Mazen Al-Sarsawi exaltó las virtudes del castigo corporal para mantener en control a las esposas. Utilizando historias de los primeros días del Islam para apoyar su argumento, Al-Sawsawi dijo que cuando se presentan problemas matrimoniales, «la solución es otorgarle al hombre libertad para disciplinar a los miembros de su familia y mantenerlos bajo control. De ninguna manera puede una mujer ser cabeza [de familia]».

En el sermón, transmitido el 7 de enero, 2010 en el canal Islámico egipcio Al-Nas TV, Al-Sawsawi relató la historia de Said Ibn Al-Musayyib, un estudioso musulmán del siglo 7 º conocido por su piedad, quien casó a su hija con su estudiante, Abu Wada’. Al-Musayyib le impartió a su yerno sus consejos en la manera de lidiar con su nueva esposa: «Si te molesta – si algo te fastidia, o si sospechas cualquier cosa – golpéala en el acto con la vara. Rómpele la cabeza».

Este continuó con otra historia – la de Asmaa, la hija del califa Abu Bakr, cuyo esposo Zubeir la ataba junto a su otra mujer por los cabellos y las golpeaba a los dos. Cuando Asmaa se quejaba a su padre de esta injusticia, («me golpeó hasta sacarme moretones, aunque yo no hice nada»), la respuesta de Abu Bakr fue: «Vuelve con Zubeir. Él es un buen hombre, y puede convertirse en tu esposo en el Paraíso».

Al-Sarsawi culpó a los medios de comunicación modernos – a la televisión y el cine – de fomentar «una revolución en el liderazgo domestico», de tal manera que hoy día «en muchos hogares, la mujer es el hombre. Ella le dice a su marido qué hacer, y él dice: ‘Sí, señora'». Este advirtió que entregarle el liderazgo a las mujeres, que «no pueden conducir un coche, y mucho menos liderar un hogar, o cualquier cosa más allá de eso», está destruyendo los hogares musulmanes.

Al-Sarsawi además atacó a los partidarios de los derechos de la mujer, diciendo que estos odian a las mujeres y «las hacen partidarias de pecar». Dijo que las mujeres que trabajan fuera del hogar esperan por la igualdad y quieren discutir todo – con el resultado de que el hogar se convierte «en un parlamento». «Los partidarios de los derechos de las mujeres en Europa y Estados Unidos son todos unos timadores», dijo.

Al-Sarsawi advirtió que «durante 50-60 años han estado usando películas y series de televisión con el fin de afeminar a los hombres y hacerlos más sensibles. El niño crece siendo un ratoncito Mickey, un niño de mamá» quien cuando todavía está en pañales posee un teléfono celular, y que mantiene constantemente informado a su madre de todos sus movimientos. «Puede alguien así hacer algo con su vida?» pregunta Al-Sarsawi con incredulidad. «Por supuesto que no… Hoy día, un niño crece siendo una mariquita que no puede hacer nada». En los días donde se criaba al verdadero árabe, en cambio, «lanzaban al niño al desierto y lo dejaban crecer allí, y no sabían nada de él durante tres o cuatro años. Cuando volvía, este sería autosuficiente», dijo Al-Sarsawi.

A continuación se presentan extractos del programa de televisión.

Ibn Al-Musayyib esposó a su hija con Ibn Abi Wada’

Mazen Al-Sarsawi: «[Said Ibn Al-Musayyib] fue a la casa de su alumno, Ibn Abi Wada’, quien se ausentó de sus clases por un día o dos. Ibn Al-Musayyib le preguntó: ‘Dónde has estado?’

«Ibn Abi Wada’ dijo:» Mi esposa murió, y la enterré. Estuve ocupado con eso’. Ibn Al-Musayyib le preguntó: ‘Estás soltero ahora? ¿Te casaste de nuevo?’ Ibn Abi Wada’ dijo: ‘No. Estoy sin un centavo. ¿Quién se casaría conmigo?’

«Ibn Al-Musayyib dijo que le encontrará marido a su hija y la esposará con Ibn Wada’.

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«Ibn Abi Wada’ dijo: «Cuando llegué a casa después de los rezos alguien llamó a la puerta. Pregunté quién era, y me dijo: «Es Said».

«Todos los Said que conozco me vinieron a la mente a excepción de Said Ibn Al-Musayyib, quien durante 40 años no había ido muy lejos de su casa o de la mezquita. Durante 40 años, Ibn Al-Musayyib caminaba desde su casa a la mezquita y viceversa, sin visitar a nadie. No dejaba que nadie perdiera su tiempo.

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«Ibn Wada dijo:» Abrí la puerta, y vi a Ibn Al-Musayyib. Detrás de él estaba su hija, a quien me la había dado en matrimonio. Empujó a su hija hacia mí y dijo: «No quiero que pases ni una sola noche soltero».

«Cerró la puerta tras de él y se fue. Cuando la niña entró, estaba tan avergonzada que se desmayó. No estaba acostumbrada a estar rodeada de hombres. Esta puede haber sido la primera vez que había visto a un hombre distinto a los miembros de su familia. Cuando se encontró a solas con su marido, no pudo soportarlo y se desmayó». […]

«Ibn Musayyib: si no se comporta, golpéala en el acto»

«Después de un tiempo, Ibn Wada’ fue donde Said quien preguntó: ‘Cómo está mi hija? Ibn Wada’ dijo: «Me trata de una manera que agrada a mis amigos y enfada a mis enemigos’.

«Ibn Musayyib, dijo:» Si te molesta de cualquier manera utilizar la vara contra ella. Si no se comporta golpéala en el acto’. Él le mostró la manera correcta de reprimirla.

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«Ibn Musayyib le dijo: ‘Si te molesta – si algo te incomoda, o si sospechas algo – golpéala en el acto con la vara. Rómpele la cabeza, tal como dicen'».

Satanás ha anidado en las cabezas de los hombres que no siguen los caminos del Islam o en las de los verdaderos hombres

«Esta debe ser la postura de los hombres que quieren proteger los hogares de sus hijas. Hoy, lamentablemente, las malas semillas han sido sembradas por hombres que no fueron educados bajo la ley islámica. Estos no siguen los caminos del Islam o el sendero de los verdaderos hombres. Fueron criados junto a películas y series de televisión. Satanás ha anidado en sus cabezas..

«Uno de estos hombres, cuando su hija se le enfrenta llena de ira, le dice: ‘Voy a traer a tu marido aquí en cuatro patas. Qué, él cree que puedes intimidarle?! Este ejercita a su hija más que su marido. El resultado es que su marido se divorcia de ella, y ella termina viviendo con su padre. En otras palabras, arruina su vida con esta falsa bravuconería, que no prueba nada sino la debilidad mental de esta gente. Los verdaderos hombres, sin embargo, actúan como Said.» […]

Cuando Zubeir se enojó con sus dos esposas, las ataba juntas por el pelo y las golpeaba

«Lo mismo ocurrió con Zubeir. Tuvo dos esposas, y cada vez que se enojaba con ellas, las ataba por el pelo y les propinaba una fuerte paliza con el fin de enderezarlas.

«La mujer que compartió a Zubeir con Asmaa [la hija del Califa Abu Bakr] era inteligente, y durante la golpiza, se movía de derecha a izquierda, para que todos los golpes llovieran sobre Asmaa.

«Asmaa se dirigía a su padre, toda molesta. Abu Bakr le decía: ‘Vuelve con tu marido’. Ella decía: ‘Pero me golpeó hasta dejarme moretones, a pesar de que no hice nada. No tenía razón, no dije ni una sola palabra. Fue la otra esposa. Tu me conoces – no hice nada, pero yo fui la que recibió toda la golpiza’. Pero Abu Bakr le decía: ‘Regresa con Zubeir. Él es un buen hombre y puede convertirse en tu marido en el Paraíso’.

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«Cuando hay problemas, la solución es darle al hombre libertad para disciplinar a sus miembros familiares y mantenerlos controlados. De ninguna manera puede una mujer ser jefe [de la familia]. […]

«Los medios de comunicación modernos destruye los hogares de los musulmanes… [y] «le entregan el liderazgo a las mujeres»

«Durante un siglo o más, los medios de comunicación, la televisión y el cine, y toda esa basura ha estado tratando de llevar a cabo una revolución en el liderazgo domestico – desde el hombre hacia la mujer. Han tenido éxito».

«En muchos hogares, la mujer es el hombre. Ella le dice a su marido qué hacer y él dice: ‘Sí, señora’.

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«Esta es la influencia de los medios de comunicación modernos, que destruyen los hogares de los musulmanes. Estos quieren poner de cabeza las cosas y entregar el liderazgo a las mujeres. Una mujer no puede conducir un coche ni mucho menos dirigir un hogar o cualquier cosa más allá de eso.

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«Los partidarios de los derechos de las mujeres, quienes llevan a la gente por el mal camino, odian a las mujeres. Las hacen caer en el pecado. Han tomado a la mujer de su hogar, la han separado de sus hijos, e incitado a su marido en su contra. Hoy día, la mujer trabaja, y cuando llega a casa, le dice a su marido: ‘Somos iguales. Aporto dinero como tu. No quiero oír ni una palabra de ti. Abriremos un parlamento aquí. A partir de ahora, debes pedir mi opinión sobre todo. Tendremos una discusión sobre si tosemos o no’.

«No hay nada malo en que se consulte, pero el hogar no debe convertirse en un parlamento». […]

Los niños de hoy día crecen para ser «como el ratoncito Mickey, un niño de mamá»; en los días de la verdadera crianza árabe, los muchachos eran arrojados al desierto para que estos lleguen a convertirse en autosuficientes

«Como he dicho, durante 50-60 años han estado usando películas y series de televisión, con el fin de afeminar a los hombres y hacerlos más sensibles. El niño crece queriendo ser un ratoncito Mickey, un niño de mamá.

«Tan pronto nace, su padre le compra un teléfono celular. Este todavía está en pañales, y cuando quiere llorar, llora en el teléfono celular y su madre viene a cuidarle. Luego va a la guardería o a la escuela. Tan pronto sale de su habitación y entra en la sala, llama a su madre: ‘Estoy en la sala, mamá’. Cuando llega el ascensor, dice: ‘Llegue al ascensor, mamá’. ‘Estoy en el autobús, mamá’. ‘Estoy fuera del autobús, mamá’. ‘Estoy en el salón de clases’. ‘Me comí el sándwich’.

«¿Qué es esto?! Su madre se sienta todo el día en el teléfono celular, para escuchar lo que está pasando con su adorado. De esta manera, su amorcito crece siendo un niño de mamá – completamente indefenso. Si alguien que se rasca mucho la cabeza, llama a su madre. Usted me dice, puede alguien así hacer algo con su vida? Por supuesto que no. Está bajo el amparo de su madre.

«Los beduinos dejaban que sus hijos crezcan lejos de casa. La nodriza se llevaba a los muchachos y los educaba lejos de sus padres, para que pudieran llegar a ser hombres y no mujeres.

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«Hoy día, un niño crece siendo una mariquita que no puede hacer nada. En los días, cuando existía una verdadera crianza árabe, arrojaban al niño al desierto y lo dejaban crecer allí, y no escuchaban de él durante tres o cuatro años. Cuando volvía, este sería autosuficiente.

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«No todos los hogares están construidos sobre la base del amor y el romance, como en esas películas. Cierto que hay hogares donde hay amor y el Islam decreta esto, pero no tiene que ser el amor como en las películas. Estos le enseñan a la gente que el amor significa escuchar música y observar las estrellas. Si usted observa a las estrellas en estos días, lo atropellará un coche. […]

«Los defensores de los derechos de la mujer en Europa y Estados Unidos son todos unos timadores»

«Los partidarios de la derechos de la mujer en Europa y Estados Unidos son unos estafadores. No hacen nada de lo que hablan. Sus mujeres son como mercancía. Hablan sobre los derechos de la mujer y dicen que les otorgan a las mujeres sus libertades, pero las sacan de sus hogares y las convierten en mercancía a manos de los seres más bajos. Utilizan a las mujeres para anuncios. Las usan como prostitutas.

«Sus mujeres están en la zanja. Están expuestas a que cualquiera las vea. Sus mujeres se han convertido en mercancía. Cuando realizan un comercial para una crema de afeitar varonil, colocan a una mujer desnuda junto a este. ¿Qué tiene que ver una mujer con algo como eso? En un anuncio para una mesa para servir café o algún coche, colocan a una mujer desnuda junto a estos».