Introducción
El vicepresidente Joseph Biden, el funcionario de más alto rango de la administración para Irak, concluyó una visita de tres días a Bagdad, su decimoséptima desde la época en que se desempeñó como presidente del Comité Senatorial de Relaciones Exteriores. Su más reciente estadía se combinó con una visita patriótica a las tropas para celebrar las festividades del 4 de julio Día de la Independencia y una serie de discusiones de alto nivel con los líderes políticos de Irak sobre el estancamiento que prevalece en la formación de un nuevo gobierno – y específicamente acerca de cómo quebrar dicho estancamiento. El punto muerto es de cuatro meses, contados a partir del 7 de marzo cuando Irak celebró elecciones parlamentarias generales.
Según todos los indicios, Biden fue bien recibido por los líderes iraquíes. Una excepción fue el joven clérigo voluble antiestadounidense Muqtada al-Sadr, quien continúa residiendo en Irán, pero ejerce una influencia considerable en la escena política de su país a través de los aproximadamente 40 miembros del parlamento elegidos como parte de la Alianza Nacional Iraquí. Al-Sadr denunció la visita de Biden y algunos de sus partidarios manifestaron en el barrio de la Ciudad Sadr en contra de la visita. Como un signo de exclamación a las manifestaciones, un cohete Katyusha cayó en el patio trasero de la embajada de Estados Unidos en la Zona Verde, disparado supuestamente desde Ciudad Sadr. El Katyusha también puede haber tenido la intensión de llevar un mensaje de Irán de que está observando la visita muy de cerca y que sigue siendo un actor clave en el proceso político iraquí.
Ideas, no propuestas
Fuentes estadounidenses en Bagdad han sido citadas diciendo que Biden ha propuesto ideas, pero no son propuestas concretas. Dos ideas, en particular, han sido mencionadas: La primera idea es rotar el cargo del primer ministro entre Nouri al-Maliki, el actual primer ministro del gobierno provisional y Ayad Allawi, el jefe de la facción Al-Iraqiya, con el mayor número de escaños en el nuevo parlamento. La segunda idea es cambiar algunos de los poderes del primer ministro al presidente, en un intento por alcanzar un equilibrio entre los dos sin que, en esta etapa, identifique quién en última instancia ocupa cada uno de los dos cargos. Ali al-Dabbagh, el portavoz del gobierno iraquí, confirmó que Biden «jugó un papel importante en el cierre de la brecha» entre las posturas de las dos facciones principales o bloques políticos – el de Al-Iraqiya de Allawi y el Estado de Derecho de al-Maliki. Quizás aún más importante, al-Dabbagh señaló que «Washington es la [más preocupada por la situación en Irak], pero es el menos intervencionista en sus asuntos».
El resultado y las consecuencias para los kurdos
Una cosa es cierta: si la segunda idea debiera ser aprobada, los cargos de primer ministro y el cargo renovado del presidente, lo más probable es que vayan a al-Maliki y Allawi, no necesariamente en este orden, dejando al actual presidente kurdo, Jalal Talabani fuera a la intemperie. Esto puede no agradar a los kurdos pero tendrán que conformarse con el puesto de vocero del parlamento y tal vez se le garantice algunas concesiones en Kirkuk a través de la activación del artículo 140 de la Constitución iraquí, que pide la celebración de un referéndum en la ciudad para determinar su futuro. De hecho, muchos líderes kurdos, incluyendo a Mas’oud Barazani, el presidente del Gobierno Regional de Kurdistán y tal vez el líder kurdo más poderoso, son constancia de que los kurdos no serán un obstáculo para cualquier posible acuerdo político que reúna a las dos principales facciones políticas. De hecho, prefieren no tomar partido entre Allawi y al-Maliki. Los kurdos no confían en al-Maliki, pero tampoco están cómodos con los grandes elementos nacionalistas sunitas de la facción de Allawi, que desconfían y hasta resienten de las aspiraciones kurdas. Nuestro propio juicio es que la presidencia es importante para los kurdos por su prestigio, pero las cuestiones relativas a la autonomía kurda, Kirkuk y su participación en los ingresos del petróleo, así como también sus derechos a la exploración de petróleo en su región, son mucho más importantes y vitales para sus intereses que tener a un kurdo como presidente.
Independientemente del resultado final de la visita de Biden a Bagdad, su capacidad para lograr que las partes interesadas en el compromiso se vieran facilitadas por las crecientes presiones domésticas, incluidas las manifestaciones en las provincias del sur contra la escasez de energía eléctrica, el deterioro de los servicios públicos en general, la escasez de agua potable en algunos sectores del país, las crecientes actividades terroristas, bombardeos a la frontera tanto por Turquía e Irán y lo que parece ser una rebelión latente de elementos sunitas al norte de Irak extendiéndose desde las fronteras iraníes hasta Siria.
Agregando a la presión política se incluye un requisito constitucional de que los así llamados cargos soberanos – a saber, el del presidente del parlamento, el presidente y el primer ministro – deben ser ocupados dentro del plazo de un mes desde la fecha en que el nuevo parlamento fue convocado a su reunión inaugural.
Desacuerdos entre las partes
En el frente entre partidos dos cosas valen la pena destacar. En primer lugar, la alianza entre el Estado de Derecho y la Alianza Nacional Iraquí parecen naufragar por la insistencia de al-Maliki de que este sigue siendo el primer ministro para un segundo mandato y la afirmación de la Alianza de que al-Maliki debería renunciar al cargo por un candidato de compromiso. De hecho, poco después de la salida de Biden, los cinco elementos más significativos de la Alianza Nacional Iraquí han emitido un comunicado conjunto de que no aceptaran a al-Maliki como primer ministro bajo ninguna condición. Ammar al-Hakim, el jefe de la Alianza también ha declarado que no apoyara «un gobierno fracasado». Mientras las discusiones entre los dos grupos llegaban a una encrucijada, el portavoz de al-Maliki, al-Dabbagh, anunció que las negociaciones entre los dos grupos estaban pospuestas hasta nuevo aviso. En segundo lugar, el diario árabe de Londres Al-Sharq Al-Awsat informó, pero no había confirmación en otros lugares, de que al-Maliki, le ha informado al jefe de la Alianza Nacional Iraquí Ammar al-Hakim de que este está a punto de entrar en una nueva alianza con el partido Al-Iraqiya de Allawi, donde no se elaboró nada de su naturaleza. Consideramos a muchas de estas declaraciones como poses políticas.
Posible resultado de la Alianza Allawi-al-Maliki
Si tal constelación política, es decir, una alianza al-Maliki-Allawi, en caso de materializarse, Irak pasaría de un gobierno estrictamente sectario, los sunitas ejercerán un mayor peso en el nuevo gobierno que en cualquier otro gobierno anterior desde la ocupación, los Estados Unidos estarán satisfechos con el resultado, Muqtada al-Sadr estará en la oposición, la Comisión Ahmad Chalabi para la Justicia y Rendición de Cuentas – la cual ha tratado de avanzar en la agenda de Chalabi – será terminada e Irán se la dejara lamiéndose sus heridas. Pero este es el panorama en la actualidad. En la política incierta de Irak, un cuadro totalmente opuesto podría surgir mañana o al día siguiente. Pase lo que pase, existen pruebas de que el pueblo iraquí está en contra de las intervenciones desnudas de Irán en los asuntos internos de su país y un gobierno que es nacionalista en su orientación más que un gobierno estrechamente aliado con Irán será bienvenido.
En palabras de un observador iraquí, el problema fundamental en la actualidad reside en el hecho que los chiítas quieren mantener su poder, los kurdos no quieren perder nada de este y los sunitas quieren más.
Conclusión
La visita del Vicepresidente Biden podría haber ayudado a crear, mientras estaba allí, una sensación de optimismo acerca de un gran avance en el estancamiento político. A juzgar por el número de declaraciones contradictorias y anuncios contradictorios que han seguido dominando el ambiente político en Bagdad es difícil decir que la visita fue un éxito rotundo.
Más negociaciones y más sorpresas están engavetadas.
*El Dr. Nimrod Rafaeli es analista senior en MEMRI.
Fuentes:
www.alfayhaa.tv, 5 de julio, 2010; www.iraqhurr.org 5 de julio, 2010; Alsumaria.TV, 5 de julio, 2010; Al-Sharq al-Awsat, 5 de julio, 2010; Al-Hayat, 5 de julio, 2010 ; Al-Zaman, 6 de julio, 2010, Al-Sharq al-Awsat, 6 de julio, 2010; Alrafidayn, 6 de julio, 2010; Al-Mada, 6 de julio, 2010; www.radionawa.com/ar 6 de julio, 2010.