En 1982, el ejército sirio reprimió un levantamiento islámico en la ciudad de Hamat, matando a decenas de miles de residentes. La semana pasada, el Presidente Sirio Bashar Al-Assad le dijo a una delegación de legisladores norteamericanos que Estados Unidos podría beneficiarse de la experiencia siria en la lucha contra el terrorismo. Entre los miembros de la delegación norteamericana estaban el Senador Richard Durbin (IL), los miembros de la Cámara de Representantes David Price (NC), Jim Davis (FL), Adam Schiff (CA), y el ex representante Wayne Owens (UT). También estuvieron presentes en la reunión el Ministro del Exterior Sirio Farouq Al-Shar’ y el Embajador de Estados Unidos en Damasco Theodore Kattouf. A continuación presentamos un extracto de la respuesta a las declaraciones de Assad escrita por el periodista sirio radicado en París Subhi Hadidi:
Las Declaraciones de Assad
La prensa siria y árabe reportaron que Assad le dijo a la delegación que «Estados Unidos puede beneficiarse de la experiencia de países que han combatido exitosamente el terrorismo, principalmente Siria.» Para comprobar su afirmación, Asad mencionó los choques entre el régimen sirio y la Hermandad Musulmana entre 1982 y 1986, cuando la organización islámica cometió asesinatos y bombardeos contra intelectuales y políticos en el país.»
El artículo decía que el Senador Durbin declaró que, «Siria tiene una amplia experiencia en la lucha contra el terrorismo, y posiblemente nos beneficiaremos de ella… El análisis que escuchamos sobre la historia de Siria y su experiencia en el manejo del terrorismo es una lección útil para nosotros y para muchos países el mundo.»[1]La oficina de prensa del Senador Durbin desmintió estas declaraciones.
La Respuesta de Hadidi
En respuesta al encuentro entre Bashar Assad y la delegación norteamericana, el periodista sirio Subhi Hadidi, quien reside actualmente en Paris, y escribe para el diario en árabe de Londres Al-Quds Al-Arabi, escribió un articulo titulado «La Masacre de Hamat y la Experiencia Siria en la Lucha Contra el Terrorismo» en el que afirmó lo siguiente:
«El 2 de Febrero se conmemorará el vigésimo aniversario de la masacre de la ciudad de Hamat. Unidades del ejército sirio… bajo el mando del General ‘Ali Haydar, sitiaron la ciudad por 27 días, bombardeándola con artillería pesada y tanques, antes de invadirla y matar de 30 a 40 mil ciudadanos – además de los 15,000 desaparecidos que hasta hoy no se han encontrado, y de haber expulsado a 100,000 personas.»
«La lógica dictaría que el régimen sirio, principalmente el ‘joven’ gobierno del Presidente Bashar Al-Assad, trataría en todo lo posible de enterrar ese recuerdo y evitaría hablar sobre él. Esto se hubiera esperado de ellos, el tratar de abrir una página nueva y borrar las huellas de la masacre. Después de todo, este fue uno de los sucesos más sangrientos y violentos de ‘Movimiento Correctivo’ (el término utilizado por Hafez Assad para describir su golpe Ba’atista en Marzo de 1970). Pero ¿qué fue lo que sucedió realmente?»
«La masacre de Hamat -una masacre genuina, premeditada y a sangre fría- no es una experiencia en la lucha en contra del terrorismo… El finado presidente Hafez Al-Assad dio absoluta ‘Carta Blanca,’ y su total aprobación al uso de todas las armas y medios de represión y castigo – aunque eso significara la destrucción de vecindarios enteros (por ejemplo los de Al-Baroudi, Al-Kilani, Al-Hamidiya, y Al-Khadr), incluyendo mezquitas e iglesias.»
«…[Hasta] Patrick Seale, quien escribió una biografía sumamente favorable de Hafez Al-Assad, y que era amigo cercano del gobierno – al menos hasta hace poco… declaró que presentar la batalla de Hamat como ‘el último capítulo en un largo conflicto puede constatar el terrible barbarismo de las medidas punitivas impuestas en la ciudad…'»
«Aunque no esté de acuerdo con las conclusiones de Seale… su presentación sincera del barbarismo de las medidas punitivas sirias impuestas en la ciudad de Hamat, indica la importancia crucial que el régimen le dio a esta batalla/masacre. Hamat fue la lección más cruel y extrema a todo el pueblo sirio, tanto secular como islámico… y a los sindicatos y grupos intelectuales. Hamat fue el modelo, la dirección y la norma para manejar cualquier tipo de oposición en Siria, ya sea armada o pacifica.»
«Lo que es más relevante y trágico, es que gente como Patrick Seale afirma… que la batalla de Hamat fue un triunfo del modernismo y la ilustración sobre el fundamentalismo y el ‘puritanismo.’ Seale reconoció que ‘innumerables mezquitas, iglesias y sitios arqueológicos fueron destruidos y saqueados, entre ellos el museo del siglo 18. En un mes de lucha, casi la tercera parte del centro histórico de la ciudad de Hamat fue destruido.'»
«Pero la de Hamat no fue la única masacre… Con el fin de reprimir la oposición islámica armada, el régimen de Ba’ath se dedicó a reprimir el espíritu de oposición de todo el pueblo sirio, desde Alepo a través de Jisr Al-Shaghrour, Deir Al-Zour y Latakia, hasta la tristemente famosa masacre de Tudmor. «El uso de violencia fue parte de una política planeada; esta no era solamente una represión militar, sino que incluía la destrucción de ciudades, la masacre en prisiones, vecindades y calles… A continuación presento un breve resumen»:
«En la séptima convención nacional del partido en el poder Ba’ath, celebrada en Diciembre de 1979, Rif’at Al-Assad, un miembro del liderazgo nacional y comandante de las Unidades de Defensa del régimen de Ba’ath,’ dijo que todo aquel que se opusiera al golpe de estado de Ba’ath sería considerado enemigo – refiriéndose a la Hermandad Musulmana. Él pidió que se realizara una campaña de ‘limpieza’, exigiendo que los miembros de la oposición fueran enviados a campos de trabajo forzado y de re-educación en el desierto de Siria.»
«Las declaraciones de Rif’at Al-Assad precedieron al movimiento de protesta popular que se creó entre los partidos de oposición… y entre los sindicatos de médicos, dentistas, ingenieros, farmacólogos y abogados, que declararon una huelga de un día (Marzo 31 de 1980) para protestar en contra de la privación de libertad, la crueldad de su aparato de represión y la violación de los derechos humanos del gobierno sirio.»
«La respuesta inmediata del gobierno fue desbandar estos sindicatos y arrestar a sus lideres más prominentes. Pocos meses después, el gobierno lanzó una ofensiva en gran escala en contra de algunos partidos de oposición, principalmente en contra del Partido Comunista Sirio[2]y entre Marzo y Mayo de 1980, el régimen perpetró una serie de masacres, una tras otra, entre ellas la de Jisr Al- Shaghrour (200 muertos), Souq Al-Ahad (42 muertos), el vecindario de Hananu (83 muertos), y Alepo y Tudmor (700 muertos) y el vecindario de Hamat’s Al-Bustan (200 personas fusiladas!)»
«Durante ese periodo, el régimen aprobó la Ley No. 49, en la que se imponía la pena de muerte a cualquier miembro de la Hermandad Musulmana – ¡la ley era retroactiva! Hubo una serie de asesinatos ordenados por el gobierno… entre ellos el de: el periodista libanés Salim Al-Louzi, el comandante militar palestino Sa’ad Sayel, uno de los fundadores del Partido Ba’ath, Salah Al-Din Al-Bitar y la Señora Banan Al-Tantawi, esposa del líder de la Hermandad Musulmana ‘Issam Al-‘Attar…»
«La ‘receta’ siria para combatir el terrorismo se basaba, por lo tanto, en el contra-terrorismo del estado, con medidas más extensas y violentas. Esta violencia fue la forma más sangrienta de terrorismo. Se basaba en asesinatos, y en represión abierta y directa a toda protesta de la oposición… en la militarización del estado y todos sus organismos, y en la eliminación de la política por medio de la persecución, los arrestos y los despidos…»
¿»¿Cómo puede beneficiarse Estados Unidos de la experiencia siria? ¿Debió el Pentágono destruir a Kandahar y Kabul como las ‘Unidades de Defensa’ y las ‘Unidades Especiales» sirias destruyeron la ciudad de Hamat? ¿O quizás el Pentágono debió haber ordenado el asesinato de todos los miembros del Talibán o de Al-Qaida? ¿Debió el comandante del ejército norteamericano subirse a un tanque, recorrer la ciudad de Kabul y anunciar que estaba dispuesto a matar a 1000 personas cada día, como el comandante militar sirio hizo en Alepo en 1980? El hecho de que esta masacre sirva de ejemplo de la experiencia siria en la lucha contra el terrorismo constituye un insulto a la memoria de los mártires de la masacre de Hamat – en donde 90 por ciento eran civiles, como lo reconocieron personalmente miembros del régimen sirio.»
«La declaración del presidente sirio – una de las muchas que ha hecho desde que tomó el poder – expresó el nivel de retórica política y la crisis que afecta al régimen en otras áreas como la económica, social y legislativa.»
«¡Es sorprendente que Asad dé este ejemplo a la delegación de un país que todavía tiene a Siria en la lista de estados que apoyan al terrorismo – una delegación que fue a Damasco a exigir que el régimen deje de patrocinar organizaciones terroristas, y en el mismo día en el que el ex secretario de estado norteamericano Alexander Haig recomendó a la Casa Blanca que dirigiera su siguiente ofensiva anti-terrorista en contra de Siria, no de Irak!»
«El vigésimo aniversario de la masacre de Hamat merecía una actitud completamente diferente, merecía una actitud de reconciliación y arrepentimiento…»