El 11 de julio del 2009, el portal liberal iraní www.khandaniha.eu publicó un fatwa del Ayatolá Hossein Ali Montazeri, el clérigo contemporáneo más antiguo chiíta. El fatwa fue emitido en respuesta a una serie de cuestiones entregadas a él por el intelectual iraní y clérigo Mohsen Kadivar, concernientes a la legitimidad del actual gobierno iraní.

Lo siguiente son extractos del fatwa [1]

Pregunta:«Cual es la decisión respecto a los que poseen cargos gubernamentales, a quienes la ley del shari’a exige que actúen justa, honesta y sabiamente… si [no cumplen] estos requisitos en ningún grado, pero se comportan de una manera diametralmente opuesta a ellos?»

Respuesta: «Si ninguno de los requisitos mencionados en esta consulta son cumplidos, esto automáticamente, y sin necesidad de juicio, trae consigo el colapso de facto del velayat [el ‘jurisprudente’, queriendo decir el Líder Supremo iraní Ali Khamenei] y del gobierno que está a cargo de la gestión de asuntos sociales [es decir, el gobierno del Presidente iraní Mahmoud Ahmadinejad] – y decreta nulo y sin efecto todos los decretos emitidos por aquellos que ostentan cargos en el gobierno…

«En caso de incumplimiento de cualquier articulo del contrato entre las dos partes – es decir, [el contrato] entre la posición del titular y el pueblo, que le nombró – el pueblo puede remover al titular de la posición de su cargo».

Pregunta: «Cuál es el deber religioso del pueblo si estos que poseen cargos insisten en actuar en formas que contravengan las directivas religiosas de ‘encomendar el bien y prohibir el mal?'»

Respuesta: «Tal como he dicho, tanto la ley religiosa y el sentido común [dictan que] los poseedores de cargos que han perdido el derecho de administrar los asuntos sociales automáticamente perderán sus puestos y su mandato ya no es legítimo en ninguna forma. Si permanecen en su cargo por medio de la fuerza, fraude o falsificación, entonces el pueblo debe expresar su opinión acerca respecto a la ilegitimidad e impopularidad de [estos poseedores de cargos] y removerlos de sus puestos de la manera menos perjudicial…

«Obviamente, este es un deber obligatorio a todos [y no sólo a determinados individuos]… y nadie puede eludirlos bajo ningún pretexto. La élite [es decir, los clérigos] tienen una obligación especial [de llevar a cabo esta tarea], ya que tienen el conocimiento sobre derecho civil y religioso y tienen mayor capacidad que [el resto de la gente]. Sus declaraciones tienen una mayor influencia y ejercer una mayor fuerza, por lo tanto, asumen una mayor responsabilidad. Deben presentarle a [la gente]… con una [opción] alternativa, mientras [preservan la unidad] y la armonía ideológica del pueblo y el establecimiento de partidos, así como también las organizaciones públicas y privadas».

Pregunta: «Contravienen los grandes pecados enumerados a continuación, y la insistencia en la [postura de los titulares] en acometerlos, el ‘principio de justicia’ y de dar lugar a la implementación del ‘principio de la tiranía?’

  1. Ordenar el asesinato de inocentes y causar sus muertes;
  2. Ordenar y haber participado en una [campaña] armada de amenazas e intimidación, y el haber golpeado y herido a personas inocentes en las calles;
  3. La prevención de facto de los antiguos ayatolaes en cumplir su deber religioso de ‘encomendar el bien y prohibir el mal», por obstruir todas las medidas jurídicas y razonables de protesta no violenta;
  4. Negarle la libertad y encarcelar a cualquier persona que actúe o asesore a [otros] para que actúe [de acuerdo con el precepto religioso de] ‘encomendar el bien y prohibir el mal’, y presionar bajo extorsión en la obtención de falsas confesiones;
  5. Censurar a los medios de comunicación e información…;
  6. Embadurnar a todos aquellos que protestaron [después de las elecciones]… y a todos aquellos que se opusieron a la postura de los titulares, [llamándolos] ‘mercenarios’ y ‘espías de las [fuerzas] extranjeras’;
  7. [Diseminar] mentiras, falso testimonio y falsos informes sobre todos los asuntos concernientes a los derechos de los ciudadanos;
  8. Traicionar la confianza del pueblo;
  9. [Practicar] la tiranía, ignorando [la opinión del pueblo], y desatender el consejo y advertencias de los clérigos;
  10. Impedir a los dueños justos [es decir el pueblo] de tomar posesión de la propiedad común – [es decir] el destino de la nación;
  11. Insultar al Islam y denigrar a la religión presentando al Islam y al chiísmo al mundo como crudo, ilógico, agresivo, supersticioso y despótico».

Respuesta: «Cometer los pecados arriba mencionados, o insistir en [cometer] algunos de ellos, es incontrovertible y una prueba clara de la falta de justicia, y es [de hecho] una característica esencial de la opresión y la injusticia… Es evidente que cualquier pecado cometido en nombre de la religión, la justicia o la ley – y especialmente los [pecados] mencionados anteriormente – [hace] que se incremente el mal, y también causa un mayor distanciamiento de la religión. [Estas ofensas implican] el castigo más severo, en este mundo y en el mundo por venir, ya que, además de los pecados malvados de fraude y de distanciar a la [gente] de la religión también corrompen [los propios principios de] justicia y ley.

«En los casos de acuerdo con la postura de los titulares, los hechos fueron justos y estuvieron dentro de la ley, mientras que la mayoría de la gente sostiene que fueron ilegales… y [que constituyen] delitos contra los derechos [del pueblo], luego existe la necesidad de actuar de acuerdo a una sentencia de árbitros imparciales y honestos acordados por ambas partes».

Pregunta: «Justifica el aferrarse a los principios tales como la suprema obligación de preservar el régimen justificando la agresión contra los derechos legítimos del pueblo y el atropellar a la mayoría de las directivas morales y mandamientos religiosos, tales como [el mandamiento de ser] veraz y digno de confianza? ¿Puede ser suspendida la aplicación de la justicia… bajo el pretexto de preservar los intereses del régimen? ¿Cual es el deber religioso de los creyentes si algunos titulares confunden la postura del régimen con sus propios intereses, e insisten en la aplicación de su error?»

Respuesta: «… Es evidente que, no es posible preservar o fortalecer el régimen islámico a través de la opresión – lo cual va en contra de [los preceptos del] Islam. Esto es debido a que la necesidad de un régimen brota [en primer lugar de la necesidad de] justicia y de proteger los derechos del [pueblo] – es decir, implementar las directrices del Islam. Entonces cómo puede la injusticia, la opresión y [otras] infracciones del Islam [servir para] consolidar o preservar un régimen islámico justo?

«Un régimen que utiliza garrotes, opresión, agresión contra los derechos [del pueblo], la injusticia, elecciones fraudulentas, asesinatos, arrestos y tortura medieval de la era de Stalin, [un régimen que] amordaza y censura a la prensa, obstruye a los medios de comunicación, encarcela intelectuales y a líderes electos sobre falsos alegatos o confesiones forzadas… – [tal régimen] es despreciable y no tiene ningún mérito religioso…

«El orgulloso pueblo de Irán sabe muy bien exactamente cuan auténticas son las confesiones de [los detenidos], estas son como [confesiones obtenidas] por los regímenes fascistas y comunistas. El país sabe que las falsas confesiones y entrevistas de televisión fueron obtenidas de sus hijos encarcelados con amenazas y tortura, y que su objetivo es encubrir la opresión y la injusticia y [presentar una] [imagen] distorsionada de la protesta pacífica y legal de la población…

«El estado le pertenece al pueblo. No es ni de mi propiedad, ni la suya… Cuando el Shah escuchó la voz de la revolución del pueblo, ya era demasiado tarde [para él]. Es de esperar que las personas a cargo [hoy] no se permitirían a [si mismos] llegar a la misma situación, sino que se volverán más susceptibles a las demandas de la nación, y tan pronto como sea posible…

Pregunta: «Cuáles son las indicaciones religiosas de un ‘mandato opresivo [velayats, refiriéndose a Khamenei]’, y cuáles son los deberes de los clérigos y de los creyentes [cuando se enfrentan a tal régimen]?»

Respuesta: «… La sociedad denota la justicia y la injusticia por parte de los gobernantes, los signos son claros para todos… [Por consiguiente,] es responsabilidad de todos actuar ante la injusticia y ante el pisotear los derechos del pueblo – y de informar a otros de esta responsabilidad. Más aun, [ambos clérigos y creyentes] deben presentar formas de actuar en estas circunstancias. Esto se debe a que es inconcebible que alguien clame que pretende perseguir la justicia, y que de hecho no hace nada para implementarla con el pretexto del miedo o la ineficacia».


[1] Portal del Ayatolá Montazeri, (Irán), 10 de julio, 2009; www.khandaniha.eu, 11 de julio, 2009.