En un editorial principal titulado «El favor que los orientalistas occidentales le hicieron a los musulmanes,» en el diario kuwaití Al-Siyassa, el escritor progresivo kuwaití Ahmad Al-Baghdadi criticó la actitud académica árabe al orientalismo occidental. Lo siguiente es la columna: [1]

«Cuando estaba estudiando para mi Ph.D. en pensamiento político islámico en la Universidad de Edimburgo, decidí que mi disertación sería sobre el pensamiento político de Abu Al-Hasan Al-Mawardi. [2] Si tuviera que re-escribir esta disertación hoy, le agregaría nada menos que otro 50%, debido a los materiales eruditos disponibles ahora que no pude explorar para el momento, especialmente respecto a la metodológica crítica de ese pensamiento muy político.

Lo que es importante notar es que estudiar en Occidente con profesores franceses le da al estudiante una única oportunidad, en ambos la escolaridad y el nivel personal. A nivel personal, le permite al estudiante [árabe] becado quien está fuera del país mucho tiempo de leer. A nivel de escolaridad, le permite que presente lo que ha aprendido en sus lecturas a profesores excelentes quienes están altamente calificados para criticar los textos académicos.

Me refiero a que diferente de la gente de Oriente, los occidentales tienen una tradición [académica]; no están de acuerdo [con fiarse] de cualquier texto a menos que se haya disecado metodológicamente y analizado racionalmente para que puedan llegar a la propia substancia del texto.

Para el momento [de sus estudios en Occidente], los estudiantes de países musulmanes son divididos en dos grupos. Los desafortunados, quiénes regresan a sus países pensando aplicar lo que han aprendido, y están conmocionados por la gran magnitud de ignorancia natural y deliberada en sus países. Sus esperanzas se estrellan en las piedras de la realidad y se evaporan en la aridez de la ignorancia. Los afortunados, aquellos guiados por Alá a que permanezcan en Occidente, continúan desarrollándose intelectualmente; sus capacidades metodológicas maduran y se convierten en productivos en sus campos escolares especializados.

Lo que es importante durante el período [de estudio] es que cuando leyeron, a los estudiantes se les da una oportunidad de comparar las complejidades del pensamiento occidental con la naturaleza primitiva del pensamiento árabe e islámico, así como fue compilado por los estudiosos en cada lado. Por encima de esto, ellos [los estudiantes] llegan a conocer el enorme cuerpo de becas de orientalistas en estudios literarios islámicos y [árabes], [el cual estos orientalistas lograron] por vía de traducción o por corrección filológica escolar exacta o por metodología crítica.

Para una prueba simple de esto, permítanle a cualquier lector serio que tome cualquier libro sobre civilización islámica por un autor musulmán árabe y un libro por uno de los estudiosos occidentales – digamos, ‘Al-Hadara Al-Islam’ [la Civilización Islámica] por Grunebaum [3] o comparemos cualquier libro sobre la historia del estado islámico con libros como aquellos por Wellhausen y Brockelman. [4] Hasta por escrito sobre jurisprudencia islámica, ellos son mucho mejores que los expertos musulmanes en jurisprudencia islámica, en ambos lo analítico y el nivel crítico.

Respecto al área de mi propia investigación, encontré que el libro ‘Las Reglas de Gobierno’ (‘Al-Ahkam Al-Sultaniyyah’) por Al-Mawardi fue descubierto por un orientalista alemán y que bibliotecas en el mundo occidental contener í an manuscritos únicos árabes e islámicos, bien catalogados para que el investigador pueda localizar fácilmente la información. [Estas bibliotecas también contienen] muchos libros sobre nuestra herencia, los cuales, si no hubiera sido por Occidente y los esfuerzos de los orientalistas, los musulmanes nunca sabrían que existe. Gracias a esta herencia intelectual, Occidente pudo dominar a Oriente, como todavía lo hace.

Cuando las becas orientalistas surgieron, no surgieron de ahí ninguna beca occidentalista de entre árabes y musulmanes; salvo el volumen incomparable por el estudioso Dr. Hasan Hanafi el cual desgraciadamente, y al contrario de los libros de los orientalistas, no hace agradable la lectura a pesar del inmenso esfuerzo que [Hanafi] puso en compilarlo. [5]

Desgraciadamente, el declive de las becas a los orientalistas, el cual debido a razones relacionadas a las circunstancias en Occidente, fue acompañado por un declive en el interés en esto, becas a los [orientalistas], la más notable en el orientalismo americano contemporáneo pero también [una vez] en el impresionante orientalismo alemán.

Si las instituciones escolares árabes tuvieran una pizca de sentido, habría serios esfuerzos y contactos para traducir [al árabe] muchos de los impresionantes volúmenes en el campo de estudios de literatura islámica y [árabe].

Desafortunadamente, sin embargo, esto se previene por la opresión religiosa de parte de los Ministerios de Awqaf [e.d., las dotaciones religiosas] y las asociaciones e instituciones religiosas que previenen la traducción de muchos impresionantes estudios eruditos.

Para abreviar, estamos hablando con los graduados ignorantes de las instituciones educativas religiosas o de las universidades árabes que están desprovistas de aprendizaje, aquellos que cubren su ignorancia acusando al orientalismo de conspirar contra el Islam o de torcer su imagen. [Estamos diciéndoles a estos ignorantes] que si no hubiera sido por los esfuerzos de un grupo de orientalistas en los estudios religiosos, literarios e históricos, nunca hubiésemos conocido mucha de la herencia de la cual nos enorgullecemos No, nos ha llegado ya listo, en una tacita de plata, gracias a los esfuerzos de esos orientalistas. No tenemos que buscar lejos por un ejemplo.

Permitan preguntarnos: Cuánto esfuerzo han gastado los árabes en descifrar la Piedra Roseta Faraónica y cuanto esfuerzo han gastado los orientalistas en esto? Si no hubiese sido por los esfuerzos de esos orientalistas quienes estaban fascinados por la civilización faraónica, el mundo nunca supiera leer jeroglíficos.

El problema de los árabes es que ellos padecen de una ignorancia compuesta; a saber, son ignorantes de su propia ignorancia.

En un mundo en que las reglas del pensamiento religioso, los esfuerzos de los estudiosos orientalistas no pueden reavivar la civilización de este Oriente muerto.»


[1] Al-Siyassa (Kuwait), abril 20, 2004.

[2] Abu Al-Hassan Al-Mawardi fue un jurista musulmán (972-1058 CE), quién escribió las leyes de gobierno y ética. Es mejor conocido por su libro Al-Ahkam Al-Sultaniyyah («Las Reglas de Gobierno»).

[3] Gustave E. Von Grunebaum, d. 1972. Al-Baghdadi se refiriere al Islam Medieval de Grunebaum; un estudio en orientación cultural. Chicago, Prensa de la Universidad de Chicago, 1953.

[4] Julius Wellhausen (d. 1918), Das arabische Reich un sein Sturz, 1902 (Publicado en inglés como El Reino Árabe y su Caída); Carl Brockelman, Geschichte der Islamischen Volder Staaten, 1939 (publicado en inglés como la Historia de los Pueblos Islámicos, 1949).

[5] Dr. Hasan Hanafi (b. 1935 estudioso egipcio y encabezado del departamento de filosofía en la Universidad del Cairo, y escritor prolífico. El libro referido aquí es su pagina 630 Muqaddima Fi ‘Ilm Al-Istghrab («Introducción a la Ciencia del Occidentalismo»), 2001.

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