En un reciente artículo, el prominente autor y reformista activista musulmán Dr. Asghar Ali Engineer examinó los papeles del estado y la religión en las dificultades que enfrentan en la reforma de las sociedades islámicas. El artículo, titulado «Religión del Estado y Reformas Sociales», fue publicado en el portal del Centro para el Estudio de la Sociedad y el Secularismo, Mumbai. La organización se dedica a fomentar la causa de la reforma islámica en India.

En el artículo, Asghar Ali Engineer sostiene que el clero religioso acepta los cambios provocados por la vida moderna cuando les conviene, mientras que cualquier demanda a un cambio que podría socavar su autoridad, especialmente respecto a las elecciones individuales y la justicia en los sexos, es rechazada. Este estudia la complejidad de la función del estado en la reforma de las sociedades en los regímenes autoritarios y democráticos y argumenta que los grupos en la sociedad civil y el estado están en la necesidad de concentrarse en las diferentes esferas de la vida para garantizar las reformas sociales.

Sin embargo, teniendo en cuenta que los obstáculos a la reforma social se originan tanto de las secciones seculares y religiosas, Asghar Ali Engineer, añade: «Existen poderosos intereses creados que se resisten a cambiar. Por un lado, tenemos una élite económica que se ve amenazada si se intentan realizar serios cambios para erradicar la pobreza, ya que este aporta a la redistribución de recursos y más impuestos y a la intervención estatal y a una élite religiosa que se siente amenazada por una mayor sensibilización entre las masas».

A continuación se presentan extractos del artículo: [1]

«Hay gente que insiste en que el estado debe desempeñar un papel activo y ser participe de las reformas; hay gente que piensa que la religión… se convierte en un obstáculo para el cambio social»

«Nadie discute el hecho de que las reformas sociales se necesitan con urgencia, con cambios increíbles que se están sucediendo en todas partes de nuestra sociedad. Sin embargo, dos preguntas se vuelven importantes a este respecto: 1) ¿cuál es el papel del estado y 2) cual es el papel de la religión? Hay personas que insisten en que el estado debería jugar un papel activo y ser participe del comienzo de estas reformas. En segundo lugar, hay personas que piensan que la religión difícilmente puede ser útil y en su lugar se convierte en un obstáculo para el cambio social.

«Aquellos que exigen un papel activo del estado podrían por lo tanto tener motivaciones políticas, o sentir que el estado, como agencia, es lo suficientemente poderoso como para promover las reformas necesarias. Además, depende de si el estado es autoritario por naturaleza, o democrático. Si el estado es [autoritario entonces] el gobernante, aunque lo suficientemente inteligente para lograr un cambio, no puede tener éxito en su misión. Existen varios ejemplos ante nosotros.

«El Rey afgano Amanullah Khan fue un gobernante iluminado y trató de aplicar reformas modernas en la sociedad afgana a finales de 1920 y principios de 1930 en una sociedad tribal extremadamente conservadora. Invitó a la rebelión y perdió su trono. Por supuesto, los colonialistas británicos también jugaron su papel en destronarlo. El otro ejemplo es el del Shah de Irán, Mohammad Reza Shah Pahlavi. También intentó obligar a la gente a aceptar reformas modernas e invitó la ira de los ayatolaes por un lado y del campesinado conservador, por otro. También perdió su trono, aunque hubo varios otros factores, tales como el actuar como un títere de Estados Unidos en el Oriente Medio y el exilio del Ayatolá Jomeini y algunos otros factores.

«El estado democrático, por el contrario, tiene que mantener la sensibilidad religiosa de los votantes en mente. Además, puede haber y a menudo existen, presiones políticas contradictorias a ser enfrentadas. Una sección del liderazgo iluminado liberal hindú liderado por quien fue el [primer ministro hindú] Jawaharlal Nehru y [arquitecto de la Constitución de India] Dr. B.R. Ambedkar, por ejemplo, redactó la Ley del Código Hindú después de la independencia para lograr las reformas sociales necesitadas con urgencia en la ley hindú, pero tuvo que retirarse ante una dura oposición de los hindúes ortodoxos y reducirla considerablemente. El Dr. Ambedkar tuvo que dimitir como ministro de justicia en frustración. Incluso el carisma político de Nehru no ayudó.

«El Partido Bharatiya Janata [hoy el principal partido derechista de oposición] posee aplicación del Código Civil Común como parte de su agenda Hindutva [ortodoxa hindú] e hizo todo lo posible para crear un espíritu mayoritario en torno a este cuando estuvo en el poder, pero no tuvo éxito excepto entre la clase media urbana y fue precisamente por esta razón que a través de esta lideró la coalición Alianza Democrática Nacional durante seis años en el poder, este no pudo traer un código civil común que era su propia agenda. Así, en un estado democrático también, existen evidentes limitaciones en el logro de la reforma social.

«El estado sólo puede intervenir activamente donde el derecho consuetudinario involucra la vida humana y un problema de ley y orden. Por ejemplo, los británicos pusieron fuera de la ley el sati [la costumbre de quemar a la viuda], aunque era la ley hindú habitual tal como se había desarrollado la vida humana. Recientemente, los casos de asesinatos por honor (o asesinatos deshonrosos?) están surgiendo y aunque el derecho consuetudinario pueden no permitir el matrimonio dentro del gotra [dentro de un clan/sub-casta] o de otra casta, nadie tiene derecho a quitarle la vida a nadie y por lo tanto el estado tiene que intervenir y legislar en contra de tales asesinatos vergonzosos.

Para ver el despacho en su totalidad en inglés por favor haga clic en el siguiente enlace:
http://www.memri.org/report/en/0/0/0/0/0/0/4483.htm


[1] www.csss-isla.com/arch-JULY1-15-10.htm (India), visitado el 4 de julio, 2010. El artículo ha sido ligeramente editado para mayor claridad.