Lo siguiente son extractos de una entrevista con Al-Ahmad Zind, presidente del Club de Jueces egipcio, transmitida por el canal de televisión Dream 2 el 26 de noviembre, 2012:

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Ahmad Al-Zind: «Los jueces tienen un deseo ardiente de instaurar el Sharia islámico respecto a los castigos hudud y a la indemnización diya. Los EAU han resuelto esta cuestión sin problemas y de una manera simple – el primer artículo de su código penal establece que la ley del Sharia será implementada en relación al hudud y al diya. Cuando las leyes del Sharia son aplicadas, no dejan espacio para la negociación. Cualquier país que se abstenga de aplicar estos castigos se encarece de muchas maneras. Las personas no deben temer a la aplicación de los castigos hudud, porque esto podría ser más favorable en ser acusado que el castigo ta’zir [en el que el juez posee discreción]».

Entrevistador: «¿Por qué?»

Ahmad Al-Zind: «Consideremos, por ejemplo, el castigo por robo. Para que usted sea capaz de aplicar el castigo hudud por robo, el ladrón debe haber robado cierta cantidad, valorada en oro… El valor de los bienes robados debe alcanzar cierto monto. El delito debe haber sido cometido en un lugar bajo llave. Si alguien deja su oro o dinero en la sala de estar y la empleada de limpieza lo toma, no está sujeta al castigo hudud, porque el dinero se considera que ha sido desatendido. La persona que está siendo condenada a tales castigos se le ha dado trabajo y medios de vida por la sociedad, por lo que no tendría que robarle a los demás. Después de todo eso, si todavía roba, se le corta la mano.

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«Tomemos, por ejemplo, el castigo hudud a la fornicación. Demostrar este delito en nuestra época es prácticamente imposible».

Entrevistador: «Se necesitan cuatro testigos…»

Ahmad Al-Zind: «personas creíbles! Sin embargo, hay gente que nos aterroriza hablando del hudud.

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«No existe el atraso en el Islam, y los que dicen lo contrario son ellos mismos retrógrados. La misericordia de Alá hacia Sus siervos es evidente por el hecho de que la persona que administra azotes se coloca un libro de anotaciones en el sobaco, impidiéndole infligir dolor al subir el brazo demasiado alto, para que este caiga».

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