Introducción

Nuri Kamal Al-Maliki, quien se convirtió en primer ministro de Irak en mayo del 2006, fue un candidato de compromiso. Se le vio para el momento como el más débil de los candidatos disponibles – un representante virtualmente desconocido del Partido Islámico Al-Da’wa, a la vez que un socio menor en la predominantemente Alianza Unida Iraquí chiíta (AUI). La potencia ocupante, los Estados Unidos, lo favorecieron debido a su reputación como «independiente de Irán», tal como dijo el Embajador de los Estados Unidos en Irak Zalman Khalilzad. [1]

Para sorpresa – y tal vez consternación – tanto de sus críticos y sus aliados, Al-Maliki no sólo ganó las elecciones, sino que como primer ministro logró edificarse una sólida base política independiente de sus ex socios de coalición. En las elecciones provinciales de enero del 2009, compitió en una lista nacionalista sectaria llamada «Dawlat Al-Qanun» (Estado de Derecho) y ganó hermosamente, especialmente en las dos provincias claves de Irak, Bagdad y Basora. Por el contrario, y reflejando una disminución general de la popularidad de los partidos islámicos, la AUI recibió sólo la mitad del número de votos que había recibido en la elecciones generales del 2005. [2] De hecho, los resultados de las elecciones provinciales convirtieron a Al-Maliki en una fuerza dominante en la política iraquí. Su éxito es importante porque este se convirtió en una fuente de fricción entre él y los miembros fundadores de la AUI cuando llegó el momento de recrear la coalición chiíta en preparación para las próximas elecciones parlamentarias, previstas para el 2010.

Traduciendo el éxito provincial en poder político nacional; desacuerdo con antiguos socios

Mientras los antiguos miembros de la AUI comenzaron a negociar la composición y dirección de su coalición para las elecciones del 2010, Al-Maliki las presentó con condiciones para su incorporación a la coalición. La más importante de estas condiciones son las siguientes: En primer lugar, Al-Maliki exigió el 50 por ciento de los escaños en la lista, lo que refleja la fuerza de su plataforma de Estado de Derecho en las elecciones provinciales, segundo, quiso encabezar la lista, y así servir otro mandato como primer ministro en el caso de una victoria en las elecciones. En las elecciones del 2005, la AUI obtuvo 130 de los 272 escaños parlamentarios, y por lo tanto fue capaz de formar un gobierno con los partidos kurdos.

Además, Al-Maliki, presentó las siguientes condiciones:

  • La coalición debe ser nacional, y no sectaria, es decir, no debe excluir a candidatos no chiítas
  • Esta debe acabar con el sistema has-hasah (un sistema de cuotas de distribución del botín de la victoria sobre la base de criterios sectarios)
  • Debe prohibir al movimiento sadrista y al ex primer ministro Ibrahim al-Ja’fari, a que ocupen cargos de responsabilidad. [3]

La AUI rechaza las condiciones de Al-Maliki

Las condiciones de Al-Maliki para la adhesión fueron rechazadas, y su Partido Al-Da’wa no está incluido en la nueva/antigua coalición chiíta cuya formación fue anunciada públicamente el 24 de agosto, 2009. [4] Esta coalición, denominada «Al-I’tilaf Al-Watani Al-‘Iraqi» (Coalición Nacional Iraquí o CNI), está compuesta por el Consejo Supremo Islámico, la Organización Badr (una milicia afiliada al Consejo Supremo), el Movimiento Sadrista, el Movimiento Nacional de Reforma encabezado por el ex primer ministro Ibrahim al-Ja’fari, un grupo dividido del Partido Al-Da’wa, el Congreso Nacional dirigido por el Dr. Ahmad Chalabi (quien no ganó ni un solo escaño en el Parlamento en las elecciones anteriores), y una variedad de otros grupos políticos y personas de varias provincias en Irak. [5]

De acuerdo a un informe del 20 de julio, 2009 en el diario iraquí Al-Zaman, los planes de Al-Maliki para formar su propia coalición, formada por grupos políticos y partidos sectarios o no-sectarios, incluyendo elementos del movimiento Sunní Al-Sahwat (Despertar), el cual combatió y expulsó a Al-Qaeda de la provincia Al Anbar, el partido kurdo Al-Taghyir (Cambio), que hizo una impresionante demostración en las elecciones para el parlamento kurdo este julio, ganando 25 de los 111 escaños; otros grupos sunitas o partidos y varias figuras tribales.

En elegir separarse de sus antiguos socios de la AUI – sobre la base a su confianza en que puede hacerlo mejor por su cuenta – Al-Maliki, se la jugó. Debe recordarse, sin embargo, que tomó esta decisión antes de los atentados del 19 de agosto, 2009 en Bagdad, en donde 100 iraquíes murieron y más de 600 resultaron heridos, y las oficinas de dos importantes ministerios – los ministerios de Asuntos Exteriores y de Hacienda — fueron dañados. Los atentados han presentado a Al-Maliki con una crisis y un reto que puede bien influir no sólo en la fortuna de una coalición que el reúna, sino en su propio futuro político también.

Al-Assad a Al-Maliki: Ni un sólo iraquí ba’thista en Siria será entregado a Irak, ni siquiera por $ 100 millones

El 18 de agosto, Nouri Al-Maliki, hizo una visita oficial a Damasco para discutir las relaciones entre los dos países, incluyendo temas económicos y de seguridad. En palabras del columnista iraquí Daoud Al-Basri del diario kuwaití Al-Siyassa, quien está bien informado acerca de la política iraquí, Al-Maliki le presentó el Presidente sirio Bashar Al-Assad con un suntuoso paquete de ofertas e incentivos en los ámbitos de comercio y petróleo. Sin embargo, el paquete también incluye una lista de 271 líderes iraquíes ba’thistas que residen en Siria y están presuntamente implicados en actividades terroristas en Irak, quienes Al-Maliki quería que Siria extraditara. Según Al-Basri, al escuchar esta petición, Assad replicó que no iba a entregar ni un solo individuo, ni siquiera por $ 100 millones. Le dijo a Al-Maliki que tomara sus papeles y se marchara. [6] El comunicado conjunto sirio-iraquí emitido tras la reunión elogió los resultados y destacó la creación de un Consejo Estratégico conjunto a nivel de primeros ministros que se reunirá dos veces al año para discutir la colaboración mutua entre los dos países en las esferas políticas, diplomáticas, económicas, militares, financieras y educativas.

Los atentados del 19 de agosto, 2009 en Baghdad – primeros ataques a instituciones del estado iraquí

A menos de 24 horas después de la reunión entre Assad y Al-Maliki, una serie de explosiones masivas sacudió la capital iraquí. A diferencia de anteriores atentados, dirigidos contra uno u otro de los grupos religiosos/sociales en Irak, estos fueron dirigidos a los ministerios de Asuntos Exteriores y Finanzas, conocidos como «ministerios soberanos». Estos ataques tuvieron una motivación política, atacando el corazón del gobierno de Al-Maliki, con el fin de socavar su legitimidad. Como ha señalado el columnista Sabah Ali Al-Shaher en el diario Al-Zaman, estos atentados, sin importar quién estuvo detrás de estos, le propinaron un severo golpe a la credibilidad del gobierno iraquí, el cual se jactaba constantemente de que el terrorismo en Irak expiraba sus últimos alientos. Para citar a Al-Shaher, ellos «expusieron la desnudez del gobierno y la debilidad de sus aparatos de seguridad los cuales no sólo son incompetentes, sino que están inmersos en la corrupción y el soborno». [7]

El gobierno culpó a los ba’thistas iraquíes en Siria por las explosiones. Es evidente que Bashar Assad es capaz de iniciar y fomentar tales actos de acontecimientos pasados en el Líbano. Se dice que a finales del 2004, Assad convocó al entonces primer ministro libanés Rafiq Al-Hariri, y le ordenó que extendiera la presidencia de Emil Lahoud, o si no el techo se le derrumbaría sobre su cabeza. No mucho después, en febrero del 2005, Al-Hariri fue asesinado por un masivo coche bomba en su camino del parlamento a su sede de gobierno en Beirut.

Irak solicita la extradición de ba’thistas iraquíes responsables de atentados

Inmediatamente después de los atentados, Irak arrestó a uno de los presuntos autores, que supuestamente trabajaron para los ba’thistas iraquíes en Damasco. Esto llevó a Irak a exigir la extradición de dos líderes iraquíes ba’thistas que viven en Siria, Muhammad Younis Al-Ahmad y Sattam Farhan, quienes eran sospechosos de planear los atentados. [8] El portavoz del gobierno iraquí Ali al-Dabbagh dijo que Irak había pedido, en numerosas ocasiones, la extradición de individuos sospechosos de haber participado en actos de terrorismo en contra de este – pero que Siria había respondido evadiendo el tema y arrastrando sus pies. Al-Dabbagh en Siria añadió, tienen que elegir «entre el mantener buenas relaciones con Irak y proteger a aquellos que tratan de perjudicarlo».

Además, el Consejo de Ministros de Irak llamó en la ONU a establecer un tribunal internacional para juzgar a los criminales que planearon y llevaron a cabo estos crímenes de guerra y crímenes contra la humanidad en Irak. El Consejo de Ministros también hizo llamar al embajador iraquí en Damasco «a consulta» y Siria hizo lo mismo llamando a su propio embajador en Bagdad. [9] En un discurso en el Ayuntamiento de Bagdad, Al-Maliki describió los ataques como un complot de algunos países, que no nombró, tienen «mucha experiencia en sabotaje y en el contrabando, y que insisten en ser refugio de terroristas y los protegen bajo el falso lema de la resistencia». [10]

Un portavoz del Ministerio de Relaciones Exteriores sirio dijo que Siria había decidido retirar a su embajador en Bagdad en respuesta al retiro del propio embajador de Irak y añadió que el gobierno sirio «rechaza totalmente» las declaraciones de Al-Dabbagh respecto a las explosiones en Bagdad. La postura siria fue que Irak había «fabricado» las acusaciones contra Siria para propósitos domésticos y externos. [11]

Regalos de muerte

Antes de la retirada del embajador de Irak en Damasco, Yassin Majid, editor en jefe del diario iraquí Al-Bayan y asesor de relaciones públicas de Al-Maliki, publicó un editorial titulado «El Regalo de los Hermanos». En esta, se quejó de que Siria se había convertido en una base de retaguardia para la destrucción de Irak, «con o sin el pleno conocimiento de los funcionarios sirios». Hizo hincapié, sin embargo, de que era muy poco probable que la inteligencia siria no estuviese al tanto de los planes urdidos por los ba’thistas iraquíes que residen en Siria (incluyendo quizás al más antiguo sobreviviente del régimen de Saddam Hussein, el ex vicepresidente ‘Izzat Al-Duri). Los hermanos en Damasco, Majid continuó, niegan cualquier conocimiento de «los regalos de la muerte» que entran en Irak a través de su frontera y juran que no saben nada acerca de los planes ba’thistas o sobre las acusaciones en contra de Muhammad Younis Al-Ahmad, sospechoso de planear los atentados del 19 de agosto. Majid también le recordó a sus lectores que «no hace mucho, Siria negó [albergar] a Abdullah Ojalan, jefe del grupo terrorista anti-turco PKK…» quien sólo fue expulsado del país después de que Turquía amenazó a Siria con ejercer acciones militares. [12]

Cuando el primer ministro sirio Naji Al-‘Otri se le preguntó sobre Al-Ahmad durante su visita a Bagdad del 22 de abril, respondió que no lo conocía y nunca había escuchado su nombre, añadiendo que cualquier intento por socavar la estabilidad y seguridad de Irak es una línea que no debe ser traspasada. [13]

Turquía intenta mediar

En luz del creciente conflicto entre los dos países y la escalada de los insultos mutuos, tal como Al-Sharq Al-Awsat lo denominó, [14] Turquía envió a su ministro del exterior, Ahmet Davutoglu a Bagdad y a Damasco para mediar entre las dos partes.

En su reunión del 31 de agosto 2009 en Bagdad con el ministro del exterior turco, Al-Maliki enumeró sus demandas de Siria: la entrega de los dos sospechosos principales en el ataque del 19 de agosto (Al-Ahmad y Farhan), así como también otros individuos buscados por la Interpol que tienen órdenes de arresto contra ellos y la expulsión de ba’thistas y terroristas que utilizan a Siria como plataforma de lanzamiento para ataques contra Irak. Al-Maliki también continuó presionando por la creación de un tribunal internacional para juzgar a los criminales que han causado la muerte y heridas a cientos de iraquíes. [15]

El asesor cultural de Al-Maliki, Hussein Al-Shami, le dijo al diario kuwaití Al-Siyassa que Al-Maliki iría «a cualquier instancia» para hacer frente a los partidarios de los grupos ba’thistas terroristas y que no le preocupaba que la resultante escalada con Siria llevaría a una reacción siria de elevar el nivel de violencia. Al-Shami añadió, y con buena razón, de que Irak no necesita nada de la «entidad siria», por el contrario, fue Siria la que necesitó el dinero y el petróleo de Irak. [16] En respuesta al tono duro de Irak, el Presidente Assad caracterizó la postura de Irak como «inmoral» (laakhlaqi). [17]

El eje Irán-Siria y la violencia en Irak

Irónicamente, los atentados de 19 de agosto en Irak coincidieron con la llegada de Bashar Al-Assad en Teherán. El propósito ostensible de la visita de Assad era felicitar a Mahmoud Ahmadinejad, por su reelección a la presidencia. Sin embargo, el diario kuwaití Al-Siyassa declaró, citando fuentes británicas, que el verdadero motivo de la visita fue la frustración de Assad sobre el declive de la iniciativa de Obama a un acercamiento con Siria, evidenciando el fracaso de los Estados Unidos en designar un embajador norteamericano en Siria, y por su extensión de las sanciones económicas a este país por otro año, que tomó a Assad por sorpresa. Impulsado por la frustración, Assad, según Al-Basri, puede haber decidido desatar la violencia en Irak y el colocar barreras sobre la formación de un nuevo gobierno en el Líbano. [18]

Reportando desde Teherán sobre la visita de Assad a esta capital, UPI, dijo que «Informes [disponibles] mediáticos estatales de ambos países no incluyeron declaraciones de condolencia en relación con los atentados del miércoles en Bagdad…» [19]

El papel de Irán

Si Siria está en efecto detrás de la violencia masiva en Irak, la pregunta intrigante es por qué Irán permite esta participación tácita o al contrario. La respuesta puede estar en la formación de la nueva coalición chiíta antes mencionada, a la que Al-Maliki se ha negado hasta ahora a unirse. Irán debe estar molesto con las repetidas declaraciones de Al-Maliki acerca de su programa para establecer una nueva coalición nacionalista como una alternativa a la que es sectaria encabezada por el Consejo Supremo Islámico, que es mayoritariamente chiíta y cuenta con el apoyo de Irán. De hecho, Siria podría haber instigado los atentados como apoderado de Irán que desea advertirle a Al-Maliki contra el ir demasiado lejos. Estos atentados fueron, al menos, un duro golpe para el prestigio de Al-Maliki, ya que permitieron a sus oponentes presentar a su gobierno como incapaz de lidiar con los retos de seguridad que enfrenta Irak.

Riesgos políticos de Al-Maliki

Existe también un riesgo político que enfrenta Al-Maliki, es decir el riesgo de que sus ex socios en la Alianza Unida Iraquí (la cual se ha convertido en la Alianza Nacional Unida) pueda maniobrarlo en el parlamento y derrocar a su gobierno, tal vez incluso antes de que se celebren las elecciones. [20] Si bien todavía será capaz de participar en las elecciones (sobre la plataforma del Estado de Derecho), la realidad es que si participa como ex primer ministro, en lugar de primer ministro, algunos de sus socios potenciales probablemente lo consideraran como un candidato menos atractivo. Ciertamente, tendrá menos dinero a su disposición para repartirles a los actuales y potenciales partidarios.

Por otra parte, uno de los resultados significativos de la configuración política emergente es que Irán se verá obligado a tomar partido mediante la colocación de su considerable apoyo a la coalición liderada por el Consejo Supremo Islámico. Esto podría poner fin a la relación simbiótica que existe actualmente entre el partido de Al-Maliki Al-Da’wa y el Cuerpo de la Guardia Revolucionaria de Irán. Tal evolución podría ser una carta de triunfo para Al-Maliki, trayéndole el apoyo de grandes sectores de la sociedad iraquí – incluyendo a chiítas seculares, kurdos, cristianos, otras minorías y sobre todo el de los sunitas, que rechazan totalmente la abrumadora influencia iraní en la política iraquí. Por este paso decisivo, Al-Maliki puede liberarse a si mismo del abrazo iraní. Al mismo tiempo, su confrontación con Siria – un aliado estratégico de Irán – puede señalar a Irán que planea llevar a Irak hacia un rumbo nacionalista, en lugar de uno sectario.

¿Cuales son las probabilidades de Al-Maliki actuando por si mismo?

Nouri Al-Maliki es claramente un político hábil, que ha pasado de la oscuridad a la prominencia gracias a su capacidad de trabajar el enmarañado escenario político iraquí. Existen una serie de factores que trabajarán a su favor en caso de que decidan formar una coalición nacional para competir de frente con la nueva coalición del Consejo Supremo Islámico:

En primer lugar, la muerte del líder del Consejo la semana pasada, ‘Abd Al-Aziz Al-Hakim, y el nombramiento de su hijo, ‘Ammar Al-Hakim en tomar su lugar – lo que priva al Consejo de un liderazgo sólido y lo hace vulnerable a la disidencia interna y a las luchas internas. ‘Ammar no tiene la estatura política o religiosa de su padre, y algunos en el Consejo, que sin duda intentarán reemplazarlo.

En segundo lugar, el marja’iya chiíta (el centro de estudios religioso chiíta en Najaf), y el alto clérigo chiíta, Gran Ayatolá Ali Al-Sistani, no abogan por la participación de clérigos en la política, a diferencia del establishment religioso en Irán. El punto de vista del establishment religioso chiíta en Irak es que los clérigos deberían asesorar al gobierno, pero no deberían tomar parte activa en la conducción del país. Esto deja espacio para que Al-Maliki participe en una plataforma relativamente secular – o al menos no exclusivamente chiíta.

En tercer lugar, una de las principales fuerzas de la coalición nacional iraquí es la de los sadristas, cuyo líder, Muqtada Al-Sadr, se encuentra actualmente en un entrenamiento religioso en Irán. Una figura mercurial, Al-Sadr dejó la Alianza Unida Iraquí en el 2008, junto con sus 30 MPs. Aunque siendo chiíta y descendiente de una línea de distinguidos académicos, a menudo ha elegido el nacionalismo iraquí sobre el sectarismo, por lo que no se puede descartar la posibilidad de un giro radical en la dirección de Al-Maliki, quien es un alma gemela ideológica más adecuado para Al-Sadr que los políticos tradicionales chiítas que constituyen la recién creada Coalición Nacional Iraquí.

Un cuarto factor es el surgimiento de un nuevo y poderoso partido kurdo, Cambio, que hizo avances significativos en el escenario político kurdo al ganar 25 de los 111 escaños en las últimas elecciones para el parlamento kurdo. Este partido hará una hermosa adición a la fuerza política de Al-Maliki.

En quinto lugar, Al-Maliki tiene otro conjunto de aliados naturales – los sunitas. Sin embargo, con el fin de obtener su apoyo, debe arrojar el manto islamista del Partido Islámico Al-Da’wa. Saleh Al-Mutlak, uno de los líderes políticos sunita y jefe del Frente Nacional de Diálogo (Jabhat Al-Hiwar Al-Watani el cual hizo un buen papel en las elecciones provinciales de Irak Oriental), ha dicho que, si Al-Maliki desea que los sunitas se le unan en una coalición nacional, debe disolver el Partido Al-Da’wa. Esto, porque sus conexiones históricas con Irán son un anatema para los votantes sunitas. [21]

Si bien estos factores están todos en favor de Al-Maliki, existen otros asuntos que él debe abordar: En primer lugar, su gobierno es totalmente corrupto (tal como fue confirmado por Transparencia Internacional, que reiteradamente lo ha colocado en el fondo de su lista en términos de corrupción). Recursos destinados al desarrollo y para el beneficio del pueblo a menudo acaban en los bolsillos de funcionarios corruptos. Al-Maliki, por lo tanto tiene que hacer más para mejorar la vida de la población iraquí y ganar su apoyo.

Además, su relación con Siria se ve complicada por la presencia de unos dos millones de refugiados iraquíes que huyeron de Irak hacia Siria en busca de seguridad. La mayoría de los líderes del desaparecido Partido Ba’th iraquí viven allí, con apoyo financiero de donantes del Golfo, que desprecian al gobierno chiíta en Irak, y logísticamente por Siria, que a menudo actúa como apoderado para o en confabulación con Irán, con el objetivo de desestabilizar a Irak y acelerar la retirada de las fuerzas de los Estados Unidos de ese país.

Pero el mayor desafío que enfrenta Al-Maliki es simplemente sobrevivir en un entorno en el que los atentados contra la vida de los políticos sean una ocurrencia diaria.

*El Dr. Nimrod Raphaeli es Analista Senior (eméritas) en MEMRI.


[1] El Washington Post (Estados Unidos), 26 de abril, 2006. Véase Investigación y Análisis de MEMRI No. 530, «Primer Ministro Iraquí, Nuri Kamal Al-Maliki – Crítico del Consenso a la Democracia – Llama a un Sistema Presidencial,» 1 de julio 2009, http://www2.memri.org/bin/espanol/articulos.cgi?Page=archives&Area=ia&ID=IA53009.

[2] www.elaph.com, 8 de junio, 2009

[3] Al-Sabah Al-Jadid (Irak), 20 de agosto, 2009; Al-Sharq Al-Awsat (Londres), 25 de agosto, 2009

[4] Al-Maliki pidió a los dirigentes de la INC que pospusieran el anuncio de su establecimiento – pero ignoraron esta solicitud, en parte porque, a raíz de los atentados masivos en Bagdad el 19 de agosto, fue visto como políticamente vulnerable y en parte porque creían que estaba jugando con el tiempo.

[5] Al-Sabah (Irak), 24 de agosto, 2009

[6] Al-Siyassa (Kuwait), 28 de agosto, 2009

[7] Al-Zaman (Irak), 27 de agosto, 2009

[8] Farhan tiene un largo historial de terrorismo en Irak, que se remonta al 2003. En el 2004 fue colocado en la lista estadounidense de los terroristas más buscados y se ofreció una recompensa por información que condujera a su arresto. En el 2005, huyó a Siria después de escapar a un arresto en Irak. Wakalat Al-Sahafa Al-Iraqiyya (Agencia de Prensa Iraquí), 30 de agosto, 2009

[9] Al-Zaman (Irak), Akhbar Al-Khaleej (Bahrein), Al-Thawra (Siria), 26 de agosto, 2009; Red Dawlat Al-Qanun.

[10] Al-Sabah (Irak), 26 de agosto, 2009

[11] Al-Thawra (Siria), 26 de agosto, 2009. Las relaciones diplomáticas entre Siria e Irak fueron renovadas en el 2008, después de haber sido cortadas en 1991 por el apoyo de Siria a la coalición occidental que expulsó al ejército iraquí de Kuwait. Hoy día, estas relaciones, las cuales han sido inestables durante décadas, están una vez más en espera.

[12] Al-Zaman (Irak), 26 de agosto, 2009

[13] Al-Mada (Irak), 26 de agosto, 2009 www.weekly.ahram.org.eg/2009/962/re2htm

[14] Al-Sharq Al-Awsat (Londres), 31 de agosto, 2009

[15] Al-Sabah (Irak), 1 de septiembre, 2009

[16] Al-Siyassa (Kuwait), 27 de agosto, 2009

[17] Al-Zaman (Irak), 1 de septiembre, 2009

[18] Al-Siyassa (Kuwait), 28 de agosto, 2009

[19] Prensa Unida Internacional, 20 de agosto, 2009

[20] Al-Rafidayn (Irak), 25 de agosto, 2009

[21] Al-Rafidayn (Irak), 25 de agosto, 2009