En un artículo titulado «Un Palestino Recuerda las Lecciones del Holocausto» publicado el 13 de mayo, 2009 por el diario libanés Daily Star y en otros portales, Aziz Abu Sarah escribió que había visto la película la Lista del Schindler para conmemorar el Día Internacional del Holocausto. Él denota que mientras crecía, no sabía mucho de ese Holocausto, y que se había sentido como si «reconociera el dolor de las víctimas, traicionaría o marginaría mi propio sufrimiento [como Palestino]» pero «decidí que no hay ninguna forma de que pueda entender y comunicarme con mis amigos judíos si no aprendo de su historia». [1]

Según el diario, Sarah es el presidente palestino del Foro de Familias Desposeídas, un grupo de 500 familias israelíes y palestinas que trabajan para la paz. También es un antiguo socio en investigación en la Universidad George Mason, [2] y según el portal de la universidad, ha hablado con centenares de iglesias, sinagogas y mezquitas sobre el dialogo inter-fe y disertado para organizaciones internacionales y universidades, incluyendo el Parlamento Europeo, la Universidad de Georgetown, Columbia, Princeton, Brandeis, Yale y Fordham. Él está muy involucrado en el movimiento de paz palestino-Israelí y ha recibido el Premio Silver Rose del Parlamento Europeo, el Premio Goldberg para la Paz en el Medio Oriente del Instituto de Educación Internacional, y la Medalla Eisenhower de People to People Internacional.

A continuación el artículo, en su inglés original.

«Este Año [celebramos] nuestro propia conmemoración… vimos ‘La Lista de Schindler’… aunque parezca extraño para un palestino tomar unos minutos y recordar el Holocausto, sentí que era un paso importante para mí»

«Recientemente, el mundo conmemoró el Día del Holocausto con recordatorios, momentos de silencio y tiempo para recordar las vidas de sus seres queridos. Durante años este día ha sido una fuente de conflicto interno para mí como palestino, así que este año mi esposa Marie y yo decidimos conmemorarlo de una manera propia haciendo algo yo que he aplazado durante mucho tiempo: vimos la película ‘La Lista de Schindler’.

«Fue la primera vez que vi la película, que narra la historia de un alemán que arriesgó su vida para salvar a cientos de judíos durante el Holocausto. Aunque puede parecer extraño para un Palestino tomar tiempo para recordar el Holocausto, sentí que era un paso importante para mí. Necesitaba conectarme con aquéllos que sufrieron, y necesité ir más allá de la nacionalidad para reconocer la pérdida de vidas humanas.

«Creciendo, no supe mucho del Holocausto… pienso que reconociendo el dolor de las víctimas, traicionaría o marginaría mi propio sufrimiento [como palestino]»

«Admito que mientras crecía, no sabía mucho sobre el Holocausto. Como palestinos, simplemente no aprendemos sobre el tema. Existe un estigma atado a este, un entendimiento de que Israel usara el Holocausto para hacer lobby por simpatía, luego se volvería y usaría esta simpatía como un arma terrible contra el pueblo palestino. Así que cuando se me preguntó por el Holocausto, siempre sentí el impulso que decía ‘No fue mi culpa! Yo también sufrí por esto’.

«Muy dentro, pienso que sentí que reconociendo el dolor de las víctimas, traicionaría o marginaría mi propio sufrimiento. También, una parte de mí temía que si yo simpatizaba con «el enemigo», mi derecho a luchar por la justicia podría quitárseme. Ahora yo sé que esto es una tontería: uno es más fuerte cuando permite que su humanidad supere la enemistad. Sin embargo, me tomó tiempo aprender esta lección».

«Decidí que no existe ninguna otra manera de entender y comunicarme con mis amigos judíos si no aprendo de su historia… mi corazón se aceleraba mientras cruzaba el umbral del Museo Yad Vashem en Jerusalén»

«Hace muchos años, decidí que no existe ninguna manera de que yo pueda entender y comunicarme con mis amigos judíos si no aprendo de su historia, su narrativa y sus relatos. Decidí que el Museo del Holocausto sería el lugar para empezar mi jornada. Mi corazón se aceleró cuando crucé el umbral de Yad Vashem en Jerusalén. Comencé a observar las fotos y leer las historias con el distintivo conocimiento de que yo era el único palestino allí. Mientras recorrí el museo, sin embargo, mi auto-consciencia fue reemplazada con conmoción. No podía creer cuan denigrantes podían convertirse los hombres para cometer tales atrocidades. ¿Cómo pudo el racismo despojar a los hombres de toda humanidad?

«Días después, compartí con algunos de mis amigos judíos sobre mi viaje al Museo del Holocausto. Muchos se sorprendieron, y se preguntaron que me había incitado a hacer tal visita. Mientras explicaba mis razones, yo podía ver desmoronarse las paredes que nos dividieron. Yaacov, un sobreviviente del Holocausto, me contó su historia personal. Cuando era un joven en Polonia había sido separado de sus padres y obligado a pretender ser cristiano, oficiando sus rezos católicos y asistiendo a la iglesia. Su padre fue asesinado durante la guerra. Uno de mis mejores amigos, Rami, describió los horrores que su padre sufrió en el campo de concentración de Auschwitz. De nuevo, mi corazón se empuñó de dolor y simpatía escuchando sus historias».

«Visitando el Museo del Holocausto y permitirles a mis amigos compartir sus historias fue primordial en mi relación con ellos»

«Visitar el Museo del Holocausto y permitirle a mis amigos compartir sus historias fue algo primordial para mi relación con ellos. Yo podía entender desde que punto venían. Yo podía simpatizar con sus sentimientos de que el mundo está en contra de ellos. El Holocausto había moldeado su consciencia del mundo alrededor de ellos, y mi entendimiento de esta tragedia era importante para ellos en comunicarse conmigo con éxito.

«Así fue el por qué decidí recordar el Holocausto este año. Viendo ‘La Lista de Schindler’, me conmoví por la historia a tal grado que no puedo describir. La conexión que hice con aquéllos que sufrieron el Holocausto va más allá de la nacionalidad, religión o raza; era la conexión de un ser humano a otro ante el dolor universalmente entendible.

«Al final de la película, a Oscar Schindler se le dio un anillo inscrito con las palabras ‘Si salvas una vida has salvado al mundo’, una frase del Talmud. Hoy esta declaración es verdadera para todos aquellos activos en llevar hacia un fin el conflicto palestino-israelí. Pero en mi historia, quiero darles un mensaje a los cínicos, a los desesperados y a los que han perdido el interés en la búsqueda de la paz. Este mensaje también es para los muchos que han cuestionado las raíces de las iniciativas, las reuniones, los grupos de diálogo, los proyectos inter-fe, las protestas contra el asesinato de personas, árabes y judíos. Si uno puede salvar una vida, uno está salvando al mundo».

«Oscar Schindler salvó mil vidas, y fue valedero – cuántas vidas puedes tú salvar?»

«Mi desafío es este: Oscar Schindler se lamentó de no haber podido hacer más para salvar a más gente. Lloró por no vender su automóvil, su alfiler y todo lo demás en su posesión sólo para rescatar una vida más. Los gobiernos, naciones e incluso algunos grupos religiosos donan billones de dólares para las armas, aun así cuando se refieren a promover la comprensión, la vida y la coexistencia, nuestros gobiernos y la gente se quedan sin dinero. Quiero que consideremos, podemos nosotros colocar un precio para salvar una vida? ¿Podemos poner un precio para salvar al mundo?

«Es vital proteger nuestros valores y nuestra humanidad sin importar el costo. Oscar Schindler salvó mil vidas, y valió la pena. Cuántas vidas pueden ustedes salvar?»


[1] El Daily Star (Líbano), 13 de mayo, 2009.

[2] El portal del Centro para las Religiones del Mundo, Diplomacia y Resolución del Conflicto en el Instituto para el Análisis y Resolución del Conflicto en la Universidad George Mason, http://www.gmu.edu/departments/crdc/aziz.html.