La activista político afgana Malalai Joya, quien en el 2004 se convirtió en la persona más joven en entrar en el parlamento afgano y fue denominada «la mujer más valiente en Afganistán» por los medios de comunicación internacionales, ha sido objeto de un artículo el 3 de agosto, 2009 en el diario de Londres Al-Sharq Al-Awsat. El artículo traza su historia desde su primera aparición en el Loya Jirga a la edad de 24 años, cuando desafió a antiguos lideres tribales y a los dirigentes afganos, este señaló que «lo que más le molesta a Malalai después del colapso del régimen talibán fue el apoyo dado por los Estados Unidos y sus aliados a la gente equivocada en Afganistán».

Actualmente, Joya está «de gira alrededor del mundo para que su voz sea escuchada», promocionando la publicación de su libro próximo a salir Una Mujer Entre los Señores de la Guerra: La Extraordinaria Historia de una Afgana que se Atrevió a Levantar su Voz, y el «transmitir su mensaje a los que toman decisiones de que las fuerzas de la OTAN debe retirarse de Afganistán».

Lo siguiente son extractos del artículo, «Malalai Joya: Luchando Contra los Señores de la Guerra Afgana«, en su inglés original: [1]

En su intervención en el Loya Jirga, 2003

«Malalai Joya, la persona más joven en entrar en el parlamento afgano, quien fue denominada la ‘mujer más valiente de Afganistán’ por los medios de comunicación internacionales, vive ahora como un fantasma en su propio país, después de haber sido suspendida del Parlamento en el 2007 por llamar al Wolesi Jirga [parlamento afgano] ‘un establo o zoológico’.

«Hoy, recorre el mundo para hacer que su voz sea escuchada, promocionar su recientemente publicado libro [sic] y transmitir su mensaje a los que toman decisiones de que las fuerzas de la OTAN debe retirarse de Afganistán.

«Malalai Joya tenía apenas 24 años cuando llamó la atención del mundo desafiando a los antiguos lideres tribales y dirigentes afganos en el Loya Jirga (gran consejo en Afganistán que se reúne para discutir temas importantes en el plano nacional). En esta reunión, estuvo entre 500 representantes de todo el país quienes se habían reunido para votar por la nueva constitución en el 2003, después de pasar días tratando de convencer al presidente de la comisión para que le diera el derecho de palabra.

«Acusó a algunos de sus colegas en el consejo de ser asesinos y criminales. Habló en voz alta mientras luchaba por alcanzar el micrófono… También se le veía ocupada tratando de arreglar su burka, que casi se le salió de la cabeza mientras estuvo de pie entre cientos de hombres barbudos quienes estuvieron viendo puñales sobre ella. Gritaba y exigía que los criminales fuesen juzgados en los tribunales internacionales en lugar de dejar que determinen el destino del país.

«Las palabras de Joya sacudieron el consejo. Algunos miembros la aplaudieron, mientras que los caudillos barbudos de pelo blanco levantaron sus voces y pidieron que fuese expulsada de la sala. Algunos de ellos intentaron hacerle frente. Ella salió de la reunión del consejo rodeada de otros que han apoyado sus puntos de vista, pero temían enormemente decir lo que ella dijo. Su vida nunca ha sido la misma desde entonces.

«‘Mi vida cambió después de mi discurso en el 2003 cuando deshonré a los señores de la guerra’, [dijo]. Ella suele vivir bajo máxima protección de seguridad con un personal de 12 hombres custodiándola a cualquier lugar que se dirija en Afganistán.

«Después de pasar unos días en la clandestinidad, y con la ayuda de las Naciones Unidas, regresó al Loya Jirga, pero de una manera diferente. En su libro, dice, ‘llegué en un vehículo de las Naciones Unidas y en la compañía de una fuerte barrera de seguridad a quienes no conocía. Me siguen a dondequiera que voy’.

«Sin embargo, no fue intimidada por los temores de seguridad. En el 2005, se postuló para lograr un escaño en el parlamento afgano y fue elegida para representar a su provincia, Farah. Sin embargo, no pudo servir la totalidad de su periodo. Fue suspendida del Parlamento años después de haber sido electa luego de haber sido acusada de insultar abiertamente al Parlamento».

En el Parlamento, 2005

«Malalai explicó que cuando el régimen talibán cayó por primera vez, los afganos estaban encantados, ‘pero los acontecimientos que siguieron fueron extremadamente frustrantes y decepcionantes’. Ella agregó, ‘Los corruptos señores de la guerra estaban en todas partes, y el mandato de los talibanes fue sustituido por el miedo y el caos’. Como resultado, decidió seguir adelante con su rebelión, pero esta vez contra los señores de la guerra, quienes sustituyeron a los talibanes.

«Cuando entró al parlamento en diciembre del 2005… abrió su discurso ofreciendo sus condolencias al pueblo afgano, mientras que otros miembros del parlamento expresaron congratulaciones. Sin embargo, pocos segundos después de que comenzara su discurso, el micrófono por el que estaba haciendo uso de la palabra dejó de funcionar.

«A lo largo de los dos años que Malalai pasó en el Parlamento, esto ocurriría una y otra vez siempre que quería hablar. ‘El tiempo que pasé en el Parlamento me dejó agotada, ya que siempre había sido objeto de ataques e insultos. Nadie quería discutir las cuestiones claves que afectan a nuestro país. Sentí una enorme presión de hablar por mi pueblo, pero nunca se me dio la oportunidad. A veces me gustaría hacer uso de la tarjeta roja para protestar o incluso salir de una sesión en disgusto. Siempre fui mofada e insultada, y mi vida fue amenazada por otros miembros del consejo’.

«A menos de dos años después de entrar en el parlamento, Malalai se fue de gira a los Estados Unidos, durante la cual dio una entrevista al canal de televisión afgano Aryan. En la entrevista televisada, afirmó que si el parlamento continua funcionando de la misma manera, la gente no tendrá más remedio que llamarlo «un establo o zoológico’.

«A su regreso a Afganistán, los Miembros del Parlamento (MPs) afganos la esperaban con el voto en mano para hacer que fuese suspendida del Parlamento y evitar que sirva la totalidad de su periodo de cinco años. No se le dio el derecho de defenderse a sí misma, ni se le permitió hacer uso de la palabra antes de que la votación se llevara a cabo…»

Los Estados Unidos «deberían apoyar la manera de pesar democrática en Afganistán»

«Es evidente que lo que más le molestó a Malalai después del colapso del régimen talibán fue el apoyo dado por los Estados Unidos y sus aliados a la gente equivocada en Afganistán. ‘Deberían apoyar la mentalidad democrática en Afganistán, de la cual tenemos a muchos. Este no es un país poblado de extremistas’. Ella compara a los ‘terroristas’ que ellos apoyan, tales como el Mullah Omar y Gulbuddin Hekmatyar, a algunos de los líderes más fascistas de la historia, Pinochet, Mussolini y Hitler….

«Malalai insiste en que las condiciones de hoy son ahora peores de lo que eran en ese entonces [cuando los talibanes llegaron el poder por primera vez]. ‘Cuando los talibanes estaban en el poder, se cometieron crímenes contra el pueblo afgano. Pero por lo menos sabíamos que los perpetradores eran esos ignorantes retrógrados terroristas que tienen una mentalidad que pertenece a la Edad Media. Pero hoy, todos esos crímenes son cometidos en nombre de la democracia’…

«Ella cree que los civiles inocentes son las principales víctimas de esta guerra liderada por los Estados Unidos contra los talibanes. En referencia a las estadísticas publicadas por las organizaciones humanitarias, ella señala que ‘menos de 2.000 elementos talibanes fueron muertos, mientras que más de 8.000 civiles inocentes perdieron la vida'».

«Ley de violación marital» en Afganistán – «las mujeres sunitas y chiítas no tienen derechos»

«Malalai dice que, si bien las mujeres respiraron un pequeño suspiro de alivio después de la caída de los talibanes, sus condiciones siguen siendo malas. ‘Algunas mujeres en las grandes ciudades como Kabul, Herat y Mazari Sharif pueden trabajar y recibir una educación. Sin embargo, la mayoría de esas mujeres también llevan puesto el burka por razones de seguridad. ‘Ella agregó, «Algunas leyes que han sido promulgadas por el actual parlamento son muy similares a las que fueron impuestas por los talibanes, tales como la ley que prohíbe a las mujeres chiítas salir del hogar, consultar a un médico o conseguir un empleo sin pedir primero el permiso a sus maridos. Incluso el Presidente Hamid Karzai firmó este proyecto de ley. Las mujeres sunitas y chiítas no tienen derechos’.

«La ley a la cual hace referencia Malalai es la Ley de Estatus Personal chiíta. Es ampliamente conocida como la ‘ley de violación’. La prensa occidental le otorgó este nombre ya que obliga a una mujer a tener relaciones sexuales con su marido a menos que esté enferma o esté menstruando. Esta ley, presentada por un clérigo quien es considerado un líder religioso chiíta, Mohamed Asif Mohseni, también limita la libertad de las mujeres y las obliga a pedirle permiso a sus esposos antes de salir de casa. El parlamento aprobó la legislación y este fue firmado por el Presidente Karzai….»

En lugar de la presencia de la OTAN y su lucha contra los talibanes, necesitamos la retirada de la OTAN y el «apoyo por los demócratas liberales en nuestro país más que a los señores de la guerra»

«Malalai está convencida que Afganistán se beneficiara más de la retirada de la OTAN. Ella está completamente convencida de que es imposible establecer la paz mediante la guerra, pero, por otro lado, se da cuenta de que Afganistán no será capaz de establecerse a sí misma sin la ayuda de la comunidad internacional. Dijo: ‘Necesitamos una ayuda genuina, no una fuerza de ocupación. Nos gustaría que nos ayuden en los campos de la educación y la salud… Las Naciones Unidas podrían ayudar a Afganistán previniendo a que países como Irán, Uzbekistán, Pakistán y Rusia no apoyen a los talibanes’.

«A pesar del hecho que los países occidentales invierten en la construcción de escuelas y hospitales en Afganistán, Malalai considera que esto no es suficiente… En su opinión, la única alternativa a la presencia de la OTAN y su lucha contra los talibanes es la retirada de la OTAN y el ‘apoyo a los demócratas liberales en nuestro país en lugar de los señores de la guerra, y garantizar la educación para el pueblo afgano con el fin de que puedan gestionar sus propios asuntos. Incluso las próximas elecciones presidenciales en Afganistán no van a cambiar nada porque el próximo presidente será elegido tras puertas cerradas en el Pentágono’.

«[Ella dijo], ‘No importa quien vota, son ellos quienes cuentan los votos que importan. Los demócratas están autorizados a participar por la presidencia, pero nunca se les permite ganar. En cambio, un títere sustituye al otro’, dijo…

«Criticó a los MPs, que representan 68 de un total de 248 diputados MPs, así como también a los MPs de sexo masculino». La mayoría de ellas [mujeres] son como los hombres, que no representan al pueblo afgano de la manera correcta. Engañan y adoptan los mismos métodos. Lamentablemente, el sexo no es importante. Todos son iguales. Las mujeres entran al parlamento para engañar a la comunidad internacional y desempeñar un papel nominal. Los MPs democráticos son una minoría en el parlamento ‘, dijo.

Cinco intentos de asesinato

«Desde que comenzó a enfrentar la corrupción en Afganistán, ha sido expuesta a por lo menos cinco intentos de asesinato. «Siempre amenazan con matarme, por teléfono o a través de otros medios indirectos. Incluso en el parlamento, uno de ellos dijo una vez ‘La hemos expulsado, pero eso no es suficiente. Hay que castigarla con una ametralladora». La razón principal por la que todavía estoy viva hoy son mis seguidores”.

«Pasa mucho de su tiempo entre Afganistán y otros países donde puede expresar sus preocupaciones. Antes de viajar al extranjero para promover su libro, pasó cuatro meses en Afganistán. Le duele que la primera palabra que le viene a la mente a la gente cuando piensa en Afganistán sea ‘terrorismo’. Esto es lo que le instó a escribir sus memorias. ‘Tenemos activistas de derechos humanos que murieron en defensa de sus creencias, no sólo los terroristas’, dijo.

«Ella vive en su país escondiéndose detrás del burka y rodeada de personal de seguridad que la sigue a dondequiera que va. Cuenta con sus familiares y simpatizantes cuando necesita ser hospedada. A veces cambia su lugar de residencia tres o cuatro veces a la semana».

«No le temo a la muerte – sólo le temo al silencio político ante la tiranía»

«Malalai Joya no es su verdadero nombre. Eligió ese nombre después de regresar a Afganistán durante la era de los talibanes a fin de proteger a su familia. No le gusta hablar de su familia ya que teme por su seguridad. Sólo dice que viven en Afganistán, y no es en la provincia Farah.

«Incluso la identidad de su marido, con quien se caso en el 2005, pocos meses antes de ganar su escaño en el parlamento, es desconocido. Ella dice que antes de casarse, él sabía que su lucha política era su prioridad, y que podría ser asesinada en cualquier momento. Sin embargo, se casó con ella. A veces se queda con ella en casa de sus parientes y amigos. Ellos viven vidas que están lejos de ser ordinarias.

«Se le preguntó si vive o no con miedo, Malalai dijo: ‘No le temo a la muerte, sólo le temo al silencio político frente a la tiranía. Llevo a cabo mi deber diciendo la verdad, y ejerzo todos los esfuerzos posibles para mantenerme a salvo, ya que soy todavía joven y tengo mucha energía».


[1] El artículo ha sido ligeramente editado para mayor claridad. Subtítulos agregados por MEMRI.