Hassan Al-Turabi, académico sudanés y líder islamista, tiene un Ph.D. en leyes de la Universidad de la Sorbonne. A principios de los 1960s se convirtió en líder de la Hermandad Musulmana en Sudan. En las elecciones de Sudán en 1986, lideró el Frente islámico Nacional (FIN), una nueva facción de la Hermandad Musulmana que buscó crear un estado islámico en el Sudán, al tercer lugar en la asamblea nacional de Sudan. En 1989, de entre bastidores, el FIN participó en un golpe militar que derroca al gobierno electo. Desde ese momento hasta el 2001, Al-Turabi fue la figura política principal detrás del gobierno sudanés, como el líder del FIN y luego como portavoz de la asamblea nacional.

En 1990-91, Al-Turabi estableció La Conferencia Islámica Árabe Popular (CIAP), una organización internacional paraguas para los movimientos militantes políticos islamistas con sus oficinas principales en Khartoum, y se convirtió en su secretario general. A principios de los años 1990s, Al-Turabi le permitió a Osama bin Laden usar Sudán como su base, y fue su mentor espiritual. Los esfuerzos del FIN por reformar Sudán en un estado islámico rindieron resultados mixtos, debido a la oposición que esta generó y a la guerra civil, y en el año 2000 el gobierno sudanés dejó de ser el anfitrión del CIAP. En marzo del 2004 Al-Turabi fue encarcelado en Khartoum bajo las órdenes de su aliado de un tiempo, el actual presidente Omar al-Bashir, y fue puesto en libertad en junio del 2005.

Lo siguiente son extractos de una entrevista con el Dr. Hassan Al-Turabi, la cual fue presentada en Al-Arabiya Tv el 10 de abril del 2006.

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«La mayoría del mundo islámico… Cita [ciegamente] del Corán sin leerlo [verdaderamente]»

Hassan Al-Turabi: «Algunos de estos puntos de vista ya fueron expresados hace décadas, y han aparecido en libros. Pero ustedes todavía ven que la mayoría del mundo islámico – en su estancamiento, atraso, y tradiciones – citas [ciegamente del Corán] sin [de verdad] leer[lo], excepto por las bendiciones».

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Entrevistador: «Dr. Al-Turabi, usted habló sobre la igualdad entre los hombres y las mujeres, y dijo que las mujeres tenían el derecho de servir como Imams. Usted dijo que si una mujer es más devota y conocedora que un hombre, puede conducir los rezos. También criticó el matrimonio a través de un tercero cuando la mujer está presente. [Permitió] el matrimonio entre una mujer musulmana y un hombre de entre el Pueblo del Libro. También hizo surgir algunos problemas referentes a la manera como [las mujeres cubren sus cabezas con] el hijab, y dijo que cubrirse el pecho era suficiente».

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«Quiero que las mujeres trabajen y se conviertan en parte de la vida pública, Alá que lega… Quisiera la igualdad entre la gente»

Hassan Al-Turabi: «No quise decir que la mitad de la sociedad debería salir del hogar sólo para doblar el número de personas en las calles. En cualquier caso, el hogar no requiere mucho trabajo ya, con todos los aparatos – a menos que mantengamos a nuestras esposas como ornamentos y esperemos por la noche.

«Quiero que las mujeres trabajen y se conviertan en parte de la vida pública, Alá que lega. Alá les dio ciertas ventajas sobre nosotros, y nos dio a nosotros ciertas ventajas por encima de ellas. Él le otorgó a los hombres y a las mujeres ventajas entre si. Me gustaría que haya igualdad entre la gente, porque todos fuimos creados de la misma alma: ‘Alá creó de una sola alma a su compañero'».

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«No he encontrado un solo hadith que prohíba a las mujeres ser Imams. Durante los mismos rezos – yo puedo entender… Cuando oramos, nos acercamos y nos tocamos unos a otros. Si las mujeres fueran a orar con nosotros, en tal proximidad, podrían desviar nuestros pensamientos de nuestra oración a las relaciones entre hombres y mujeres. Por eso ellas oran detrás de nosotros o de lado, dependiendo de la mezquita.

«Pero si una mujer es más devota, mejor, o de más edad que nosotros, la gente no la miraría fijamente a su cara, sino que escuchará sus palabras de sabiduría.

«He encontrado un sólo hadith relevante. El Profeta solía visitar Umm Warqa. Él solía visitar a varias mujeres. Visitaba a las esposas, no a sus maridos, porque ellos eran más virtuosos.

«Una mujer puede servir como muezzin, y puede conducir a la gente de su dar en el rezo. Dar no solo quiere decir hogar. Dar es un área grande, como dar en Darfour o Dar-Hamed… Dar se refiere a un área grande».

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«Una mujer puede ser el líder de un país, si ella es la mejor de todos los candidatos y la más capaz de enfrentar los desafíos del país. El país puede estar en dificultades sociales, económicas, o militares… Dependiendo de las dificultades, voto por esta persona o aquella, según las necesidades actuales».

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«Una mujer europea casada con un judío o con un cristiano no necesita estar divorciada antes de convertirse al Islam»

Hassan Al-Turabi: «La gente se convierte al Islam. En Europa, las mujeres pueden convertirse al Islam delante de sus maridos. ¿Se supone que debemos detenerlas, o enjuiciarlas? Es una mujer creyente – se supone que no la debemos dejar convertirse hasta que se divorcie, y cause que su familia se desmorone en pedazos? ¿Hacia dónde nos lleva esto? No existe ningún verso…»

Entrevistador: «Si ella quiere convertirse al Islam, debe estar casada…»

Hassan Al-Turabi: «No, no existe ningún verso que nos diga… El verso se refiere a los politeístas. Se nos prohíbe que nos casemos con ellos».

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«El Corán nos dice que podemos casarnos con gente del Pueblo del Libro. No dice lo contrario. [Clérigos que prohíben esto] se basan en versos generales, los cuales apenas pueden ser confiables en esta materia. Si esto no causa disputa entre la esposa [y su marido], y hoy día no lo hace… Ella ni siquiera vota por el mismo partido del de su marido… Incluso a veces no es ni religioso [y] su cristiandad es meramente su herencia, y él realmente no cree en Jesús. Se supone que debemos regresarla al Cristianismo?! Esto no tiene sentido.

«Igualmente, no forzamos a nuestras esposas de entre el Pueblo del Libro a que se conviertan a nuestra religión. Yo goberné… No goberné, pero le di mi opinión a la gente sobre sus problemas.

«Las mujeres solían convertirse al Islam ante sus maridos, y [los clérigos] las detenían. Les dije que no lo hicieran. Si hubieran leído sus libros Salafi, habrían encontrado este mandato».

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«El palabra hijab aparece en el Corán. Se refiere a una cortina en la habitación del Profeta. Naturalmente, era imposible para la esposa del Profeta sentarse allí cuando la gente entraba a la habitación – los musulmanes que venían a pedían dirección, los convertidos al Islam que querían hacer preguntas, gente del Jahiliya que quería visitar – es imposible, incluso en las casas modernas…

«Alá sea alabado, las casas de hoy son más grandes, y hay vestíbulos y cuartos de huéspedes, pero en aquel entonces había sólo una habitación, así que usaron un hijab para que la mujer se sintiera cómoda y pudiera llevar puesto cualquier cosa que quisiera. Y si quisiéramos algo de ella, se lo pediríamos detrás del hijab.

«El Corán no se refirió a esto como hijab. Esto se llamó khimar, y sólo se usaba por encima del pecho. A lo qué ellos se refieren es al khimar, no al hijab. Uno siempre escucha hijab, hijab, hijab… Cuando estas palabras están distorsionadas, engañan a la gente».

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«Los musulmanes… sólo se sientan ahí y le piden a Dios que le resuelva sus problemas: ‘Oh Alá, dale muerte a los judíos, muerte a los americanos… No quieren hacer nada por si mismos… Y lo mismo va dirigido a los chi’itas»

Hassan Al-Turabi: «Ésta es la debilidad de los musulmanes. Siempre se sientan ahí y le piden a Dios que le resuelva sus problemas: ‘Oh Alá, dale muerte a los judíos, mata a los americanos’. Eso es lo que hacen, solo se sientan ahí. Quieren que venga Jesús, quieren que llegue el Mahdi, y llene el mundo de justicia y luz».

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«Ellos no quieren hacer nada por si mismos. No quieren combatir la falsedad o emprender el jihad. Están esperando por Alá para que le envíe a Jesús de los cielos a que les resuelva todos sus problemas – los problemas con ‘esos americanos, esos cristianos’. Jesús no está vivo después de 2006 años, pero continúa viviendo en las ilusiones de los musulmanes. Éstas son ilusiones, mi hermano, ilusiones».

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«Lo mismo es para los chi’itas. Pienso – claro no puedo estar seguro – de que el califa averiguó su nombre y se lo llevo a él y a su padre y quizás los mató en secreto. Pero todavía están esperando a que el Imam regrese. Por más de mil [años], o por centenares de años, han estado esperando por el Imam. De hecho, la mayoría de ellos han puesto de lado al Imam y han seguido adelante. Deseo que todos los musulmanes sigan adelante.

«En el día del Juicio Final no podré disculparme con Alá, diciendo: Estaba esperando al Mesías, pero por razones conocidas solo por Ti, retardaste su llegada. Estuve esperando por él. Soy uno de aquéllos que están esperando. Uno de aquéllos que actúan, hasta que uno muera. Mucha gente ha muerto».

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Nosotros no podemos entrar en los hogares de los musulmanes para ver si poseen bebidas alcohólicas

Hassan Al-Turabi: «Se nos prohíbe beber alcohol. El castigo por ingerir alcohol es el azotamiento. Pero he dicho que no podemos entrar en los hogares de la gente. Sólo entramos en hogares con permiso. Si tocamos y tocamos y tocamos, y nadie nos abre la puerta, deberíamos irnos, aun cuando seamos la policía – aun cuando seamos Omar Ibn Al-Khattab. Eso es lo que él hizo. Nosotros no entramos en los hogares de la gente. Si [una persona] hace su propia bebida alcohólica, y bebe sin sacarla del hogar – permítanle hacerlo hasta que se quede dormido, y salga de su casa al día siguiente de esa manera. No es tan terrible.

«Pero cualquiera que ingiera alcohol en público o lo venda debería ser castigado, a menos que sea un no-musulmán, claro. Si esta muy ebrio e inseguro sobre sus pies, y conduce un automóvil de una manera precipitada – se le hace responsable en todos los países del mundo. No quiero que la gente use la prohibición de las bebidas alcohólicas para espiar a otros».

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La reforma no puede surgir de la miseria, el miedo, y el conservacionismo»; «Nuestra fe será más fuerte si vamos a Occidente»

Hassan Al-Turabi: «Hermano, nuestra sociedad necesita ser reformada, y la reforma no puede surgir de la miseria, el miedo, y el conservacionismo. ¿Qué estamos conservando? ¿Este atraso? ¿Los occidentales cabalgan sobre nuestras espaldas con sus ejércitos, con su economía, con sus medios de comunicación, y su ciencia, y nosotros sólo nos sentamos siendo conservadores? ¿Qué estamos conservando? Por Alá, nuestra fe se convertirá en más fuerte si vamos a los países de Occidente. Nuestra fe sólo crecerá. Mi fe creció muchísimo más fuerte en Europa, en Francia, en G. Bretaña. Mi fe creció más fuerte, y también lo hizo mi conocimiento, Alá sea alabado».