Las controvertidas leyes sobre la blasfemia de Pakistán han atraído la atención internacional en los últimos años, después de un gran número de casos que fueron presentados contra los musulmanes Ahmadi, los cristianos e hindúes así como también los musulmanes, por el delito de blasfemia. En muchos casos, los clérigos islámicos militantes en Pakistán han disparado y asesinado a acusados en casos de blasfemia dentro de las salas de audiencias, así como frente a las dependencias judiciales, después de que al acusado se le concedía libertad bajo fianza.
En el 2010, el caso de Aasia Bibi, una madre cristiana de cinco hijos, generó una masiva controversia después de que fue condenada a muerte bajo la Sección 295-C, una de las leyes relacionadas a la blasfemia que establece la pena de muerte. Una parte de la intelectualidad liberal en Pakistán ha pedido se modifique la legislación sobre la blasfemia, diciendo que están siendo mal utilizadas por los clérigos islámicos para avivar una mentalidad extremista y la intolerancia de las minorías religiosas.
Las principales víctimas de las leyes contra la blasfemia son los musulmanes Ahmadi, quienes son declarados no-musulmanes bajo la Constitución de Pakistán y que por esta razón puede que ni siquiera se hagan llaman musulmanes. Una campaña de odio a gran escala se está librando contra ellos por los clérigos islámicos en Pakistán. Los musulmanes Ahmadi son despreciados por supuestamente no creer que el Profeta Mahoma fue el último profeta de Dios.
En un reciente artículo, titulado «El Doble Discurso de Nuestros Jariyíes», el abogado paquistaní Latif Hamdani argumentó que las leyes existentes relacionadas a la blasfemia y la libertad religiosa en Pakistán son suficientes para procesar a los clérigos islámicos por incitar al odio contra los musulmanes Ahmadi. Sin embargo, también añadió que el estado paquistaní y el poder judicial no han tratado a las minorías religiosas de acuerdo con las leyes paquistaníes, que están destinadas a protegerlos.
Lo siguiente son algunos extractos del artículo: [1]
Según la constitución de Pakistán, «La comunidad Ahmadi es una comunidad religiosa… qué debería, en principio, disfrutar de las mismas protecciones de las leyes y la constitución como cualquier ciudadano de Pakistán»
«La Segunda Enmienda a la Constitución de Pakistán de 1973, declara que, a los efectos de la ley y la Constitución, los ahmadíes no son musulmanes. Específicamente, los ahmadíes han sido mencionados como una comunidad no-musulmana, junto con otras religiones. Por lo tanto, se deduce que la fe Ahmadi es una religión independiente, reconocida de una clase de ciudadanos de Pakistán, conocida como los ahmadíes en nuestra constitución, que protege la libertad de religión y las leyes… [y] también protege a todas las clases de ciudadanos de Pakistán en principio contra la violencia y la persecución. Si hubiese alguna duda acerca de la situación jurídica de los ahmadíes, la Sección 298-C del Código Penal del Pakistán (CPP) cristaliza su condición de no musulmanes.
«Revisemos ahora las leyes de Pakistán sobre la blasfemia, que siempre son utilizadas para perseguir a las minorías, pero nunca para protegerlos. El articulo 295-A, por ejemplo dice: ‘El que, con intención deliberada y maliciosa ultraje los sentimientos religiosos de cualquier clase de ciudadanos de Pakistán, por palabras, ya sean habladas o escritas, o por representaciones visibles de insultos o de insultar a la religión o las creencias religiosas de esa clase, será castigado con pena de prisión por un período que puede extenderse a 10 años, o con una multa, o ambos».
«Uno también puede hacer referencia al articulo 153-A de la citada CPP que dice:» El que
‘(a) por palabras, ya sean habladas o escritas, o por señas, o por representación visible o de lo contrario, promueva o incite, o intente promover o incitar, por motivos de religión, raza, lugar de nacimiento, residencia, idioma, casta o comunidad o cualquier otro motivo, discordia o sentimientos de enemistad, odio o mala voluntad entre los diferentes grupos religiosos, raciales, lingüísticos o regionales, castas o comunidades, o
‘(b) cometa o incite a otra persona a cometer cualquier acto que atente contra el mantenimiento de la armonía entre los diferentes grupos religiosos, raciales, lingüísticos o regionales, o castas o comunidades o cualquier grupo de personas identificables como tales por cualquier motivo y que perturbe o pueda perturbar la tranquilidad pública, o
‘(c) organice, o incite a otra persona a organizar, cualquier ejercicio, movimiento, maniobra o actividad similar con la intención de que los participantes en cualquier tal actividad utilicen o sean entrenados para usar la fuerza o la violencia criminal o sabiendo que es probable que los participantes en cualquier actividad pueden usar o sean capacitados para utilizar la fuerza criminal de la violencia, o participen o inciten a otra persona a participar, en cualquiera de estas actividades con la intención de ser entrenados para el uso de la fuerza criminal o violencia, o sabiendo que es probable que los participantes en tales actividades puedan usar o ser entrenados para utilizar la fuerza o la violencia criminal en contra de cualquier grupo regional religioso, racial, lenguaje o casta o comunidad, o cualquier grupo de personas identificables como tales por cualquier motivo que sea y cualquiera de estas actividades por cualquier motivo causen o puedan causar temor o alarma o una sensación de inseguridad entre los miembros de dicho grupo regional religioso, racial, lingüístico, casta o comunidad, será castigado con una pena de prisión que podrá extenderse hasta cinco años y con una multa».
«Ahora, ciertamente, en virtud de la ley y la constitución de Pakistán, la comunidad Ahmadi es una comunidad religiosa y una clase en sí misma, que debería, en principio, disfrutar de las mismas protecciones de las leyes y la constitución como cualquier ciudadano de Pakistán debe disfrutar. Es evidente que entonces se deduce que el fundador de su fe, Mirza Ghulam Ahmad, también goza del privilegio del artículo 295-A y para contaminar su memoria debe ser castigado con encarcelamiento el cual se extiende hasta 10 años. También es evidente que toda incitación contra los ahmadíes determina una incitación contra un grupo de ciudadanos de Pakistán definido por sus creencias religiosas, lo cual es punible bajo la legislación pakistaní.
«La parte culpable principal es el estado mismo. Cada vez que el estado imprime un formulario para pasaporte o una forma de tarjeta de identidad que describe al fundador de la fe Ahmadi como un impostor, mentiroso y falso profeta, viola el articulo 295-A. La parte culpable siguiente junto son todos los mulás [clérigos] y sus suegras. Si Pakistán aplicara sus leyes con justicia y equidad, todos los mulás ignorantes que utilizan el púlpito para abusar de los ahmadíes e incitan a la violencia contra ellos estarían detrás de las rejas bajo sentencias penales combinadas de 15 años como mínimo.
«En cambio, los violadores del CPP, al igual que el ignorante Alim Online [el programa de televisión religioso presentado por el Dr. Amir Liaquat Hussain], son considerados como grandes estudiosos. Otro Mulá ignorante anuncia un premio por la muerte de una pobre mujer infeliz encarcelada bajo claros cargos falsos a través de un proceso dudoso e injusto y nadie tiene el coraje en este país de juzgarlo. Nuestro gran y poderoso jefe de justicia [Iftikhar Muhammad Chaudhry de la Corte Suprema] quien tiene una predilección por el suo motu [es decir, actuar por su cuenta] se da cuenta que todavía tiene que invocar el articulo 153-A en contra de dicho Mulá».
«[Parece] ser que Pakistán no es un estado islámico o un estado chiíta o un estado sunita… hecho rehén por nuestros… mulás, quiénes están empeñados en destruir al resto de nosotros – y al propio Pakistán»
«No, señor, en Pakistán, la ley no protege a los débiles, indefensos y marginados. Los persigue. Los ignorantes e hipócritas mulás han hecho una burla de la constitución, de la ley y los procesos en Pakistán. El juez Sardar Muhammad Iqbal, en su famoso juicio en Kaikaus contra el Presidente de Pakistán PLD 1976 Lah 1608… describe a los peticionarios como jariyíes [es decir, aquellos que dejaron el Islam]. Treinta y cuatro años más tarde, parece ser que Pakistán no es un estado islámico o un estado chiíta ni sunita. Ahora es un estado jariyita hecho rehén por los mulás jariyíes que están empeñados en destruir al resto de nosotros y, en el proceso, a la propia Pakistán.
«Cuanto más profundo caeremos? ¿Podría el contraste ser mayor a nuestros principios fundacionales? A la altura del Movimiento de Pakistán, [el fundador de Pakistán Mohammad Ali] Jinnah se negó a apoyar una cubierta para la revista Time a petición de su editor ya que era despectiva e insultante ‘para la Comunidad Hindú’. Nuestro estado nación fue construido sobre valores positivos, no por el odio a los demás.
«Sin embargo, ahora parecen poner en entredicho su propia existencia por nuestras acciones. Por cierto, cuestionar la creación de Pakistán es también punible en virtud del artículo 123-A de la CPP, aunque nunca ha detenido al [gobernante Partido Popular de Pakistán del Presidente Asif Zardari] de que comparta el poder con el JUI-F [Jamiat Ulema-e-Islam de Maulana Fazlur Rehman], un partido cuyo famoso antecedente Maulana Mufti Mahmood, el padrino póstumo de las fuerzas talibanes y fanáticas, históricamente, denunció la creación de Pakistán».
[1] Daily Times (Pakistán), 20 de diciembre, 2010. El texto del artículo ha sido ligeramente editado para mayor claridad.