Los acontecimientos que rodearon el derrocamiento por militares egipcios al gobierno de la Hermandad Musulmana, encabezado por el presidente Mohamed Mursi, han colocado a los Estados Unidos en la posición a ser vilipendiada por ambas partes.[1]

En respuesta, en su columna del 11 de julio, 2013 en el diario de Londres Al-Hayat, titulada «Estados Unidos: La Enfermedad de Egipto» el columnista libanés Hazem Saghieh critica a los egipcios por culpar los fracasos políticos y las perspectivas sombrías de su país a los Estados Unidos. Este recuerda a sus lectores que los Estados Unidos ni fueron responsables ni de la Revolución de los Oficiales Libre de 1952 que dio lugar a la intervención del ejército egipcio en la política, ni de la formación en 1928 de la Hermandad Musulmana, que se convirtió en el ancla política del bando islamista.

Saghieh argumenta que el intento por los egipcios de culpar todo a los yanquis es un error, ya que los reduce a meros «juguetes de arcilla formados o destrozados por la voluntad yanqui» y provee una excusa para que puedan eludir sus responsabilidades – la más importante de las cuales, dice, es «la construcción de compromisos viables entre las facciones en conflicto y de disputas entre nuestros pueblos».

A continuación se presentan extractos de la columna, en su inglés original traducido luego al español:[2]

«A veces, los yanquis parecen ser una enfermedad incurable en Egipto»

«A veces, los yanquis parecen ser una enfermedad incurable en Egipto.

«Hoy día, existen voces en la Hermandad Musulmana y el bando que apoya al Presidente depuesto Muhammad Mursi alegando que el último golpe militar orquestado por Estados Unidos, y citando los estrechos vínculos entre los militares y los estadounidenses en deducir de que ha habido una «conspiración» contra Mursi y su presidencia.

«Sin embargo, esto no impidió que otras voces en el mismo bando pidan a los Estados Unidos que intervengan en Egipto, en apoyo a la legitimidad constitucional representada por Mursi y la Hermandad.

«Al mismo tiempo, existen voces en el otro bando, que se oponen a la Hermandad y a Mursi, acusando a Estados Unidos de apoyar a este último, porque Washington defendió la legitimidad civil en contra del golpe de estado. Paralelamente, y de vez en cuando, imágenes de Barack Obama son quemadas, por su rol percibido como líder de la «conspiración» en contra de Egipto. A su vez, esto no impidió que voces en el mismo bando exclamen la necesidad de desarrollar relaciones con Occidente y Estados Unidos, mientras afirman que Mursi y su afiliación a la Hermandad fue un obstáculo a esta».

«Acusar a los Estados Unidos es lo único que las dos partes en conflicto pueden estar de acuerdo»

«Ambos bandos convocan a sus respectivos patrimonios y su discurso las cosas que demuestran que están ‘en contra’ de los Estados Unidos. Por ejemplo, Mursi ‘hizo bien’ en combatir las organizaciones no gubernamentales (ONG) financiadas por los Estados Unidos y Occidente, y las crecientes restricciones a los mismos. En cuanto a las facciones nasseristas y de izquierda en el bando anti-Hermandad, estos pueden presumir tener un famoso léxico de antiimperialismo acompañado de recordatorios intermitentes del fallecido presidente Gamal Abdel Nasser y sus batallas.

«Así se pone de manifiesto, en medio de una casi absoluta desintegración civil, que acusar a Estados Unidos es lo único en que las dos partes en conflicto están de acuerdo. Y, por supuesto, acusaciones como tales por lo general se ajustan bien a los Estados Unidos.

«Se podría decir que el orgullo nacional del cual los egipcios son famosos no puede tolerar el reconocimiento de la terrible situación actual en su país. Así que tal vez es por eso que a los Estados Unidos se le culpa y responsabiliza por el deterioro de la situación en Egipto.

«Se pudiera decir también que las dificultades de la transición actual, y la fuerte posibilidad de que el fracaso para llevarlo a cabo, es lo que está alimentando esta tendencia y la está renovando en la actualidad. Esto si esta tendencia no es una expresión de un amor obsesivo que nunca pudiese encontrar su cumplimiento. En este caso las dificultades podrían tender a tensiones y a la agresión.

«En cualquier caso, Estados Unidos no es responsable de la actual fisión egipcia y crisis subsiguiente. Tampoco fueron los Estados Unidos que pusieron en marcha el régimen militar luego de la revolución de 1952, y la posterior represión y tensión, ni tampoco fue el que fundó la Hermandad Musulmana en 1928, y patrocinó sus intentos de islamizar a Egipto.

«En cuanto a si los Estados Unidos apoyaron algunas de los bandos en determinadas etapas, o se opuso a los demás al mismo tiempo, entonces esto debe ser visto como algo que tiene una influencia limitada en comparación con las consecuencias de la historia política y social del propio Egipto. Además, la asignación de responsabilidades de esta manera es mucho más acorde a nuestras dignidades, para que no aparezcamos como juguetitos de arcilla moldeados o destrozados por Estados Unidos a su antojo».

La responsabilidad de Egipto tiene que ver con «la construcción de compromisos viables entre las facciones en conflicto entre nuestros pueblos»

«La tarea de hoy en Egipto, y en muchos países árabes, tiene que ver con nuestras responsabilidades, mucho, mucho más de lo que tiene que ver con Estados Unidos. Ante todo esto se ha embarcado en la construcción de compromisos viables entre las facciones en conflicto y disputas entre nuestros pueblos, a fin de que estos pueblos sigan siendo pueblos. Mientras tanto, lo mejor para nosotros es olvidamos de los Estados Unidos, aunque sea por un rato».


[1] Véase MEMRI Despacho Especial No. 5344, En adelanto a las protestas del 30 de junio, la oposición egipcia y los medios de comunicación atacan a la embajadora de Estados Unidos en Egipto, acusándola de tomar partido en apoyo a la Hermandad Musulmana y al Presidente Mursi, 27 de junio de 2013; MEMRI Investigación y Análisis Nº 994, La prensa árabe: Apoyo a la destitución de Mursi, crítica a las acciones antidemocráticas del ejército egipcio, 9 de julio, 2013.

[2] El inglés fue editado ligeramente para mayor claridad.