Un diplomático árabe reformista que escribe bajo el seudónimo de Abu Ahmad Mustafa [1] continuó su crítica a la sociedad musulmana en un artículo del 13 de septiembre, 2003 para el diario en idioma árabe con sede en Londres Al-Sharq Al-Awsat. [2] En el artículo él retoma el asunto del punto de vista de la vida en la sociedad musulmana como una fase de transición que lleva al aquí y en adelante. Lo siguiente son las citas del artículo:
La Distancia Entre Palabras y Hechos
«El discurso religioso que lava día y noche el cerebro de la gente en el gobierno [y] el público… los canales de satélite de [la televisión] son una ruidosa expresión de la retrograda mentalidad que no cree en el otro y se niega a coexistir con él…
«Las llamadas al odio y a matar al otro [que vienen] al final de cada sesión de oraciones y en cada oportunidad son camuflados con la afirmación de que somos una nación tolerante que ordena el fomentar la virtud y prevenir el vicio. Entonces por qué nuestros hechos son tan diferentes de nuestras palabras? Por su día, el filósofo saudita Abdallah Al-Qassimi dijo muchas veces que ‘la distancia mayor [entre dos puntos] en el mundo es la distancia entre las palabras de un árabe y sus hechos.’
«Nosotros nos hemos acostumbrado a no hacer preguntas y de no buscar la verdad, haciéndolo sólo cuando esta satisface nuestros deseos y motivaciones personales. Exigimos que otros adopten las normas morales defendidas por el Islam, aun cuando nosotros todavía no las implementamos en absoluto. Predicamos el amor, [aun cuando] leemos de una batalla emprendida por un partido [político] que lleva el nombre de Alá [en contra de otro partido político]… Las partidos interesados intervienen y llaman a los que son muertos Shahids. Hay alguna desgracia mayor»?
«Cuando alguien que asesina, derrama sangre, y acuchilla las barrigas de niños palestinos, mujeres, y al anciano es a si mismo asesinado, todos lamentan su muerte y lo decoran con medallas de honor y excelencia como [un héroe] del nacionalismo pan-árabe. Necesitamos más ejemplos?…»
Nuestros Sitios Web Provocan Náuseas
«Nosotros debemos examinar nuestra historia, nuestros libros, y nuestros cuentos con una mente abierta [y] sin odio hacia el otro. [Nosotros] no debemos abstenernos de representar [al otro] positivamente. No tenemos alternativa sino de hacerlo si queremos crear una sociedad pacífica con paz mental. Cualquiera que lea con ojos objetivos nuestros sitios web, los cuales hemos puesto a tal mal uso, le dará nauseas por el odio hacia el otro. [Éstos] sitios están llenos de invectiva y envilecimiento que no [perdonan] ni siquiera a los virtuosos califas, que son descritos con las más horrendas representaciones. Bajo la frase-pegajosa, ‘Islam es la solución’ [nuestros] sitios web [están] llenos de gemidos y lamentos por un hombre muerto en una batalla que no tiene ninguna conexión a la religión y cuya experiencia educativa no tiene ninguna conexión al Islam!»
Islam no es la Respuesta
«La respuesta no yace en el Islam; está oculta en mentes enfermas con cerebros lavados y con el odio por hermanos vecinos y por gente que vive a miles de kilómetros.»
«Que fue lo que llevó a un hombre mentalmente enfermo a destruir edificios que alojaban compañías que emplean a personas de diferentes religiones, entre ellos musulmanes, que no tienen ninguna conexión en absoluto a sus ideas y opiniones enfermas – un acto que causó las muertes de unos 3,000 inocentes?
«[Consideren, por ejemplo] un país que se llama a si mismo musulmán que viola los derechos básicos de sus [propios] ciudadanos y se enorgullece de su defensa de los derechos de los musulmanes en Palestina, Afganistán, y Chechnia! Después de todo, cual es la historia de los chechenos? No aprendimos [la lección] de nuestro fracaso en Afganistán, y [no] repetimos nosotros [el fracaso] aun de nuevo en Chechnia?»
Nuestras Batallas no son las Batallas del Mundo
«Cómo puede una persona inteligente declarar o afirmar que somos una nación que predica el amor entre pueblos [cuándo] en nuestra propia casa, [nosotros] llevamos a cabo hechos horribles y estamos callados a la desgracia?»
«Al imperialismo no se le debe culpar por el desprecio y por malgastar nuestros recursos en los imaginarios proyectos y en la compensación por actos tontos. [3] Lo que hay que culpar es a la cultura de sumisión chupada de los clérigos del pasado y de los ídolos de hoy. Nosotros no podemos librarnos de [esta cultura] porque nuestros revolucionarios continúan aprovechándose de a los clérigos y usan sus Fatwas para sus propios propósitos.»
«A lo largo del mundo, la gente está luchando por [problemas como] mejorar la educación, incrementar los fondos para la investigación científica, y mejorar la infraestructura, mientras nuestras luchas se conectan al pasado – no a la salud, no a la educación, no a los [sistemas] de alcantarillado, no a limpiar el agua, no a los derechos humanos, no a las libertades generales, y no a la reforma política…
«La realidad de hoy es que vivimos en una situación en que la mayoría de nuestro pensamiento es dirigido hacia lo que pasa después de la muerte, [ya que] consideramos a [la vida sólo] como una fase de transición. La importancia [de la vida] no es, en nuestro punto de vista, igual a la importancia de lo que [nos espera] en la etapa seguida a la muerte.»
«Si ésa es su solución, puedan ellos irse en paz…»
[1] Para otros artículos sobre Mustafa, véase Despacho Especial de MEMRI No. 540, «Un Diplomático Árabe sobre la Crisis de Liderazgo en el Mundo Árabe», http://www2.memri.org/bin/articles.cgi?Page=archives&Area=sd&ID=SP54003 y Despacho Especial de MEMRI No. 377 «Un Diplomático Árabe sobre la Necesidad de Reemplazar el Jihad por el Desarrollo Social», http://www2.memri.org/bin/articles.cgi?Page=archives&Area=sd&ID=SP37702.
[2] Al-Sharq Al-Awsat (Londres), septiembre 13, 2003.
[3] Una referencia probable a la compensación que Libia le está pagando a las familias de las víctimas del atentado aéreo de Lockerbie.