En su columna del 3 de mayo, 2011, titulada «Bin Laden Muerto en su Casa!» en el diario de Londres Al-Sharq Al-Awsat, el redactor en jefe Tariq Alhomayed escribió: «El que engaña a nuestros hijos y los condena al infierno no muere en el campo de batalla – sino en medio de su lujosa casa ocultándose detrás de su esposa». Este concluyó: «Ciertamente, el mundo es un lugar mejor después de la muerte de un terrorista que traicionó su religión, su familia y al mundo».

A continuación se presenta la columna, en su original en inglés (traducido al español): [1]

«[Este] ‘santo guerrero’ se escondió en su palacio de un millón de dólares… nuestros jóvenes se encuentran en cárceles… por no hablar de los muchos que han muerto… [y] las pérdidas económicas… y el daño a la reputación de nuestra religión»

«Finalmente, después de 10 años o más de persecución, Osama bin Laden, líder de la organización terrorista Al-Qaeda, conoció su inevitable destino a manos de los estadounidenses.

«Pero, Dios mío, cómo se asemeja el final del principio [en la búsqueda de bin Laden por los estadounidenses], sólo que esta vez en Pakistán y no en Afganistán.

«El así llamado ‘líder de los mujahideen‘ fue muerto en su lujosa residencia, no en el campo de batalla, o en Jihad. Murió con su esposa y otras tres personas, a diferencia de nuestros jóvenes engañados y los jóvenes musulmanes en general, a quien llevó a una muerte tras otra en los últimos años, en cooperación con sus jeques de la maldad y el terrorismo, de todas las nacionalidades.

«[Este] ‘santo guerrero’ se escondió en su palacio de un millón de dólares, detrás de muros fortificados y junto a su esposa más joven! Mientras tanto, nuestros jóvenes están en las cárceles, en las montañas del Yemen, dentro de Irán, por no hablar de los muchos que están muertos. Esto tampoco es para mencionar el número de víctimas inocentes de todas las religiones y nacionalidades.

«El mundo cambió después de los ataques terroristas de Al-Qaeda en Estados Unidos el 11 de septiembre del 2001, después de que la maldad de Al-Qaeda hizo explosión en todos los países del mundo, sin excepción. El terrorismo de Bin Laden se extendió a Arabia Saudita y no tuvo piedad por los lugares sagrados o la vida humana.

«Él fue la razón tras la muerte de miles de personas inocentes en todas partes. Gente inocente fue decapitada, viajeros fueron traicionados, mujeres y niños fueron asesinados y la maldad de los jeques de bin Laden salió a relucir justificando esto. Dijeron que los muertos son juzgados de acuerdo a sus intenciones y nos recordó el principio islámico fiqh del tatarus [que establece que si las fuerzas enemigas usan musulmanes como escudos humanos, es permitido atacar sin tenerlos en cuenta, siempre y cuando ello redunde en el Islam] para justificar la legitimidad de sus acciones.

«Esto es para no mencionar las pérdidas financieras, que no se pueden estimar con precisión – y, lo más importante de todo, por supuesto, el daño causado a la reputación de nuestra religión.

«Sin embargo, el ‘líder del mal’ murió en su casa, de hecho parece ser que fue asesinado dentro de su dormitorio, según lo sugerido por las imágenes dadas a conocer después de la operación militar estadounidense».

La muerte de bin Laden es un «duro golpe a la moral de Al-Qaeda… Al Qaeda no será capaz de producir [otro] líder con la personalidad o legitimidad de bin Laden»

«Por supuesto, la muerte de Bin Laden es un duro golpe para la moral de Al-Qaeda, no importa lo que la organización lleve a cabo hoy en venganza, el impacto de este golpe siempre será superior. Bin Laden era mucho más que un símbolo; su presencia fue un símbolo de proezas, atrayendo a los jóvenes de Arabia Saudita, el Golfo y Yemen. Sabía cómo hacer dinero, ya sea a través de contribuciones a su causa, o comerciar cualquier cosa desde drogas a diamantes. Su presencia era como un imán, fue un líder».

«Hoy, tras su muerte, Al-Qaeda no será capaz de producir [otro] líder con la personalidad de bin Laden, o con su legitimidad la cual construyó a lo largo de muchos años en muchos lugares. Estamos en un mundo cambiante hoy día, especialmente en el mundo árabe y es difícil replicar el modelo de bin Laden. Hoy nadie puede dominar el discurso religioso, o ser un individuo independiente, un recaudador de fondos, un jeque o un líder bajo tierra en una cueva o un palacio, tan fácilmente como pudo. Los árabes y los musulmanes están muy conscientes de la cantidad de abusos que ha dañado nuestra religión».

«Ciertamente, el mundo es un lugar mejor después de la muerte de un terrorista que traicionó a su religión, a su familia y al mundo»

«En resumen, diré que la muerte de bin Laden era de esperarse, pero aquí tienen mi mensaje a los sabios, así como también aquellos que tratan de agravar la situación: El que engaña a nuestros hijos y los arroja al infierno no murió en el campo de batalla, sino en medio de su lujosa mansión escondiéndose detrás de su esposa. Mientras tanto, los hijos de la gente común están siendo asesinados en las zonas de conflicto, o son desplazados en las montañas, o yacen en prisión.

«Ciertamente, el mundo es un lugar mejor después de la muerte de un terrorista que traicionó a su religión, su familia y al mundo».


[1] Al-Sharq Al-Awsat (Londres), 3 de mayo, 2011. El texto ha sido ligeramente editado para mayor claridad.