El portavoz de la Iglesia Greco-Ortodoxa en Jerusalén, Padre ‘Atalla Hanna, quien es un árabe palestino, declaró su apoyo y el apoyo de la iglesia a los ataques suicidas y toda forma de resistencia palestina. Posteriormente el patriarca Greco-Ortodoxo de Jerusalén, Patriarca Irineos I, quien se distanció de las declaraciones de Hanna, decidió reemplazarlo – un acto que no fue bien recibido por los árabes cristianos.
Las Declaraciones de Hanna
En un discurso pronunciado en una reunión de la Liga Árabe, El Centro Zayed para la Coordinación y Continuación en Abu Dabi, el 19 de junio de 2002, Hanna dijo: «El principio fundamental aprobado por todas las facciones políticas palestinas es continuar con la Entifada en contra de las atrocidades israelíes. Por lo tanto, la Iglesia apoya completamente la resistencia a favor de la liberación de Israel. Como ustedes saben, las facciones políticas en Palestina están de acuerdo con la continuación de la Entifada, que incluye varias formas de lucha. Algunos luchadores por la libertad prefieren el martirio o los ataques suicidas, mientras que otros optan por otras medidas… No esperen que nosotros nos quedemos a un lado. Estamos en la lucha ya sea por medio del martirio u otros medios… Los musulmanes y los cristianos son una sola entidad y no se pueden separar en la lucha por la liberación de Palestina. Somos Palestinos y Arabes.»[1]
Continuó Hanna: «Hay una enorme presencia cristiana en las diversas facciones de la resistencia palestina y en las facciones políticas palestinas.» [2]
Declaraciones similares de Hanna aparecieron en el Diario Jordano Al-Rai, y en el diario de los Emiratos Árabes Unidos Al-Watan, en los que Hanna afirmó que jóvenes cristianos se estaban uniendo al movimiento de Hammas para llevar a cabo operaciones con explosivos en contra de Israel, y que él apoyaba dichas operaciones porque eran las únicas armas que los palestinos tienen para resistir la ocupación.
Tan pronto como estas declaraciones fueron dadas a la luz, Hanna las negó: «Cuando hablé de resistencia, me referí a resistencia no-violenta, que es un derecho legítimo. Nunca mencioné operaciones suicidas, sino que hablé de resistencia. Envié cartas de aclaración a los periódicos Al-Watan y Al-Rai.»[3]
La Reacción de la Iglesia Greco-Ortodoxa
El Padre Jibrail Naddaf, asistente del Patriarca Irineos I, fue el primero en condenar las declaraciones de Hanna: «Aun si no fuera un sacerdote en el Patriarcado, como ser humano… no estoy de acuerdo con esas declaraciones… El Padre ‘Atalla Hanna no ha negado lo que reportaron los periódicos. Nosotros nunca exhortamos matanzas ni derramamiento de sangre. Esto es completamente inaceptable. Estas operaciones dañan la paz en el Medio Oriente. Fueron declaraciones peligrosas e irresponsables. El Patriarca no está de acuerdo con eso… Es nuestra obligación oponernos a esas declaraciones. Hasta la Autoridad Palestina se opone a esas operaciones. El (Hanna) no representa al Patriarcado con esas declaraciones.» [4]
El Patriarcado Greco-Ortodoxo publicó un comunicado especial el 4 de Julio de 2002, firmado por el Sínodo Greco-Ortodoxo. Incluía lo siguiente: «1) Monseñor Theodosius (Atalla Hanna) nunca ha sido el portavoz oficial del Patriarcado Greco-Ortodoxo en Jerusalén, en Israel, en Palestina o en Jordania. 2) Sus declaraciones no representan la posición de la Iglesia. 3) El Patriacado Greco-Ortodoxo, ha estado y sigue estando al margen de la política. Condena todas las formas de violencia y terrorismo, apoya el proceso de paz y exhorta al amor, la hermandad y la coexistencia pacífica de todos los seres humanos. 4) De hoy en adelante, las declaraciones oficiales del Patriarcado Greco Ortodoxo serán publicadas únicamente por el portavoz oficial del comité de información.»[5]
Varios días después, el Patriarca Irineios I reemplazó a Hanna. En una declaración, el Patriarca acusó a Hanna de apoyar el terrorismo palestino debido a su renuencia a firmar un documento condenando tales operaciones. El Patriarca nombró al Padre Oficius (griego) portavoz y anunció que toda declaración que Hanna hiciera a partir de ese momento seria su opinión personal y no la de la Iglesia, que simpatiza con las víctimas del terror y la violencia.[6]
La Reacción del Padre Hanna y los Árabes Ortodoxos
El Padre Hanna rechazó su despido y declaró en el diario londinense Al-Zaman: «La decisión de despedirme es ilegal, ilegítima e infundada… No acataré la decisión y llevaré a cabo mis labores diarias como portavoz de la comunidad sin tomar en cuenta esta decisión.» Hanna también dijo que su despido era parte de un acuerdo con el Primer Ministro Israelí, Ariel Sharon, según el cual Israel reconocería al Patriarca Irineos I como el Patriarca Greco Ortodoxo, a cambio de concesiones de terrenos que posee la Iglesia en Jerusalén.[7]
La Comunidad Arabe Ortodoxa mostró su disgusto con el despido de Hanna. Publicó un comunicado diciendo que Hanna era el portavoz de la Iglesia le gustara al Patriarca Irineios I o no. La declaración hizo un llamado al Ministerio del Exterior Griego para que interviniera en el asunto, y a estados árabes con relaciones diplomáticas con Grecia para explicarle a las autoridades griegas por qué la decisión del Patriarca era peligrosa. El comunicado también estaba dirigido a las comunidades árabes cristianas y árabes ortodoxas en Palestina y Jordania y hacía un llamado para que boicotearan al Patriarca griego. Decía que si el Patriarca no rescindía su decisión en un periodo de 24 horas, se tomarían medidas inesperadas.[8]
‘Uday Bajali, secretario del Consejo Comunitario Ortodoxo Arabe de Nazaret, dijo que el despido de Hanna fue hecho con el fin de distanciarlo de la administración del Patriarcado de Jerusalén, para facilitar la recepción de donativos en el futuro. También dijo que el Patriarca Irineois I había explotado el acuerdo del gobierno jordano de darle a varios sacerdotes griegos la ciudadanía y permitirles unirse al Patriarcado de Jerusalén con el fin de expandir la presencia griega en la Iglesia y distanciar a los árabes de la administración y el liderazgo de la Iglesia. Bajali dijo que la decisión del Patriarca Irineios I de reemplazar a Hanna mostraba su actitud negativa, como griego, hacia la comunidad árabe que había estado luchando por la identidad árabe de la Iglesia desde 1523 – cuando el Sublime Porte Otomano [9] entró a balacear al último Patriarca árabe, cuyo nombre era también ‘Atalla.
Dr. Rauf Abu Jaber, Jefe de la Organización Greco-Ortodoxa en Jordania, dijo que la decisión de despedir a Hanna por sus posiciones políticas fue inapropiada, y que al hacerlo, el Patriarca Irineios I había capitulado ante el gobierno israelí. Abu Jaber advirtió del peligro inherente al Patriarca Irineios I por su continua antipatía hacia los miembros árabes de la comunidad ortodoxa y su inclinación a favor de Israel.[10]
[1] http://www.gulf-news.com/articles/news.asp?ArticleID-55045, Junio 20, 2002.
[2] www.zccf.org.ae/LECTURES/A2_lectures/231.htm
[3] Al-Sennara (Israel), Julio 5, 2002.
[4] Al-Sennara (Israel), Julio 5, 2002.
[5] Al-Quds (Autoridad Palestina), Julio 11, 2002.
[6] Al-Sfir (Líbano), Julio 12, 2002.
[7] Al-Zaman (Londres), Julio 13, 2002.
[8] Al-Sfir (Líbano), Julio 12, 2002.