En un artículo publicado en el diario de Londres Al-Sharq Al-Awsat, el Dr. ‘Abd Al-Mun’im Sa’id, director del Centro de Estudios Políticos y Estratégicos Al-Ahram, criticó la actitud de los árabes hacia la actual crisis económica global. Sa’id declaró que el árabes todavía albergan simpatías pro-soviéticas, que encontraron recientemente expresión de gozo en la crisis económica global que afecta actualmente a los Estados Unidos. Agregó que los árabes estaban actuando como si el mundo todavía estuviera dividido en bloques, como en los días de la Guerra Fría, y que encontró sorprendente esta actitud, dado que la crisis estaba por golpear importantes intereses económicos árabes en Occidente.
A continuación extractos del artículo: [1]
«Cada vez que Vladimir Putin sale con una fuerte declaración contra Occidente, y en especial contra los Estados Unidos… la antecámara árabe soviética… anuncia el esperado regreso soviético a la arena internacional»
«El término ‘antecámara’ ha ganado actualidad en el mundo árabe, desde que se ha vuelto parte del proceso político en los Estados Unidos. Este término se refiere a un grupo que presiona varias instituciones políticas con el fin de adoptar ciertas políticas. Ocasionalmente, [hacer lobby] este llega hasta promover los intereses extranjeros. [En los Estados Unidos], los ejemplos más conocidos [de lobby] incluyen al israelí, al taiwanés y las antecámaras griegas.
«Mientras en el mundo árabe no existen [antecámaras] institucionalizadas en un sentido judicial, los ‘grupos de presión’ se desarrollan rápidamente dondequiera que haya un conflicto de intereses económicos o ideológicos, o siempre que haya una necesidad de escoger entre las diferentes políticas respecto a los intereses nacionales o pan-árabes. Todo esto es obvio…
«Lo qué no puede concebirse o aceptarse es [que] la Unión Soviética, que ya no existe… tenga una ‘antecámara’ árabe fuerte. [La Unión Soviética] se desintegró en 1990, y en su lugar surgieron 15 repúblicas soberanas, que fueron aceptadas como miembros de las Naciones Unidas, cada una con lazos económicos, comerciales y políticos con los países árabes vecinos…
«Cada vez que Vladimir Putin sale con una declaración fuerte contra Occidente, y en especial los Estados Unidos… la antecámara árabe soviética inmediatamente entra en acción, aplaude, y anuncia el esperado regreso soviético a la arena internacional. Pero el gran retorno de los soviéticos [al mundo real] ocurrió cuando invadieron Georgia y apoyaron a los grupos separatistas allí, [de esta forma] convirtiéndose en el único país en consentir dos estados – Abhasia y Ossetia del Sur.
«Bajo circunstancias normales… el mundo árabe hubiera objetado automáticamente a la invasión de un pequeño país por uno grande, así como habría rechazado la idea de un movimiento separatista – qué es entendible considerando que los árabes [han sufrido bajo] los poderes imperialistas, y los crímenes de Israel contra el pueblo palestino. [También es entendible que los árabes] teman el rompimiento del equilibrio de las fuerzas entre los estados árabes y sus poderosos vecinos, y de la desintegración de los estados árabes modernos debido a las disputas [internas].
«Hoy día, los árabes se preocupan por el destino de Irak, Sudán, Somalia y el Líbano. Es difícil de prever lo que el futuro depara más allá del rendirse a las fuerzas extranjeras crueles, a las fisuras [internas], y a las sangrientas guerras internas. [Uno pudiera haber pensado que] hasta ahora, los árabes debían de haber tenido suficiente de esto – suficiente para oponerse unánimemente a la invasión de Georgia por Rusia.
«Sin embargo, los países [árabes] permanecieron callados, mientras los medios de comunicación [árabes] se alegraron en aprobación, [creyendo que] esta invasión anunciaba el regreso de la Unión Soviética a la arena internacional. [Ellos reaccionaron a la invasión rusa] como si un estado árabe unificado hubiese sido establecido, o los árabes se hubiesen unido al bando de los países desarrollados».
Ideológicamente, la situación en el mundo árabe es anómala
«Los desarrollos más serios, [sin embargo,] ocurrieron seguido a la actual crisis económica. Es entonces que la mentalidad árabes ‘[pro-]soviética’ tomó la forma de un entusiasmo misterioso… La mayoría del capital árabe y las reservas financieras están invertidas en bancos e instituciones en Occidente… El resultado es que los árabes tienen grandes intereses [económicos] en Occidente, y en especial en los Estados Unidos, y como resultado [dependen de] su bienestar económico.
«[Pero] lo que tuvo lugar en el mundo árabe, [y particularmente] en su prensa y medios de comunicación, fue asombroso. No hubo casi esfuerzo por percibir la crisis y ningún esfuerzo por afrontar su impacto sobre nosotros y encontrar maneras de lidiar con la situación.
«Algunos entre nosotros decidimos anunciar la muerte prematura de los Estados Unidos, el reavivamiento de la Unión Soviética, y el retorno de los días felices cuando el mundo era bipolar o multi-polar. Pero sobre todo lo demás, se apresuraron a anunciar el fin de la era capitalista, [en esperanza de que] esto le permitiría a los países ejecutar sus economías exactamente de la misma manera que durante la época de la Unión Soviética y el socialismo.
«Lo que es especialmente extraño es que la ‘antecámara soviética’ no está comprendida solamente de socialistas veteranos, sino que se le han unido [recientemente] grupos islamistas antiguos y nuevos, que creen que ambos socialismo y capitalismo y deben ser [ahora] reemplazados por un régimen islámico…
«[Reitero:] Ideológicamente, la situación en el mundo árabe es anómala. Mientras los educados en India, China y, por supuesto en Europa y los Estados Unidos analizaron los desarrollos y [tomaron medidas] para remediar la situación, las [élites] árabes, fueron propulsadas por la obsoleta mentalidad [pro-]soviética, gozosa por lo que pasó y deseando un colapso global – como si ellos mismos, junto con sus compatriotas, salieran ilesos y evitaran hundirse con la nave.
«Exactamente lo misma sucedió hace dos décadas, con el advenimiento de la globalización, que saludo el orden mundial moderno: La mayoría aplastante del mundo [las élites] aceptaron este cambio histórico, con la excepción de unos cuantos de la izquierda, junto con periodistas y portavoces árabes, quienes se inclinaron por sus anhelos [pro-]soviéticos.
«[El mismo modelo] re-surgió después de los ataques del 11 de Septiembre, cuando las teorías de conspiración y solidaridad con Al-Qaeda y bin Laden estaban mucho más esparcidas en los países árabes que en otras partes – incluso más que en el [resto del] mundo musulmán. De hecho, el resultado de las elecciones en Turquía, Nigeria e Indonesia difirió dramáticamente de aquéllas en los países árabes.
«La razón de esto es que el virus soviético y la Guerra Fría todavía son [parte de] las aspiraciones y deseos de las importantes capitales árabes – en los cafés, en los diarios y en los canales de televisión».
[1] Al-Sharq Al-Awsat (Londres), 22 de octubre, 2008.