El Dr. ‘Abd Al-Mun’im Sa’id, director del Centro de Estudios Políticos y Estratégicos Al-Ahram en el Cairo y redactor para el diario de Londres Al-Sharq Al-Awsat, escribió recientemente un artículo titulado «El Significado del Cuatro de Julio», en donde describe sus impresiones a la celebración del Día de Independencia en los Estados Unidos y lamenta la falta de orgullo nacional similar en los países árabes. Sa’id escribió que en el mundo árabe, el sentimiento nacional ha sido reprimido gradualmente y se ha erosionado, mayormente debido a la influencia de la ideología pan-islámica. Él argumenta que este sentimiento debe ser restaurado, ya que puede reintegrar el sentido de pertenencia al estado y prevenir una disputa civil.

A continuación se presentan extractos del artículo: [1]

«A todos lados donde iba… no había una sola alma que no me deseara un feliz Cuatro de Julio»

«En la mañana del 4 de julio, estaba sentando en un taxi yendo al Aeropuerto Logan en Boston, desde donde tome un avión hacia Nueva York para asistir a un evento social. Al final del paseo, el viejo chofer tailandés me sorprendió deseándome un feliz Cuatro de Julio. [Sólo] entonces noté las banderas americanas que adornan las casas, las inmensas banderas grandes colocadas en los edificios estatales, y las banderas [más pequeñas] que cuelgan de los automóviles privados o pegados a ellos de varias maneras.

«En el aeropuerto, el personal estaba todo ataviado de [estrellas y rayas]. Algunos de los hombres llevaban puesta la corbata estilo [bandera], y algunas de las mujeres lucían las cintas de color [rojo, blanco y azul] en su pelo, aunque la mayoría sentía que una bandera pequeña en la solapa del vestido era suficiente como despliegue del espíritu festivo.

«Por todas partes que fui, mientras compraba el desayuno y hacia los últimos arreglos para mi viaje, no había ni una sola alma que no me deseara un feliz Cuatro de Julio…»

«Las celebraciones del [día de independencia] que se solía celebrar en los países árabes se han menguado y marchitado – como si todavía no hubiésemos ganado nuestra independencia»

«Las celebraciones en Boston y Nueva York me hicieron preguntar si las tales celebraciones del día de independencia pudieran tener lugar en los estados árabes. No me refiero a un discurso del presidente en donde saluda a la nación en el día en que el estado nació y se convirtió en la ‘patria’ del pueblo. Me refiero a las celebraciones espontáneas del pueblo, como las de [‘Id Al-Fitr], el festival religioso que marca el fin de Ramadhan; en [‘Id Al-Adha] marcando el fin de la estación de peregrinación; en el cumpleaños del Profeta, celebrado en algunos países; o incluso las celebraciones de Navidad en algunas capitales árabes como Beirut y el Cairo…

«Las celebraciones del [día de independencia] que se solían celebrar en los países árabes han disminuido y se han marchitado, como si no hubiésemos ganado nuestra independencia todavía. En Egipto, nos hemos acostumbrado a las intensas celebraciones de Jihad el 8 de marzo, marcando la revolución de 1919. [Nosotros también celebrábamos] el día de independencia de Egipto el 28 de febrero, conmemorando el día en 1922 cuando nuestro país declaró su independencia y el mandato británico finalizó. Pero después de la ‘gloriosa’ revolución del 23 de julio de 1952, esta celebración fue cancelada y reemplazada por una nueva.

«No tardo mucho antes que la nueva fiesta también desapareciera, para ser reemplazada por las celebraciones del 6 de octubre, que marcan la Batalla del Cruce de 1973. Desde la muerte del [presidente Anwar] Sadat, nada ha permanecido de esta celebración, exceptuando un discurso especial del presidente, una visita [presidencial] a la Tumba del Soldado Desconocido, y una presentación de una de las pocas películas hechas sobre la guerra…»

«La corriente islámica ha jugado un papel muy significativo en desarraigar el [concepto de] patria de la conciencia de colectividad de los ciudadanos, y las reemplazó con [el concepto de] ‘nación’ islámica»

«En una entrevista en la televisión que conduje con el Dr. ‘Issam Al-‘Aryan, antiguo líder de la Hermandad Musulmana, le pregunté qué fecha consideraba él como el día de la independencia de Egipto, y contestó que [el día de independencia de Egipto] no había llegado todavía. Entendí [de este comentario] que, [en su opinión], el día de independencia sólo vendrá cuando Egipto se convierta en una república islámica de algún tipo.

«Es razonable asumir que lo que ha sucedido en Egipto ha pasado en otros países [árabes] también. El estado ha sido enterrado en la [conciencia] de la colectividad del pueblo, junto con los [valores] que conectaron al pueblo y a sus hijos a la tierra… La mayoría de las [sociedades en el mundo] están basadas en lazos tribales, étnicos o religiosos entre sus miembros. Sin embargo, la conexión a la patria es un [asunto], totalmente diferente, ya que está definido por contraste con el otro – [la gente] a través de la frontera. Este está arraigado en símbolos imbuidos con reverencia e inclusive con santidad».

«[Estos símbolos, sin embargo] han sido abandonados gradualmente por los estados árabes… La corriente islámica ha jugado un papel muy significativo en desarraigar el [concepto de] patria de la conciencia colectiva de los ciudadanos, y reemplazándolo con [el concepto de] ‘nación’ islámica… El costo [de este proceso] ha sido grande, por cualquier norma.

«El sentimiento nacional – qué las celebraciones del [día de la independencia] reflejan y se transforman en un tipo de tradición histórica – es sobre el amor y la lealtad a la patria, y la buena voluntad de hacer el deber de cada uno. Es el sentimiento nacional que causa que [los ciudadanos] se apeguen a su patria, y qué une a los varios grupos y sectores [de la sociedad]. Si hubiese existido este sentimiento entre el grupo palestino jama’a [e.d. Hamas], la rebelión contra la Autoridad Palestina en Gaza nunca habría sucedido…»

«Es hora de revivir el [concepto del] estado árabe»

«Los estados árabes deben restaurar y fortalecer el sentimiento nacional [entre los ciudadanos]. Aunque los gloriosos [símbolos] de nacionalismo constituyan un retorno al pasado, ellos también son una empresa para el futuro y para los intereses de nuestros hijos y nietos… [El sentimiento nacional] no disminuye nuestra reverencia, y celebración de, otras fiestas, unidas a la religión o etnicidad…

«En celebrar nuestra patria compartida y estado, celebramos la diversidad, la coexistencia, los intereses compartidos, un sistema compartido de símbolos, un régimen político y económico compartido, y todo [lo demás] que nos une [y nos diferencia] del resto del mundo. La patria es lo que nos mantiene contra la división e incluso la guerra civil. No importa cuan diversa es [la población de] Irak, los iraquíes son vistos como iraquíes por el resto del mundo…

«Es tiempo de reavivar el [concepto del] estado árabe, y de entender las razones una vez más de su existencia y su significado de independencia».


[1] Al-Sharq Al-Awsat (Londres), 9 de julio, 2008.

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