En un artículo que apareció en el diario en árabe de Londres Al-Hayat titulado «Condoleezza, la opinión pública árabe y los Aliados,» el columnista Salamah Na’mat escribió:
«Antes de las dos guerras, la de Afganistán y Palestina, los gobernantes árabes e islámicos llenaron repetidamente los oídos del occidente con la mentira de que ellos temían una explosión en ‘la opinión pública árabe e islámica,’ y que si se atacaba a los árabes y a los musulmanes, la seguridad y estabilidad de la región estarían en peligro.»
«¡Hasta su propia gente empezó a creerles! Lo que es mas, Washington mismo comenzó a actuar como si creyera esta mentira. En la víspera de las acciones militares en Afganistán, Washington aleccionó a sus oficiales para que se dirigieran a esa ‘opinión pública’ a través de la televisión y la prensa árabes y les aseguraran que la guerra era en contra del terrorismo, no en contra de árabes y musulmanes.»
«En cuanto cayó el régimen del Talibán ante el bombardeo norteamericano – que mató a por lo menos 2,000 civiles – sin que la ‘opinión pública’ moviera un dedo ni mostrara ningún pesar, Washington comenzó a darse cuenta de la magnitud de la mentira que casi había creído.»
«Los gobernantes de Washington se dieron cuenta de la magnitud de esta mentira… cuando Sharon, que había intensificado su barbarismo en Palestina después de la guerra en Afganistán, no tuvo que enfrentarse con ninguna reacción de la ‘opinión pública árabe o islámica,’ y no fue forzado a tomar en cuenta a esta ‘opinión publica’. Quedará escrito en la historia que la mayor manifestación de protesta en contra de las masacres israelíes fue organizada por el movimiento ‘Paz Ahora’ de Israel!»
«Actualmente, la administración norteamericana no tiene ningún interés en dirigirse a la opinión pública árabe o islámica. Desde Pakistán hasta Arabstan [refiriéndose al mundo árabe], los gobernantes han demostrado una gran capacidad de reprimir todas las manifestaciones pacificas y no-pacificas. Washington ha entendido que si los gobiernos pueden reprimir las manifestaciones populares en contra de su propia corrupción y retraso, pueden usar los mismos medios para reprimir las protestas en contra de la política norteamericana en la región.»
«Naturalmente, la administración norteamericana dejó de insistirle a sus oficiales que se dirigieran a los árabes y a los musulmanes a través de sus propios medios de comunicación. Quizás algunos de los oficiales de Washington pensaron que la administración ya había hecho lo posible a este respecto y que había convencido con sus explicaciones a la opinión pública árabe e islámica de la justicia de su causa – y, por lo tanto, ¡ocultó las masacres de civiles palestinos y afganos en nombre de la lucha en contra del terrorismo! Sin embargo, es mas razonable presuponer que Washington se había convencido de que no había necesidad de dirigirse a la opinión pública árabe ya que esta se encuentra totalmente controlada por sus gobernantes.»
«Quizás de ahora en adelante, cada vez que se descubra una manifestación árabe o islámica en potencia, Washington se conformará con dirigirse al líder del país islámico o árabe involucrado. Washington le prometerá ayuda o lo amenazará con sanciones, y ahí acabará todo.»
«Ya que estos gobiernos son capaces de acallar cualquier intento de protesta en contra de sus políticas – lo que es una negación de los derechos mas fundamentales de sus ciudadanos que están totalmente sometidos por su gobierno – sin duda serán igualmente capaces de detener cualquier protesta en contra de asuntos extranjeros, como el de Afganistán o Palestina – y quizás, en el futuro, hasta el de Irak!…»[1]