Lo siguiente es un editorial titulado ‘Durmiendo con un diablo en vestimenta islamista’, en su inglés original, por el periodista somalí Bashir Goth, sobre el nuevo régimen islamista en Somalia. El editorial apareció en Awdalnews [1] el 26 de agosto del 2006.
«Ellos comparan su conquista de Mogadishu a la conquista del Profeta Muhammad a la Meca de los paganos quraishitas
«La paz es dulce pero la paz sin dignidad y libertad no es paz en lo absoluto. Los islamistas que tomaron el poder en Mogadishu le dijeron a la gente que tengan paz, hagan sus negocios, coman y beban, júntense y tengan muchos hijos, vayan a la mezquita y oren cinco veces al día, envíen a sus hijos a los madras dónde le será lavado el cerebro y canten el Corán interpretado a la manera satánica de los clérigos wahhabistas/salafistas y alaben a Alá para que los amos de la guerra que les mantuvieron como rehenes durante 15 años se hayan ido.
«Ellos comparan su conquista de Mogadishu a la conquista del Profeta Muhammad de la Meca de los paganos quraishitas. Ellos creen que están actuando por el mandato de Dios y que el Omnipotente guía sus armas. Nosotros les decimos que no son el ejército de Muhammad y que no están de ninguna manera más cerca de Alá que una mujer bailando al ritmo de la música en una hermosa boda o el atormentar los sentimientos internos de la gente con su voz melodiosa. Nosotros les decimos que el profeta Muhammad no prohibió la música y el baile y de ninguna manera le negó a la gente el disfrutar los placeres de la vida. Él es el que le dijo a Aisha que enviara a una cantante a la boda Ansari y quién permitió a Aisha observar a los bailarines africanos en el día Eid en la Meca. Muhammad es él que dijo ‘Dios no me envió a que fuese rudo, o que cause daño, sino que Él me envió a enseñar y hacer más fáciles las cosas'».
«Los amos de la guerra usaron la fuerza bruta para obligar al pueblo y a los islamistas a usar la religión para deshumanizar al pueblo»
«Los amos de la guerra usaron la fuerza bruta para obligar a la gente y a los islamistas a usar la religión en su forma física para deshumanizar a la gente. Ellos prohíben la música no porque va en contra de la religión sino porque está más allá de su reino de control. Cierran cines y teatros no porque esparcen el vicio sino porque quieren mantener al pueblo en la oscuridad. Esconden a las mujeres no porque el Islam ordena su momificación sino porque los islamistas padecen de un problema de masculinidad. Ellos piensan que quién no es amo de su esposa no puede ser amo de otros. El poder y la tiranía es su última meta y la tiranía debería primero aplastar y dominar el débil para que el fuerte pueda temblar. Cualquiera que quiera ver hacia donde los islamistas les gustaría conducir a Somalia deberían sólo ver cómo tratan ellos a las mujeres, la música y las ideas. Estos tres elementos constituyen la belleza, el espíritu y el futuro de cualquier nación. En una historia publicada por el portal islamista Qaadisiya sobre la graduación de 140 mujeres que completaron un curso de cocina y en artes manuales en un centro llamado el Centro Asma Bint Omair, esta refleja un destello de lo que se espera para las mujeres. Sólo fueron mostradas las fotos de los oficiales islamistas que asistieron a la ceremonia y fila tras filas de comida. Pareciera ser como si el fotógrafo intentara acentuar su frustración mostrando mucha comida, ya que no se le permitió mostrar los rostros de mujeres para lo cual la ceremonia fue celebrada».
«Los islamistas son aficionados a colocarse a si mismos tales nombres como Abu Qutayba y Abu Mansour… [Escondiendo] sus verdaderas identidades detrás de nombres prestados de legendarios líderes musulmanes»
«A los islamistas les gusta llamar su usurpación de poder un levantamiento popular pero hemos visto que los campos de refugiados en Kenya se han duplicado desde que las Cortes islámicas llegaron al poder debido al gran número de gente que le huye del triste futuro que les espera. Los levantamientos populares tal como los hemos visto en Ucrania y en otras partes no usan la milicia y el fuego de cañones para dominar a los opositores.
«A pesar de su dulce conversación y sus conductas modestas, los islamistas tienen una gran agenda. Quieren arabizar a Somalia y convertirla en un emirato islámico parecido al del taliban. Existe ya una drástica corrosión cultural que está ocurriendo. Los nombres de la gente no son ya reconocibles. Los islamistas son aficionados a llamarse a si mismos con tales nombres como Abu Qutayba y Abu Mansours siguiendo con la tradición de Al Qaeda y otros grupos radicales que esconden sus verdaderas identidades detrás de nombres prestados de legendarios líderes musulmanes.
«Las hermosas mujeres somalíes han sido enterradas bajo capas de mantos pesados al igual que el taliban y a los creyentes se les dijo que les colocaran grilletes en sus casas. Es simplemente una cuestión de tiempo ante de que los islamistas declaren el alfabeto latino del idioma somalí como Haram y lo cambien por un alfabeto árabe en concordancia con el Urdu y el Farsi. Ellos ya han comenzado a azotar a gente por crímenes leves y han amenazado con la pena de muerte en contra de aquéllos que no observan las cinco veces que se reza a diario.
«Este no sorprenderá a nadie si pronto amenazan a las organizaciones internacionales para que no contraten a mujeres somalíes al igual que lo hizo el taliban y como lo han hecho recientemente los clérigos extremistas en la desvastada Cachemira cuando advirtieron a las agencias de la NGO en no contratar a sus mujeres o enfrentar la violencia».
«La Unión de Cábalas Islamista en Mogadishu ha declarado la guerra a la paz regional e internacional
«Y sobre todo, los gobernantes islamistas de Mogadishu son mentirosos. Después de derrotar a los amos de la guerra en Mogadishu prometieron que no tenían intención alguna de capturar más tierra y causar más derramamiento de sangre. Dijeron que querían consolidar la paz en la capital y comenzar a negociar con el gobierno del TFG, pero desde que se volvieran tan beligerantes y hayan enviado a sus brigadas de mártires a llevar perdición a cualquier pueblo, ciudad o gente que se interponga en su camino. Ellos vehementemente negaron cualquier deseo de poder o de gobernar el país pero todas sus acciones muestran su aborrecimiento por la democracia y su afinidad a los poderes dictatoriales. Ellos negaron cualquier intención de aplicar el sharia islámico pero fueron rápidos en incitar a todos los somalíes a que abracen las Cortes islámicas. Ellos dijeron que nunca impondrían la vestimenta islámica en las mujeres pero le hicieron difícil a cualquier mujer a menos que este totalmente vestida y pueda caminar por las calles de Mogdishu. Dijeron que querían vivir en paz con los países vecinos pero no podrían esconder su intención de unificar todos los territorios somalíes en el Cuerno de África bajo el mandato del Islam. Y haciendo esto, la Unión de Cábalas Islamistas en Mogadishu le ha declarado la guerra a la paz regional e internacional. Por consiguiente, permitirles cumplir su agenda bajo el pretexto de retornar Somalia a la paz no es sólo un defecto visual llamado miopía sino que también es temerario y es dormir con un diablo en vestimenta islámica».
[1] Awdalnews.com, 26 de agosto, 2006.