El YouTuber egipcio Tamer Hawas dio a conocer un video el día 18 de febrero, 2021 en el que relata la historia del libelo de sangre de 1840 en Damasco. Hawas relató las acusaciones contra los rabinos locales que, según se afirma, asesinaron a un sacerdote para utilizar su sangre con el propósito de preparar la matzá de Pascua. Hawas dijo que el sultán Abdülhamid II sucumbió ante la presión internacional y absolvió a los judíos por este asunto. Hawas mencionó también que esta es la razón por la que cualquiera que hable sobre este tema es «considerado de calumnioso» y «de esta manera es como todo esta situación develó en que nadie puede decir nada sobre estos judíos». Para obtener más información sobre las acusaciones del libelo de sangre, consulte los siguientes videos del portal MEMRI TV No. 7162, 6611, 5284, 3387, 2454, 2443 y 1893.
Para ver el video del YouTuber egipcio Tamer Hawas en el portal MEMRI TV, pulse aquí o debajo.
«Corría el rumor de que a los chiquillos y adolescentes los secuestraban para que los judíos pudieran preparar en sus hornos los matzos de Pascua»
Tamer Hawas: «Existe una historia muy peculiar y aterradora en la memoria colectiva de Damasco. Esta es la historia de las matzá que los judíos horneaban para celebrar la Pascua. Desafortunadamente, en estos tiempos modernos, la culpa ha pasado de los judíos a la persona que relata esta historia.
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«Los judíos solían vivir en áreas donde habitaban los seguidores de otras religiones. En esas áreas, los más chicos y adolescentes desaparecían en circunstancias misteriosas. Corría el rumor de que tales personas fueron secuestradas para que los judíos pudieran hornear sus matzos de Pascua.
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En Damasco, en el año de 1840, los rabinos asesinaron a un sacerdote en una sinagoga como «ofrenda de sacrificio para Dios», drenaron su sangre, mutilaron su cuerpo en pedazos y los arrojaron dentro de las alcantarillas.
«Hablemos de lo que sucedió en Damasco en 1840.
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“Cuando el padre Tomás desapareció durante un largo periodo de tiempo, su sirviente musulmán Ibrahim Amara fue en su búsqueda. Este estuvo preocupado por él. Amara se dirigió al barrio judío para preguntar por su paradero, pero también desapareció.
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«Salomón el barbero dijo que lo vio entrar a la sinagoga y vio a todos los rabinos reunidos en el suelo. Tomas estaba de rodillas con las manos y los pies atados. Había un lavabo vacío frente a él. Ibrahim Amara se encontraba atado de la misma manera que el padre Tomas. Cuando Salomón pudo ver todo esto, los rabinos le pidieron que asesine al padre Thomas. Salomón se negó y siguió negándose incluso cuando le ofrecieron dinero, oro y plata.
«Finalmente, el Gran Rabino dijo que esto era un sacrificio para Dios y que Salomón iría al cielo si asesinaba al Padre Tomas. Salomón fue persuadido y decidió llevar a cabo el crimen.
«Uno de ellos trajo un cuchillo y colocó el cuello del padre Tomas en el lavabo y comenzaron a matarlo, dejando que la sangre fluyera hacia el lavabo. Después de media hora, el lavabo se llenó con su sangre. En cuanto al cuerpo, lo cortaron en trozos pequeños, los recogieron en bolsas y lo arrojaron a las alcantarillas. Le habían prometido al sirviente musulmán que lo casarían si guardaba silencio, pero luego resultó que este corrió con la misma suerte y también lo masacraron.
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“La sangre es utilizada para hacer el pan de Pascuas, al que llaman matzá. Esta historia se conoce como el ‘Incidente de Damasco’. Todos los rabinos fueron arrestados, pero dos de ellos murieron durante el interrogatorio.
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«El ministro del exterior francés, quien era judío… hizo que el sultán decretara que no debe culparse por siempre a los judíos por el derramamiento de esta sangre»; es por ello que «nadie puede decir nada» sobre los judíos
«El tribunal los condenó a muerte. A Gran Bretaña no le complació mucho este veredicto y le escribió a Muhammad Ali Pasha que debía cancelarlo de inmediato. Al principio, Muhammad Ali Pasha no cumplió con la petición. Luego, el ministro del exterior francés, quien era judío, se vio obligado a viajar y reunirse con el sultán Abdhulamid II, siendo este la máxima autoridad religiosa. Este pudo lograr que el sultán decretara que no debe culparse a los judíos siempre por esta sangre derramada. Quien hable de esto será considerado de calumnioso y merece ser enviado a la cárcel. Así es como debe ser, para que nadie pueda decir nada sobre estos judíos».