Lo siguiente son extractos de una entrevista con el miembro del PLC Dr. Yousef Al-Sharrafi, que fue presentada en el canal de televisión de Hamas Al-Aqsa TV el 17 de marzo, 2010.

Para ver este segmento de video, visite, http://www.memritv.org/clip/en/2436.htm.

Entrevistador: «Siempre han habido matanzas – todo ocupante asesina gente. Pero el ocupante sionista [no sólo] asesina gente, sino también destruye piedras, destruye los lugares santos islámicos, destruye los árboles de esta tierra y destruye las antigüedades islámicas y no islámicas. ¿Tienen ellos una disposición natural hacia estos actos criminales? A lo largo de la historia, estos sionistas o judíos no han hecho nada bien».

Dr. Yousef Al-Sharrafi: «Esto me recuerda cuando el pueblo que Alá salvó con Moisés encontró a la gente adorando a sus ídolos, le dijeron a Moisés: ‘Haznos dioses como sus dioses’. Estamos hablando de la ‘raza respetada’, que Alá salvó de que se ahogaran.

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«Imagínense los trucos que desempeñaron respecto a los decretos de Dios. Dios dijo: ‘No pesquen en el Sabbath’. Ellos dijeron: ‘No, no lo haremos’. Pero para aquellos que violaron el sábado, Alá dijo: ‘Convertíos en monos, despreciados y odiados’. Ellos lanzan sus redes el viernes con el fin de recogerlas el domingo. Ellos se especializan en el engaño. Por lo tanto, ahora traen shekels – o la moneda que usaban antes del shekel – y las colocan en las excavaciones de la Mezquita Al-Aqsa, de modo que cuando las generaciones futuras lleguen – y le pedimos a Alá que no vengan – dirán que las antigüedades judías de las excavaciones demuestran que esta bendita tierra les pertenece.

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«El enemigo será expulsado por medio de operaciones de martirio, tales como las que se llevaron a cabo de la Ribera Occidental. Inmediatamente después de la masacre de Hebrón [1994], fuimos testigos de las operaciones en Afula, en Hadera, en la calle Dizengoff [en Tel Aviv], operaciones en Jerusalén y en la Franja de Gaza. Todas estas operaciones se llevaron a cabo con el fin de vengar la sangre de las personas que fueron sacrificadas en la masacre de Hebrón.

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«Si el enemigo supiese que iba a pagar el precio – especialmente a través de las operaciones de martirio en sus autobuses y sus restaurantes – lo pensarían un millón de veces antes de tomar tales medidas».