Tabla de contenidos

I. La salida de los Estados Unidos – Un caos emergente y una toma del poder por los talibanes

II. La supervivencia de Karzai – Sólo a corto plazo

a) Apoyo de los aliados afganos
b) Apoyo de los Estados Unidos y las fuerzas de la OTAN
c) Apoyo de las instituciones del estado en desarrollo
d) Apoyo de los aliados en la región
e) Un factor inesperado

III. La maquinaria SII-Talibán y la amenaza a Karzai

IV. El gran impacto de Pakistán

V. Mientras los Estados Unidos observa a Pakistán, India vira hacia Irán

VI. Las opciones de Estados Unidos

a) Permitir el caos por venir y la toma de poder de los talibanes
b) Posponer o bien retirarse u optar por un retiro parcial
c) El despliegue de tropas de Estados Unidos en la región fronteriza de Pakistán

VII. Viendo hacia el futuro – ¿Qué viene después para los talibanes?

I. La retirada de los Estados Unidos – caos emergente y la toma de los talibanes

A medida que las tropas estadounidenses comiencen a retirarse de Afganistán en julio del 2011, un estado frágil emergente afgano bajo el mandato de Hamid Karzai parece estar en camino a una probable toma del poder por los talibanes.

Tres grandes fuerzas impactarán la situación en Afganistán: Pakistán, los Estados Unidos y en menor grado India e Irán. Una lucha de poder interno y regional será el resultado. De hecho, las potencias regionales ya han comenzado a hacerse valer por si mismas con el fin de adquirir un punto de apoyo en la estructura de poder que surgirá después de la retirada de los Estados Unidos. Recientemente, India ha estado recurriendo a Irán con el fin de forjar una postura común sobre Afganistán. Y mientras que los Estados Unidos están intentando un regreso de la presencia rusa a Afganistán, [1] el embajador de Rusia en Nueva Delhi se opone a la «apresurada retirada» estadounidense de Afganistán» ya que esto podría conducir al «infierno». [2]

La nueva situación en Afganistán estará caracterizada principalmente por el desorden: La habilidad del gobierno federal para gobernar estará limitada a Kabul y a algunas ciudades; vastas regiones serán controladas por los talibanes y varios dirigentes afganos maniobrarán para rellenar el vacío de poder y posicionarse a si mismos como sucesores de Karzai, quien no puede postularse para otro mandato. La inestabilidad será similar a la que fue después de la retirada soviética de Afganistán.

II. La supervivencia de Karzai – sólo a corto plazo

En medio de un vacío de poder que se originará alrededor del momento de la salida de las fuerzas estadounidenses, Hamid Karzai tiene la oportunidad de sobrevivir en el poder sólo a corto plazo. Él estará en una posición ligeramente mejor para conducir al frágil estado afgano de lo que estuvo Najibullah cuando los soviéticos salieron de Afganistán. Al estar en el poder a la cabeza de un estado frágil, Karzai se convertirá en un blanco para los talibanes y otros partidos de oposición. Las posibilidades de sobrevivencia para Karzai en esta fase caótica y su eventual salida de la escena serán determinadas en gran medida por las conversaciones de paz secretas apoyadas por los Estados Unidos entre el gobierno de Karzai y los talibanes. Los militantes están ya en control de vastas zonas de Afganistán y están respaldados por los Servicios Internos de Inteligencia paquistaníes (SII), la fuerza regional más poderosa.

La política de la administración Obama en Afganistán se ha caracterizado por tres fases: a) durante los primeros meses del mandato del Presidente de los Estados Unidos Barack Obama, sus funcionarios favorecieron las conversaciones de paz con los talibanes, b) Luego, los funcionarios se resistieron a que Karzai continuara en el poder y se opusieron a cualquier conversación de paz hasta que los talibanes fuesen sometidos a través de operaciones militares y c) finalmente, obligaron a Karzai a aceptar estas fuerzas hostiles, especialmente a través del compromiso de Pakistán, debilitándolo y excluyendo un camino visible para que los Estados Unidos tenga éxito en Afganistán. Pese a las críticas estadounidenses contra él por corrupción, las posibilidades de supervivencia de Karzai a través de una fase de transición se verán afectadas en gran medida por lo siguiente:

a) Apoyo de los aliados afganos

Karzai está respaldado por casi todos los antiguos caudillos y líderes mujahideen que combatieron contra los soviéticos durante la década de 1980, incluyendo a Burhanuddin Rabbani, Abd Al-Rab Rasul Sayyaf y Abdul Rashid Dostum. Un líder mujahideen clave que no lo apoya, Gulbuddin Hekmatyar del Hizb-e-Islami, está no obstante participando en las conversaciones de paz.

b) Apoyo de los Estados Unidos y fuerzas de la OTAN

El régimen de Karzai disfrutará de la fuerza derivada por la presencia de las tropas de Estados Unidos que pueden permanecer en Afganistán de alguna forma. Los Estados Unidos y los países de la OTAN no tienen más remedio sino – adherirse al proceso democrático en curso en Afganistán – para trabajar con Karzai durante el período de transición.

c) Apoyo a las instituciones del estado en desarrollo

Las instituciones del estado en desarrollo en Afganistán tales como el ejército, la policía, la burocracia y el sistema judicial, aunque débil en sus primeros años, reforzarán a Karzai de manera significativa. Durante el último medio siglo más o menos, las elecciones se han convertido en puntos de inflexión y, en su estela estos dejan huellas irreversibles en la vida de una nación. Aunque el 20 de agosto del 2009 las elecciones presidenciales afganas estuvieron manchadas por la corrupción, las elecciones son en la actualidad el único proceso democrático en Afganistán con mandato de las Naciones Unidas que ofrece legitimidad al gobierno. Las elecciones parlamentarias del 18 de septiembre ampliarán indirectamente la base política en la que Karzai pueda sobrevivir los próximos años.

d) El apoyo de los aliados en la región

Karzai recibirá apoyo de aliados regionales tales como India (debido a su oposición a los talibanes y Pakistán) y también de Irán (por su oposición a los talibanes anti-chiítas y al estado sunita de Pakistán). A pesar de informes sobre el apoyo iraní a una sección de los talibanes, India e Irán tienen intereses coincidentes en la creación de un Afganistán independiente, ellos prefieren a Karzai por el momento, o un líder firme afgano anti-talibán como el ex jefe de inteligencia Amrullah Saleh, sobre la fuerza jihadista sunita sobre el hecho de que los talibanes tomen el poder en Kabul. Empujados hacia la esquina por la administración Obama, Karzai también ha estado cortejando recientemente a Irán.

e) Un factor inesperado

Un factor totalmente inesperado puede ayudar al régimen de Karzai a permanecer en el poder. Por ejemplo, como consecuencia de la retirada de los Estados Unidos, los talibanes surgirán como la fuerza más poderosa en Afganistán y algunos de los grupos militantes entre ellos pueden tratar de marchar hacia Islamabad con el propósito de capturar el poder en Pakistán. Tal posibilidad casi se hizo realidad en el 2009, cuando los talibanes lanzaron la aplicación del Sharia islámico en el distrito Swat de Pakistán y comenzaron a marchar en los distritos vecinos en ruta a Islamabad. Un intento por parte de los talibanes de pasar de Afganistán hacia Pakistán puede obligar a los Estados Unidos a quedarse en Afganistán y apoyar al gobierno de Karzai.

III. La maquinaria Talibán-SII y la amenaza a Karzai

Karzai ha sido presionado por el gobierno de Obama a que involucre a Pakistán con el fin de realizar una rápida solución al problema afgano. Esa presión de los Estados Unidos es un resultado directo de la ofensiva diplomática de las instituciones de Pakistán en convencer a los funcionarios de la administración Obama en aceptar la opinión de que la paz es imposible en Afganistán sin la cooperación de Pakistán. La administración Obama ha absorbido el punto de vista de los Servicios Internos de Inteligencia (SII) sobre Afganistán, especialmente en lo que respecta al papel de India en el país, pero ha ignorado el hecho de que el apoyo del SII a los militantes es la raíz del problema en Afganistán.

Bajo presión de la administración Obama de involucrar a Pakistán, Karzai acordó la participación de Pakistán en Afganistán durante su visita de mayo del 2010 a Washington, DC. Sin embargo, en un debate en Instituto para la Paz en Estados Unidos, Karzai señaló que la mayoría de los líderes talibanes están en el vecino Pakistán. [3] Su punto de vista de que los talibanes están controlados por el SII es conocido internacionalmente. Incluso cuando este está dispuesto a hacer participar a Pakistán bajo presión de los Estados Unidos, el problema que Karzai enfrenta es la política de doble filo del SII, que al mismo tiempo media en las conversaciones con los talibanes, también está alentando a los talibanes a luchar. La influencia de los talibanes es ahora consecuente en todas las provincias de Afganistán.

Karzai siempre ha favorecido la reinserción de los militantes talibanes de bajo rango en la sociedad afgana, en contraposición a la opinión paquistaní de reconciliación con el núcleo de líderes talibanes. Bajo presión estadounidense, Karzai se ha visto obligado a darle un papel importante al SII. La premisa del proceso de reconciliación patrocinado por el SII es que algunos líderes talibanes favorecidos por el SII serán parte de una estructura de poder en Kabul, que sustituirá a Karzai. Mientras el Mulá Omar, el Emir del Emirato Islámico de Afganistán, esté a la vuelta de la esquina y tenga posibilidades de volver al poder, Karzai no será capaz de mantener su mandato por mucho tiempo. La participación del SII con Karzai es transitoria y de naturaleza táctica. Hay que tener en cuenta aquí que es el SII, no el gobierno civil electo en Islamabad, que dicta la política exterior de Pakistán.

IV. El gran impacto de Pakistán

Tan pronto las tropas estadounidenses se marchen, Pakistán tendrá gran impacto sobre Afganistán. Durante la década de 1980, el SII, en colaboración con la CIA, establecieron una fuerte presencia en Afganistán que Pakistán considera como su retaguardia estratégica. Después de la retirada soviética en 1989, varios señores de la guerra afganos y los líderes mujahideen no pudieron formar un gobierno estable en Kabul. A mediados de la década de 1990, el SII apuntaló a los talibanes para restablecer el orden y establecer el control de Pakistán en Afganistán. Incluso ahora, los talibanes están controlados por el SII. La actual política de Pakistán es traer de vuelta a los talibanes y reactivar la política de profundidad estratégica en Afganistán.

Pakistán tuvo que cancelar su reconocimiento diplomático del régimen talibán tras la invasión de Estados Unidos a Afganistán en el 2001. Sin embargo, este mantuvo la esperanza de que los talibanes vuelvan al poder en Kabul. La preocupación de Pakistán ha sido que cuando los Estados Unidos se marchen de Afganistán sin una solución política de su agrado, puede que no sean capaces de asegurar sus intereses allí. Esta se ha preocupado de que un Afganistán independiente planteara la cuestión de demarcación fronteriza entre Pakistán y Afganistán, que Kabul no reconoce. Este está preocupado que Afganistán también planteara el tema del movimiento continuo de los talibanes y militantes de Al-Qaeda a través de la frontera. Sin embargo, la administración Obama ha forzado de manera exitosa a Karzai en involucrar a Pakistán. La política exterior de Pakistán en Afganistán y todos los contratos con Karzai están siendo coordinados exclusivamente a través del poderoso dúo del General Jefe del Ejército de Pakistán Ashfaq Parvez Kayani y el Teniente General Ahmed Shuja Pasha, quien sucedió al General Kayani como jefe del SII. El deseo longevo de Pakistán de ver el regreso de los talibanes en Kabul parece estar cada vez más cerca.

Incluso mientras el presidente afgano está ahora construyendo una relación con el SII, es poco probable que el ejército de Pakistán aceptará un Afganistán independiente y renunciara a la percepción arraigada de Pakistán que considera a un Afganistán con profundidad estratégica, es decir como un estado cliente. En los últimos años, los líderes paquistaníes han tratado de contrarrestar las preocupaciones internacionales por la idea de los militares paquistaníes de profundidad estratégica en Afganistán. Su argumento es que los militares pakistaníes ya no se aferran a esta teoría. Sin embargo, contrario a esta afirmación, Pakistán ha estado aplicando una política de profundidad neo-estratégica, según la cual el SII piensa que Afganistán no debe caer bajo la influencia de India. El SII no aceptará un líder como Karzai a largo plazo, especialmente en vista de su estrecha relación con India y también recientemente con Irán.

Por lo tanto, se espera que la máquina SII-talibanes actuará en contra de Hamid Karzai, tan pronto como los dirigentes afganos pro-Pakistán ganen voz en la estructura del poder en Kabul. Esto dará lugar a la reversión de la actual política táctica del SII de involucrar a Karzai. También creará un reto para la estabilidad del nuevo estado afgano y pondrá la vida de Karzai en un inminente peligro. La política del ejército paquistaní de profundidad neo-estratégica y de éxito en revivir a los talibanes se ha completado. Con los Estados Unidos obligando a Karzai a hacer participar a Pakistán, la ruta de los talibanes patrocinados por el SII en hacerse cargo de Kabul ha sido ahora pavimentada. Mientras los Estados Unidos se marchan de Afganistán, es Pakistán la que tendrá un gran impacto en Kabul.

V. Mientras los Estados Unidos observa a Pakistán, India gira hacia Irán

En los últimos años, India ha surgido como un importante aliado de los Estados Unidos en las relaciones internacionales. Ambos países han compartido objetivos en Afganistán. India ha puesto cientos de millones de dólares en proyectos de reconstrucción en Afganistán. En noviembre del 2009, India reversó su larga política de apoyar a Irán a nivel internacional y votó junto a los Estados Unidos en el Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA) a favor de remitir el programa nuclear de Irán al Consejo de Seguridad de la ONU.

Sin embargo, con la administración Obama apoyada sobre el ejército de Pakistán para lograr la paz en Afganistán, India se siente alienada por los Estados Unidos, en particular con la política de socavar a Karzai. Obligado a colaborar con Pakistán, Karzai también se siente alienado por los Estados Unidos y ha ampliado sus propuestas a Irán. India también ha mostrado su desaprobación a las conversaciones de paz mediadas por el SII entre Karzai y los talibanes. India teme que con la llegada al poder de los talibanes en Kabul, los talibanes paquistaníes también se envalentonaran y plantearan una amenaza regional a India. El gobierno hindú también le preocupa que los Estados Unidos siga adelante con Pakistán pese a las revelaciones públicas de que el SII está apoyando a las organizaciones militantes anti-Estados Unidos, lo que socava la política estadounidense en Afganistán.

Como resultado de la política de la administración Obama de apoyar un papel de Pakistán en Afganistán, India está ahora invirtiendo su postura pro-Estados Unidos sobre cuestiones internacionales. Durante su viaje para asistir a la Cumbre de Seguridad Nuclear celebrada en Washington D.C. en abril, el primer ministro hindú, Manmohan Singh le dijo a Obama que las sanciones de la ONU no son una respuesta a la lucha contra el programa nuclear de Irán. [4] Más tarde, el canciller hindú S. M. Krishna reiteró el desacuerdo de India con la postura de Estados Unidos sobre el programa nuclear de Irán dándole la bienvenida públicamente a una decisión iraní de enviar sus existencias de uranio de bajo enriquecimiento a Turquía. [5]

India ha declarado públicamente que no se alejará de sus compromisos en Afganistán cuando las tropas de Estados Unidos se retiren. India ve ahora a Irán con el fin de forjar una postura común sobre Afganistán. Los líderes hindúes e iraníes han estado viajando con frecuencia entre Teherán y Nueva Delhi. Durante una reunión en la capital de India a principios de agosto, altos oficiales iraníes e hindúes acordaron en principio contrarrestar la amenaza de un resurgimiento de los talibanes en Afganistán. Irán, cortejado por Karzai e India, ha ido ganando influencia en Afganistán.

VI. Las opciones de Estados Unidos

¿Qué opciones tienen los Estados Unidos en Afganistán?

a) Dejar entrar el caos y la toma del poder por los talibanes

El caos emergente en Afganistán resulta del plan de retirada estadounidense. Los Estados Unidos pueden seguir adelante, según la promesa presidencial, de comenzar el retiro de las tropas estadounidenses en Afganistán a partir de julio, 2011. Este objetivo declarado ya ha motivado a las potencias regionales tales como Pakistán, India e Irán a posicionarse a si mismas en darle forma a la estructura de poder que surge en Afganistán. Es importante destacar que los ataques talibanes en Afganistán han aumentado y su influencia en todas las provincias es ahora elevada. Dependiendo del ritmo de la retirada, los talibanes se están preparando para reclamar el poder por primera vez desde que las tropas de los Estados Unidos los desalojaron en el 2001.

Las acciones para lograr la paz con los talibanes es poco probable que rindan su propósito deseado. Cualquier tipo de acuerdo de paz con los talibanes les alentaría aún más mientras los militantes probablemente no acepten la constitución afgana. Un acuerdo de Sharia para la paz alcanzado entre los talibanes y el gobierno secular paquistaní los envalentonó a ellos tanto que los militantes comenzaron a aplicar el Sharia islámico en el distrito paquistaní de Swat a principios del 2009. De hecho, este ha sido el destino de todos los acuerdos de paz alcanzados entre el ejército paquistaní y los talibanes en la región tribal pakistaní en los últimos años. Con o sin un acuerdo con los talibanes, Afganistán se encamina a una vuelta del caos sin que las tropas estadounidenses estén allí.

b) O posponer el retiro u optar por un retiro parcial

Otra opción podría ser la de aplazar la retirada de las tropas estadounidenses y apoyar a las fuerzas afganas en su lucha contra los talibanes. Aunque esta opción crea conflictos con la promesa presidencial de Estados Unidos de iniciar la transferencia de las tropas estadounidenses fuera de Afganistán, en este punto en el tiempo, sólo una retirada simbólica parece realista. Las amenazas emergentes del terrorismo en los Estados Unidos que emanan de los talibanes pueden justificar un retraso en la retirada.

Por otra parte, las tropas estadounidenses no pueden retirarse del país sino acuartelarse en los alrededores de Kabul y otras ciudades importantes, dependiendo de si el gobierno de Karzai puede asumir algunas de las responsabilidades de seguridad. Con la creciente fortaleza de las tropas afganas, será posible para el gobierno de Karzai aferrarse a algunas ciudades. Mientras que la retirada parcial podría preservar el proceso democrático existente, tal medida también podría ser un incentivo continuo a los talibanes para lanzar ataques en Kabul hasta que esta caiga. En la medida en que la fortaleza de las fuerzas de seguridad afganas se refiere, no es suficiente hacerle frente a la maquinaria SII-talibanes. Los talibanes parecen estar en una posición fuerte para reclamar el poder, cuando las tropas estadounidenses se retiren.

c) El despliegue de tropas estadounidenses en la región tribal paquistaní

En vez de retirarse totalmente de vuelta a casa, las tropas estadounidenses podrían ser reubicadas en la región tribal de Pakistán. A diferencia de los ataques teledirigidos por Estados Unidos que han matado a muchos comandantes militantes, las operaciones militares paquistaníes no han logrado asesinar o capturar a los principales líderes militantes de los talibanes paquistaníes o los líderes talibanes afganos que residen en Pakistán. De hecho, algunos comandantes paquistaníes militantes como Maulana Fazlullah han estado combatiendo en Afganistán recientemente.

La decisión de desplegar tropas estadounidenses en la región tribal paquistaní será justificada por una nueva estrategia de los talibanes en combatir contra los Estados Unidos en su suelo. El fallido atentado del 1 de mayo, 2010 a Times Square por Faisal Shahzad y la alerta de vídeo del jefe de los talibanes Hakimullah Mehsud a ataques en América del Norte justificarán el despliegue de las tropas estadounidenses dentro de Pakistán. Tal medida será opuesta ferozmente por el gobierno de Pakistán y podría materializarse sólo en el caso de importantes atentados en suelo estadounidense procedentes de esta región.

Dos elementos son parte vital de todas las tres opciones: la preparación para la continuidad del liderazgo en Afganistán y la creación de un fondo de estabilidad.

En primer lugar, no hay líderes creíbles en la actualidad que pudieran reemplazar a Karzai, pero a largo plazo, el gobierno de Karzai y los Estados Unidos pudieran trabajar en la formación de nuevos dirigentes, en caso de que un atentado contra la vida de Karzai tenga éxito o este se marcha. En las actuales circunstancias, un intento por eliminar a Karzai a corto plazo parece real. Con las conversaciones de paz mediadas por el SII convirtiéndose en realidad, algunos dirigentes afganos ya están sintiendo la llegada de un nuevo régimen en Kabul y están ahora visitando Pakistán para obtener las bendiciones del SII. Los dirigentes afganos – por ejemplo, Ustad Mohammad Mohaqiq del partido Hizb-e-Vehdat y el vicepresidente afgano Karim Khalili recientemente visitaron Pakistán para posicionarse a si mismos como potenciales sucesores de Karzai. [6] Algunos otros aceptables líderes que gozan de respeto entre los afganos podrían ser Ali Ahmad Jalali (el ex ministro del interior), Ashraf Ghani Ahmadzai (el ex ministro de finanzas y candidato presidencial) y Zalmay Khalilzad (ex embajador de Estados Unidos en Kabul). El papel de los Estados Unidos en la preparación de esta posibilidad es vital. Tal logro puede ser garantizado trabajando junto a Karzai, quien no puede postularse para un tercer mandato bajo la constitución afgana.

Segundo, a diferencia de la retirada estadounidense de Afganistán a finales de la Guerra Fría, los Estados Unidos y sus aliados podrían establecer un fondo de estabilidad substancial con miras a sostener las fuerzas de seguridad afganas y las configuraciones locales administrativas. Este paso aumentara poco a poco el poder de las fuerzas de seguridad afganas.

VII. Mirando hacia adelante – ¿Hacia dónde van ahora los talibanes?

En una estructura de poder que surgirá en Kabul mientras las tropas estadounidenses se retiran, un frágil estado afgano encabezado por Karzai será opuesto por un fuerte grupo de oposición encabezado por los talibanes y el líder de Hizb-e-Islami Hekmatyar, quien también goza de un apoyo consistente del SII de Pakistán. Mientras el gobierno de Karzai tratará de llegarle a los militantes, el liderazgo ideológicamente comprometido del movimiento talibán es poco probable que abandone su objetivo de establecer un emirato jihadista en Afganistán. Los esfuerzos de los talibanes para establecer tal emirato en Afganistán se verá reforzado por la retirada de las tropas estadounidenses lo que será visto como una victoria de los jihadistas.

Con la toma de posesión de los talibanes de Afganistán, la experiencia democrática del país durante los últimos años llegará a su fin. El régimen liderado por Karzai será asumido por la maquinaria SII-Talibán, una fuente de peligro para los Estados Unidos y los regímenes árabes. Ya, la política de Pakistán en Afganistán está siendo arbitrada por el jefe del SII. Afganistán volverá a ser un semillero de los talibanes y de Al Qaeda. Los militantes ya están controlando vastas regiones de Afganistán.

Después de la toma del poder por los talibanes, se puede preguntar por lo que va a ser el próximo objetivo de los talibanes. Muchas de las organizaciones militantes que forman parte de la maquinaria Talibán serán controladas por el SII para participar en contra de India. De la experiencia en Pakistán, está claro que algunos de los grupos talibanes están ideológicamente comprometidos y continuarán con la maquinaria de la guerra santa contra Occidente. Muchos de ellos, especialmente las generaciones más jóvenes, están alineados con Al-Qaeda y también están luchando contra el ejército paquistaní y el estado de Pakistán. Las nuevas generaciones de militantes de las organizaciones son devotas a la meta de establecer un califato islámico.

El mejor curso para los Estados Unidos y sus aliados internacionales en Afganistán podría ser la de garantizarle la seguridad a la vida de Karzai, pero al mismo tiempo preparar a los líderes para sucederlo. La decisión de la administración Bush de apoyar al gobierno de Nouri Al-Maliki en Irak no sólo estabilizó a Irak, sino que también aseguró que los jihadistas no ampliaran su alcance hacia los países vecinos. La decisión de la administración Obama de apoyar al gobierno de Karzai en Afganistán también puede salvar a Pakistán a que caiga en manos de los talibanes.

* Tufail Ahmad es Director del Proyecto Mediático Urdu Pashtu en MEMRI; Y. Carmon es Presidente de MEMRI.


[1] Al-Hayat, Londres, 22 de mayo, 2010.

[2] www.timesofindia.com, India, 10 de mayo, 2010.

[3] www.state.gov, Estados Unidos, 13 de mayo, 2010.

[4] www.rediff.com, India, 14 de abril, 2010.

[5] www.timesofindia.com, India, 21 de mayo, 2010.

[6] Roznama Mawa-i-Waqt, Pakistán, 10 de agosto, 2010.