A continuación se presentan extractos de un debate en televisión sobre la pena de muerte en el mundo árabe, con la participación de dos verdugos del estado saudita, un inquisidor egipcio, el encabezado de la Asociación Libanesa para los Derechos Humanos, un representante de Amnistía Internacional y un MP (Miembro del Parlamento) egipcio. El debate fue puesto al aire en Abu Dhabi TV el 28 de enero, 2009.

Para ver este segmento de video en MEMRI TV, visite http://www.memritv.org/clip/en/2052.htm.

Uno de los verdugos en el debate, Abdallah Al-Bishi, fue previamente entrevistado en el canal de la televisión libanesa LBC TV, el 4 de noviembre, 2006. (Para ver este segmento de video en MEMRI TV, visite http://www.memritv.org/clip/en/1322.htm ).

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Verdugo saudita Al-Bishi: «Si permitiera sentir misericordia o compasión por la persona que estoy ejecutando, no morirá con el primer golpe – sufrirá»

Anfitrión de la televisión: «El profesionalismo es la clave del éxito, y en el caso del golpe de una espada, el éxito depende de la concentración. Concéntrense con nosotros en el siguiente informe desde Arabia Saudita».

Verdugo saudita Abdallah Al-Bishi: «Heredé el trabajo de mi difunto padre. Al principio, yo solía acompañarlo. En mi primera misión, yo estaba aterrado. No temía que la ejecución fracasara. No. Estaba preocupado por si fallaba, la gente allí se reiría de mí.

«Cualquier verdugo que quiera trabajar en este campo debe saber como aplicar el conocimiento teórico. Si sabe como estar de pie al lado de la persona que está ejecutando, cómo concentrarse en el golpe y cómo asestarlo, el resto es fácil.

«En el trabajo, si me permitiera sentir misericordia o compasión por la persona que estoy ejecutando, no morirá al primer golpe. Sufrirá. Si el corazón es compasivo, las manos fallan. Puede tomar dos, tres, cuatro o cinco golpes. Dios sabe cuántos. Esta persona a lo mejor ni muere. Si el corazón es compasivo – así es. La mano no puede funcionar propiamente. Tu mano te traiciona.

«Una vez que la misión está hecha, me siento aliviado. Llego a casa relajado. Juego con los niños. Nos divertimos. Almorzamos. A veces salimos. Otras veces, nos quedamos en casa. Todo es normal. No tiene ningún efecto sobre mí».

Hijo de Al-Bishi: «A veces, nosotros [los hijos] nos unimos a él para una ejecución»

Hijo de Abdallah Al-Bishi: «Nos sentamos con él y nos divertimos juntos. A veces, nos reunimos para una ejecución. La primera vez que fui allí, estaba asustado. Cuando el primer tipo fue ejecutado, yo estaba parado algo hacia atrás, pero cuando vi que no era nada, y que no había ninguna razón para temer, me acerqué para observar. No había ningún problema».

Abdallah Al-Bishi: «Una vez llevé conmigo a uno de mis hijos, quien no está aquí ahora. Tuve que cortarle una mano a un ladrón, y lo llevé conmigo. Llevé a Muhammad, quien es menor que Faysal. Después de que regresamos, se fue a la escuela, y todos sus amigos se reunieron alrededor de él. Él les dijo: Vi cómo le cortaron la mano a un ladrón, y así sucesivamente. El director me llamó para agradecerme por explicar esto a mi hijo, quien, a su vez, se lo explicó a los otros estudiantes. De esta manera aprendieron que a un ladrón se le corta la mano.

«En cuanto a las espadas – hay de todos los tipos. Hay espadas ‘Jowhar’ – hindúes y una egipcia. Hay de tipos diferentes. La mejor es la hindú ‘Jowhar’.

«Tengo esta espada ‘Sultán’. Ésta es mi espada favorita, porque es la primera con la cual trabajé, después de mi entrenamiento. Alaben a Dios, esta es la ‘Sultán’. Es una gran espada. También está la hindú ‘Jowhar’. Alaben a Dios. Uno la puede usar 10 veces seguidas, y nada le sucede. Esta es otra espada ‘Jowhar’, pero de menor calidad, pero también es buena».

Verdugo saudita Al-Ghamedi: «Es algo más difícil ejecutar a una mujer que a un hombre»

Verdugo saudita Abdallah Ahmad Bakhit Al-Ghamedi: «Nunca ninguna de estas ejecuciones me ha afectado. Estas no tienen efecto sobre mí cuando estoy en casa, en la calle o con mi familia y amigos».

Abdallah Al-Bishi: «Este trabajo no es sobre la fuerza física. Es más sobre la concentración mental».

Abdallah Ahmad Bakhit Al-Ghamedi: «Tuve que ejecutar a tres mujeres. Las ejecuté a todas tres con una sola espada. Ejecuté a una en Riad y dos en Dammam, y hubo una cuarta, a quién ejecuté golpeándole aquí, en Jedda. Es algo más difícil ejecutar a una mujer que a un hombre. Con un hombre, su cuello está expuesto hasta su pecho.

«Con una mujer, es diferente, porque ella está totalmente cubierta, con un cobertor para la cabeza, túnica y guantes incluidos. Una estrecha apertura se le deja en el cuello. Un experimentado inquisidor entra con la espada a través de esta apertura. Si la espada consigue dar un poco más abajo, está le pega a la túnica, y si consigue dar por encima de esta, golpea su cobertor de la cabeza. Esto puede causarle más dolor. Yo hice esto tres veces, y salio bien, gracias a Dios. No fue tan difícil.

«En esta profesión, nada pasa por casualidad. Nosotros llevamos a cabo los castigos de Alá. Sería difícil de llevar a cabo ejecuciones como estas. Esto requiere concentración y deliberación. Naturalmente, uno tiene que querer hacerlo, y uno debe tener una fuerte fe en Alá». […]

Jefe de la Asociación de Derechos Humanos: «La ejecución es… el fin de una vida que fue dada por Alá»

Jefe de la Asociación Libanesa de Derechos Humanos Nemeh Joumaa: «Una ejecución es el quitarle una vida irrevocablemente a un ser humano. Éste es el fin de una vida que fue dada por Alá, y sólo debería ser quitada por el Creador».

[…]

Lamri Chirouf, Amnistía Internacional: «Según las estadísticas del 2007, los países del Medio Oriente ejecutaron a por lo menos 552 personas. Ese año, el número de ejecuciones a lo largo del mundo fue de 1,200. De las 552 ejecuciones, 523 fueron llevadas a cabo en cuatro países: Irán, Arabia Saudita, Yemen e Irak.

[…]

«Noventa y nueve por ciento de las ejecuciones son por asesinato y ofensas relacionadas a drogas. Aproximadamente el 50% fueron en casos de droga, y 50% en casos de asesinato. El concepto de qisas [ejecución por asesinato] es muy amplio, que les permite a los jueces sentenciar a muerte a gente muy fácilmente. Parece ser que en algunos de estos países, esto está relacionado a las costumbres de venganza por sangre, que no tiene nada que ver con la justicia. Estas costumbres disminuyen el valor de un ser humano que ha errado, sin cavar en detalles en un esfuerzo por demostrar estos crímenes. Por ejemplo, el concepto de matar es incierto. ¿Qué constituye el asesinato intencional? No existe ningún acuerdo general sobre este. ¿Qué constituye el matar en autodefensa? ¿Qué constituye el asesinato premeditado? Todos éstos son considerados simplemente como ‘asesinato'». […]

MP egipcio: «Este método es más humano que la muerte en la horca»

MP egipcio Subhi Saleh: «Necesita convertirse este método de ejecución en más humano? Este método es más humano que la muerte por ahorcamiento. En la horca, un hombre es colgado por una soga, y toma un tiempo para que muera. En algunos casos, pierde el control de sus funciones corporales – su orina y excremento. A mi parecer, ejecutarlos por la espada es igual que ser ejecutado por fusilamiento». […]

Verdugo egipcio Urni: «Escogí esta profesión porque un verdugo ejecuta la palabra de Alá en este mundo»

Verdugo egipcio [«Ashmawi»] Hussein Urni: «Escogí esta profesión porque un verdugo ejecuta la palabra de Alá en este mundo. El verdugo exige retribución del criminal, porque la víctima no puede hacerlo por si mismo. Escogí esta profesión por fe en Alá. Yo creo que seré recompensado en este mundo y en el mundo por venir, porque yo restauro los derechos de los oprimidos.

«La palabra ‘Ashmawi’ se deriva del nombre del primer inquisidor – Ahmad Al-‘Ashmawi. La gente dice ‘Ashmawi’, pero el título oficial es ‘Verdugo del Distrito’ – el verdugo que lleva a cabo la pena de muerte en este distrito.

«Una persona no se convierte en un ‘Ashmawi’ solo así. Necesita observar a la gente que llevan a cabo las ejecuciones, y luego desarrolla una inclinación hacia esta. Necesita querer hacerlo. Nadie puede obligarse a hacer este trabajo. Él necesita querer hacerlo, y luego él los acompaña año tras año, hasta que haya una ejecución, o alguien simplemente se jubile – y así él lo reemplaza. Un verdugo es reemplazado por otro verdugo. Yo reemplacé a uno de mis colegas, y ahora le estoy enseñando a otro colega. Yo lo acompaño ahora como supervisor.

«La primera vez es algo más difícil, la segunda vez se hace algo más fácil, pero desde ahí en adelante, se vuelve como el viento en un molino. No es nada diferente a un camarógrafo. Ése es su trabajo, y le gusta. Como cualquiera que esté intentando ganarse la vida, él va a trabajar, y prepara las cadenas y las sogas.

«Desde 1990, he llevado a cabo personalmente cerca de 850-870 ejecuciones. Nosotros tenemos un cuaderno de anotaciones en donde enumeramos… Tenemos grandes cámaras – lo suficientemente grande para tres, cinco o siete personas. No hay espacio para emociones o sentimientos de injusticia, y así sucesivamente. Yo hago mi trabajo en lo mejor de mis habilidades, y eso es todo. Yo no entro en detalles. Yo ni siquiera conozco la razón de la ejecución. Cuando salgo, me dicen.

«Mi línea de trabajo como verdugo no tiene efecto en mi vida personal. La prueba es que la gente se me acerca en la calle… Usted pudiera pensar que la gente consideraría a un verdugo de ser un gruñón. El trabajo de un hombre es una cosa, y su vida personal es otra. La primera vez que niños vinieron a ver a mis hijos en la escuela… Una vez, vieron mi foto en un periódico, y los niños querían ser amigos de mis hijos, y estaban orgullosos de ellos porque su padre era una celebridad».

Hijo de Urni: «Quiero colgar a gente como lo hace él»

Ahmad, hijo de Hussein Urni: «Quiero ser como mi padre. Sé que él sólo cuelga a gente que ha hecho algo malo. Yo quiero colgar a gente igual a como él lo hace».

Hussein Urni: «Yo espero que alguno de mis hijos seguirán mis pasos».

Ahmad: «En la escuela somos tratados de una manera normal. A veces, mis amigos quieren estar más cerca de mí, porque mi papá es un ‘Ashmawi’. Yo soy el único cuyo papá es verdugo, así que ellos me llaman ‘Ashmawi’. Cuando estoy en problemas, yo normalmente le digo a mi papá. Así es cómo ellos me criaron. Él no me golpea. Yo suelo decirle todo lo que pasa, bueno o malo».

Urni: «Cuando el castigo es ligero, algunas personas se vuelven más criminales»

Hussein Urni: «La noche antes de una ejecución, voy y duermo allí. Me despierto por la mañana, llevo a cabo la ejecución, y me voy a casa, como si nada hubiera pasado, como si apenas regresara de un paseo.

«Cuando regreso, paso tiempo con mis amigos. Bebo té con un amigo, café con otro… Jugamos backgammon… El otro negocio terminó y esta hecho. Ésa es una cosa, y esta es otra.

«Aun cuando la pena de muerte está abolida en todo el mundo, todavía será implementada en Egipto. Ésa es mi opinión. Cuando el castigo es ligero, algunas personas se vuelven más criminales.

«Pueda Alá protegernos de la enfermedad. Eso es todo lo que pido. La protección de Dios es lo más importante. En cuanto a la enfermedad, espero que cuando sea el momento de irse, me iré saludable».