Uno de los acontecimientos mas estremecedores y decepcionantes en décadas recientes ha sido la explosiva aparición de antisemtismo al viejo estilo europeo en el mundo Arabe. Como sobreviviente del holocausto me encuentro particularmente entristecido – realmente enfermo- por este fenómeno, que ocurre durante durante la mitad de un siglo en la que el antisemitismo en Europa ha ido principalmente en decadencia. En verdad, es trágico que el mundo Arabe, que ha rechazado las instituciones europeas de democracia y libertad, importe solo las peores ideas que Europa le ofrece. Escribiendo en 1986, el erudito sobre Medio Oriente Bernard Lewis explicó el antisemitismo Arabe contemporáneo como una reacción al sentimiento de humillación que experimentan los Arabes ante las repetidas derrotas militares que sufren a manos de Israel, golpe que se hace mas doloroso porque son inflingidas por quienes por largo tiempo han creido inferiores – el pueblo Judío – . De acuerdo con Lewis, los Arabes estaban acostumbrados a ver a los Judíos como nada mejor qué una «tolerada minoría …y quienes por aparecer como conquistadores y gobernantes [de acuerdo con el pensamiento Arabe] se han sublevado al orden divino del universo. «[1]
Cualquiera que sea la causa, el cáncer del antisemitismo ha contagiado y se ha extendido al mundo Arabe. Los Judíos, tanto como Israelíes o como simplemente como Judíos, son satanizados diariamente en la prensa Arabe, medios electrónicos, libros de texto, a menudo con desagradables ilustraciones y caricaturas «políticas» comparables con lo peor de Die Sturmer, de Julius Streicher. En verdad, la fantasía y el pensamiento conspirador al estilo Nazi abundan en el mundo Arabe, y todos los males del mundo le son atribuidos a «los Judíos». Como lo hace notar un reciente artículo en el New York Times, «Hospedate en un hotel de cinco estrellas en cualquier parte, desde Jordania hasta Iran y puedes comprar la infame falsificación de «Los Protocolos de los Sabios de Zion» (Protocols of the Elders of Zion). Toma un periódico en cualquier parte del mundo Arabe y por lo general verás una swastika sobrepuesta en la bandera Israelí»[2]
Este problema cada vez peor, acarrea terribles complicaciones al conflicto Arabe-Israelí, añadiendo una dimensión racista y bélico-religiosa a los problemas de dificultad política ya de por sí excesivos. Más aún, en un giro obscenamente extravagante, el Medio Oriente puede estar exportando ahora el antisemitismo a Europa, de donde originalmente se importó. Desde que comenzó la última fase de violencia Arabe en contra de Israel en Septiembre del 2000, ha habido cientos de incidentes antisemíticos reportados en Europa, particularmente en Francia.
Uno de los mas horribles ejemplos de antisemitismo Arabe, vino en el despertar del 11 de Septiembre, con los ataques a los Estados Unidos, como se detalla en esta importante publicación. La reacción de los medios Arabes al horror del 11 de Septiembre, reflejó todos los elementos de difamación al estilo Nazi – particularmente, conspiración Judía.
Aquí podemos leer las ahora famosas afirmaciones de que Mossad organizó los ataques del 11 de Septiembre; que 4,000 empleados Judíos, previamente advertidos, evitaron trabajar en el World Trade Center ese día, y que Judíos explotaron su conocimiento de que la tragedia iba a ocurrir, para obtener ganancias en la bolsa de valores. Observamos el estremecedor sentimiento de inferioridad cultural -autocomplaciente- pero de ninguna manera real de comentaristas Arabes quienes «prueban» la complicidad Judía en los crímenes del 11 de Septiembre, puntualizando que «solo los Judíos tienen la capacidad de haber planeado un incidente así, porque fué planeado con gran precision, de la que no son capaces ni Osama bin Laden ni cualquier otra organización Islámica o aparato de inteligencia». Y nos enteramos del espeluznante, castigo tipo Nazi que un clérigo Egipcio desea para los Judíos de América.
Pero la totalidad de lo que se presenta en las páginas siguientes refleja también una triste realidad: la inhabilidad del mundo Arabe, primero, para aceptar el hecho de que fueron los Arabes quienes planearon y llevaron a cabo los actos diabólicos y, segundo, para reflexionar productivamente sobre el cómo y el por qué de lo que sucedió. Tal es la clásica utilidad que el antisemita encuentra en su antisemitismo: acusar a los Judíos de los problemas de su propia creación.
Estoy lleno de admiración por el trabajo que MEMRI ha realizado en la compilación de este libro y, mas aún por su dedicada exposición del antisemitismo Arabe. Hasta que MEMRI encaminó sus esfuerzos a revisar y traducir artículos de la prensa Arabe, existía solo una conciencia vaga en cuanto a este problema en los Estados Unidos. Gracias a MEMRI, este desagradable fenómeno ha sido desenmascarado y numerosos escritores Norteamericanos le han prestado su atención…
Por citar un ejemplo interesante: Una reciente serie de artículos publicados en un periódico Saudita se referían a la antigua difamación «de los sacrificios sanguíneos» en contra de los Judíos, afirmando que los Judíos utilizan sangre humana (no Judía, por supuesto) para preparar pastelillos para sus festividades religiosas. MEMRI tradujo y diseminó la serie de artículos que provocó una extendida reacción, incluyendo un editorial de La Voz de América (Voice of America), condenado el incitamiento antisemita de parte de los Arabes. El resultado sorpresivo? El editor del diario, fué avergonzado por haber sido expuesto y se sintió obligado a reconocer publicamente que las acusaciones formuladas en los artículos «no tenían bases históricas o científicas reales» -una inusual victoria de la verdad sobre el mundo Arabe. Uno solamente puede esperar que publicitando y avergonzando a los medios Arabes, sobre sus provocaciones prejuiciosas, se obtendrá un efecto saludable mas a menudo.
«Felicito a MEMRI por ser los pioneros en traer el antisemitismo Arabe a la luz pública, y los felicito por este excelente libro. Para los laicos, diplomáticos y eruditos del Medio Oriente y la resolución del conflicto, este libro resalta como pocos otros uno de los fenómenos mas problemáticos de nuestro tiempo: cómo el antisemitismo ha impregnado la cultura Arabe.
– Por el H. Tom Lantos,
Demócrata, Comité de Relaciones Internacionales,
Casa de Representantes,
Mayo 1, 2002
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[1] Lewis, Bernard, Semites and Anti-Semites: An Inquiry into Conflict and Prejudice (W.W. Norton & Company, New York/London, 1986), pp. 239-240.
[2] The New York Times, Abril 27, 2002, «El Antisemitismo Se Intensifica Entre los Musulmanes: Malévolas Imágenes de Judíos Forman Ahora Parte de la Cultura Islámica Popular» (by Susan Sachs), pp. A19, A21.