El 15 de febrero, 2016 el ex primer ministro de Israel Ehud Olmert comenzó a cumplir una pena en prisión de 19 meses, tras su condena en un escándalo de soborno que tuvo lugar cuando fue alcalde de Jerusalén. Ante su encarcelamiento, la prensa árabe destacó artículos alabando la democracia israelí y condenando a los regímenes árabes corruptos y tiránicos que dijeron, malversan los fondos de sus propios países y oprimen a sus propios ciudadanos sin que los hechos salgan a relucir.
En el diario de Londres Al-Hayat, el escritor sirio palestino Majed Kayali colocó en lista a varios altos funcionarios israelíes que habían sido enviados a la cárcel, o fueron removidos, o investigados en conexión con diversos delitos y pidió a los árabes dejar de negar que Israel fue una auténtico estado democrático. Esta democracia dijo, la fortalece y asegura su continua supremacía sobre los árabes cuyos regímenes son corruptos y tiránicos. Sin embargo, también señaló que esto no contradice el hecho de que Israel es un estado ilegítimo, imperialista y que su democracia es exclusivamente para los judíos.
Hassan Ahmad Al-Shubaki, director de Al-Jazeera en Jordania, escribió en el diario jordano Al-Ghad que la noticia del encarcelamiento de Olmert avergüenza a los árabes, ante la corrupción que está plagando sobre sus propios regímenes y entre sus propias élites y ante las ostensibles discusiones en los países árabes sobre integridad. También dio a entender que deberían seguir el ejemplo de Israel.
A continuación se presentan extractos de ambos artículos:
Imagen: Ehud Olmert (Imagen: bbc.com)
Majed Kayali: Debemos reconocer la ventaja democrática de Israel
Majed Kayali escribió: «La corte israelí ha condenado al ex primer ministro de Israel (2006-2009) y ex jefe del Partido Kadima Ehud Olmert, a 18 meses de cárcel, tras ser declarado culpable de aceptar sobornos de hasta NIS 60.000 ($14.000) como parte de un trato en bienes y raíces que se llevó a cabo durante su mandato como alcalde de Jerusalén (1993-2003) Olmert se colocó frente a [la cámara] y simplemente dijo ‘Acepto este veredicto con un gran peso en el corazón, nadie está por encima de la ley’.
«Antes de Olmert, los tribunales israelíes condenaron al ex presidente israelí Moshe Katsav (2000-2007) a siete años de prisión por violación y acoso sexual y dictaron sentencias de prisión a un número de ministros, líderes de partidos y parlamentarios, o les hicieron renunciar de sus cargos públicos por corrupción financiera o acoso sexual. Estos incluyen a: Yizhak Mordejai, Aryeh Deri, Haim Ramon, y Silvan Shalom. Incluso Ehud Barak fue investigado por irregularidades financieras, al igual que lo fue Benjamín Netanyahu y su esposa, quienes fueron investigados bajo la sospecha de inflar gastos en la residencia del primer ministro y aceptar regalos, mientras estuvo en el cargo.
«El problema es que algunos de nosotros [árabes] pensamos que esto es extraño, en lugar de pensar profundamente sobre este país [Israel] y comparar su sistema de gobierno a los de nuestros países. Además, la oposición de algunos a Israel les lleva a negar las ventajas que este posee… como si el enemigo no fuese realmente un enemigo a menos que esté basado en todas las formas imaginables. [El hecho es] que Israel, nos guste o no… se comporta como un estado en todos los sentidos de la palabra – lo que significa que no es propiedad privada de nadie, familia, grupo o secta, incluso si lo consideramos ilegítima y criminal.
«Lo más importante es que este país está dirigido de una forma democrática moderna, como un estado con instituciones, leyes y una constitución, de acuerdo al método democrático liberal basado en la separación de poderes y la transición de gobiernos y en el que los ciudadanos son libres e iguales. Esto, de hecho, es lo que lo diferencia de nuestros regímenes y asegura su continuidad, desarrollo, estabilidad y supremacía. Lo que esto significa es que esta [supremacía israelí] se basa en algo más que su poder militar y su alianza con Occidente. Esto, a pesar de todas las críticas que tenemos respecto al significado de libertad e igualdad en una nación imperialista que reivindica los asentamientos, mezcla la religión y el nacionalismo y toma muchas de sus leyes e ideologías de los rituales judíos…
«Es precisamente este aspecto – el de un estado de instituciones, leyes y [derechos] de los ciudadanos – del que carecen nuestras naciones y que los regímenes tiránicos nos han asegurado a nosotros que se nos niega, con el pretexto de confrontar a Israel sobre la realidad de la ausencia de un estado [palestino]… En Israel, que posee separación de poderes, un presidente, un primer ministro, ministros, parlamentarios y funcionarios son procesados por escándalos sexuales o de corrupción – incluso escándalos que involucran solo unos cuantos miles de dólares – mientras que nosotros no tenemos ni siquiera los derechos y libertades más básicas y aceptamos regímenes que exportan [nuestros] recursos, despilfarran nuestros ingresos, asesinan masivamente a [sus ciudadanos] e incluso traen ejércitos y milicias extranjeras para asesinar, expulsar y sitiar a sus propios pueblos.
«Algunos pueden no gustarles estas palabras, porque no están de acuerdo con sus propias opiniones o con la imagen que desean para Israel – es decir, una imagen basada en la negación, en inculcar la ignorancia respecto a las fuentes de poderío de Israel y en atribuir su fuerza a [elementos] foráneos, con el fin de encubrir la impotencia de nuestros propios regímenes… Debemos conocer a Israel y sus fuentes internas de fuerza si queremos hacerle frente a nuestra situación y a nuestras diversas luchas con ella. La ignorancia sobre Israel y el negar la fuente de su superioridad en el ámbito económico, ciencia, tecnología, administración, las libertades, la educación superior y los gastos en investigación, sólo servirá para aumentar nuestra frustración y atraso e infligir repetidas derrotas sobre nosotros…
«Sin embargo, se podría mencionar aquí, por enésima vez, que nuestra manera de percibir a Israel como un estado democrático [no quiere decir que no nos damos cuenta de que] sólo es democrática para sus ciudadanos judíos, no para los palestinos – ya sean ciudadanos (en los territorios de 1948) o en los territorios ocupados y la Franja de Gaza. Además, argumentar que es democrática solo para los judíos no la exonera, porque en realidad es una nación imperialista, racista, religiosa, e ilegítima que controla a los palestinos por la fuerza de las armas…
«Otra cosa que se debe realizar bajo este contexto, ante la situación actual en nuestro mundo árabe, es que Israel utiliza el poder de su sociedad y de su democracia para bloquear la intervención extranjera y los dictados extranjeros, incluyendo aquellos relativos al arreglo [israelí-palestino]. Por otro lado, nuestros regímenes hacen todo lo posible para debilitar a nuestras sociedades, revocar sus libertades y mostrar debilidad, fragilidad y obediencia a los dictámenes extranjeros, sin [incluso] recibir nada a cambio. Esta diferencia es vital y altamente significativa».[1]
Hassan Ahmad Al-Shubaki: Nunca ha sucedido aquí nada como el tema de Olmert
Hassan Ahmad Al-Shubaki escribió en Al-Ghad: «La noticia sin precedentes del encarcelamiento la semana pasada de un ex primer ministro israelí pasó sin que hubiese [algún] comentario árabe, porque los árabes no están acostumbrados a este tipo de noticias. En su opinión, una figura de alto nivel es inmune a cualquier demanda de rendición de cuentas. Olmert no escapó [al juicio] por sus errores, sino que fue enviado a la prisión de Ramla por 19 meses luego de que fue juzgado por aceptar un soborno cuando fue alcalde de Jerusalén y por sobornar a un testigo.
«Esta noticia y sus circunstancias nos vergüenza a nosotros los [árabes], ante nuestras mentiras sobre integridad [en nuestras filas] – porque existen seis países árabes en la lista de los países más corruptos del mundo y en ellos las responsabilidades nunca le son exigidas [a nadie]… [Nuestros] países se convierten en granjas; sus residentes son mano de obra barata y todos los cultivos van a parar a los propietarios de la granja. Esto es muy feo y criminal, pero es común en la mayoría de los países árabes…
«El discurso sobre integridad en los diarios árabes, pantallas de televisión, palacios de justicia y parlamentos, no solo arroja más polvo a los ojos, ya que a pesar de los crímenes cometidos a diario en contra de nuestro pueblo, nunca hemos tenido un caso como el de Olmert. El engaño de que ocasionalmente envíanos a un puñado de funcionarios a prisión, en varios países árabes, está conectado en su mayor parte al asentamiento de una puntuación en una disputa sobre la [propiedad de la] ‘granja’ y no tiene nada que ver con el estado de derecho, integridad o cualquier otra cosa – la cual es ajena a los árabes.
«Lo único que realmente está profundamente arraigado en la mayoría de los países árabes es la corrupción. Eventos y crisis son sinuosamente fabricados con el fin de permitir que continúe la corrupción y los recursos de los países son vendidos al mejor postor al servicio de esta corrupción…
«La lección más importante que aprender del tema Olmert y del que nos avergüenza a todos nosotros y a la élite árabe corrupta, es lo que dijo después de que el veredicto fue dictaminado: Nadie está por encima de la ley!».[2]
[1] Al-Hayat (Londres), 19 de Febrero, 2016.
[2] Al-Ghad (Jordania), 20 de febrero, 2016.