A seis meses después del inicio de la guerra y Ucrania celebrando su día de independencia, el comentarista principal del diario Kommersant Dmitry Drize, enumera las desventajas ocasionadas por la guerra: la guerra ha alienado totalmente a los ucranianos de Rusia, los rusos están siendo excluidos de Europa y una OTAN ampliada se encuentra experimentando un renacimiento. El colega de Drize, Maxim Yusin conecta los eventos en Ucrania al colapso del régimen apoyado por Estados Unidos en Afganistán hace un año. El fiasco de Afganistán dejó totalmente desacreditados a los líderes estadounidenses y a sus agencias de inteligencia. Ucrania permitió que Estados Unidos disipase la desgracia de este ocurrida en Afganistán y los aliados que expresaron sus dudas y escepticismo sobre el liderazgo de Estados Unidos se están alineando tras de ello.
Siendo esta la Rusia de hoy día, ambos escritores suavizan sus golpes y cubren sus apuestas. Drize apunta a la crisis energética en Europa occidental, mientras que Yusin reitera el argumento de muchos comentaristas rusos de que Zelensky pudiera convertirse muy bien en el próximo Ghani una vez que los estadounidenses se hayan cansado de él.
Las dos columnas pueden leerse a continuación:
Dmitry Drize señala el lado negativo de la guerra para Rusia:
«El Día de Independencia de Ucrania y los 6 meses de una operación militar especial (de ahora en adelante – indicada como SVO) son ??el momento de realizar un balance. Es imposible dibujar una imagen completa de los eventos que se desarrollan allí, pero hay una serie de aspectos que me gustaría señalar su atención.
«De acuerdo a los últimos datos encuestados del grupo de calificación ucraniano, en este momento, el 81% de los ciudadanos del país tienen una actitud negativa hacia los rusos (en abril, este indicador era del 69% y un año antes del 41%), con 14% de los encuestados expresando sentimientos neutrales y solo el 3% con respondiendo positivamente. Se pudiera argumentar que sus datos están parcializados, pero desafortunadamente no existen otros datos. En realidad, algo me dice que estas cifras pueden reflejar con precisión los sentimientos existentes en la república vecina.
«Una palabra o dos sobre la situación internacional. Una nueva ola de descomunización está ocurriendo en los estados bálticos: Los monumentos militares soviéticos están siendo desmantelados. La población protesta, pero es muy difícil llamarlo mítines masivos. En Europa, existen activas discusiones continuas sobre si prohibir, restringir o discriminar de otra manera la entrada de nuestros compatriotas al Viejo Mundo, a pesar de que en las realidades actuales e incluso con una visa Schengen no es nada fácil llegar hasta allí.
«Suecia y Finlandia ya están prácticamente en la OTAN. Y en general, la Alianza del Atlántico Norte está experimentando un renacimiento, un segundo nacimiento. Estados Unidos está redistribuyendo fuerzas adicionales en Europa; los ejércitos de los aliados están siendo equipados con armas modernas. La declaración del presidente Sauli Niinisto nos dice: ‘En las circunstancias actuales, queda muy poco de la antigua relación de Finlandia con Rusia’.
«Y aquí están las últimas noticias: ha aparecido un destino prometedor para los viajeros rusos: Etiopía.
«Sin embargo, uno tenía que ser objetivo. El Occidente democrático está recortando el tiempo que pasa en la ducha y apaga el aire acondicionado… Da miedo pensar lo que sucederá en invierno». La conclusión general fue expresada por el presidente francés Emmanuel Macron, ‘el «período de abundancia» está llegando a su fin, estamos experimentando grandes trastornos’. Así que, cualquier pronóstico sobre lo que sigue es algo inútil, pero existen hechos.
«El presidente ucraniano Volodymyr Zelensky anunció que su objetivo es la victoria y que las conversaciones con Rusia, al menos por ahora, son imposibles. Estados Unidos le entregó a Ucrania una subvención no-reembolsable por valor de 3 mil millones de dólares para el Día de la Independencia. Y, quizás lo más desagradable y emocionante es la perspectiva de un apocalipsis nuclear. Esto ya no es broma o fantasía.
«Se nos viene encima una nueva realidad y es difícil discutir con ello. El principal problema es la falta de certeza. No existen soluciones perfectas y los riesgos son cada vez mayores. Respecto a los sentimientos de los ciudadanos rusos comunes, la tendencia principal es clara sin lugar a ningún sondeo: es mejor quedarse quieto y esperar lo que está ocurriendo en estos momentos. La pregunta es, «¿qué tan bien cumplen estos sentimientos con las metas y objetivos del curso que está tomando el país para realizar un desarrollo sostenible? Lo dejaré sin respuesta».[1]
Maxim Yusin afirma que Ucrania ayudó a Estados Unidos y sus aliados a olvidarse de la debacle de Afganistán que ocurrió hace apenas un año:
«Hace exactamente un año, Estados Unidos experimentó un evento que muchos percibieron como una catástrofe geopolítica. Las fuerzas talibanes entraron en Kabul y el régimen del presidente Ashraf Ghani, en el que los estadounidenses confiaban, colapsó como un castillo de naipes. El ejército afgano (junto a cientos de miles de millones de dólares gastados en equipos y armamento) se rindió casi sin resistencia y Washington tuvo que llevar a cabo negociaciones humillantes con los nuevos amos de Afganistán para permitir que los restos del contingente de la milicia occidental se marchara de la capital sin ningún tipo de trabas.
“La saga afgana se convirtió en un verdadero fiasco para la imagen de los Estados Unidos en el extranjero. El presidente Joe Biden no se presentó de manera muy favorable al tomar la decisión nada obvia de retirar sus tropas y, por lo tanto, abandonó a sus aliados a merced de su destino.
«Pero las agencias de inteligencia y los analistas militares que predijeron que el presidente Ghani permanecería en el poder mucho después de la retirada de Estados Unidos y que el ejército afgano, equipado y entrenado por los estadounidenses, sería capaz de combatir con éxito a los talibanes durante muchos meses, desacreditaron aún más a estos mismos.
“La realidad superó las predicciones más pesimistas. El régimen colapsó y el ejército se dispersó incluso antes de que las tropas estadounidenses lograran salir del país, lo cual fue una verdadera conmoción y sembró serias dudas en el corazón y la mente de los aliados de Estados Unidos en todo el mundo. Sin embargo, más tarde sucedió algo paradójico: los acontecimientos en Ucrania obligaron a Estados Unidos a olvidar el fiasco afgano y disiparon la desgracia ocurrida en Kabul.
«Los servicios especiales, que quedaron desacreditados en Afganistán, fueron totalmente rehabilitados esta vez.
“Son precisamente las predicciones del servicio de inteligencia estadounidense sobre el cómo y bajo qué escenario se desarrollarían las hostilidades que resultaron ser más cercanas a la realidad. Y ante los ojos de los aliados de Estados Unidos, su postura, socavada tras lo ocurrido en Afganistán, ahora se ha reforzado. Una nueva coalición rusa se alinea alrededor de Washington, su liderazgo no es discutido ni siquiera por aquellos, que hasta hace poco se permitían dudas y escepticismo. Y aún así, el precedente afgano fue demasiado grave y doloroso como para ser olvidado tan fácilmente.
«Los informes en los medios de comunicación sobre la acumulación de insatisfacción en los Estados Unidos con el equipo del presidente ucraniano Volodymyr Zelensky, de que los congresistas están molestos por la corrupción que se sucede en Ucrania y por ajustar cuentas con los opositores políticos y que la ayuda militar no siempre es utilizada de manera efectiva, debe estar causando muy malas asociaciones en Kiev.
“Precisamente de la misma manera, la insatisfacción con el presidente afgano Ghani se estaba acumulando en Washington de manera gradual pero constante y luego, un día, este fue ‘despedido’. Esta situación, por desgracia, sucede periódicamente en las relaciones de Estados Unidos con sus aliados y clientes».[2]
[1] Kommersant.ru, 24 de agosto, 2022.
[2] Kommersant.ru, 16 de agosto, 2022.
