El 7 de octubre del 2012, el diario londinense Al-Sharq Al-Awsat publicó un artículo detallando el ataque del 11 de septiembre, 2012 ala Embajada de los Estados Unidos en Benghazi resultando en la muerte de cuatro diplomáticos, entre ellos el Embajador Christopher Stevens. El informe se basa en testimonios de varios guardias libios asignados a la protección del consulado ese día, particularmente el testimonio de ‘Ali, uno de los cuatro guardias libios asignados dentro de este.

Según el artículo, ‘Ali era parte de una Unidad de Protección Especial, integrada por miembros de la Brigada 17 de Febrero, una milicia libia creada a raíz de la revolución libia. Para marzo del 2012, la Embajada estadounidense había contratado a miembros de la Unidad Especial Protectiva con el fin de resguardar su recinto. ‘Ali y otros miembros de su equipo describen su entrenamiento como mayormente «teórico» en el interior de la embajada con el fin de prepararse para sus funciones. También describen la escasa cooperación por la embajada cuando, tras el ataque de junio, 2012 a esta, pidieron mejoras para las armas y herramientas de seguridad a su disposición. ‘Ali dijo que durante el ataque, 50 hombres, que dijo parecían estar dirigidos por un grupo de cuatro enmascarados, su equipo pidió refuerzos, en árabe e inglés quedando sin respuesta, tanto por los norteamericanos dentro de la embajada y por las Brigadas 17 de Febrero a menos de dos kilómetros de distancia de la embajada.

Lo siguiente son extractos del artículo de Al-Sharq Al-Awsat:

Guardia libio: «Todos los domingos… recibimos prácticas ocasionales, que no incluyen el disparar [armas de fuego]… no es un entrenamiento práctico…’

‘Ali, de 33 años, fue miembro de varias unidades de protección especial, que constan de cinco a siete hombres quienes recibieron entrenamiento «ligero» y «teórico» dentro de la embajada. ‘Ali y los otros tres miembros de su equipo, «Omar, Naji, y ‘Abd Al-Aziz, fueron asignados para protegerla el día del ataque.

Uno de los guardias describió una de tales sesiones «teóricas» de entrenamiento: «Todos los domingos… recibimos de vez en cuando lecciones prácticas, que no incluyen el disparar [armas de fuego]… No era un entrenamiento práctico…»

Además de la falta de formación práctica, los guardias se quejaron de la escasa cooperación y falta de respuesta por parte de la embajada. Tras el ataque de junio, 2012 a esta, pidieron mejoras a sus armas y a las herramientas de seguridad a su disposición, sin embargo, de acuerdo a uno de los guardias, «no nos proporcionaron armas de fuego… o las armas que solicitamos, ni tampoco cascos» luego que balas provenientes de una boda cercana cayeron dentro del recinto de esta.

Otro guardia dijo que en la mañana del ataque, el consulado había pedido a la unidad de seguridad libia asignada aumentar el número de sus vehículos de seguridad fuera del recinto a 10, y enviar 25 guardias adicionales – pero que por alguna razón desconocida, este después canceló la solicitud.

‘Ali también dijo que una hora y media antes del ataque recibió una llamada de uno de sus amigos advirtiéndole «sin datos [específicos]» acerca de posibles manifestaciones y disturbios en las zonas cercanas. Este decidió no reportar la llamada al equipo de seguridad, sino que se encargó de investigar personalmente el asunto.

El ataque a la embajada se produce en cuestión de minutos, el vehículo de la policía fuera de esta «huyó de la escena», no hubo respuesta a la llamada pidiendo refuerzos a la guardia de seguridad libia

‘Ali, quien fue asignado al portón principal del consulado (referido como, «Charlie 1»), fue sorprendido por el ataque, que según dijo «pareció salir de la nada». Dijo que notó por primera vez que el auto de la policía frente al consulado junto a una barrera adicional de seguridad ofrecida por el gobierno de Libia – «se desvaneció rápidamente, huyendo del lugar» Luego vio a unos 50 hombres, en su mayoría desarmados, acercándose a la embajada a pie por el camino de tierra que conduce hasta esta, liderados por ocho hombres enmascarados, dos de los cuales portaban RPGs. Otro guardia dijo que la multitud parecía insegura en cuanto a la disposición exacta del consulado, ya que buscaban diversos accesos para «Charlie 1». Poco después, uno de los atacantes disparó tres rondas al portón principal, mientras que otros tomaron por asalto la pared del consulado.

‘Ali dijo que al principio no estaba seguro que los atacantes apuntaban el consulado, pero que en todo caso se cubrió y comenzó a disparar desde lo alto de la pared para que no entraran en al recinto. El resto de su equipo pidió refuerzos, en árabe e inglés, pero sus llamadas no fueron respondidas ni por los norteamericanos dentro de la embajada ni por las Brigadas 17 de Febrero estando estos a corta distancia del recinto. El miembro del equipo ‘Abd Al-Aziz fue herido en el tiroteo, pero pudo escapar hacia un lugar seguro.

Sólo un Marine aparece durante el ataque, en un intento por salvar su vida – Ali gritó: ‘Soy [miembro] de las Brigadas 17 de Febrero’

‘Ali dijo que cuando él y su equipo escucharon las múltiples explosiones en el interior del recinto, asumieron que otros miembros de las Brigadas 17 de Febrero y los cinco Marines dentro de la embajada vendrían en su ayuda, pero sólo un Marine se apostó. Un guardia estadounidense, sin armas, quien dijo estar confundido por lo que estaba ocurriendo, salió de una de las habitaciones detrás de la piscina, ‘Ali dijo que gritó para que buscara armas en una habitación diferente. Pero – que no sabía lo que le sucedió al guardia norteamericano después de eso, ni a los otros guardias estadounidenses dentro de la embajada.

Al darse cuenta de que estaba solo y podría ser asesinado, ‘Ali dijo que le gritó a sus atacantes: ‘Soy [miembro] de las Brigadas 17 de Febrero. No ataquen… no disparen’, y les dijo que sólo fue asignado para trabajar fuera de la embajada y que estaba bebiendo té en la puerta principal.

‘Ali describe a los supuestos líderes del ataque

Según el testimonio obtenido por el diario, la gran mayoría de los atacantes eran libios de Bengasi, y algunos de ellos andaban enmascarados. Sin embargo, tanto ‘Ali y Abd Al-Aziz, dijeron que pensaban que sólo cuatro de los atacantes, al parecer todos enmascarados, eran los líderes del grupo, porque, según dijeron, todos los demás parecían escucharles y seguían sus órdenes. Ambos dijeron también que a pesar de que el grupo estaba integrado por individuos «mixtos», todos ellos aparentemente «se conocían entre sí».

‘Ali también dijo que uno de los cuatro líderes vestía al estilo pakistaní, y portaba una pistola dorada. Otro, a quien describió como alguien «de baja estatura, gordo e irritable» de 1.60 de estatura», con una barba visible bajo la máscara portando un AK-47, le preguntó el lugar dónde estaban los norteamericanos en el interior del consulado. Un tercer hombre, dijo ‘Ali, de 1.65 de estatura, vestía una túnica larga.