Para conmemorar el 30 aniversario de los Acuerdos de Paz de Camp David, el semanario egipcio Roz Al-Yousuf publicó un suplemento especial sobre los aspectos políticos, económicos y culturales de la normalización de relaciones con Israel.
A continuación se presenta un resumen de los artículos y entrevistas en el suplemento: [1]
Normalización de relaciones – delito o complejo?
El editorial en el suplemento declara: «Aunque mucha agua ha corrido bajo el puente de las relaciones egipcio-israelíes desde la firma de los Acuerdos de Camp David, todavía no hemos desarrollado una postura clara sobre la normalización de relaciones [con Israel]. Este asunto ha sido manipulado con fines políticos a tal punto que ha perdido su significado y, posiblemente su valor, de modo que ya no podemos decir si la normalización de relaciones con Israel es un crimen o un complejo…
«Sigue siendo el rechazar la normalización de relaciones un arma útil, que debería usarse… para hacer que a Israel haga concesiones genuinas, o es un arma que ha perdido toda su eficacia?…
«Tomado literalmente, la normalización no existe, sino que está encarnada en los Acuerdos de Paz de [Camp David], en el acuerdo ZIC, [2] en la exportación de gas [natural] a Israel y en decenas de egipcios que mantienen relaciones con Israel o incluso están casados con israelíes. Sin embargo, en lo que respecta al público y el [clima] ideológico, el pueblo egipcio no ha superado la barrera psicológica de establecer relaciones con un país que sigue ocupando algunas tierras árabes y todavía sigue considerando a Israel como un enemigo en el entremedio de los [árabes]…»
Sí a la paz, no a la normalización de relaciones
El editor de Roz Al-Yousuf Karam Gaber declara que la publicación del suplemento fue motivado por varios acontecimientos recientes pertinentes a las relaciones egipcio-israelíes, incluyendo la controversia sobre la traducción de libros de autores israelíes al árabe, [3], la conmoción por dejar que el director de orquesta judío Daniel Barenboim actuará en el Teatro de la Ópera del Cairo, un fallo de Tribunal Administrativo Egipcio de revocar la ciudadanía egipcia a los egipcios casados con mujeres israelíes, [4] y otros – temas que han generado controversia entre dos bandos opuestos en la sociedad egipcia.
Gaber, escribe: «Aunque la mayoría de los egipcios quiere la paz y no están en la búsqueda de un sustituto de esta, ellos sin embargo se oponen a la normalización de relaciones… En cambio, los países árabes proponen a Israel una iniciativa de paz que incluye la normalización de relaciones. Tal paz, así como también la plena normalización, parecen inverosímiles, pero eso no exime la necesidad para el público egipcio y para el pueblo árabe en general, de consolidar una postura sobre esta cuestión.
«Han pasado 32 años desde la visita del [presidente egipcio Anwar] Sadat a Jerusalén, y 30 años desde la firma de los Acuerdos de Paz de [Camp David] – Sin embargo, el problema [de la normalización] todavía está en el aire… Discutir el asunto es imperativo, ya que abrir una puerta para tal debate no equivale a llamar a la normalización de relaciones. Este es un llamado a desembarazarnos nosotros [mismos] del estado esquizofrénico en el que la sociedad [egipcia] se ha revolcado estas últimas tres décadas».
Un nuevo debate sobre la visita de ‘Ali Salem a Jerusalén
Una parte sustancial del suplemento está dedicado al intelectual egipcio, periodista, escritor y dramaturgo Ali-Salem, conocido como «el más famoso entre los chamuscados por las llamas de la normalización». [5] En una entrevista, Salem habla de nuevo de su viaje a Israel hace 15 años, de su apoyo a la normalización de relaciones y la paz con Israel y del alto precio que ha pagado por sus opiniones. Salem – quien todavía es boicoteado por los medios de comunicación egipcios y teatros – dice que no se arrepiente, ya que «no deberían existir excusas para una buena obra».
El suplemento reconsidera el caso de Salem, con prominentes intelectuales egipcios comentando sobre la normalización de relaciones y el debate de si ‘Ali Salem se había convertido en un chivo expiatorio o fue condenado al ostracismo por una buena razón. El filósofo egipcio e investigador Dr. Yusuf Zeidan, director del Centro para los Manuscritos Árabes en la Biblioteca de Alejandría, afirma que la reacción de la visita de Salem a Israel era demasiado extrema y agresiva. Él informa que a Salem no se le dio la oportunidad de defender su posición en la reunión que precedió a su expulsión de la Asociación de Escritores de Egipto. Si bien llamaron la excursión de Salem», «una aventura injustificable», Zeidan dice que la reacción de los intelectuales egipcios a esta fue irracional, y que deberían haber encontrado una solución mejor que expulsarlo de la asociación de escritores.
El escritor egipcio Muhammad Abd Al-Mun’im sostiene que los principales perdedores en este episodio fueron los detractores de Salem, quienes revelaron su verdadero rostro al rechazar la libertad y la democracia. Es inconcebible, dice, que las asociaciones profesionales deban imponer su voluntad a sus miembros y les priven de la libertad. Al-Mun’im sostiene que es erróneo para estas asociaciones rechazar un acuerdo de paz que ha sido aprobado por el Consejo del Pueblo de Egipto y por toda la nación. «Viven ellos en algún otro país?», se pregunta.
El Director de la Asociación de Escritores de Egipto Muhammad Salmawy se niega a comentar específicamente sobre ‘Ali Salem, pero dice: «La postura de la Asociación de Escritores en referencia a la normalización de relaciones es clara y firme, y ya hemos tomado decisiones en este sentido, [en el que] seria medidas serán tomadas en contra de [cualquier] miembro que mantenga relaciones [con Israel en el marco de] la normalización de relaciones».
El destacado escritor egipcio Youssef Al-Qaid declara que «rechaza categóricamente la normalización de relaciones, ya que la sociedad israelí no es una sociedad normal, el cual no es más que una pandilla».
Para el campesino egipcio, Israel es la raíz de todo mal
El célebre poeta egipcio ‘Abed Al-Rahman Al-Abnodi, quien escribe para el diario del gobierno Al-Akhbar, afirma que la actitud de los compañeros (campesinos) de Egipto respecto a Israel demuestra que la normalización de relaciones es imposible. Él afirma que en la conciencia colectiva del campesinado egipcio Israel está justificadamente asociada con la maldad y la destrucción, mientras que los árabes en general la perciben como un país que se les impone por la fuerza, por lo que consideran cualquier relación con ella ilegítima.
El campesinado egipcio, explica Al-Abnodi, culpa a Israel por el aumento de los precios de los fertilizantes y los plaguicidas deficientes que han dañado sus tierras y cultivos. De hecho, los campesinos atribuyen todos los males de Egipto a la actual guerra de Israel contra Egipto, a pesar de que Egipto ha declarado que la guerra de 1973 fue su última guerra con Israel.
En su lenguaje lírico característico, Al-Abnodi añade: «El campesinado analfabeto, que sólo conoce su azadón, su espalda encorvada y su taza de té, está consciente que Israel ha encontrado su camino en las arterias de Egipto y está [envenenando su sangre]… Los egipcios han sido testigos de la crueldad con que [Israel] destruyo Gaza y por consiguiente nos debilitó a nosotros los egipcios. Cualquiera que debilita parte de la nación musulmana también debilita a Egipto, y la posición de su gobierno vis-à-vis con Israel no hace ninguna diferencia en lo absoluto. No me gusta la paloma de la paz, y no me gusta cuando Egipto asume el papel [de la paloma de la paz]…»
Egipcios que se casan con mujeres israelíes – una ventaja demográfica para los árabes
La periodista egipcia Iqbal Baraka argumenta que los matrimonios entre hombres egipcios y mujeres israelíes benefician realmente a los árabes, ya que aumenta la población árabe de Israel. Ella condena la decisión del Tribunal Administrativo de Egipto de revocar la ciudadanía de estos egipcios, llamándolo equivalentemente una sentencia de muerte ideológica y más extrema y grave que una ejecución física. También se pregunta por qué debería haber medidas legales contra jóvenes que trabajan o se casan con ciudadanos de un país en el que Egipto tiene una embajada y un embajador.
Baraka también habla en contra de «aquellos que abusan de la religión» argumentando que el matrimonio entre egipcios e israelíes es contrario al Sharia pero no apoya su punto de vista con evidencia del Corán o los hadiths. La ley musulmana, añade, le permite a un musulmán casarse con una mujer de entre «el Pueblo del Libro», es decir, un judío o cristiano. Además, dice, estos matrimonios no suelen ser entre egipcios y mujeres judías, sino entre egipcios y mujeres árabes israelíes, que ciertamente no es problemático desde el punto de vista religioso.
Baraka concluye diciendo: «Si yo fuera una de los encargadas de adoptar decisiones, animaría a los jóvenes a casarse con palestinos que tienen ciudadanía israelí a fin de incrementar el número de árabes en Israel y acelerar una explosión [demográfica] que Israel tanto teme. [Tales matrimonios] puede ayudar a la mezcla de sangre árabe e israelí y por tanto acabar con el mito del ‘estado judío'».
La Bolsa de Valores egipcia se opone al comercio con Israel
Un artículo sobre las relaciones económicas declara que la Bolsa de Valores del Cairo se opone estrictamente la normalización de relaciones con Israel, y que las empresas que tienen que ver con Israel se pueden contar con los dedos de una mano. Estas empresas, dice el artículo, tratan con Israel en secreto por temor a perder inversiones, y cuando sus relaciones con Israel salen a la luz, el valor de sus acciones siempre se desploma.
Como ejemplo, el artículo menciona una larga y consolidada planta de plásticos de Egipto encabezada por el conocido empresario ‘Imad As’ad, cuyas acciones cayeron abruptamente tras los rumores de que había firmado un contrato de exportación con una empresa israelí. A pesar de las negativas de esta compañía, sus acciones se recuperaron sólo marginalmente.
El artículo también menciona a dos grandes empresas textiles, que, junto con otras tres, son responsables del 25 por ciento de las exportaciones en el marco de la ZIC. Se informa que a pesar de su tamaño e influencia, su inventarío es extremadamente bajo, ya que cooperan con Israel.
Normalización de relaciones en los medios de comunicación: «Un periodista que va a Israel es como un plomero que desciende en una cloaca… es su trabajo»
El debate sobre la normalización de relaciones es especialmente acalorado en el ámbito de los medios de comunicación, donde la línea entre la normalización y las actividades profesionales del periodista pueden ser muy delicadas, incluso inexistentes. El encabezado de la Asociación de Periodistas de Egipto Makram Muhammad Ahmad hace hincapié en este problema. Él afirma que cuando el ministro de Relaciones Exteriores de Egipto visita Israel, por ejemplo, es acompañado sistemáticamente por los editores de noticias de Egipto; algunos extremistas perciben esto como normalización de relaciones, mientras que otros egipcios lo ven de manera diferente.
Sarag Hussein, director adjunto del semanario del gobierno egipcio Octubre, afirma que hizo su primer viaje a Israel justo después del asesinato de Sadat, y desde entonces ha visitado Israel 25 veces. Él escribe que visitar Israel es importante para un periodista, porque es vital para conocer al enemigo: «Observar la sociedad israelí desde dentro ayuda al periodista especializado en asuntos de Israel a refinar sus juicios… Es fundamental conocer al enemigo, y es un error pensar que esto se puede hacer sentado en una oficina de redacción o citando [pasajes de] la prensa israelí y de los portales… No estamos promoviendo la normalización de relaciones, sino cumpliendo nuestros deberes profesionales…»
Yahya Ghanem, director adjunto del diario egipcio Al-Ahram, se ha reunido con destacados periodistas israelíes en Israel y fuera de esta, y se ha entrevistado con los ministros israelíes, entre ellos el presidente israelí, Shimon Peres. Sin embargo, se opone a la normalización de relaciones y apoya la resolución 1987 de la Asociación de Periodistas de Egipto, que prohíbe la normalización de relaciones entre la asociación, o cualquiera de sus miembros e Israel. Esta resolución, dice, es ampliamente incomprendida. Subraya que se sostiene en todos los niveles: A nivel organizativo, la asociación no podrá mantener relaciones con su homólogo israelí, a nivel profesional, un periodista egipcio no puede trabajar para un diario israelí y un documento egipcio no puede colaborar con un diario israelí y en el plano personal, no deben existir vínculos con los israelíes.
El Dr. Wahid Abd Al-Magid, director adjunto del Centro Al-Ahram para Estudios Políticos y Estratégicos, afirma que todo viaje a Israel por un periodista debe ser juzgado por sus méritos, teniendo en cuenta la orientación ideológica del periodista y el contenido de sus escritos. Un periodista, explica, no suele visitar Israel con el fin de entablar relaciones públicas en favor de Israel o participar en eventos, sino exponer los aspectos negativos de Israel. Por lo tanto, «un periodista que viaja a Israel es… como un plomero, que desciende en una cloaca: tiene que hacerlo, porque es su trabajo».
La normalización de relaciones en el deporte: «No son deportes – es guerra»
Cuando los deportistas egipcios se enfrentan a rivales de Israel en las competencias internacionales, se enfrentan a un dilema: deben elegir entre competir y negarse a aceptar una derrota técnica, o competir y enfrentar duras críticas y la condena de la opinión pública egipcia y árabe, que interpreta esa medida como un paso hacia la normalización de relaciones.
En uno de los artículos del suplemento, un piloto del automovilismo egipcio anónimo, descrito como ganador de numerosos campeonatos de rally, habla del escándalo en el Rally París-Dakar de enero del 2008, cuando se descubrió que los israelíes también competían. Él dice que muchos le instaron a abandonar la carrera para no ser acusado de promover la normalización de relaciones, y que lo mismo sucedió en el Rally de los Faraones en Egipto.
El conductor declara que se opone categóricamente a la normalización de relaciones, pero no puede aceptar la idea de abandonar la carrera por este motivo. «Cómo puedo renunciar», se pregunta, «cuando el Rally de los Faraones es organizado por el propio Egipto? ¿Y todo el entrenamiento agotador que he hecho? ¿Es correcto esperar que renuncie a mi sueño de ganar [simplemente] porque [sucede] que un israelí compite [también]?»
El artículo también menciona otro asunto en el deporte que preocupa mucho a los egipcios: el caso del jugador de fútbol egipcio ‘Amro Zaki, quien fue invitado a unirse al club de fútbol Liverpool, uno de cuyos miembros es el jugador israelí Yossi Benayoun. Zaki declara que la presencia de un jugador israelí nunca le ha impedido unirse a un club de tan buena reputación, agregando: «Por qué debería yo rechazar esta [grandiosa] oferta? ¿Por qué no se retira el jugador israelí de Liverpool [en mi lugar]?»
Otros atletas egipcios ven las cosas de manera diferente. Así, el capitán del equipo de fútbol egipcio Ahmed Hassan, quien se encuentra actualmente en el equipo belga Anderlecht, se negó a participar en un partido de la UEFA contra el equipo israelí. «Yo nunca tomaría parte en un tal partido, independientemente de las consecuencias», lo cita el artículo.
El artículo también menciona el partido entre las selecciones nacionales de Israel y Egipto en el Campeonato Mundial de Balonmano de 1992 en España, durante el cual el portero egipcio Ayman Salah atacó a un fan israelí, le arrebató la bandera de Israel de las manos y la pisoteó. En 1996, los dos equipos se reunieron de nuevo en Holanda en un partido amistoso, y en este, los jugadores egipcios hirieron a cinco jugadores israelíes. El artículo relata que uno de los jugadores egipcios se aferró a la pelota con una mano y golpeó a un adversario de Israel con la otra, mientras gritaba «Alá Akbar».
El portero Ayman Salah concluye diciendo: «Aquellos que se retiran de un partido lo hacen porque temen la reacción de la opinión pública egipcia, y quizás de la opinión pública árabe si pierden. Esto no es una competencia deportiva, sino una guerra, y si pierden, la derrota los perseguirá para siempre».
«Significa la [normalización de relaciones] llegar a conocer a un israelí… Qué pasa si ya conoces a uno pero odias sus vísceras?»
El columnista Wael Lutfi califica la opinión predominante de la normalización de relaciones y la dicotomía entre el gobierno, que lo apoya, y la oposición, que lo rechaza. Él dice que la oposición no se opone categóricamente a la normalización de relaciones, es más exacta en decir que se hace eco de la opinión de un amplio sector del público egipcio que considera a Israel no merecedora a la normalización de relaciones.
Tampoco el gobierno promueve la normalización de relaciones con tanto entusiasmo como a veces dice. Lutfi menciona que un apéndice en los Acuerdos de Camp David, incluye 30 acuerdos bilaterales entre Egipto e Israel involucrando la normalización en las áreas de educación, salud, cultura, etc. En la práctica, dice, la normalización de relaciones se lleva a cabo sólo en la agricultura – y esto fue elegido por los egipcios como un mínimo necesario. Lutfi alega que es suficiente que la normalización de relaciones sea promovida por sólo algunas de las instituciones de gobierno, si una oficina del gobierno promueve la normalización de relaciones, otras no necesitan hacerlo.
Lutfi lamenta el hecho que las acusaciones en promover la normalización de relaciones con Israel se hayan convertido en una herramienta para ataques políticos y personales y para un juego tonto entre la oposición y el gobierno. Él dice que el rechazo a la normalización de relaciones se ha transformado de un noble objetivo a un «arma sucia».
Por último, afirma que el concepto de normalización se ha vuelto algo vago: «Significa la [normalización] de relaciones viajar a Israel por razones personales o por razones profesionales? ¿Significa conocer a un israelí? ¿Y si ya conoces a uno pero odias hasta sus vísceras?»
[1] Roz Al-Yousuf (Egipto), 18 de julio, 2009.
[2] El acuerdo de las Zonas Industriales Calificadas (ZIC), firmado entre Egipto e Israel en el 2005, crea parques empresariales reconocidos como zonas de libre comercio, que albergan conjuntamente las plantas de fabricación israelí-egipcias, cuyos productos se exportan a los Estados Unidos libre de impuestos.
[3] Véase MEMRI Investigación y Análisis No. 548 «Debate en Egipto sobre el Proyecto del Ministerio de Cultura Egipcio para Traducir Literatura Israelí al Árabe», 18 de septiembre del 2009, http://www2.memri.org/bin/espanol/articulos.cgi?Page=archives&Area=ia&ID=IA54809.
[4] El diario egipcio Al-Masri Al-Yawm informó de 20 de mayo, 2009 que el Tribunal Administrativo de Egipto había obligado el Ministro del Interior a presentar a discusión en el gobierno una propuesta para revocar la ciudadanía de un egipcio casado con una ciudadana israelí. Según diarios y portales fuera de Egipto, el Tribunal Administrativo de Justicia ya ha declarado que los egipcios casados con israelíes deberían revocárseles su ciudadanía, sobre la base de que ellos y en especial sus hijos, representan un peligro para la seguridad nacional de Egipto. Al-Quds Al-Arabi (Londres), 20 de mayo, 2009.
[5] En 1994, Salem, visitó Israel y posteriormente escribió un libro que describe sus impresiones, llamado Un Paseo por Israel. Para los extractos de una entrevista sobre este tema dados por Salem en Abril del 2009 en el diario kuwaití Al-Nahar, véase MEMRI Despacho Especial No. 2555, «Intelectual y Dramaturgo Egipcio ‘Ali Salem: Mi Viaje a Israel fue un Intento por Deshacerse del Odio Hacia Mí Mismo», 22 de septiembre del 2009, http://www2.memri.org/bin/espanol/articulos.cgi?Page=archives&Area=sd&ID=SP255509.