Lo siguiente son extractos de una entrevista con el Secretario General del Hizbullah Hassan Nasrallah, que fue presentada en Al-Manar Tv el 3 de agosto del 2006. Es de notar que Nasrallah está ahora tratando de acercarse a los líderes árabes y les implora que levanten sus voces para exigir un cese de hostilidades, en sus reuniones privadas con los americanos. En las últimas semanas, ha estado reprochado a estos líderes, diciendo que no necesita la ayuda de ellos y que deben «dejarlo tranquilo».

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«Cualesquiera que sean los resultados de esta guerra… el Líbano nunca será una estación militar del Nuevo Medio Oriente»

Hassan Nasrallah: «Quiero decirle a nuestro pueblo libanés, a la gente de nuestra nación, y al mundo, y ser muy claro: Lo que ha pasado desde el primer día de esta guerra, y todavía está pasando, incluso hoy – la matanza, las masacres, la destrucción, la brutalidad, y el barbarismo – los responsable de todo esto son, primero y por encima de todo, Bush y su administración americana. En nuestra opinión, [el Primer Ministro israelí] Ehud Olmert y su gobierno no son nada más que herramientas en esta guerra.

«Me gustaría enfatizar esto diciendo que la sangre de las mujeres y niños en Qana y la sangre de todos los ancianos y de los civiles inocentes que ha sido derramada en el Líbano mancha los rostros de Bush, Condoleezza Rice, Rumsfeld, y Cheney. Esta es la administración asesina, criminal, agresiva, y derramadora de sangre que continúa previniendo el cese de la agresión, maquinando condiciones e intentando dictarlas.

«Esto debe quedar claro en cada libanés, cada árabe, cada musulmán, cada cristiano, y cada hombre honorable en el mundo. Quiero decir las cosas como son, sin confusión. Yo le digo a los libaneses: Hoy hay una guerra, pero cuando la guerra llegue a su fin, lo que eventualmente sucederá, quiero que ustedes nunca se olviden que ésta es la misma administración americana, ‘el amigo’ del Líbano, ‘el aliado’ del Líbano, quién ‘ama’ al Líbano, cuyo corazón sangra por el pueblo libanés, que quiere que el pueblo libanés viva en un oasis de seguridad y paz, y se convierta en un modelo de democracia para la región. Ésta es la misma administración americana en la que algunas personas fijaron sus esperanzas, y todavía pueden hacer esto en el futuro. Espero que no nos olvidemos de esto en los días, meses, y años por venir. Quiero dar énfasis que cualquiera sean los resultados de esta guerra, el Líbano nunca será americana o israelí. El Líbano nunca será uno de los puestos militares del Nuevo Medio Oriente, que Bush y Condoleezza Rice desean».

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«A aquéllos que aman al Líbano y quieren ayudarle, yo les digo: Ustedes deben prestarle mucha atención y hacer notar que las casas destruidas en el Líbano fueron destruidas por Israel, no por un terremoto. La gente que fue desplazada de sus hogares no fueron desplazados por un tsunami, ni por un diluvio, o por una erupción volcánica. Fue Israel que los echó de sus casas. Mató a sus mujeres y niños. Armados con decisiones americanas, con armas americanas, y misiles americanos, Israel creó en este país este triste escenario de derramamiento de sangre y destrucción».

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«Nosotros no aceptaremos que nadie trate al Líbano como un caso miserable, humanitario – dándole medicinas, raciones de suministros, y algo de dinero. En cualquier caso, agradecemos a cualquiera que de esta ayuda. Pero esto no expresa amor verdadero. Para llevar el amor verdadero al Líbano, ustedes deberían realizar esfuerzos para detener la agresión contra esta. Ustedes son capaces de hacer esto. Ustedes pueden levantar sus voces, y lo más importante, ustedes pueden decir en sus reuniones privadas con los americanos y otros las mismas cosas que dicen en público. Hoy, todo el mundo sabe – los libaneses, los árabes, los países europeos, y el mundo entero – quién está previniendo y frustrando la cesación de la agresión sionista contra el Líbano. Es Bush y su administración americana».

«Por su propia causa, por la causa de sus tronos… actúen – así sea sólo durante un día – en detener esta agresión contra el Líbano»

«Vayan allí y demuestren su amor al Líbano. Levanten su voz allá. Sean verdaderos hombres, al menos por un solo día, allá, para salvar sus tronos, y salvar lo que quede de su honor. Quisiera decirles a los líderes de nuestros países árabes e islámicos que en el Nuevo Medio Oriente no habrá lugar para sus tronos. Ustedes han abandonado su responsabilidad moral y nacional, fuera del miedo por sus tronos. Pero en el Nuevo Medio Oriente, ustedes no tendrán tronos, y no existe certeza alguna de que incluso tendrán países. Sus estados serán divididos, por el mapa del Nuevo Medio Oriente, en cantones y países enanos, en base a religión, sectas, y raza. Ese país grande no seguirá siendo un país grande, ese país rico no seguirá siendo un país rico, los tronos no seguirán siendo tronos, y las sillas no seguirán siendo sillas. Por su propia causa, por la causa de sus tronos, yo le digo: Combinen su humanidad con sus tronos, y actúen – aunque sea durante un solo día – en detener esta agresión contra el Líbano. Desde el primer día, dije que no les pido o llamo en ustedes a que hagan algo. Yo todavía no lo hago, pero quiero protegerles, a nuestro país, y a nuestra patria. Así es cómo aquéllos que quieren pueden ayudar al Líbano».