El gobierno egipcio decidió recientemente sustituir algunos de los 27 gobernadores regionales del país. El 7 de agosto del 2011, el General Tantawi, jefe del Consejo Supremo de las Fuerzas Armadas (CSFA), juramentó a 15 nuevos gobernadores, de los cuales 11 eran nuevos en el cargo y cuatro fueron trasladados de una gobernación a otra, así como también tres nuevos vicegobernadores. [1] Los otros 12 gobernadores permanecieron en sus cargos.

La reorganización causó gran revuelo entre el público y la prensa egipcia. Los críticos se quejaron de que los nuevos gobernantes fueron designados en lugar de ser elegidos, de que no incluían mujeres, coptos, o jóvenes y que muchos de ellos fueron militares y/o miembros del antiguo régimen.

Respondiendo en nombre del gobierno, el ministro de desarrollo regional instó a los críticos a darle a los nuevos gobernantes una oportunidad, agregando que las elecciones serán llevadas a cabo para estos cargos después de la modificación de la Ley de Administración Regional. [2]

Críticas de personalidades, organizaciones y partidos

Entre los nuevos gobernadores cuyos nombramientos fueron criticados por ser figuras militares y miembros del régimen anterior estaban Sarag Al-Din Al-Roubi gobernador de Al-Mina, quien había servido durante muchos años como jefe de la Interpol en Egipto y se le sospecha de soborno. [3] También fueron criticados los nombramientos de los gobernadores de las provincias de Alejandría, Asuán y Al-Daqahliya, quienes fueron miembros del antiguo partido gobernante. Los residentes de la ciudad de Qana criticaron la restitución de ‘Adel Labib, ex oficial de los servicios de seguridad y asociado de Mubarak. [4]

El ex secretario general de la Agencia Internacional de Energía Atómica Mohamed ElBaradei, quien es candidato a la presidencia de Egipto, señaló que 18 de los 27 gobernadores regionales de Egipto son figuras militares. La organización El Frente Libre para el Cambio Pacífico también llamó a designar civiles y jóvenes en lugar de figuras militares. [5] Varios partidos y organizaciones sociales dijeron que la reorganización, que ha dejado en su lugar a muchos gobernadores considerados enemigos de la revolución y a los que la opinión pública se le opone, refleja el espíritu del antiguo régimen. [6]

También se expresaron críticas sobre la homogeneidad religiosa de los recién nombrados gobernadores. El propio ElBaradei criticó el hecho de que todos los gobernadores son musulmanes, así como lo hicieron también representantes de la Iglesia copta, quienes llamaron a esto un «paso en retroceso», que mal presagia la vida política en Egipto. [7] Representantes de la Iglesia y las organizaciones de derechos humanos se pronunciaron en contra de la restitución de Labib como gobernador de Qana, llamándolo capitulación del gobierno a los grupos extremistas que no representaran a un copto en este cargo. Las organizaciones de derechos humanos, incluyendo el Centro de Derechos Humanos Egipcio, encabezado por Safwat Gargas, protestaron contra la ausencia de mujeres, de coptos y jóvenes entre los nuevos nombramientos, así como también el hecho de que algunos gobernadores permanecieron en sus cargos a pesar de que previamente habían fracasado en sus funciones.

El ex secretario general de la Liga Árabe ‘Amr Moussa, otro candidato presidencial, criticó la forma en que los gobernadores fueron elegidos y llamó a considerar la opción de celebrar elecciones para estos cargos. También hizo un llamado a nombrar gobernadores sobre la base profesional en lugar de criterios políticos, tales como su capacidad para desarrollar las provincias.

Críticas en la prensa

Lo siguiente son extractos de tres artículos en la prensa egipcia criticando el nombramiento de los gobernadores.

Darles preferencia a las figuras militares es un espaldarazo al antiguo régimen

El Dr. Nader Al-Fargani, columnista del diario egipcio Al-Dustour, afirmó que los militares deben participar efectivamente en la dirección del país, pero que el personal militar no debe tener preferencia en la consecución de posiciones de liderazgo, ya que este daña el carácter civil de Egipto: «Una de las fallas en la reorganización de los gobernadores es que la mayoría de ellos son de las generaciones pasadas o figuras militares.

«No hay nada malo con que las figuras militares tomen parte por igual en todas las posiciones del liderazgo social, siempre y cuando posean las habilidades y aptitudes [requeridas], por supuesto. Los miembros de las fuerzas armadas son parte de la patria y la nación y por lo tanto es lógico que deberían merecer la estima [y nombramientos] de acuerdo a su peso proporcional en la [población] egipcia. Sin embargo, dándoles prioridad en el poder [ganando] posiciones de liderazgo social, tal como lo hizo el régimen anterior [cuando nombró] a los gobernadores regionales, indica que la mentalidad dominante es [todavía] de la ‘seguridad del estado’, siendo esta la mentalidad del régimen anterior…

«Esta [acción] abandona los principios de justicia e igualdad de oportunidades de una manera que pone en peligro los objetivos de la revolución, [tales como] la libertad, la justicia y la dignidad humana y consolida una aristocracia militar que está en contradicción con el carácter civil del estado que el CSFA está decidido a defender…” [8]

Los nuevos gobernadores deberían haber sido elegidos y no nombrados

Sa’id Suayb, columnista del diario Al-Yawm Al-Sabi’, escribió que los gobernadores deberían haber sido elegidos, en lugar de nombrados: «No hay forma de saber cuáles criterios guiaron la designación de los nuevos gobernantes. También no hay manera de saber cuáles son sus planes y cuando serán llevados a cabo y qué criterios se utilizarán en responsabilizar a [estos gobernadores].

«El mismo método exacto fue empleado en la designación de los ministros [del país] y los editores del diario del gobierno y la junta directiva, así como también aquellos designados para [los altos cargos en] la autoridad de radiodifusión y el ministerio de información.

«Es esto debido a la incompetencia por parte del gobierno y la CSFA? Por supuesto que no. Es [más bien] porque están empleando los métodos de Mubarak y sus predecesores. [Cuando se aplica a] los consejos regionales, es especialmente un grave [fallo], porque [los consejos] son la base sólida para construir una verdadera democracia y un estado fuerte y activo que presta atención a las necesidades del pueblo. Esto no sucederá, no importa quien sea el gobernador, porque este no fue designado a través de elecciones. En esta situación, su lealtad será, naturalmente, hacia los que lo nombraron. No me refiero a menospreciar su personalidad, pero si algunas personas le nombraron, es natural que este deba ser fiel a esta [misma gente]…

«Si el gobierno y la CSFA quieren [promulgar] una verdadera reforma, deben cambiar las leyes y permitir que el pueblo pueda ejercer su derecho al voto y exigirle cuentas a aquellos que les roban». [9]

Dejen de nombrar a miembros del antiguo régimen; denle una oportunidad a los jóvenes

Un columnista del diario Al-Wafd, Wagdi Zain Al-Din, dijo que a los jóvenes se les debe dar la oportunidad de servir como gobernadores, en lugar de que se les deje en sus cargos a los funcionarios del antiguo régimen: «El primer principio de una revolución es elegir nuevos liderazgos con una perspectiva diferente y puntos de vista [para reemplazar] a los que precedieron el 25 de Enero. Seleccionando gobernadores de la era anterior, cuya lealtad yace con el periodo anterior y cuya visión no ha cambiado, el primer ministro ha dejado [al pueblo] triste y sin esperanzas.

«¿Por qué ha elegido Sharaf hacer esto? ¿Por qué insiste en crear dudas de sí mismo? Esta no es la primera vez que ha tomado decisiones controvertidas… Podemos añadir que estos nombramientos le dan otra oportunidad a [personalidades] que ya han tenido cargos y que fracasaron por completo. Estamos sorprendidos de verlos designados como gobernadores en recompensa por los desastres [que causaron]…

«¿Por qué este gobierno trata a los jóvenes como [niños] inmaduros? ¿Por qué Sharaf emula la conducta de los gobiernos anteriores del depuesto [partido de gobierno]? ¿Que le impide llevar a cabo una reestructuración radical de gobernadores? ¿Qué le impide nombrar a un joven menor de 30 a que gobierne una de las provincias de Egipto?…

«Egipto está en medio de una revolución y los egipcios tienen derecho a ver un cambio inmediato en las [figuras] que manejan los asuntos de sus gobernaciones. Es una lástima ver caras conocidas como parte de esta reorganización – como si no hubiesen suficientes personas en el país [para elegir]». [10]


[1] Al-Ahram (Egipto), 8 de agosto, 2011.

[2] Al-Ahram (Egipto), 8 de agosto del 2011, Al-Sharq Al-Awsat (Londres), 7 de agosto, 2011.

[3] Al-Ahram (Egipto), 7 de agosto, 2011.

[4] Al-Ahram (Egipto), 5 de agosto, 2011. Labib fue restituido como gobernador luego de haber sido sustituido hace unos meses por un copto, ‘Imad Shehata Mikhail. El nombramiento de este último provocó manifestaciones por los residentes que reclamaban un gobernador musulmán y acusaron a Mikhail de participación en el asesinato de manifestantes durante la revolución, en su calidad de antiguo funcionario de seguridad en Al-Giza. Al-Masri Al-Yawm (Egipto), 18 de abril, 2011.

[5] Al-Ahram (Egipto), 5 de agosto, 2011.

[6] Al-Masri Al-Yawm (Egipto), 7 de agosto, 2011.

[7] Roz Al-Yousef (Egipto), 8 de agosto, 2011.

[8] Al-Dustour (Egipto), 8 de agosto, 2011.

[9] Al-Yawm Al-Sabi ‘(Egipto), 6 de agosto, 2011.

[10] Al-Wafd (Egipto), 6 de agosto, 2011.